Cita
Alexis estaba nervioso, pero finalmente estaba ahí al lado de Raúl en una cita.
— ¿Te parece bien si vamos al cine y luego comemos? – preguntó el mayor con una sonrisa que Alexis nunca había visto hasta ahora.
— Claro – contestó con algo de emoción.
Estaba siendo algo extraño, era una cita pero no parecía tal. Caminaban como dos chicos que se conocen y van al cine.
Pero, tomarse de la mano inmediatamente era mucho pedir ¿cierto?
— ¿Hay algo que te gustaría ver? – continuó Raúl.
— Sí, de hecho acaba de salir una película de miedo que quiero ver – admitió.
— ¿De miedo? ¿No te dan pesadillas con eso? –
Aquella pregunta de nuevo...
— No importa lo que haga siempre las tengo, así que mejor aprovechar – dijo pidiendo que no preguntara más.
— ¿Siempre? – preguntó Raúl con más curiosidad.
— Siempre, pero prefiero no hablar de eso – hablar de cómo le mataban siempre no era un tema para una cita.
No quería explicar cómo sentía la puñalada en el estómago, en el pecho y como rebanaban su garganta hasta ahogarse con su propia sangre. De como se despertaba ahogándose por sentirlo tan vívido... Esa sería una conversación más adelante o un secreto para toda la vida.
Raúl no había preguntado nada más y le había concedido ver la película que pidió, incluso le compró palomitas y un chocolate.
No fue hasta que apagaron las luces que Raúl volteó a los lados para ver quienes estaban cerca y después de una pequeña pausa decidió tomar la mano de Alexis, como respuesta este último se recargó en su hombro.
La película no era tan buena como había pasado en el tráiler pero pudo notar los sobresaltos de Raúl de vez en cuando y reía un poco cuando eso pasaba. Sin embargo, aquel momento especial terminó cuando prendieron las luces.
Alexis había sentido su cabeza caer repentinamente y la mano de Raúl había desaparecido de la suya.
— Ouch... – dijo con enojo.
— Lo siento... – fue lo único que dijo Raúl con algo de culpa.
Sin embargo, lo dejaron pasar.
Raúl lo llevó a su restaurante favorito, era un lugar grande y un poco lujoso aunque no tanto como podría esperarse de él. Era comida extranjera de diferentes lados "para tener muchas opciones" había dicho el mesero que se encargaba de explicar el menú.
Una vez que tomaron su órden pasó algo que ninguno había previsto. Una chica y chico se acercaron prácticamente gritando.
— ¡RAÚL, MY MAN! – había dicho él mientras lo saludaba con un clásico choque de manos y hombro.
— Ay, cariño. Tenía mucho que no te veíamos – dijo ella dándole un beso en cada mejilla.
— Pero si son ustedes quienes se desaparecieron después de su boda – los acusó Raúl riendo.
— Bueno ya sabes cómo es Víctor, después de la boda fue la luna de miel y después no ha salido de la empresa – se quejó la chica.
— Bueno, si no fuera así no podrías tener todo lo que pides, baby – se excusó su marido.
Raúl rió para luego recordar que no estaba solo en ese momento.
— Oh, maldición. Disculpa mis modales – dijo viendo a Alexis — Víctor, Zahara él es mi amigo de la universidad, Alexis –
Aquello había dolido. Friendzone.
— Mucho gusto – fue lo único que había contestado Alexis.
Claro que no fue de mucha sorpresa que aquellos dos se invitaran a comer con ellos, Víctor había dado órdenes inmediatas de que trajeran más sillas a la mesa, que les tomaran la órden y trajeran el vino más caro del lugar.
Aquello incomodaba realmente a Alexis, no era lo que tenía planeado para una cita... El día estaba siendo una mierda. Y para el colmo, aquella chica no dejaba de hacerle comentarios sobre su atuendo y que podría mejorar su piel.
— Nos vemos, Raúl. Espero que la próxima vez con... Mejor compañía – se despidieron aquellos dos.
Y Raúl no había dicho nada más que "Adiós". Aquello fue lo último que pudo soportar Alexis, así que tomó su celular y se paró para irse; de todas formas ya habían pagado por él.
Alexis sintió una mano deteniéndolo poco después de que salió.
— Vamos, Alex... Perdón... Sé que estás no es lo que se tiene pensado para una primera cita – comenzó a decir Raúl.
Pero el menor solo pudo reír.
— ¿Lo pensado? Por favor Raúl... Me has estado negando todo el día, no te quieres acercar a mí, no quieres tomar mi mano, te quitaste cuando se prendieron las luces, me dijiste "amigo" frente a esas personas y ni siquiera me defendiste. Esto está lejos de ser una cita... Y si es lo que tienes en mente de salir conmigo... – pero no pudo terminar la oración.
Los labios de Raúl habían hecho que se callara, olvidó el enojo que tenía y continuó besándolo.
Después de unos minutos se separaron y Raúl lo abrazó.
— Discúlpame... Debí de haber hecho esto desde el principio y olvidarme de los demás – admitió el mayor.
— Está bien... – contestó Alexis abrazándolo de vuelta.
No todas las parejas eran perfectas desde el principio, ¿cierto?
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