Capítulo dos
Otis.
Aún sigo conteniendo el aliento de lo que acabo de enterarme cuando Greta vuelve a abrir la puerta de vidrio dejando pasar a Avalon Van Clarke. Sus tacones hacen un ruido chirriante sobre el piso de marmol y desde el otro extremo siento su perfume.
Ella se desliza por la sala con total elegancia, como si estuviera acostumbrada a ser el centro de atención y me contengo de aceptar allí mismo casarme con ella. Su corto cabello negro le cae en bucles sobre la cara cuando se sienta y sus ojos azules nos observan a los tres, completamente intrigada por haber sido llamada allí.
William se estira para darle un beso en la mejilla a su hija y ella le sonríe como todo lo consentida que es.
Miro a Lowell de soslayo, en años de terapia he permitido que me toque y menos delante de alguien importante.
-Cariño...- William empieza a hablar y noto que ella abre los ojos, expectante de escucharlo- Te cité para que conozcas a tu prometido.
Algo me dice que Avalon veía venir esto, porque lejos de reaccionar confusa, una extraña expresión cruza su rostro y se larga a reír como una psicótica.
-¿Esto es porque encontraste mis fotos lésbicas?- pregunta con voz chirriante, llevándose las manos al pecho y todos sabemos que está actuando de muy mala manera- ¿O acaso fue de aquella sesión con animales? Ya te expliqué que los miembros eran de mentira.
Mi padre se atraganta con su vaso de agua mientras yo no puedo evitar largar una carcajada. "Vaya partido me has conseguido Lowell Woodstein".
-¡Avalon!- le reprime William, cubriéndose de un fuerte color rojo- No digas bobadas. No encontré ninguna foto.
-Gracias a dios- finge sentirse aliviada.
-¡Avalon, termina ya con esas bromas!- su padre azota con ambas manos la mesa, pero ella parece muy acostumbrada a aquello por lo que ni siquiera parpadea- Estás delante de dos caballeros.
-Y uno pronto me verá hasta el alma si será mi esposo- ella le retruca sin perder un segundo su posición contra él- Espero que sea el joven, es Allison la que tiene unos grandes daddy issues.
Yo no puedo contener más la risa y finalmente me estiró para saludarla.
-Encantado, Avalon. Me llamo Otis.
Ella me mira de una manera que me vuelve a hacer considerar varias cosas y tras unos segundos, me devuelve el saludo con un asentimiento de cabeza.
-La idea de su compromiso es consolidar nuestras empresas más allá de las formalidades- comienza a explicar mi padre, sacando el buen clima que ella creó para todos nosotros- La familia Van Clarke se dedica a la arquitectura y con nuestros proyectos hoteleros, podemos expandir todo esto en conjunto.
Claro que mi padre acaba de rechazar mi idea de innovar dentro de un área de la empresa si ya básicamente ha decidido cosas tan intrínsecas como el futuro de la misma. Sin duda una idea coronada con algo del siglo pasado como un matrimonio arreglado, vaya dicotomía.
-Una vez esté todo firmado y asentado, pasarás a ser el presidente de ambas empresas- William me tienta y veo que ha llamado también la atención de su hija, quien lo mira expectante- Y tú, como su esposa, serás la directora y estarás por encima de tus hermanas. Como siempre he querido.
Veo como mi aliada más fuerte ha caído y estoy pronto para comenzar a protestar cuando ella se para abruptamente y camina hasta mí, sacándome de mi silla con un limpio tirón del traje para incorporarme y llevarme hacía el otro extremo de la sala.
Para ser tan menuda, tenía demasiada fuerza.
-¿Qué tanto quieres ser el presidente de la empresa de tu padre?- me lanza sin más y en sus ojos veo una determinación conocida- Porque a mi me vendría realmente bien llevarle la delantera a mis hermanas.
-Escuchame, simpática, estamos hablando de casarnos.
Puedo ver a lo lejos a través de las paredes de vidrio como Erin desde su lugar en la sala escudriña la habitación y al vernos tan juntos, sus ojos se cierran en dos rendijas en nuestra dirección.
-Si, eso es un detalle- ella levanta un dedo hacía mí- Yo no quiero casarme tampoco, y no voy a llevar por nada del mundo el apellido Woodstein, pero podemos acordar casarnos y luego de un tiempo divorciarnos.
Aquella brillante idea no se me había cruzado por la cabeza y entonces todo no me parece tan descabellado. Casarnos, conseguir el poder y tras unos buenos meses divorciamos para volver todo al comienzo.
Una vez presidente, ya no importaban los estatutos arcaicos que tanto Lowell y William conocían tan bien como yo para llegar al poder. Las condiciones eran para llegar al puesto, no sobre mantenerlo.
Me doy cuenta entonces que yo no la conozco y la miró, lo que es una verdadera mala idea porque Avalon está tan cerca que puedo ver cada una de las pecas que tiene sobre la nariz. Es hermosa, pero no como para arriesgar mi futuro.
"Piensa correctamente por una vez, Otis"
-¿Y cómo sabré que no estás aliada con ellos?
-¿Crees que mi padre estuvo de acuerdo con que dijera sobre miembros de animales delante de tu padre?- ella alza una ceja en mi dirección y me saca una sonrisa, así de sencillo- Firmaremos un acuerdo con ellos y si quieres, entre nosotros antes de casarnos. Nos divorciamos a los cinco años, para que al menos parezca un poquito real y nadie pueda pedir que nos revoquen del puesto.
-Vaya...- me cruzo de brazos y la miro- Tienes todo resuelto.
-Pienso rápido ante el peligro, Otis- ella extiende una mano hacía mí y puedo sentir la respiración de los padres contenerse del otro lado de la sala- ¿Trato, prometido?
Medito fingidamente por unos segundos, porque la realidad es que me ha comprado hace bastante tiempo, y luego estrechó su mano.
-Trato, prometida.
Y finalmente por aquí los dejo hoy
Nos estamos leyendo pronto!
Agus
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