(Narra Félix)

"N-no digas nada"-dijo un poco nervioso, se notaba enseguida que estaba algo avergonzado por todo esto.

"Así que esto es lo que le tenía preparado a su novia"-pensé un poco triste, a decir verdad... sentía un poco de envidia.

"Vamos a sentarnos"-dije tratando de sonar indiferente cuando en realidad estaba emocionado.

Él no dijo nada y sólo se limitó a sentarse, hubo un pequeño silencio entre nosotros pero enseguida puse un tema de conversación.

"Y... ¿Cómo te va con tu novia?"-dije algo curioso, me sentía algo incómodo fingir que no me importaba su relación con esa mujer ya que, estoy muy seguro que ella solo juega con sus sentimientos.

"Muy bien, ya casi vamos a cumplir 1 año y 3 meses de estar juntos"-dijo poniendo una sonrisa en sus labios, yo solo fruncí mi ceja al ver esa expresión.

"Eres un ingenuo"-pensé con claridad, él no se daba cuenta que ella solo pasa ratos con él y que, en realidad está saliendo con otro hombre incluso más mayor que nosotros. Sin embargo... ¿Cómo decirle todo eso? ¿Cómo podría soportar verlo tan decaído y vacío si se entera que ella le está siendo infiel?

"Pareces disfrutar tu noviazgo con ella"-escupí con un tono frío y seco, no soportaba verlo tan feliz con una mujerzuela que solo lo engañaba.

"Claro que sí, después de todo ella es mi novia"-me dijo con un leve sonrojo y poniendo una expresión que nunca he visto de parte de él...

"Como sea..."-desvié la mirada con molestia, no quería admitir que me sentía celoso de esa chica, no quería admitir que me sentía atraído fuertemente por éste chico ingenuo.

"Félix..."-me llamó pero lo ignoré-"Sé que te molesta que ande con ella porque paso más tiempo con mi novia que contigo y con mis amigas pero... debes entender mis sentimientos"-me decía a lo que yo gruñí con molestia, odiaba escuchar eso, no quería ser menos importante que ella.

Entonces... ¿Por qué no entiendes tú los míos?

Me di por vencido, sabía que esto es una ridiculez, yo no debí fijarme en él...

"Qué tontería..."-dije sin querer, no me di cuenta de lo que había dicho hasta que noté que él me miraba extraño.- "¿Por qué no te das cuenta?"-susurré muy bajito, miré el plato y pude notar que estaba reflejado mi rostro en él.

Él quería decirme algo pero fue interrumpido por la mesera, me di cuenta enseguida que ella le miraba como boba ya que no apartaba su vista de él.

"¿Le traigo su pedido?"-dijo la mesera con un pequeño rubor en sus mejillas.

"Claro"-respondió el idiota de mi amigo con una sonrisa amable, yo sólo los vi algo irritado, de a pesar que me costaba admitirlo, estoy consciente que Fede nunca se fijaría en mí.

Nunca me vería de otra manera...

Suspiré irritado para toser a propósito dándole a entender a la mesera que debía seguir haciendo su trabajo y no quedarse parada viendo a Fede como boba enamorada.

-"Tienes novia y andas coqueteando a otras mujeres"-dije dibujando en el plato con uno de mis dedos.

-"No le estaba coqueteando, ¿Qué te hace pensar eso?"-me decía confundido sin darse cuenta de los sentimientos de la mesera que se notaba que tenía nuestra misma edad.

-"Mujeriego"-solté cruzando mis brazos y en voz alta.

No dijo nada ya que volvió la mesera, reí divertido al ver su expresión de molestia pero que la cambió a una sonriente que claro, era obvio que fue forzadamente.

Miré perplejo al ver la comida, abrí como platos mis ojos al notar la cantidad de comida que nos estaban trayendo a la mesa y ver que cada platillo estaba decorado con un corazón en la esquina del plato.

Había de todo, tanto platillos de cortes de carnes como de ensalada, sin mencionar de algunos bocadillos de acompañamiento, me era increíble ver todo eso, no podía imaginar cuánto le habrá costado pagar todo eso mi amigo, es decir, casi siempre salía con su novia a este tipo de lugares o incluso más lujosos que éste, y no sólo eso, si no que la lleva a veces a cenar y le compra regalos arriba de 1000$.

¿Por qué gasta tanto Fede en cumplirle todos sus caprichos a su amada?

