Capítulo 10: Solo un poco de amor
Kat: Hola a todos aquí vengo con un nuevo capítulo, les agradezco mucho sus comentarios y votos del capítulo anterior y bueno esta vez el cap. trae advertencia (aunque estoy casi segura de que la ignoraran pero bueno): este capítulo contiene Lemon explicito, marcare el momento en el que empieza la escena y dónde termina, queda a su elección si lo leen o no
Y bueno sin más por el momento comencemos
Gravity Falls no me pertenece es propiedad de sus respectivos autores la historia es de mi autoria
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Con Dipper y Bill/Dimensión de Bill
-Este lugar es tan extraño.-Comentó Dipper, mientras veía interesado por una de las ventanas del castillo de Bill, debatiéndose entre pedir ir a recorrer la dimensión de este o recorrer todo lo que pudiera del castillo del rubio que había estado extrañamente callado desde su pequeño "secuestro", cosa que llamaba la atención del castaño que no se atrevía del todo a preguntar que le pasaba por temor a la respuesta.
Desde la confesión del rubio; Dipper había pasado una buena parte de sus días pensando en que decir cuando volviera a verle, lo primero que había hecho cuando sus pensamientos se asentaron fue negar lo que el demonio había dicho, "seguramente solo estaba jugando" "solo quiere burlarse de mi" pensó Dipper pues no podía creer que Bill pudiera sentir algo por él, pero después de darle mil vueltas el castaño tuvo que admitir que el rubio no ganaba nada con mentirle de aquella forma sobre todo cuando parecía que el rubio ya estaba trabajando para conseguir la fisura.
Por ello Dipper se había permitido pensar en lo que sentía por el demonio, algo en lo que no se había detenido a pensar gracias a todos los problemas que había en la cabaña, no es como si el castaño no hubiera notado que sus sentimientos hacía el rubio comenzaban a cambiar de a poco, primero el demonio le había dado un tipo de escape de todos los problemas que se habían presentado en los últimos días, le había ayudado a no perder sus sueños y le había mostrado cosas que ni el hombre al que había admirado conocía logrando que se sintiera especial.
¿En qué momento el rubio se había convertido en algo más que un amigo inesperado?, ¿Cuándo había empezado a estar en sus pensamientos a cada hora sacándole suspiros y sonrisas?, no lo sabía y tampoco le molestaba aquel cambio; Bill había llegado a llenar un vacío, el cual Dipper había ignorado hasta ese momento pero que no creía ser capaz de ignorar de nuevo.
En otra situación, ese sería el momento en el que Dipper se lanzaría gustoso a los brazos del rubio y podría ser feliz a lado de quien había llegado a quererlo.
Pero la realidad no era esa, no tenía que ver con que el rubio fuera un demonio, eso era lo que menos le importaba a Dipper; el problema radicaba en Ford y Stan. Estaba seguro que si se le ocurría llevar a Bill cerca de la cabaña (aún en su forma humana), se acabaría desatando una guerra pues no creía que aquellos hombres escucharan algo de lo que pudiera decir.
Incluso si lograban engañarlos por un momento, estaba seguro de que Ford los descubriría y todo acabaría con Bill muerto, algo que Dipper no quería.
-"Ellos creerían que Bill trata de engañarme".-Pensó el castaño con tristeza y enojo, ¿Qué sabrían ellos acerca de lo que Bill pudiera sentir por él?
-Hey pino, interesantes pensamientos.-Dijo Bill de pronto al oído del castaño abrazándolo por la cintura para evitar que escapara-¿Algo que quieras decirme pino?
-N-No nada.-Respondió Dipper nervioso por la cercanía del demonio, claro que tenía algo por decirle pero no creía poder hacerlo en ese momento no cuando podía sentir el aliento del mayor sobre su piel.
Sabiendo por donde iban los pensamientos del menor, Bill recordó que había algo que debía decirle ya no podía retrasarlo más.
-Pino, hay algo importante que debo contarte.-Dijo el demonio desviando la mirada para evitar ver la mirada curiosa del castaño.
Tomando la mano del menor, lo guio hasta un salón elegantemente decorado dónde tomaron asiento frente a una pequeña mesa con un juego de té listo para ellos.
-¿Qué pasa Bill?-Preguntó Dipper preocupado por la seriedad que en ese momento mostraba el demonio, ¿Qué podía causar aquella reacción en el contrario?
-Es un poco difícil de explicar pero trata de escuchar hasta el final, ¿Bien?-Pidió el demonio antes de juntar un poco de valor para hablar-¿Seis dedos te ha contado de... como nos conocimos?
