·CAPÍTULO 6·


POV. LEAH 

A la mañana siguiente desperté a las cinco de la mañana, mucho más temprano de lo normal. Mi cabeza estaba hecha un lío, aún no podía borrar ese espantoso sueño de mi cabeza. Nick estaba muy preocupado, su borrachera se la pasó de un dos por tres. Me preguntó de qué consistía mi sueño, pero me rehusé a contárselo y le dije que cuando estuviera preparada le contaría todo. 

Fui al baño, hice mis necesidades y me metí en la ducha para bañarme con agua fría y relajar mi cuerpo, y despejar mi mente que aún estaba metida en ese sueño. Me aseguré de que Nick aún no estuviera despierto para cambiarme allí mismo, busqué el conjunto deportivo, un suéter para salir de casa y mis zapatillas deportivas. 

Busqué un libretita y un lápiz para dejarle una nota al ser humano que estaba de bello durmiente en mi cama, sí que tiene el sueño pesado.

"—Buenos días, bello durmiente.

Salí de casa porque tuve que ir a entrenar, hay comida en el frigorífico pero no te la comas toda, porque yo también como. 

Y ni se te ocurra tocar la nutella, ni tampoco el helado, porque te dejaré te patearé el trasero si lo haces.

  —Leah.—"

Le dejé la nota en el mesón y salí para ir a entrenar. Caminé a la estación de autobuses que quedaba cerca de casa, fui al tablero a ver a qué hora salía el que me tocaba a mi. Salía a las seis y treinta y eran las seis y veintitrés, perfecto, llegué a tiempo. 

Me dispuse a caminar a la taquilla para comprar el pasaje, un chico demasiado guapo fue el que me atendió.—Buenos días, ¿en que precio está el pasaje del autobús que saldrá a las seis y treinta?—Me dirigí al chico con una sonrisa de lado.

 —Está en tres dólares, preciosa— Esa sonrisa, esa sonrisa es la más sexy que he visto. Y esos labios... tan rosados que provoca morderlos— Sé que soy malditamente sexy, pero disimula que me estás comiendo con la mirada—Se carcajea tan ruidosamente que hace que me una a ella. 

  —Perdón si te incomoda, chico guapo.—Le doy una sonrisa juguetona—¿No me vas a dar mi boleto?—Pongo los ojos en blanco cuando se pone a teclear tan rápido en la computadora que me marea.

Me entrega el boleto y de una vez lo guardo en mi bolso para que no se me pierda y no tener que pagar dos veces lo mismo—ruedo los ojos ante tal estupidez—, veo la hora en mi reloj y me doy cuenta que faltan cuatro minutos para que salga el bus. 

Doy la vuelta rápidamente para irme, pero una voz me detiene—Espérate, dame tu número, preciosa.—Dice el chico de la caja.

  — Lo siento, será en otro momento, voy retrasada. Adiós, chico guapo.—Veo que me sonríe, pero su sonrisa es a medias.

Me dirijo a donde se supone que debería estar el autobús y una resplandeciente sonrisa se instala en mis labios al darme cuenta que el señor que lo maneja se está tomando su café y aún no se sube.

Corro hasta donde está, le entrego el boleto y me subo, busco asientos disponibles pero el único que está vacío es al lado de una señora de unos cincuenta y tantos años, me siento al lado de ella y me da una sonrisa que hace que se le noten un poco las arrugas de sus pómulos, y sin más se la devuelvo. 

El transcurso pasó tranquilo, hablando con la señora que tengo al lado de temas triviales, me contó que iría a visitar a su hijo que desde hace dos meses no lo veía, luego me pidió el favor de que le marcara el número en el teléfono que tenía porque no podía ver bien los números. Y con gusto lo hice. 

  — Muchas gracias cariño, es que yo ya no entiendo estas cosas del demonio, eso es sólo para los adolescentes, yo ya estoy muy vieja—Me dice con una cálida sonrisa. En realidad sí lo estaba un poco, pensé que tenía cincuenta y tantos años, pero resulta que tiene sesenta y cinco años, y no los aparentaba tanto. 

Al ver que quedaba sólo una cuadra para llegar al lugar que me dirigía me despedí de la señora mientras que ella hablaba con su hijo diciéndole que le faltaba poco para que llegara y que estuviera pendiente. Apreté el botón avisándole al chofer que aquí se quedaba alguien, me despido y bajo, la fuerte brisa choca contra mi rostro, está haciendo un poco de frío por eso me traje el suéter. 

Cuando estuve en frente del local donde entrenaba, respiré con tranquilidad, iba llegando cinco minutos tarde, y sé que Marcus se las cobrará en lo que me ponga hacer. 

Cuando entro al local todas las miradas se posan en mí, y no se me hace nada raro porque soy la única mujer que está entrenando aquí. Ya me conozco a unos cuantos, que no son tan gilipollas como otros. Aquí sólo se viene para entrenar boxeo, más nada. 

Cuando distingo a Marcus hablando con otro chico muy animadamente camino hasta él, le toco el hombro para que voltee y al verme esa sonrisa que tenía hace minutos se le borró y ahora tiene un semblante serio y enfadado. 

 — Llegas tarde, Parker—Es lo único que me dice, aún con su semblante serio.

 — ¿Qué tengo que hacer, Marcus?—Le digo borde.

  — Ve a cambiarte primero, Parker—Me dice con una sonrisa maliciosa, que asusta.

Fui a las duchas y me aseguré de que no hubieran hombres allí. Me quité el suéter que traía, lo guardé, busqué mis guantes y el protector bucal. Agarré mi teléfono y mis auriculares, busqué el bolso y salí de allí. 

Pse el bolso en una de las bancas que estaban cerca, me senté unos minutos que parecieron eternos, Marcus estaba hablando con un señor de traje formal, de seguro era importante porque su semblante estaba serio. Cerré los ojos, y esperé a que terminara de charlar. 

Luego de unos veinte minutos ya me estaba quedando dormida, pero el grito de Marcus cerca de mi oído, me sorprendió tanto que caí al suelo pegándome por el trasero. Le di un chillido de frustración ante tal cosa que hizo.

  — Haces quinientos abdominales, setecientas sentadillas, luego vas a la barra y me haces ochocientas, luego me avisas para ponerte en el saco.  —Al ver que me quedo incrédula en mi lugar, mirándolo con los ojos como plato, me dice—Mueve tu trasero si no quieres que te aumente los abdominales a mil.

Antes de que terminara la oración me encontraba haciendo lo que me había pedido. 

Oh Dios, si así serán los entrenamientos cuando llegue tarde nunca más en mi vida lo haré.


«—»«—»«—»«—»«—»

Hola preciosuras. 

Espero que les guste este cap, ya salí de clases y actualizaré más seguido...

Voten y comenten mucho, mucho, mucho. 

Besopos, L🖤. 



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