22. Protección/Pelea

Esta enojado, enfurruñado en sí mismo mientras su frente se recarga contra una de las paredes de piedra del templo, el aroma del omega del lugar es tan suave y casi imperceptible que su ira sigue sin poder bajar conforme pasa los minutos intentando pensar en otra cosa, que no sea en la casi otra pelea que tiene con el fénix, porque el adolescente que puede volver de sus cenizas tiene tan poco instinto de preservación que insiste en mostrarle los colmillos cuando él no tiene ningún problema en tirárselos todos.

—Aioria. —su voz resuena en el eterno silencio de su templo, caminando lentamente hacia el león que permanece, aparentemente, absorto en sus pensamientos, con la mirada pegada contra la pared.

—¿Qué? —gruñe, claramente enojado y ofendido, nuevamente con la sangre fluyendo como fuego bajo su piel ante la incapacidad de entablar la pelea que podría hacer que todo quedara claro, así como establecer los límites que los mocosos no comprenden.

—No necesitas protegerme de nada, Aioria. —es serio mientras habla, tan alejado de todo que no sigue sin comprender varias cosas que nadie se digna a enseñarle, sin siquiera ver su parte de la culpa por no tomar la iniciativa y preguntar por lo que no sabe—, es más, no hay nada de lo que debas protegerme.

Por alguna razón, el silencio que se crea a continuación de sus palabras es frio y pesado, siente como la situación se escapa de entre sus manos e instintivamente, sabe que acaba de decir algo que no debería, porque no sabe que tan necesario es para un Alpha sentirse con la seguridad suficiente como para proteger lo que ama.

—Tienes razón, no necesito serlo —claramente está enojado cuando se levanta después de decir aquellas palabras, dando un paso hacia el omega que instintivamente observa hacia arriba, aunque sus ojos permanezcan sellados—, pero una cosa es necesitarlo y otra quererlo. Quiero protegerte, aun si no lo necesitas.

Un gruñido de total molestia se escapa de entre sus dientes y antes de que su propio Alpha interior reaccione ante la insensibilidad del omega al que ama, decide retroceder y retirarse del templo de Virgo, necesitaba seguir pensando y darle más espacio de comprensión al rubio, está bien, el puedo hacerlo, él quiere...

Quiere.... Debería dejar de querer tantas cosas que no puede tener.

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