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—¿Tarde?—Preguntó Jungkook recostándose en la pared al lado de Jimin.

—Es obvio ¿no?—Hablo mientras sorbía un poco de su termo.

—¿Qué estás tomando?—Señaló el termo rojo.

—Café, no desayune.

Jimin decía cada palabra con todos el cansancio del mundo, había llegado en la madrugada a su casa y solo había podido dormir unas dos horas, su cuerpo se sentía magullado. Sentía que podría caerse al suelo solo para descansar un poco.

—Ya veo...

Jungkook miró a sus lados, fijándose que no hubiese nadie más que los pocos alumnos que llegaron tarde sentados en las banquetas completamente ocupados con lo suyo, sonrió al notar que no había ninguna autoridad del colegio por los pasillos, tomó la muñeca de Jimin y empezó a caminar, solo que el rubio se plantó en medio del pasillo sin querer moverse.

—Solo sígueme, quiero mostrarte algo.—Murmuró.

—Dime qué es lo que quieres mostrarme y me moveré.

—Es algo respecto a tu codiciosa lista.

Y todo el cansancio del cuerpo de Jimin parecía haberse desvanecido en el aire, se mordió el labio inferior reprimiendo una sonrisa mientras se dejaba guiar por Jungkook entre los pasillos, el más alto abrió una puerta e hizo que Jimin entrara al salón, cerrando la puerta a sus espaldas.

—¿Es un salón?—Preguntó mirando los pocos pupitres.

—Lo usaban para impartirnos clases de teatro pero el maestro resultó ser un acosador y cerraron el taller de teatro, cancelando por completo este salón.—Se encogió de hombros.—Pero al parecer son unos tontos, la chapa esta mal y cualquiera se puede meter, a veces nos escondemos aquí para no pasar clases.

Explicó mientras recostaba su espalda en la puerta, con las manos en los bolsillos y una sonrisa en el rostro, mirando de pies a cabeza a Jimin.

—Interesante.—Sonrió de vuelta sentándose en el pupitre a su detrás.—Y bien...¿qué es lo que querías mostrarme?

Jungkook se quitó la mochila, revisó en los bolsillos y sacó de esta una pequeña botella, agitándola enfrente de Jimin.

—Estás muy comprometido con esa lista, por lo que veo.—Rió Jimin mientras se recostaba en sus codos.

El más alto camino con la botella en sus manos, camino hasta ponerse frente a Jimin, teniendo la atención del rubio en él mientras sus rasgados ojos le observaban con curiosidad.

—Es una lista interesante y divertida.—Hablo, Jimin se irguió en su lugar, mirando desde abajo atento a Jungkook.—Pero voy por el premio, es lo que más me interesa y con lo que más me puedo divertir.

El rubio sonrió de lado, ligeramente abriendo sus piernas para que Jungkook se metiera en medio de estas, el más alto captó la señal de inmediato.

Jungkook levantó su mano hasta dirigirla al mentón de Jimin, lo levantó un poco para que pudiese mirarlo mejor y acarició la piel blanquecina debajo de su tacto. Degustándose de lo suave que era, haciéndose muchas preguntas y muchos escenarios en su cabeza.

—Entonces tacha algo más de la lista.—Dijo Jimin, recostando su cabeza en la mano de Jungkook, todo con esa sonrisa que tenia envuelto al más alto.—Hazlo enfrente de mi.

Sin hacerse esperar o rogar, Jungkook destapó la botella tirando la tapa al piso, mirando de reojo a Jimin quien nuevamente estaba recostado en sus codos mirando todo con una sonrisa, como si estuviese viendo el mejor tipo de entretenimiento. Llevo la boquilla del trago a sus labios y bebió todo lo que pudo, estaba acostumbrado a beber por las mañanas y beber de forma regular, por lo que no se inmutó ante el agrio sabor del vodka.

Terminando casi más de la mitad del líquido de la pequeña botella la dejo al lado del pupitre en el que Jimin estaba sentado.

Jimin miró la botella y la tomó en sus manos con el propósito de terminarla.

Al ver a Jimin desde su lugar terminando con el vodka, Jungkook quiso saber la magia que tenían los labios de Jimin, tan rechonchos y tan besables.

—Bravo.—Dijo al terminar el líquido, haciendo una mueca por como su garganta ardió.—Algo menos en la lista.

Jungkook no pudo decir nada, porqué Jimin ya iba saliendo del salón y en cuanto menos lo espero el sonido de la puerta siendo cerrada inundó el lugar.

Él solo pudo sonreír de lado, eran pocos los días en los que Jimin había entrado por la entrada del colegio y ya lo tenía loco, loco por hundirse en esa suave piel y morder esos rechonchos belfos.

Más allá de la belleza del rubio, lo que lo tenía envuelto era la actitud de Jimin, esa actitud misteriosa y coqueta. Le traía loco.

Jungkook tomó sus cosas y las guardó, colgando su mochila en su hombro, sonriendo y cerrando la puerta a su detrás.

Caminando entre los pasillos para llegar a su salón, recordando lo suave que se había sentido la piel de Jimin contra su tacto, se preguntó cómo se sentiría morder y marcar esa piel rosácea.

Marcarla con sus dientes y sus manos.

Entro a su salón que ya se encontraba con la puerta abierta, esperando el inicio del segundo periodo. Al entrar saludo a sus amigos.

Y se encontró con los ojos de Jimin, que lo miraban con una sonrisa desde su lugar.

Se sonrieron a la distancia, luego desviaron la mirada para poner su atención en sus amigos.

Jimin ansiaba cada vez más que Jungkook acabara con la lista. Y Jungkook también lo ansiaba.

Ambos querían sentir un poco del otro, acabar con esa tensión que se había estado formando entre ellos. Ese fuego que poco a poco se extendía en sus cuerpos.

Marcar un poco en su piel.

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muchas gracias por los votos y los comentarios, enserio ♡

les quiero mucho ♡

nos vemos mañana ♡