Capítulo 6: Sucios pensamientos

(Narra Félix)

¿Cómo se dio cuenta de mis verdaderas intenciones?

"Argh... no me gusta que sea tan observador"

Pensé un poco ruborizado, no quería que se diera cuenta de esos detalles, pensé que sería fácil de engañar y que podía hacer libremente lo que quería para hacerlo sentir mejor pero... si se da cuenta por voluntad propia es como si fuera derrotado por él, otra vez.

Ya era tarde y yo lo estaba acompañando a ir hasta su casa, no es como si tuviera algo mejor que hacer...

En el camino nos topamos con una pequeña sorpresa... Así es, era su perra novia, quien estaba esperando a Fede en la entrada de su departamento, en seguida se dio la vuelta y me jaló del brazo en sentido contrario de su departamento.

-"O-oye, espera"-le dije deteniéndolo-"¿Vas a dejar las cosas como están?"-le dije aun con un poco de inseguridad en mis palabras, era obvio que temía que volviesen pero tampoco quería verlo sufrir todo el tiempo a causa de no saber enfrentar a su novia y quedar en un acuerdo.

-"No puedo hacerlo"-me dijo para después seguir avanzando de regreso.

"Ahhh... así solo lo complicas más"

Me molesté hasta tal punto de llevármelo a rastras hasta llegar a su departamento, era necesario saber que él no se dejaba llevar, hacía hasta lo imposible con tal de que lo soltara y lo dejara en paz, cosa que definitivamente no iba a hacer.

-"¡Félix! ¡Suéltame!"-me echaba de gritos, sabía que me enojaría conmigo pero... ¿Cómo podré hacer que se fije en mí si todo el tiempo se la pasa llorando por ella?

Eso me hacía seguir determinado con mis acciones, quería que él la olvidara, quería que él me perteneciera y fuera solo mío.

-"Félix... por favor"-me decía notando algunas lágrimas en sus ojos, eso me hizo arrepentirme un poco.

¿Por qué eres así?

Estábamos a unos cuantos pasos para subir las escaleras que se suponía que nos llevaría hasta la puerta de su departamento donde estaría aquella persona que jugó con sus sentimientos.

Apreté mis manos en forma de puños y me detuve, maldiciendo mi punto débil; el simple hecho de ver a Fede triste.

-"¿Cómo piensas seguir adelante si dejas que algo como esto te destruya en cuestión de segundos...?"-le dije tratando de comprenderlo, me dolía, me dolía verlo tan débil.

-"N-no puedo"-decía entre sollozos, odiaba verlo tan vulnerable.

Sin embargo ya era tarde para retroceder...

-"¡Fedi!"-gritó la chica al asomarse del barandal y salir corriendo hasta llegar a nosotros.

Sentí temblar a Fede, estaba claro que se haría en mil pedazos si ella lo viera ahora. Sabía que no podía dejarlo así.

"Algún día te cobraré por todo lo que estoy haciendo por ti, Fefy"

Lo jalé subiendo aquellas malditas escaleras hasta toparme con ella de frente, esa chica se me quedó viendo confundida y molesta, estaba claro que me decía que estorbaba pero no sabía ella que yo tenía otros planes en mi mente.

-"Lo siento, pero ¿Puedes hacerte a un lado? Me estorbas"-le dije empujándola y al mismo tiempo jalando a Fede apegándolo conmigo de tal manera que entre ellos no hagan contacto visual.

-"¿Qué? Fedi, ¡Necesito hablar contigo!"-decía siendo persistente, me molesté que ella tuviera los cojones de querer verle la cara aun cuando ella le había roto su corazón con otro viejo y en su misma cara.

-"Lo siento pero, Fede no quiere verte ahora, después de verte haciendo unas de tus más grandes puterías, no quiere ni verte al rostro"-le dije mirándola con desprecio, no iba a dejar que ella viera el punto débil de Fede, en verdad, no dejaría que nadie le viera llorar a parte de mí.

Abrí su departamento gracias a sus llaves y al entrar azoté la puerta casi frente a la cara de la zorra. Ni si quiera me importó si me insultó o no, solamente quería llevar a Fede a su habitación.

Después de todo, él se mantuvo callado todo el tiempo que platiqué con ella.

-"Ya estamos aquí"-le dije empujándolo a la cama, en eso pude ver su rostro entre lágrimas y sollozos, era obvio que se estuvo conteniendo.-"Te traeré algo de tomar"-le dije sin esperar una respuesta suya, después de todo él estaba pasando por un momento difícil...

Fui a su pequeña cocina y le di un vaso de jugo de piña, me regresé hasta llegar a su habitación y le entregué el vaso en sus manos temblorosas.

-"G...Gracias"-dijo en un susurro muy bajito, pero no la bebió, se la pasó lagrimeando y viendo sus grandes esfuerzos de no llorar frente a mí.