-No, él no ha mencionado nada más allá del portal.-Respondió extrañado Dipper, tratando de hacer memoria sobre algo más que pusiera de ese modo al demonio.
-Escucha pino, yo engañe a Ford para que el construyera el portal, eso ya ha quedado claro, pero en esa ocasión fui más haya.-Empezó a relatar Bill notando como Dipper empezaba a hacer rápidas conclusiones.-Fue fácil para mí el enamorar a Ford, había tenido problemas con su familia y se encontraba solo, un par de palabras halagadoras y dulces y no dudo en creer ciegamente en mí.
-Entonces.... Ustedes.-Murmuró Dipper empezando a morderse los labios para no empezar a soltar palabras sin sentido ante lo que pensaba.
-Sí, necesitaba que no hiciera muchas preguntas, así que lo ilusione y cuando todo estaba listo le dije la verdad.-Respondió el demonio incomodo, ¿Era posible sentirse la peor escoria solo con una mirada?-El resto de la historia ya la conoces.
Luego de las palabras del demonio, la habitación quedo en silencio mientras la respiración del castaño empezaba a mostrarse alterada indicándole al demonio lo que venía.
-¡Te odio!-Le grito con todas sus fuerzas Dipper antes de levantarse para tratar de salir de la habitación, el peso de la revelación de Bill logro que todas las ilusiones que tenía se rompieran en un instante, ¡Bill solo estaba burlándose de él!
Antes de que Dipper pudiera alcanzar la puerta, se vio abrazado por Bill que lo sujeto con fuerza sin importarle los golpes que el castaño trataba de darle.
-¡Suéltame ahora Bill! ¡No dejare que te burles de mí!-Dijo Dipper tratando de que las lágrimas no empezaran a correr por sus mejillas.
-¡No me estoy burlando de ti Dipper!-Replicó entonces Bill logrando acallar al menor-¿Por qué crees que te lo dije?, si hubiera querido engañarte no te habría dicho nada ¿No crees?
Ante la pregunta de Dipper, este por fin dejo de removerse y empezó a pensar con la cabeza fría encontrando que Bill tenía razón.
-E-Entonces ¿Porque me dijiste?-Preguntó el menor desviando la mirada empezando a apenarse por su exabrupto.
-Porque no quería seguir mintiéndote.-Respondió el mayor tomando con cuidado el rostro del contrario para levantarlo y mirarle a los ojos.-Dipper no intento jugar contigo de ninguna forma, nada de lo que te dije sobre lo que sentía por ti es mentira.
Ante aquello, Dipper no pudo dudar ni un poco de las palabras del contrario podría darle mil vueltas al tema y terminaría en el mismo punto, creyendo las palabras del demonio.
-Te creo.-Murmuró el castaño acomodando su cabeza en el hombro del rubio que gustoso lo abrazo aliviado de que el menor le hubiera creído.-Y... yo tambien te quiero.
Si en ese momento hubiera podido, Bill hubiera empezado a gritar y probablemente a dar vueltas como si nada. Pero no lo haría... al menos no mientras su pino estuviera presente.
-Me alegra escuchar eso pino.-Le dijo al oído el demonio a Dipper logrando de que un pequeño escalofrió recorriera la espalda del castaño.
Sin pensarlo mucho, el demonio volvió a buscar los labios de Dipper para robarle un nuevo beso el cual el castaño siguió sin dudarlo.
Casi sin notarlo, el pequeño beso empezó a ser más intenso gracias a Bill logrando robarle el aliento al menor que trataba de seguir al demonio hasta que el aire se hizo indispensable por lo que Dipper se separó levemente del rubio para tomar un poco de aire.
En cuanto el castaño pudo recuperar un poco de aire, se vio de nuevo abrazado por el rubio que retomo el beso logrando que esta vez su lengua entrara en la boca de Dipper para jugar un poco con la inexperta lengua de este.
-Pino, si no me detienes ahora pasaremos al otro nivel.-Señalo el demonio separándose del castaño para darle oportunidad de decidir si quería continuar, no haría nada sin su consentimiento.
Empieza el lemon
-P-puedes continuar.-Respondió el castaño levemente nervioso por lo que pasaría, pero eso no le iba a detener, no creía poder detener en ese momento a Bill.
Lejos había quedado el pensamiento de que el mayor y su tío habían tenido "algo", eso ya había quedado en el pasado y Dipper se encargaría de ser el único en el pensamiento de Bill así como este lo era en el suyo.
