•CAPÍTULO 12• 2/3


POV. LEAH

Luego de que el ojizarco volviera de comprar los cigarros todos nos montamos en los respectivos autos, yo me monto en el auto de él en el asiento del copiloto. Ya que todos iban apretados en los asientos de atrás.

Siento la mirada de alguien en mi espalda, volteo y veo por el espejo retrovisor que es el chico que estaba llorando.

— Gracias. —dice en un pequeño susurro que sólo yo pude ver el movimiento de sus labios.

— No hay de qué. —le digo de la misma forma.

El ojizarco al ver que estoy mirando al chico por el espejo retrovisor, lo mira también. Y éste en menos de un segundo voltea hacia otro lado.

¿Por qué hizo eso? ¿Acaso le tiene miedo al ojizarco?

  ***

Después de darle mi dirección y llegar a mi departamento, estaciona afuera de éste. Las calles oscuras porque todos los faroles los han dañado. Con sólo la luz de la entrada del mío encendida.

— ¿Aquí vives tú? —pregunta incrédulo, el ojizarco.

— No todos tenemos suficiente dinero para pagar un buen departamento, y sí, aquí vivo yo. —la molestia en mi voz era palpable, aunque no quería que fuera así. —eso es por dejarte llevar por tus emociones. —pensé.

Los otros chicos que estaban en los asiento de atrás hicieron un sonido desconcertante.

— No quise ser grosero, —pero lo fuiste. — discúlpame, no fue intencional.

Asiento, y salgo del auto luego de despedirme con un movimiento de manos.

Acomodo bien mi mochila en la espalda, y empiezo a caminar a la entrada de mi edificio. El auto había arrancado, yéndose al minuto en el que me bajé.

Saludo al vigilante del edificio que estaba sentado detrás del mostrador y el me lo devuelve.

Al llegar al segundo escalón su voz interrumpe mi caminata.

— Esta tarde te estaban buscando, el chico que vino subió a tu piso. —mis nervios se dispararon al momento en que esas palabras salieron de su boca.  Al recordar lo que pasó con mi departamento reacciono y corro escaleras arriba, dos pisos para ser exacto.

— ¡Maldición! —susurro con voz temblorosa, al ver la puerta de ésta entreabierta.

El mismo miedo que sentí cuándo encontré el departamento hecho un desastre se incrementa en mi cuerpo.

Llego hasta la puerta y pongo mis manos en ésta, los vellos de mi cuerpo se erizan completamente al escuchar el sonido al ser abierta.

Mis piernas tiemblan al igual que mis manos, sostengo mi labio inferior entre mis dientes y lo muerdo para evitar salir de allí e ir a llamar al conserje para pedirle ayuda.

Una mano se posa en mi boca y un grito es ahogado con ella.

La persona que está ahí me agarra de la muñeca izquierda y me tira contra la pared, un estruendo se escucha en toda la sala al hacer eso y un jadeo sale desde mi boca.

— No hagas ruido. —su voz se escucha un poco distorsionada por el pasamontañas que tiene puesto y no logro reconocer su voz.

No sé de quién se trata hasta que pega su cuerpo al mío, y el olor de su perfume varonil llega a mis fosas nasales.

Trato de hablar, pero Jacob pone su mano izquierda haciéndome callar.

— ¿Te vas a callar? —la seriedad con la que habla, me abruma un poco y asiento en respuesta.

Poco a poco va quitando su mano izquierda de mi boca, hasta ponerla alrededor de mi cintura y una corriente eléctrica me recorre el cuerpo completo. 

Cinco o diez minutos estuvimos en esa posición, y sinceramente ya me estaba cansando.

Me remuevo un poco incómoda en sus brazos por todo el sudor que tiene mi cuerpo y trato de no mirar a Jacob a sus preciosos ojos azules, pero en realidad se me hace un poco difícil.

Al rato se escuchan varios pasos caminando sigilosamente y quedo estática en mi lugar, el miedo se vuelve a instalar en mi organismo y no puedo contener el pequeño temblor en mis manos.

Mi cuerpo entero tiembla de nervios. 

Jacob esconde su rostro en mi cuello y su respiración choca contra éste haciendo que mis nervios aumenten y mis vellos se erizen por completo.  

No sé porqué tiene ese poder en mí. 

Maldita sea el día en que su manera de ser me empezó a gustar. 

Soy, y siempre seré la chica con el corazón de hielo. Nunca me demostraré vulnerable ante algún chico, nunca. 

El cañón de una pistola se posiciona en mi cabeza, y un señor cuarentón se hace visible con una sonrisa macabra. 

Estoy muerta. 

***

¡Hola! disculpenme por no subir cap antes, ya los tengo escritos, pero el problema es el internet. No tengo de dónde conectarme, y ahorita esto donde una vecina robándole el internet:v.

Espero que les haya gustado, no olviden votar y comentar qué les pareció. 

¿Por qué el chico estaba llorando? ¿Por qué le tiene miedo al ojizarco?

¿Quién es la persona que entró al departamento de Leah? ¿Por qué le quieren hacer daño a ella?

Comenta un "👻" (fantasma) si quieres que te dedique un capítulo. 

Besopos, L.

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