Sin embargo, estaba claro en algo, si yo fuera su novio, no estaríamos aquí sino en algún lugar más sencillo sin tener que gastar tanto y me conformaría con un helado y pasar mucho tiempo con él.

Es verdad, eso es imposible porque yo soy un hombre.

Miré de reojo a mi compañero que estaba comiendo tranquilamente enfrente de mí, pude apreciar su imagen bien arreglado y sencillo, me quedé ido al verlo, en este preciso momento me sentía feliz de estar junto a él, comiendo esto y disfrutando de su compañía, sin preocupaciones de que esté su novia interviniendo en cada charla que intentaba entablar con él ni que ella se queje de mí cada vez que salimos juntos, simplemente me era molesto ver que él se esfuerza tanto en demostrarle su amor a ella y que esa mujer solo esté jugando con él y que ni siquiera le tome en serio.

Quería decir algo pero preferí seguir comiendo, me sentía bien, no quería arruinar este momento.

Después de comer y estar lleno, me limpié un poco mi boca en caso de residuos, tomé la servilleta sucia y la puse alado del plato.

Enseguida escuché una risita proveniente de mi compañero, lo miré confuso y me di cuenta que me estaba señalando en una esquina de mi labio.

No entendí muy bien hasta que se levantó un poco de la mesa y agarró su servilleta y la colocó en esa parte de mi labio, me sorprendió bastante de su acción que no pude evitar sonrojarme.

"Tenías aquí"-me dijo con una sonrisa, sino fuera porque la gente nos miraba raro, además de que él tiene novia y porque mi orgullo es más grande que cualquier otra cosa, juraría que me atrevería a besarlo.

"G-gracias..."-dije un poco avergonzado para después notar que se sentó nuevamente en su asiento.

Observé que él le hacía señas a la mesera y le decía algo en su oído, me sentí molesto cuando observé a la mesera sonreír tontamente para salir corriendo con un rubor en sus mejillas, cosa que no se dio cuenta mi amigo.

"¿Qué le dijiste?"-pregunté tratando de sonar natural ni que se me notara el enojo en mi voz.

"Cierra tus ojos"-dijo cambiando de tema.

"No me cambies de tema"-insistí un poco más, quería saber lo que le había dicho.

"Solo hazlo"-me ordenó, cerré mis ojos de mala gana y bufé con molestia.

Pasó unos segundos y escuché decirme que no los abriera por nada del mundo, no me quedó de otra más que aceptar eso.

"Ábrelos"-me dijo para después abrir mis ojos para darme cuenta que había un enorme pastel en la mesa, miré sorprendido por dicho regalo, después de todo él se había acordado de mi sabor favorito. El chocolate.

"Fefi..."-susurré con alegría al ver el pastel, tenía muchas velas de color rosa; mi color favorito.

"Feliz cumpleaños"-me dijo con una tierna sonrisa para después decirme que debía soplar las velitas, no sin antes pedir mi deseo y vaya que sabía cuál era el deseo perfecto para mí.

"Deseo que Fede se enamore de mí"

Sonreí satisfecho para después regalarle una sonrisa a mi amigo, soplé las velitas y le di una pequeña mordida al pastel.

Es el mejor cumpleaños que tuve hasta ahora.

Reímos y estuvimos hablando un buen rato, me sentí tan feliz el día de hoy y todo gracias a que es mi cumpleaños, me sentí importante y me llevé toda su atención.

"¿Qué deberíamos hacer ahora?"-me preguntó parándose de la mesa y tomar el pastel con sus manos, obviamente yo también me paré y me fui detrás de él.

"Quiero estar contigo"-dije inconsciente para después sonrojarme como un tomate al darme cuenta de mi comentario.

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Continuará...

Nota: ¡Bienvenidos a esta nueva historia que he creado! como pueden notar, el trama es muy diferente a mi otra historia y por si fuera poco, las actitudes de estos chicos son un poco diferentes así como también los hechos que se presentarán a lo largo de la historia, no les pido mucho, solo quiero que le den una oportunidad en leerla.

Es un nuevo proyecto que estoy haciendo y ésta historia constará más de 30 capítulos, así que va a estar larga por los hechos que estoy programando meterle y algunos problemas que quiero que surgen en la historia, así que espero que les guste y sobre las actualizaciones, ya están indicadas, así pueden saber en qué días estaré subiendo los demás capítulos, sin más que decir...

Con cariño, Hana