Gracias a los toques del demonio, Dipper apenas fue consiente de cuando dejaron de estar en aquel salón para pasar a una habitación que parecía tan elegantemente decorada como el resto del castillo pero eso no tenía ningún tipo de importancia, no cuando el rubio le recargo suavemente en la cama para seguir con lo suyo.
-B-Bill no dejes marcas.-Pidió el castaño con un pequeño quejido cuando el rubio dejo una pequeña mordida en su pecho, ¿En qué momento había desaparecido su camisa?
-No lo prometo.-Respondió el mayor con una pequeña risa maliciosa antes de dejar una nueva mordida en el pecho del menor.
Antes de que Dipper pudiera decir algo, Bill pego su cadera a la del menor empezando a dar pequeños movimientos que lograron sacarle un par de gemidos al menor.
Mientras hacía eso, el rubio se encargaba de bajar de a poco el short y bóxer de Dipper el cual desvió la mirada apenado al verse tan expuesto frente al demonio, empezando a sentirse inseguro.
¿Y si su cuerpo no representaba algún atractivo para Bill? ¿Y si no le gustaba lo que veía?
-No pienses eso pino.-Le dijo el demonio suavemente a su oído frenando el tumulto que empezaba a correr en la mente del menor.-Nada de eso es cierto, eres lo más bello que nunca he visto.
Sonrojado por las palabras del contrario, Dipper junto un poco de valor para atraer al demonio hacía él para iniciar un nuevo beso donde la pasión y el amor estaban por igual.
No creyendo poder esperar más, Bill chasqueo los dedos para que sus ropas desaparecieran logrando que el sonrojo se extendiera por el rostro de Dipper al ver el cuerpo del otro.
-Vamos pino, lámelos tratare de que no te duela tanto.-Dijo el demonio acercando tres de sus dedos a la boca del castaño que un poco tímido obedeció tratando de que aquellos dedos estuvieran bien lubricados.
Cuando Bill considero que ya había sido suficiente alejo sus dedos de la boca de Dipper y con cuidado introdujo el primer dedo dentro del castaño que se movió un poco por la intrusión.
Bill estaba siendo cuidadoso mientras su primer dedo hacía pequeños círculos dentro de su pino que mordía un poco sus labios acallando un poco sus gemidos.
El segundo dedo del demonio encontró menos resistencia pero logro que un quejido saliera al fin de la boca del castaño.
-Relájate pino.-Dijo el demonio acercándose a los labios del contrario para iniciar un nuevo beso mientras su mano libre empezaba a tocar el miembro de Dipper tratando de alejar su mente de la incomodidad que sentía.
Cuándo el último dedo entro dentro de él, Dipper arqueo un poco su espalda pues Bill empezó a mover sus dedos logrando que las sensaciones empezaran a invadir al castaño.
-¿Listo pino?-Preguntó el rubio deteniendo sus movimientos y sacándole un quejido de inconformidad al menor, lo cual respondio a sus preguntas.
Con cuidado el rubio se acomodó mejor entre las piernas del castaño que temblaba levemente entre ansioso y nervioso.
Entrando de un solo movimiento, Bill logro que Dipper arqueara la espalda y diera un grito sordo por la sorpresa.
Aún con la preparación previa del demonio, la intromisión logro que Dipper se removiera por el leve dolor que se presentó.
Luego de unos minutos en los que Bill espero a que Dipper se acostumbrara a su intromisión, el castaño movió un poco sus caderas indicándole al rubio que podía continuar.
Rápido y lento, así eran los movimientos del rubio que lograban que Dipper viera estrellas cuando Bill logro tocar ese punto en su interior que le hizo gemir sin poder evitarlo.
-B-Bill...Bill.-Repetía una y otra vez Dipper como si de un mantra se tratara logrando que el rubio aumentara sus movimientos, encantado por como sonaba su nombre de labios del menor.
Afianzando mejor su agarre en la cintura del castaño, Bill aumento sus embestidas logrando que sus jadeos y los de Dipper se mezclaran hasta que ambos estuvieron a un paso de terminar.
-B-Bill... ahh... y-ya no aguanto.-Dijo Dipper con la voz entrecortada por los latigazos de placer que empezaban a recorrer su cuerpo.
-J-Juntos pino.-Respondió apenas el rubio no pudiendo dar más que unas embestidas antes de que ambos terminaran casi al mismo tiempo.
Fin del lemon
Apenas pudiendo sostenerse, Bill dejo un pequeño beso en la frente de Dipper quien sonrió por el gesto antes de que el rubio se acomodara a su lado atrayéndolo en un abrazo que el castaño recibió gustoso.
