Capitulo Diecinueve

Kaleb Jonhson


Había algo en Gabriella que me hacía sentir vivo de una forma que no recordaba haber experimentado antes. Cada mañana, cuando despertaba, mi primer pensamiento era ella. No era solo su sonrisa o la forma en que acariciaba su vientre con ese amor infinito. Era su esencia, su fortaleza. Gabriella no lo sabía, pero ella era la razón por la que mis días habían dejado de ser monótonos.


Desde aquella tarde hace ya una semana en la que se animó a confiar en mí, desde el momento en que me dijo que quería intentarlo, mi mundo se transformó. Había aceptado abrir una pequeña rendija en la coraza que la protegía, y aunque todavía veía el miedo en sus ojos, también veía algo más: esperanza. 


Ese solo detalle hacía que todo valiera la pena.

Pero no podía ignorar lo que rondaba en mi mente desde el principio: Matthew, su falso exesposo. A pesar de que Gabriella intentaba no hablar mucho de él, cada fragmento que me había contado pintaba la imagen de un hombre peligroso, alguien que no estaba dispuesto a dejarla ir tan fácilmente. Pensar en él, en lo que le había hecho y en el hecho de que todavía podía ser una amenaza, me llenaba de rabia.

 

No podía creer como ese sujeto, teniendo a la mujer más hermosa y buena del mundo, porque para mi Gabriella es eso y más, pudo haberle hecho semejante bajeza.
Y no solo por ella, sino también por los gemelos. Desde el primer momento que Gabriella me habló de sus bebés, sentí una conexión inexplicable con ellos y tampoco podía creer o no alcanzo a imaginar que tan cruel debe ser ese hombre como para negociar con ellos como si de dos perritos que quiere regalar se tratase.


Esos niños no eran míos, pero había algo en su existencia que me hacía querer protegerlos con todo lo que tenía, aunque fuera de su propio padre sin dudarlo ni un segundo lo haría.
Y tenía algo para hacerlo, un secreto. Algo que llevaba guardando desde hacía años y que había jurado usar solo si era absolutamente necesario o cuando llegara el momento indicado. Hasta ahora, nunca había sentido que un momento lo justificara, pero si Matthew intentaba acercarse a Gabriella o a los bebés, no dudaría en usarlo.


                                                                       ❥๑━━━━━━━━━━━━━━━━━๑❥


Hoy llegué temprano a la cafetería. Grace estaba ocupada en el mostrador cuando entré, pero me recibió con una sonrisa cómplice.


—¡Kaleb! justo a tiempo. Tenemos mucho que organizar hoy— dijo con una sonrisa cómplice.


Sabía a qué se refería. Habíamos estado planeando un baby shower sorpresa para Gabriella durante estas últimas semanas. Julia y Frida estaban emocionadas, y yo había aprovechado cada oportunidad para ayudar en lo que pudiera sin que mi Bella se diera cuenta. No solo quería que fuera un día especial para ella, quería que se sintiera amada y cuidada, pero sobre todo quiero que sienta que no está sola en esto, que aquí tiene gente que la ama, la apoya y estará siempre para los bebes y para ella.

 

Después de todo lo que había pasado, lo merecía.


—Todo está bajo control, ¿verdad? — le pregunté mientras la ayudaba a mover unas cajas al almacén.


—Por supuesto. ¿Quién crees que soy? —respondió Grace con una risa. Luego me miró con seriedad. —Sabes Kaleb, en el tiempo que llevo conviviendo con Gabriella nunca la había visto tan tranquila. Todavía tiene ese brillo de preocupación, pero desde que está contigo se nota más relajada y menos preocupada, se ve que confía mucho en ti. — terminó y no supe que decir.
Esas palabras me golpearon más de lo que esperaba.

 

Porque, aunque sabía que Gabriella estaba intentando confiar en mí, también sabía que el miedo seguía ahí, acechando. Y no la culpaba. Después de lo que había vivido, sería imposible que no estuviera asustada. Pero cada día que pasábamos juntos, cada conversación, cada pequeña risa que lograba arrancarle, me daba la esperanza de que estaba avanzando tan siquiera un pasito a la vez.


—Gracias, Grace. No voy a decepcionarla. — prometí


—Más te vale. Esa chica merece todo lo bueno que el mundo pueda ofrecerle. — aseguró y no pude estar más de acuerdo.


