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—¿Quieres ir a mi habitación o quieres quedarte aquí?—Pregunto Jimin mientras miraba cómo Yoongi estaba mirando los cuadros sobre su pared.

—Hay muy lindas pinturas y muchas fotos familiares.—Hablo Yoongi ignorando lo que Jimin le había preguntado.—Eras muy muy tierno de bebé.

—Gracias.–Sonrió sentándose en el sillón.

Miró hacia las escaleras pidiendo al cielo que su madre no se apareciera por ellas. Quería un poco de paz mientras estuviese con su amigo, así podía aparentar solo un poco más que era perfecto.

—¿Él es tu hermano?—Preguntó señalando la fotografía que estaba en una mesa.

—Sí, se llama Chanyeol.—Asintió sonriendo.

—¿Y donde esta? Nunca lo he visto.

—En Seúl estudiando, se fue hace dos años. Estudia economía.

—¡Que genial! Siempre he querido ir a Seul.

—Yo también.—Sonrió.—Espero que me acepten en la escuela de leyes.

–Ah, te aceptarán, eres muy inteligente y puedes hablar con facilidad.—Halago sentándose a su lado.—Tú casa es muy bonita.

—Gracias. Iré a traer aperitivos ¿No quieres algo?

—Si es que tienes una fruta o agua.

Jimin asintió levantándose del sillón y yendo hacia la cocina, tomó un paquete de gomitas que había comprado el día de ayer y buscó entre las repisas alguna fruta, haciendo una mueca de asco al encontrarse un plátano podrido. No había nada de fruta, no había nada más que las gomitas para ofrecerle a Yoongi.
Tomó un vaso de vidrio y lo lleno de agua.

Al darse la vuelta casi derrama todo contra el suelo, su madre estaba apoyada en la puerta con un cigarro en sus dedos mientras lo miraba. Las ojeras, el pelo mal atado y la bata le daba la señal que había tenido una mala noche.

—Me alegra que hayas limpiado.—Dijo.

—Gracias, tenía visitas y por eso lo hice.

—Si, ya vi a tu amigo.—Calo de su cigarro mientras ataba su bata.—Pero tengo que pedirte que vayan a tu habitación, vendrán amigos míos y no creo que quieras que estemos con ustedes.

—¿Harás otra fiesta?—Ahoga una risa.

—Sí, por eso tu limpieza cayó como anillo al dedo.

—No habías hecho fiestas hace mucho ¿Te peleaste con papá?

Su madre se acercó a él, intimidándolo por la forma en la que le miraba, lo tomó de las mejillas e hizo que lo mirara. Jimin se arrepintió de haber preguntado.

—Esas cosas no se preguntan.—Bufo.–Así que ahora ve arriba con tu amigo y no bajes a menos que yo te necesite.

Jimin se soltó de su agarre y la bordeó, no hablaría más con ella, estaba ebria y enfrentarla solo sería alargar una pelea que sería desgastado es para él.

Entro a la sala con el vaso de agua en sus manos y la caja de gomitas entre sus brazos, miró a Yoongi que estaba mirando su álbum de fotos y sonrió. Yoongi le traía alegrías con todas las ocurrencias que soltaba y por la ternura que irradiaba.

Jimin se sentó a su lado extendiéndole el vaso de agua y sosteniendo las otras hojas del álbum, mirando las viejas fotos.

Extrañando el recuerdo de todos esos momentos felices.

—Viajaban mucho.–Comentó Yoongi, señalando las fotos.

—Nos gustaba ir al campo.—Sonrió.—También nos gustaba ir al mar.

—Ah, el mar es muy bonito, a ver si algún día vamos.

—¡Oh si! Podemos ir uno de estos días.—Sonrió emocionado.

Alguien tosiendo les distrajo, la madre de Jimin estaba recostada en el marco de la puerta con una copa de vino mientras miraba a Jimin.

—Cariño, creo que te dije que fueran a tu habitación.

—Si, ya íbamos.–Jimin cerró el álbum de fotos y lo dejo en su lugar, tomando de la mano a Yoongi para que lo siguiera.

—Fue un gusto conocerla.—Sonrió Yoongi despidiéndose de la madre de Jimin.