-Debo volver pronto.-Señaló Dipper luego de unos momentos de estar recargado en el pecho de Bill quien había estado acariciando su cabello cariñosamente.
-No quiero que vuelvas.-Respondió el demonio nada feliz de que su pino estuviera de nuevo cerca de Ford.-Seis dedos es peligroso y puede intentar cualquier cosa, no quiero que estés cerca de él.
-Pero no puedo dejar a Mabel sola.-Replicó Dipper imaginándose las cosas que podrían pasarle a su gemela.-Además de que necesitas que alguien te diga lo que él está haciendo ¿No?
-¿Me ayudaras pino?-Preguntó el rubio poniendo su mano en la mejilla levemente ruborizada del contrario.
-Sí, no te dejare solo.-Respondió Dipper recargándose un poco más en la mano del demonio.
En la mente de Dipper no había ninguna duda de su decisión, quería permanecer a lado de Bill sin ningún tipo de preocupación a causa de sus tíos o de cualquier otra persona.
Y si para eso tenía que ayudarlo a conquistar la dimensión lo haría sin dudarlo.
Claro que podría pedirle a Bill que olvidara sus planes pero sabía que las posibilidades de que el aceptara eran prácticamente nulas.
Cuando regresara a la cabaña tendría que intentar encontrar algo que pudiera ayudar a Bill, pues no creía poder conseguir de nuevo el pegamento alienígena.
No con Ford tan paranoico, seguramente el hombre ya lo habría usado para asegurar que la fisura no se rompiera.
Ford no podría volverse descuidado en ese momento, ¿Verdad?
Con Ford
-¡No necesito tomar ninguna siesta Stanley!-Reclamo Ford tratando de soltarse del agarre de su gemelo que no estaba dispuesto a ceder.
-¡Díselo a esa cara de zombi que cargas! ¡Asustas a los clientes!-Señalo el hombre no queriendo escuchar nada de lo que su hermano tuviera por decir.
El aspecto de su gemelo daba el aire de un borracho y aquello no era precisamente lo que los visitantes de la cabaña querían ver, así que asi tuviera que atar a su hermano a su cama haría que durmiera antes de que las personas no volvieran a pasar por la cabaña.
-Tengo cosas que hacer Stan, la fisura...-Empezó el científico antes de que una mirada de su gemelo lo callara.
-No me importa Ford, esa fisura puede esperar ¿O no?, dijiste que todo estaba controlado, así que no hay excusa.-Le recordó a su hermano obligando a Ford a dar un asentimiento, era mejor que su hermano no se inmiscuyera más en ese asunto.
De mala gana, Stanford acepto tomar una pequeña siesta para recuperar un poco de sus energías, ahora que tenía el pegamento podría tomar un par de segundos para relajarse antes de pegar la fisura y buscar de nuevo en la habitación de sus sobrinos algo peligroso cuando ellos volvieran.
Siendo vencido por el cansancio, Ford se durmió sin notar que la puerta de su habitación se abría levemente antes de que unas pequeñas voces se dejaran oír junto a unos murmullos y pequeñas risas.
-¿Seguros que es por aquí?-Preguntó un pequeño duende viendo a su alrededor curioso por el desastre de la habitación, ¿Cómo es que la fisura no se había roto con lo descuidado que parecía el hombre?
-Es lo que dijo esa chica de cabellos negros.-Respondió una duende mientras buscaba el pequeño recipiente del que tenían que deshacerse, cosa que ellos habían aceptado con la condición de poder "jugar" un poco en la cabaña.
-Hey lo encontré, está en este mueble.-Señaló otro de los duendes que había entrado a la habitación, empezando a empujar el recipiente al borde del mueble.
Con un pequeño empujón más, el recipiente cayó al suelo derramando el pegamento en el suelo, ¿Eso contaba como deshacerse de él no?
-¡Baja de ahí, casi nos matas!-Reclamó uno de los duendes que había estado cerca del camino del recipiente.
-Sí, sí, vamos a avisarles a esas chicas que está listo y después vayamos a jugar.-Respondió el duende despreocupado saliendo de la habitación seguido de sus compañeros que seguían renegando por su descuido.
Tan sigilosamente como habían entrado, el grupo de duendes salio de la cabaña para ir al bosque dónde una chica de cabellos negros y otra de cabellos blancos los esperaban.
-¿Y cómo les fue?-Preguntó Sakura a los duendes en cuanto estos estuvieron cerca.