Después, cuando Gabriella llegó, sentí que todo el lugar se iluminaba, llevaba un vestido sencillo, pero estaba hermosa. Había algo en su caminar, en la manera en que instintivamente acariciaba su vientre, que me hacía sentir una mezcla de ternura y admiración. Era tan fuerte y, al mismo tiempo, tan vulnerable. Me acerqué a saludarla con una sonrisa.


—Buenos días, Gabriella. ¿Cómo están ustedes tres hoy? — pregunté antes de darle un corto beso y alejarme disfrutando del leve rubor que apareció en sus mejillas.


—Buenos días, Kaleb, estamos bien, aunque hay unos aquí dentro que andan un poco inquietos— respondió un tono divertido señalando su vientre.


− ¿No te duele? − No pude evitar preguntarle, los bebes ahora estaban más grandes y sabia que cuanto más crecieran más podría dolerle a la mamá.


−La verdad es que, si me lastiman un poco, al parecer esta semana crecieron un poco más y sus coditos empezaron a lastimarme− confesó, pero a pesar de eso su sonrisa no se borraba y esa era otra de las cosas que más admiraba de ella, su amor y incondicional hacia sus hijos.
No dude ni un poco cuando me acerque a ella y puse mi mano en su vientre y lentamente me arrodille para quedar a su altura.


−Hola chiquitines ¿Están cómodos ahí dentro? Imagino que sí, el vientre de mami ha de ser muy acogedor – Hice una pequeña pausa como si estuviera esperando una respuesta −Entiendo, saben es bueno que busquen una posición correcta para dormir pero ¿Les puedo pedir algo?− hice otra pausa y esta vez sentí un empujoncito ahí donde esta mi mano y mi corazón dio un vuelco ante la enorme emoción que me invadió −Tomaré eso como un sí, por favor traten de moverse con más cuidado, a mami le duele un poco cuando son muy bruscos y no queremos ver a mami triste verdad−

 

Gabriella que hasta ahora se encontraba expectante me hizo señas para que pusiera mi otra mano sobre la de ella y cuando lo hice de inmediato la colocó al otro lado de su vientre donde había otro pequeño bultito que se movió contra mi mano y sentí exactamente lo mismo que la primera vez, levante mi mirada hacia el rostro de Gabriella y la encontré totalmente conmovida.


−Ellos ya reconocen tu voz− Habló emocionada.


− ¿De verdad? − No pude evitar emocionarme también.


−Si, me di cuenta hace unos días y hoy lo he confirmado, tu voz tiene un efecto en ellos− mi emoción creció al escuchar eso.


Con mucha delicadeza deposite un largo beso en su vientre tratando de transmitirle a ese par de niños lo mucho que ya los quería.


Luego de eso me levanté y le di un beso a Bella que ella acepto gustosa. Nos separamos al escuchar la voz de Frida regañando a Julia.


− ¿Qué haces aquí de chismosa? Déjalos solos− Ambas estaban paradas en la puerta de la cocina, julia con su teléfono en la mano, cuando se dio cuenta que la estábamos mirando giro el teléfono hacia nosotros y nos enseño la foto que había tomado.


Éramos nosotros dos hace un rato, yo arrodillado frente a ella con ambas manos en su vientre dándole un beso y ella mirando sonriente la escena, una foto que sin duda tenia que tener cuanto antes en mi teléfono y guindada en mi sala.


Luego de eso los clientes empezaron a llegar y tuve que alejarme de Bella para dejarla trabajar, un par de horas después los clientes eran tantos que las tres chicas no podían tomar todos los pedidos así que decidí ayudarlas.

 

Mientras trabajaba, no podía evitar mirarla de vez en cuando. Verla moverse con esa serenidad cautelosa, con esa dedicación, me hacía sentir aún más decidido a protegerla. Y no solo a ella. Cada vez que miraba su vientre donde sabía que estaban los bebés, sentía un cariño profundo por esos pequeños que ni siquiera habían nacido todavía. Eran parte de ella, y eso los hacía aún más importantes de lo que ya eran por si solos para mí.


Durante su descanso, me acerqué con dos tazas de té, sabiendo que lo prefería al café desde que avanzó su embarazo.


—¿Te importa si te acompaño? — pregunté, señalando la mesa junto a la ventana donde estaba sentada.


Gabriella me sonrió y negó con la cabeza.