Ambos subieron por las escaleras, Jimin queriendo ahorcar a su madre por el olor a cigarro que había dejado en los pasillos, solamente hace unas horas atrás había puesto un incienso para que dejara un olor agradable, ahora lo único que podía sentir era el olor del tabaco. Entraron a la habitación del rubio y Yoongi quiso gritar de la emoción, era su primera vez en su habitación y quería gritar de emoción.

Era bonita, llena de posters y dibujos, con una cama tendida y libros en una pila, las paredes blancas estaban cubiertas de dibujos de acuarela, óleo o spray, había un pequeño peluche sobre la cama y un cactus sobre la ventana.

—¡Tú habitación es genial!

—Gracias.—Sonrió de medio lado mientras se tiraba de espaldas a su cama.—Abre las gomitas si tienes hambre.

—¿Haremos galletas?—Preguntó tirandose al lado de Jimin.

—No, lo haremos en otra, ahora no hay material y mi madre traerá a su amigos, no es buen momento.

—Está bien, podemos hacerlas a la próxima que venga—Se levantó de la cama y fue hacia la pila de libros que había en el piso.—¿Puedo ver los libros que tienes?

—Claro.

Jimin llevaba gomita por gomita a su boca mientras estaba atento al sonido de la puerta, se abría y cerraba, los amigos de su madre ya había llegado así que pronto se escucharía mucho ruido. Planeaba alguna excusa para sacar a Yoongi de su casa, no quería que oyera lo desastroso que era estar ahí hasta tarde, se inventaría algo para que los dos salieran.

—¡Jimin!—Escuchó el grito de su madre.

Así que tuvo que levantarse de su cama para ir hacia el llamado de su madre, seguro que quería que le prendiera la radio o que le mezclara las bebidas.

Bajo por las escaleras viendo que en su sala ya se encontraban todos los amigos de su madre, todos riendo mientras acomodaban los vasos para empezar a servirse.

—Cariño, prende la radio y mezcla las bebidas, por favor.—Pidió su madre mientras seguía fumando.

Jimin asintió haciendo caso a su pedido, después de prender la radio tomó las botellas de ron y coca cola entre sus manos y se las llevó hasta la cocina, sacó una jarra de plástico y empezó a vertiendo el ron en ella y luego la coca cola, se sirvió un poco para probar que estuviese bien. Lo que sobró del ron lo escondió, después le serviría a él.

Tomó la jarra y se la llevó a su madre, la dejó sobre la mesa ignorando la invitación que dos de los amigos de su madre le habían hecho, casi siempre era así, ya le daba igual después de todo, sacaba provecho de ellos cuando estaban borrachos, les coqueteaba un poco y sacaba dinero de sus billeteras.

En cuanto subió por las escaleras escucho los parlantes retumbar contra las paredes, el ruido ya empezaba y no se detendría hasta que todos cayeran dormidos o que la policía viniera por quejas del ruido.

Se preocupó, no quería incomodar a Yoongi, no quería que se sintiera incómodo al ver el ambiente de Jimin.

Entro a su habitación cerrando con seguro la puerta y sacando un porro de su bolsillo, lo prendió mientras veía como Yoongi hojeaba los libros y los apilaba en otra dirección. Calo de su porro y soltó el humo cerrando los ojos, sintiendo más profundo el raspón en su garganta.

—Muchos son de historia.—Hablo Yoongi dándose la vuelta, mirando curioso a Jimin, su amigo aún tenía los ojos cerrados mientras calaba del porro.—¿Puedo probar?

Jimin se atragantó con la pregunta de Yoongi, tosió mirando a su amigo que lo veía curioso con la cabeza ladeada.—¿E-enserio quieres probar?

—Si.—Asintió.—Siempre los veo fumando de esos, siempre me dio curiosidad saber a qué saben.

—Bien.—Jimin sonrió.

Se acercó a Yoongi y se sentó frente a él pasándole el porro, le explicó cómo tenía que hacerlo y espero pacientemente a que siguiera sus instrucciones. Como lo había esperado Yoongi se atragantó, tosió mientras su cara se volvía completamente roja, Jimin se reía mientras golpeaba despacio la espalda de su amigo para que pudiese recobrar la respiración.

—E-es difícil.—Dijo aún tosiendo.

—Con la práctica deja de serlo.—Rió dándole otra calada.—Yoongi, tengo malas noticias.

—¿C-cuales?

—Tenemos que irnos. Antes de que preguntes por qué, solo te digo que escuches el volumen de la música. En otra nos podemos quedar aquí hasta tarde.