-Todo salio bien, cuando despierte el pegamento se habrá secado y no podrá utilizarlo de nuevo.-Respondio la duende con una sonrisa que se contagió a las demonios.
-Bien, ya pueden irse a jugar a la cabaña y no causen muchos destrozos.-Dijo Natasha satisfecha por el resultado de su pequeño plan improvisado.
-No lo prometemos.-Respondieron a coro los duendes antes de salir corriendo mientras reían maliciosamente al pensar en todo lo que harían antes de que los corrieran del lugar.
Cuando las demonios se vieron solas soltaron un suspiro aliviado.
Gracias a que Ford murmuraba cuando caminaba por el bosque, las demonios pudieron enterarse de que el hombre había obtenido el pegamento, cosa que fue confirmada por Dipper en el pequeño momento que pudieron verlo antes de que Bill las corriera del castillo.
-Espero que Bill le haya dicho ya lo de Ford y él.-Dijo Natasha recargándose en el hombro de su compañera.
-Seguro que lo ha hecho, parecía muy decidido a decirle la verdad.-Señaló Sakura tranquila, recordando la actitud del rubio antes de ir a recoger a Dipper.
Aunque ninguna de las dos creían que solo se habían quedado hablando, no cuando llevaban una buena parte del día desaparecidos.
-Tienes razón, aunque creo que ella no tuvo el mejor día.-Dijo ahora Natasha señalando a una molesta Mabel que iba murmurando de camino a la cabaña.
-Eso parece, ¿Qué crees que le haya pasado?-Preguntó curiosa la de puntas rosas, usualmente aquella chica llevaba una sonrisa pero ahora parecía dispuesta a pelear con cualquiera que se le pusiera enfrente.
Tal vez luego le preguntarían que le había pasado, por el momento tenían que buscar a Bill y Dipper para contarles que había pasado.
Mientras con Mabel
-¡Estoy de vuelta!-Anunció de mala gana la castaña antes de subir a su habitación la cual de milagro parecía seguir intacta.
Gracias a las revisiones de sus tíos normalmente sus cosas terminaban esparcidas por la habitación acabando un poco rotas o sucias cuando los materiales de manualidades de Mabel se derramaban.
Con un suspiro cansado, la castaña se dejó caer en su cama mientras pensaba en su día.
La pequeña salida con Gideon había estado salido bien hasta la llegada de una muy molesta Pacifica que los había encontrado cerca del museo.
Ni Mabel ni Gideon habían estado seguros de lo que había causado la molestia de la chica quien solo había empezado a decir frases hirientes para ambos.
Y así la pequeña salida se había convertido en una serie de gritos y reclamos de los cuales Mabel casi no había entendido nada, al menos así era hasta que Pacifica le había dicho algo al peli blanco acerca de una deuda por la ayuda de su familia.
Aquello había logrado que Gideon se callara y regresara su mirada asustada a Mabel que se encontraba descolocada por las palabras de la rubia.
-¿Qué acaso no lo sabías?-Preguntó Pacifica a Mabel sin hacerle caso a la muda petición del peli blanco de que se callara.-El solo está fuera de la cárcel por que su padre le pidió ayuda al mío.
Luego de eso, la rubia se había ido ante la mirada furiosa de Gideon, aquella mirada cambio rápidamente al ver la expresión de Mabel que lo miraba esperando un par de respuestas.
Asi fue como Gideon le explico a la castaña lo que su padre había pactado con los Noroeste, en otro momento la Pines pudo haber tomado las cosas con calma pero el enojo gano en aquella ocasión.
Sabía que no había sido de lo más sensato creer del todo en Gideon, pero Mabel había creído que el peli blanco al fin estaba siendo honesto y por ello había decidido confiar un poco en él, cosa que se arruino gracias a Pacifica.
Luego de eso, Mabel se había ido dejando a Gideon solo con un pequeño adiós no creyendo que pudiera verlo por el resto del día.
De camino a la cabaña, la joven habia dado mil y un vueltas al asunto empezando a enojarse mas con Gideon por omitir aquello.
-"nisiquiera deberia estar molesta"-Pensó Mabel luego de un pequeño suspiro.
No había razón para sentirse herida, ¿O si?
Continuara....
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Kat: Espero que les haya gustado el cap. de hoy me alegra mucho ver sus comentarios y votos, eso me da más animos para continuar
En el siguiente capítulo habra un poco más de Pacifica y Gideon, ademas de que en el siguiente cap. habra una pequeña sorpresa
Y bueno como ya saben sugerencias y peticiones son siempre bienvenidas, sin mas por el mometo les mando un beso y un abraazo, Sayonara
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