Di un leve suspiro y lo abracé, no dejé que reaccionara ya que probablemente no haría lo que ahora estaba a punto de hacer. En sus ojos empezaron a escurrir lágrimas, su cuerpo por inercia me abrazó rodeando mi espalda con sus manos, su llanto se hizo presente con más intensidad y yo; me mantuve en silencio.

Así se fue pasando el tiempo, hasta que decidió secar sus lágrimas y mirarme con sus ojos rojos e hinchados para agradecerme y bajar la mirada al suelo, seguramente avergonzado.

-"..."-Nos quedamos en silencio, ninguno tenía planeado decir algo, el ambiente se puso tenso y él no parecía querer decirme algo.

-"Ya debo volver a casa"-dije en un susurro mirando la hora, me levanté del asiento y cuando estaba a punto de irme, sentí que Fede me había tomado del brazo.

-"No te vayas"-me dijo, esas palabras siempre resuenan en mi mente, no sabe lo mucho que me esfuerzo en no besarlo y tocarlo, en verdad él sabe cómo torturarme.

"Si me quedo... Me aprovecharé de su estado"

Pensé razonando la situación, en estos momentos mi cuerpo me pedía hacerle cosas que quizás sean sucias, pero mi mente me pedía entrar en razón y seguir conteniéndome y mantener mi cordura.

-"No quieres que me vaya pero tampoco quieres verme"-le dije seriamente volteándolo a ver, afirmando que mi comentario era correcto.

-"Tienes razón, ni yo mismo me entiendo"-dijo sin soltarme, de cierta forma puso más fuerza en mi brazo.-"Una parte de mí está avergonzado porque siempre me vez débil pero mi otra parte me dice que quiere tenerte cerca"-me empezó a decir, yo estaba malinterpretando sus palabras así que me era difícil entender a lo que se refería realmente.

-"Tú..."-dije sin pensar con claridad lo que quería decir-"En verdad no hay nadie quien te entienda mejor que yo"-le dije derrotado y alejándome de la puerta.-"¿Y bien? ¿Qué hacemos?"-le dije sentándome en el asiento del escritorio.

-"Deberíamos dormir, mañana tenemos que ir a la escuela"-me dijo acostándose en su cama, yo me quedé desconcertado por su respuesta.

-"¿Me detuviste solo para que te fueras a dormir?"-le dije un poco molesto, a veces debía admitir que me costaba entenderlo. Quería retirar lo dicho que dije hace unos minutos atrás.

-"Cállate"-me dijo dejando un espacio en su cama y acomodándose en la orilla.-"Ven aquí"-dijo palmeando el lugar donde según dormiría esta noche.

-"Dime que estás bromeando..."-le dije tratando de calmarme, primero me tortura con sus palabras, después me detiene y me tortura con obligarme a dormir aquí en su departamento pero como si no fuera suficiente, me tortura ahora con dormir con él, en la noche, a solas, siendo gay y teniendo sentimientos amorosos por él. ¿Qué tan lejos quieres llegar a torturarme?

-"Lo digo en serio"-me decía, era obvio que no estaba consciente de lo que decía, seguramente si nada de lo que pasó hubiera pasado, nunca se le hubiera pasado por la mente hacer esta clase de cosas.

"No sé si estoy en el mismísimo infierno o en el cielo"

Pensé al acostarme y estar al lado de mi amigo, estaba claro que no podía dormir debido a los nervios que sentía y por si fuera poco, Fede me termina abrazándome provocando que me ruborizara completamente.

Será una larga noche...

No, no puede ser así.

-"Fede, aléjate y dame mi espacio"-lo empujé ligeramente lejos de mí, ¡En verdad me estaba torturándome el doble! Sin embargo abrió sus ojos con sueño y con la mirada soñoliento.

-"¿Por qué? ¿Te incomodé?"-me dijo balbuceando, ni si quiera estaba en sus cinco sentidos.

-"Recuerda que soy gay, ¿Acaso no te sientes incómodo dormir con alguien que tenga gustos del mismo sexo?"-le dije poniendo mi mano en su frente alejando un poco su cuerpo del mío.

Pensé que con esas palabras sería suficiente para que me dejara en paz pero...

-"¿Tú, incomodarme? Jeje que gracioso eres..."-decía sonriendo con la baba en su boca escurriendo ligeramente. ¡¿Es en serio?!

-"Tú..."-le estaba a punto de darle un golpe en la cabeza para hacerlo reaccionar, su actitud me estaba ilusionando cosas que ni al caso.

-"Félix nunca me haría algo, seas gay o no, no podrías hacerme algo"-me dijo muy confiado antes de roncar y volver a quedarse dormido.

Si supieras todo lo que pasa por mi mente cuando te veo tan indefenso...

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Continuará...

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