—Oh, esta bien.—Asintió algo triste, quería seguir husmeando en la habitación de Jimin, le parecía muy interesante y linda.

Yoongi recogió sus cosas y las guardó en su mochila, sacó de esta un abrigo y se lo puso, ya empezaba a oscurecer y la época de frío había empezado. Se levantó y fue hacia la puerta, pero la mano de Jimin le impidió que la abriera.

—¿No saldremos por la puerta?

—No, cuando mi madre hace sus fiestas me prohíbe salir porque con lo ebria que estará no se podrá permitir preocuparse por mi, así que yo cierro la puerta con seguro y salgo por la ventana.—Explicó guiando a Yoongi hasta su ventana.

—Oh...

—Solo tienes que caer en el arbusto de pie y no pasará nada.—Señaló el frondoso arbusto.

—¿Y-y si no caigo ahí?—Pregunto con miedo, no era mucha altura la que tenía que saltar pero aún así le daba miedo.

—Si no caes ahí y de pie te romperás el tobillo o te lo doblarás, yo una vez me lo doble y estuve con una venda durante dos semanas.

–No ayudas a mi miedo con eso.—Dijo mientras se sentaba en el borde de la ventana y tomaba valentía para saltar.

—Vamos, lo harás bien.—Ánimo frotando la espalda de Yoongi.

Yoongi dio un último suspiro y se lanzó, siguiendo la instrucción de Jimin cayó fácilmente en el arbusto y sin ningún rasguño, saltó de emoción mientras le sonreía a Jimin.

El rubio le alzó el pulgar e imitó a Yoongi, solo que se sostuvo de una rama para así cerrar su ventana, luego saltó.

Yoongi aún estaba emocionado por lo que acababan de hacer, limpio las hojas que se habían impregnado en la espalda del rubio mientras comía un poco de las gomitas que se había guardado en el bolsillo.

Ambos caminaron lejos de la casa, perdiendo el ruido de la música mientras avanzaban.

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Jungkook jugueteaba con una pelota mientras escuchaba música y terminaba los dibujos que les habían pedido para la clase de artes, perfeccionando las líneas y haciendo rebotar la pelota contra la pared.

—Wala.—Exclamó viendo el resultado final de su trabajo, besando sus dedos por el bonito dibujo que le habían otorgado.

Dejo el lienzo apoyado en la pared y fue hacia su pequeña alacena, sacó una bolsa de té y un paquete de galletas de agua.

Antes de siquiera poner a reposar la bolsita de té su puerta fue tocada, dejó todo lo que hacía y con la boca llena por una galleta de agua fue a abrir.

No estaba sorprendido de la persona que veía detrás de la puerta.

—Que bonita sorpresa.—Sonrió tragando y recostándose en el marco, así inspeccionaría mejor a su grata visita.

—Si si, hola.—Dijo esquivándolo y entrando al departamento.

Jungkook sonrió viendo a sus espaldas como Jimin se acomodaba sacándose sus zapatos y dejando su celular sobre la repisa, yendo hacia su pequeña cocina para encontrar las galletas que le había comprado ayer. Cerró la puerta y retomó su tarea de servirse un té.

—Es tarde, nunca vienes tan tarde.—Hablo vertiendo el agua caliente en su taza.

—Si no quieres que esté aquí dilo.

—Solo observaba la hora, tranquilo.—Soltó una pequeña risa.—¿Que te trae a la hora de dormir, duraznito?

—Creo que tienes un gran problema con ese apodo. Y respondiendo tu pregunta, solo quería hacer una fiesta de pijamas contigo.

—Pues no te veo con una mochila o algo para hacer esa fiesta.

—Préstame algo y ya está.—Sonrió, diciendo las palabras como si fueran la cosa más obvia del mundo.

—Okay, supongo que te quedarás a dormir.—Jimin asintió.—Nunca lo habías hecho, eso es nuevo. Dormirás en el piso, te presto una cobija y listo.

—Que grosero eres con tus visitas.

—Si ofrezco que duermas conmigo pensarás que quiero algo a cambio.—Dijo rodando los ojos y tomando un poco de su té.

Jimin dejó las galletas sobre la mesa y fue caminando hacia Jungkook, lo miró con esa sonrisita torcida que tanto le gustaba y envolvió sus brazos sobre el cuello del más alto.