—Por supuesto que no, me gusta estar contigo− dijo con una hermosa sonrisa.
Nos sentamos, y por un rato hablamos de cosas simples. 


Me contó que había estado pensando en nombres para los bebés, aunque ninguno le convencía del todo todavía. Habló de cómo se sentía más cansada y pesada últimamente, pero también más tranquila. Me escuché a mí mismo dándole consejos y recordándole que no tenía que hacerlo todo sola. Pero había algo más que quería decirle, algo que llevaba días en mi mente.


—Gabriella, sabes que no tienes que hacerlo todo tu sola, estas a punto de empezar con tus clases en la universidad y me preocupa que eso te estrese, por eso te quería proponer que a partir del Lunes que comiencen tus clases podría ayudarte a cubrir tus turnos− Ella me miro confundida pero antes de que hablara proseguí – Podemos hablar con Grace para que solo vengas por las mañanas y en las tardes te quedes en casa recibiendo tus clases y yo vengo a cubrir tu turno ¿Qué dices?− pregunte y espere su respuesta.


Ella me miró con esos ojos llenos de emociones, y supe que mis palabras la habían tocado. Pero también vi el miedo y la duda.


—Kaleb, yo... no sé qué decir. A decir verdad, me asusta volverme dependiente de ti, porque no quiero equivocarme de nuevo. Se que intentas que este lo mejor posible y aprecio mucho lo que haces, pero esto necesito pensarlo, porque si hacemos esto no quiero sentir que me estoy aprovechando de ti— declaró mirándome con mucha vulnerabilidad.


Tomé su mano entre las mías y la apreté con suavidad.


—No tienes que apresurarte a tomar una decisión. No tienes que tener todas las respuestas ahora. Solo quiero caminar contigo en este proceso, a tu ritmo y quiero ser tu apoyo, así que piénsalo si. — pedí y ella asintió.


Por un momento, solo nos miramos en silencio. Y aunque no lo dijo, sentí que ese era un pequeño paso hacia adelante.


Después de que terminó su turno, la esperé afuera como siempre. Mientras caminábamos juntos hacia su departamento, hablábamos de todo y nada a la vez. Pero en mi mente, ya estaba repasando los detalles del baby shower. Grace y las chicas se habían encargado de la decoración, pero yo tenía mi propia sorpresa planeada. Si en mi estaba, mi chica seria la más feliz del mundo por siempre.


Cuando la dejé en su puerta, me miró con esa sonrisa tímida que siempre lograba derretirme.


—Gracias por hoy, Kaleb. Siempre logras que me sienta especial. — confeso con las mejillas rojas.


—Ese es el plan, — respondí, inclinándome ligeramente hacia ella. —Descansa, Gabriella. Nos vemos mañana. — Sin mas la bese, amaba demasiado esto. El poder probar su boca libremente es algo que me llenaba de felicidad y definitivamente nunca me cansaría de hacerlo.
Cuando nos separamos deposite un corto beso en su frente y espere que entrara a su departamento.


Mientras me alejaba, no podía evitar sonreír. Había mucho que enfrentar, pero con ella a mi lado, sentía que todo era posible. Y aunque mi secreto seguía siendo un peso en mi conciencia, sabía que lo usaría si era necesario. Por ahora, lo único que importaba era asegurarme de que Gabriella y esos bebés tuvieran el futuro que merecían.



Holaaaa

Este capitulo nos deja muchas dudas ¿Cual es el secreto de Kaleb? ¿Que sorpresa le tiene planeada a Gabriella? Estaré leyendo sus teorías.

¿Cuál fue su momento favorito de capitulo? El mío  fue el de Kaleb hablándole a los bebes. Por eso en mi Instagram (Lu_Maleony) les estaré dejando la foto que tomo Julia.

También les quería preguntar, ustedes imaginan a Gabriella y Kaleb en una escena Spicy, es que ahora que están en una relación me puse a pensar en eso y no se, me surgió la duda de si seria lo ideal poner algo así ¿Ustedes que opinan?

Se que dije que nos leíamos ayer pero donde vivo ha estado lloviendo y hay mucho trueno y yo ni loca me acerco a la lap o al cel cuándo esta así jaja ¿Soy la única?

En otras noticias, el resto de esta semana no estaré actualizando la historia pero si la estaré editando ya que se dio la oportunidad de inscribirla a un concurso y la quiero dejar al 100 para poder ganar.

Sin más que  decir me despido, no leemos la próxima semana. 😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top