Te amo

Te amo

—¿Culpándome por tus errores, de nuevo? si que tienes agallas...— El mayor regañó, empujando a Jimin más profundo en la cama. Jimin sollozó, lágrimas rodando por sus mejillas mientras se agarraba fuerte de la cama. Beom se rió, pero la risa no sonó cálida. Era fría como el hielo -
—Y ahora estás llorando como un bebé. Con razón nadie te quiere. Todo un cobarde— agarró los cabellos de Jimin y lo alzó —¿Te gusta esto, no putita? actúas como si no, pero me doy cuenta. Si esto lo que te enciende. Y de nuevo un poquito de dolor y estás chillando como el bebé que eres, decídete de una vez— Beom besó la mejilla de Jimin, antes de jalonearlo y empujarlo con mucha más fuerza que antes. 

—Tienes suerte que nadie quiere tomarte. Nadie más quiere ver esto. Esto es lo que mereces.— Beom siseó, tocando fondo y cerrando los ojos. Jimin nunca se enojaba con él. No le respondía, solo presionaba sus labios en una final linea, mordiendo su lengua, para no dejar que ningún sonido salga de su boca. 

Nunca respondía. ¿Porque lo haría? después de todo siempre era él quien tenía la culpa. Todo lo que podía hacer, era ser agradecido de que Beom estuviera para él...

—¡¿Jimin?!— La familiar voz, lo arrancó de su horrible pesadilla. Jimin escuchó un suave sollozo ¿era esa su voz? ¿estaba llorando? Rápidamente se sentó y sus manos subieron para limpiar las lágrimas. No quería que Yoongi le viera llorar otra vez. Era un puto llorón. Miró arriba a Yoongi quien estaba sentado en la orilla de la cama, con consternación en sus ojos. 

—¿Soñaste con él otra vez?— Su voz gentil solo hacía que la garganta de Jimin se apretara en memoria de su sueño. Se engarroto al cálido cuerpo de Yoongi, enterrando su cara en la camiseta del mayor. 

Era increíble cuanto Yoongi estaba para Jimin. Pacientemente, pasó los siguientes diez minutos escuchando los sollozos de Jimin, suavemente pasando sus manos por el cabello del pequeño, mientras calladamente murmuraba gentiles palabras de promesas tranquilizadoras. De como todo estaría bien. De que todo acabo. De como protegería a Jimin si algo parecido sucediera de nuevo. 

No era la primera vez que Jimin despertaba en medio de la noche en necesidad de ser cuidado y Yoongi ya sabía como manejar a Jimin.

Las primeras veces arruinaba un poco todo, preguntando cosas incorrectas. Sin saber como reaccionar a ciertas cosas que Jimin decía, además de que el chico no confiaba tanto en Yoongi, como lo hace ahora. 

Después de más de diez minutos de callados llantos, Jimin finalmente levantó su cabeza, sus ojos rojos de llorar, su nariz moqueando y una marca de almohadazo en su mejilla. 

A pesar de no ser el mejor momento, Yoongi no creía lo hermoso que era su novio —Te miras precioso— sonrió, mientras su pulgar acariciaba el cachete del chico. 

Jimin rompió en una triste sonrisa, disfrutando de la sensación de calidez y comodidad que la presencia de Yoongi siempre le daba —Estás mintiendo— rió, quitando las lágrimas de sus ojos otra vez —Solo intentas hacerme sentir mejor, soy un desastre ahora. Es decir, mírame— otra lágrima recorrió su cara, a la par que agarraba la mano de Yoongi, acercándola a su cuerpo, esperando que de alguna manera esto evitara que Yoongi se aleje de él para siempre. 

—No estoy mintiendo cuando digo que eres hermoso. Te ves bonito— Yoongi presionó la mano de Jimin en sus labios y besándola, antes de sonreír con calidez —¿Crees que puedes contarme acerca de tu sueño?

Suspirando con temblores, Jimin mordió su labio, antes de suspirar lentamente, en un intento de calmarse. Para que lo que estaba a punto de decir le afectara profundamente —Estaba con él otra vez... me decía exactamente lo indigno que soy...— Jimin dijo sus últimas palabras de manera torpe, le costó, decir lo que escuchó una y otra vez durante cinco años.

Casi instantáneamente, la ira se apoderó de la expresión de Yoongi y aunque sabía, que no era por él, Jimin instintivamente tuvo la necesidad de esconderse abajo de la cama. Nuevas lágrimas ya se formaban en sus ojos. Cuando Yoongi enojado se levantó, sin ser capaz de quedarse quieto, Jimin brincó al movimiento repentino, esperando un empujón o una cachetada. Algo parecido.  

Yoongi se dio cuenta de su error al instante, rápido sentándose otra vez, Jimin volvió a comenzar a llorar. Memorias de ser maltratado por Beom fluyeron en su mente. Siempre que Beom tenía un mal humor, a veces porque uno de sus amigos hizo algo malo, a veces por problemas familiares en donde Jimin pensaba que tuvo la culpa, descargaba su coraje en Jimin. 

—Lo siento, Jiminie. No quise asustarte...— Yoongi se disculpó, su voz proyectaba mucho amor, Jimin se le volvió a colgar. 

—Te amo...— Susurró, evitando los ojos de Yoongi y perdiéndose de la sonrisa babosa del mayor mientras llevaba su mano a pasear por el cabello de Jimin —Yo también te amo... más que a nada. 

Una sonrisa se estancó en las esquinas de los labios de Jimin cuando finalmente se calmó, encogiéndose en el regazo de Yoongi. 

Estando realmente cansado de no haber dormido mucho, los últimos días, Jimin se quedó dormido muy pronto, dejando a Yoongi solo mientras continuaba sonriendo y acariciando su cabello con mucha afección, viendo a la delgada figura con el rostro pacífico. 

—De verdad te amo...

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