POV. LEAH. 

Esa mirada tan penetrante de él me hizo sentir desnuda.

Ninguno de los dos quitó la mirada, era algo así como una guerra de miradas. Hasta que alguien me agarró del brazo y me apartó de toda la gente que había allí. 

-¡Hola, preciosa!, Que gusto me da verte, pensé que no volverías por estos lugares.-Me dice nick con una sonrisa resplandeciente. 

-Éste chico no se cansa de reír-pensé.

-¿Cómo crees que no voy a volver, Nick?, ya te estaba extrañando.-Dije.

Y en realidad sí, lo extrañaba, desde la última vez que vine que fue hace una semana cuando competí con Jacob no lo volví a ver más, y no intercambiamos números. 

-Lo sé, lo sé. Una chica no me puede conocer porque al otro día ya me está extrañando-Dice con su ego por las nubes, éste se da una carcajada que las personas que estaban alrededor voltearon a ver qué había pasado. 

-Déjate de estupideces tío, dame tu número y así estamos en contacto, para que tú tampoco me extrañes tanto.-reí con él.

El resto de la noche pasó rápido, entre bebidas y tíos guapísimos con los que bailaba. Con un tío intercambiamos de número y quedamos en vernos un día de estos. 

(...)

Ya eran las tres de la mañana, todavía estaba la gente bailando, bebiendo, drogándose y teniendo sexo con ropa. 

Ese era el olor de este lugar, asqueroso lo sé. 

En un rincón vi a Nick comiéndose a una tía, estaban tirados en el piso porque los dos estaban tan borrachos que ninguno se podía mantener de pié.

Caminé hasta donde estaban los dos, para ver que tan mal estaba Nick. 

-Oye Nick, ¿te encuentras bien?-el sarcasmo de mi voz no faltó.

Me miró y me sonrió-¿Para qué me buscas?, ¿también quieres que te folle?-Sí que está borracho. 

-Oh sí, quiero que me des duro. Ven, vamos a mi casa.-Le dije aún con el sarcasmo, aunque él estuviera borracho, tiró a la tía tan lejos que pudo para poder pararse con mi ayuda, ya que de por sí sólo no se podía mantener de pié.

Le monté en la moto asegurandome que no se cayera en el trayecto, podía sentir una mirada en mi nuca, pero no voltee porque ya sabía a quién pertenecía.

(...)

Llegamos a mi casa luego de veinte minutos, Nick con sus comentarios cochinos respecto a lo que había dicho en la fiesta. 

Subí con Nick a mi habitación, con cuidado de que no se cayera y fuera rodando por las escaleras, cuando llegamos le quite la camisa, el pantalón y las botas que traía. Luego fui yo la que se cambió, cuando estuve lista para dormir me acosté y rápidamente caí en los brazos de morfeo. 

(..)

*Es de noche y está lloviendo, truenos y relámpagos suenan por toda la casa, estoy sola porque mi madre seguro está bebiendo, drogándose, o tirándose a cualquier tío. Como todas las noches que sale.  

Estoy acostada tratando de quedarme dormida, pero es en vano. Gritos en la planta baja se escuchan por toda la casa, bajo con cuidado de no hacer mucho ruido, y veo a mi madre tirada en el piso llena de sangre, en ropa interior y con hematomas en el abdomen, ahogo un grito de espanto al verla así.

Camino hasta ella para ver cómo se encuentra, tiene el ojo morado, la ceja y el labio partido. Se me salen las lágrimas al verla así, aunque ella me desprecie como lo hace nunca he querido que le pasara algo así. 

Siento que alguien me toma del hombro y doy un salto en mi lugar al saber que hay otra persona en la casa, pero luego recuerdo que otra persona fue quien dejó a mi mamá así.

Volteo y hay un hombre de unos treinta y cinco años, lo miro con temor en mis ojos, con miedo a lo que me vaya hacer, mientras que él me da una sonrisa que mientra sus asquerosos dientes amarillos, huele a alcohol y tiene los ojos demasiado rojos. 

-Hola preciosa, ¿quieres divertirte un rato?-dice arrastrando las palabras por lo borracho que estaba. 

El miedo recorrió mi  cuerpo al ver que se acercaba más a mi, y empezaba a tocarme. 

-No, no, no. Por favor no me haga nada-le dije casi que suplicando y con un nudo en la garganta.  

-Cállate maldita-Gritó tan fuerte que hizo que mi miedo aumentara.

Pero no me hizo caso, ¿y como? si estaba demasiado drogado. 

Me agarró por el pelo, me llevó arrastras hasta el sofá y me tiró como si fuera bolsa de basura, lloré como nunca antes, grité para que los vecinos me escucharan y me sacaran de aquel lugar, lo pateé, le mordí, lo arañé, hizo todo lo que pude, pero con cada cosa que hacía parecía que aumentaran sus ganas de hacerlo.  

-¡NO, NO, NO!, no me haga nada se lo suplico, ¡por favor no!-Lloré, lloré como nunca antes, ni cuando mi mamá me pegaba lloré así.

-Te dije que te callaras, maldita-Una bofetada, un grito desgarrador, segunda bofetada un gemido por el dolor del golpe, tercera bofetada... la primera embestida de muchas. Sus embestidas eran tan fuertes que sentía que me desgarraba por dentro. 

Aquel hombre disfrutando de haberme quitado la inocencia con sólo ocho años, y yo decepcionada de mí misma, me sentí asqueada, y usada, me sentí basura.*

Me desperté con las respiración agitada, Nick se encontraba encima de mi, me estaba zarandeando y gritandome para que despertara.

Las lágrimas salieron solas, sin aviso. Nunca me gustó llorar frente a una persona. 

-Tranquila Leah, respira venga, respira. Sólo fue una pesadilla-Dije Nick tratando de calmarme.-Tus gritos son desgarradores pequeña, cuando estés más tranquila me dices que pasa.

No estaba segura de poder contárselo, nadie sabía de eso, ese era uno de mis secretos.  

Después de tantos años, las pesadillas han vuelto para atormentarme más de lo que ya estaba. 

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¡Hola preciosuras, he vuelto!

Espero que les guste este cap, vota y comenta que tal te pareció. 

Besopos, L❤.