Rivalidad

Raúl no era estúpido, sabía perfectamente con quién había estado Alexis todo el tiempo que no contestó sus llamadas.

Y es que el aroma de su ex mejor amigo era inconfundible, seguía usando aquel perfume tan extraño que solo le gustaba a él.

Pero si le creía a su novio que se sentía mal, era cuestión de ver su cara para ver el estado en el que se encontraba.

Le había preparado algo de comer y enviado a su cuarto inmediatamente después de dedicarle un tierno beso.

Raúl amaba a Alexis, eso no era para cuestionarse pero solo podía preguntarse cuánto tiempo podría estar en su vida. Si Teo no los separaba serían sus padres, era una bomba de tiempo.

Tomó sus cosas y se dirigió a la casa que conocía tan bien. Tocó la puerta y esperó un poco.

— ¡Raúl! Qué milagro, hijo. Tenía mucho que no te veía por aquí, pensé que ustedes dos habían tenido problemas – había dicho aquella señora cuando abrió.

— Para nada, madrina. La escuela nos tiene un poco separados, pero nada de qué preocuparse. De hecho vengo a verlo – respondió con una linda sonrisa.

— Bajará en un minuto, permíteme un momento. Si quieres pasa, por favor – dijo ella abriendo más la puerta.

— No, no se preocupe. Será realmente rápido –

Así fue que la madre de Teo fue a buscar a su hijo para que bajara.

No pasó mucho tiempo para que aquel chico estuviera parado en la puerta recargado en la pared.

— Pensé que ya no querías hablar conmigo – comenzó Teo con una sonrisa burlona.

— No, la verdad que no quiero pero tú sabes lo que le pasó a Alexis. Así que vengo a preguntar qué hacía contigo hoy – pidió con algo de enojo.

— Bueno... Primero no vas a la escuela y después no sabes ni en qué condiciones está tu novio – siguió burlándose Teo.

— Ni siquiera sé porqué decidí venir – ruigió Raúl dándose la vuelta para irse.

— Oh, así que no te importa tu novio. No te importa que no ha dormido en días, ni saber sobre su pesadilla recurrente, ni saber que todas las noches despierta asustado por sentir que lo matan y mucho menos quieres saber que la única forma que no tiene esos sueños es estando conmigo – soltó Teo.

Aquello había sido lo último que necesitaba escuchar, había ido con buena intención para comprender qué le pasaba a Alexis no para que Teodoro se burlara.

Sin poder soportar más se regresó con puño en mano y profirió un gran golpe a aquel que se suponía era su amigo. Logró darle en la nariz haciéndolo sangrar de inmediato.

— ¡Idiota! – gritó Teo antes de salir por completo de la casa y regresando el golpe.

Pasaron por unos minutos profiriendose golpes al por mayor hasta que escucharon aquella voz que hizo que pararan.

— Los dos. Expliquenme qué está pasando – dijo con voz calma pero imponente.

Teo volteó a ver a su padre, quién caminó para estar entre ambos.

— No sé, Teo. Explícale que está pasando – dijo Raúl limpiándose la sangre con la mano.

— No es nada, un mal entendido – respondió aquel chico de forma calmada.

— Disculpate de una vez y entra a la casa – ordenó su padre viéndolo con desaprobación.

— Perdona, Raúl. Actúe sin razón alguna – Teo escupió con sabor amargo aquellas palabras.

— No hay problema, debería irme – contestó Raúl sonriendo.

Teodoro odiaba admitirlo pero Raúl conocía demasiado bien sus debilidades y había jugado sus cartas a la perfección, pero incluso mientras su padre lo regañaba diciendo que aquel chico era como un segundo hijo para él, Teo solo podía preocuparse por Alexis. Esperaba que aquello que había confesado no le pasara factura en su relación con Raúl.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top