26. Anidados.

Cada día el orgullo que infla su pecho se renueva conforme son capaces de acomodarse sin problema en el nido bien logrado y terminado. De vez en cuando, conforme se acurrucan el uno con el otro, Aioria menciona como fácilmente algo pequeño podría acostarse ahí entre ellos y todavía habría espacio, por un momento piensa que se refiera a conseguir una mascota, la idea de tener gatos no le agrada mucho, ya que ha escuchado la cantidad de pelo que sueltan y esparcen por todas partes, además, suficiente energía gasta con Aioria como para todavía tener a un pequeño animalito dando vueltas por ahí.

—Shaka...

Su nombre, acompañado por el suave sonido de un ronroneo y la extraña calma, finalmente le hacen darse cuenta de que su amante se ha quedado profundamente dormido, como siempre, entre sus brazos. Tanto su orgullo como sus pensamientos pasan a un segundo plano cuando simplemente suspira por amor, mientras continúa escuchando tanto su nombre como el suave ronroneo endulzando su oído, la clara prueba de que en la cabeza de Aioria no parecía haber ningún otro pensamiento más que él, solo él.

—Aioria~

Refuerza su abraza alrededor del profundamente dormido león, acurrucándose igualmente a su lado para descansar, olvidándose por completo que en ese día sus doncellas lo buscan por todas partes para que sus hormonas continúen controladas con la medicación que debe mantener.

Se olvida de eso el tiempo que permanece en leo, no que no es una temporada corta, como siempre.

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