—¿Y acaso no quieres que hagamos algo en tu cama?—Ofreció batiendo sus pestañas.

—Oh, vaya que quisiera pero estoy muy cansado.—Sonrió acariciando su cintura.—Te ofrezco que duermas conmigo y tú sólo piensas en otras cosas.

—Acepto lo de solo dormir, también estoy cansado.—Quito sus brazos del cuello de Jungkook y se separó de su cuerpo.

—¿Y por qué estás cansado?

—Ayer limpie toda mi casa solo.—Bostezó, yendo hacia el armario de Jungkook para buscar algo que ponerse para dormir.—Yoongi iba a visitarme y tenía que limpiar.

Jungkook camino hacia Jimin, sacó una sudadera y unos pantalones, el rubio aceptó la sudadera pero no los pantalones. Se desvistió frente a él y le mostró lo grande que le quedaba la sudadera, cubriendo la mitad de sus muslos y tapando por completo sus manos.

El corazón de Jungkook empezó a golpetear al ver cómo le quedaba su ropa a Jimin, haciéndolo lucir tan pequeño entre aquella tela y haciéndolo ver tan suyo.

—Yoongi va a tu casa y tú a la suya, tú vienes a mi casa y yo nunca he ido a la tuya.—Bromeó.—Eso es muy injusto.

—Privilegios de mejores amigos.—Rió.—Ahora acaba con tu té y vamos a dormir, tengo mucho sueño.

—Y de pasó mandón en mi propia casa.—Negó mientras le daba los últimos sorbos a su té.

Jimin rió mientras hacía su camino hacia la cama de Jungkook, la destendió y se acomodó en ella, dándole la espalda mientras acomodaba las almohadas, golpeaba las almohadas para que tuvieran una apariencia más afelpada y jugueteaba con las manga de la sudadera.

El corazón de Jungkook volvió a golpetear.

Dejo su taza en el fregadero y se puso su pijama, cuando ya estaba cambiado apago las luces para que así ambos pudiesen dormir. Jimin aún estaba de espaldas, se metió a la cama a su lado dándole la espalda.

Estar en esa posición le resultaba incómoda, no podía cerrar los ojos teniendo a Jimin a su espalda, quería ver cómo lucia al dormir, cuando decidió girarse se sorprendió al darse cuenta de que Jimin hacía lo mismo, ambos al mismo tiempo.

Estaban a centímetros, casi rozando sus narices, intercambiando sus respiraciones mientras se veían a los ojos.

El corazón de Jungkook volvió a golpetear.

Desde su lugar podía ver las pequeñas pecas de Jimin, sus lunares, sus pestañas e incluso podía ver mejor los orbes castaños de Jimin.

—Recién me di cuenta que tú cama es pequeña.—Hablo Jimin.

—¿Y que esperabas de este mini departamento?—Rió.—Si quieres puedes dormir en el piso.

—Que chistosito.—Jimin empujó suavemente a Jungkook.

Jungkook rió.

Se dio cuenta que los silencios con Jimin eran cómodos y agradables.

Sobre todo cuando se miraban a los ojos, como lo hacían justo ahora.

La tensión que traían sus miradas hizo que todo se rompiera a su alrededor, ambos se acercaron al otro y unieron sus labios, cortando el espacio.

Se besaban mientras se apegaban cada vez más, sosteniéndose y acariciandose, moviendo sus labios en una misma sincronía.

Aquello era más íntimo que todas las veces que se han besado, porque ahora no había intención de llegar a otra base, solamente se besaban para estar más cerca.

Cuando se dejaron de besar por la falta de aire Jimin se acomodó en el pecho de Jungkook, así el pequeño espacio no le incomodaba y podría dormir mejor, esa era la única intención de Jimin, buscar su propia comodidad, no importaba si la encontraba en el pecho de Kook.

Pero aquella acción hizo estragos en Jungkook, hizo que su corazón latiera aún más fuerte y que no supiera cómo reaccionar ante eso.

Por último tuvo que posicionar su mano en la cintura de Jimin, lo acercó más a él mientras reposaba su cabeza en la cabellera de Jimin.

Recordaría esta noche como la noche en la que sintió a su corazón palpitar contra sus oídos. Como nunca lo había sentido.























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jungkook literalmente hizo📉📉📉📉

jejeje nos vemos u3u

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