O16 || VENGANZA
Te heriré por esto. Todavía no sé cómo, pero dame tiempo. Sabrás que la deuda estará pagada.
GEORGE R. R. MARTÍN
ABIGUEY SMITH
La noche estrellada fue la que nos dio la bienvenida aquella noche de Halloween en el campus.
Todos los estudiantes salían y entraban del aula a cada instante, parecía que nunca se acabarían y que de repente nadie entraría en el campus por haber tantas personas en él.
Una de las desventajas de juntarse con los chicos más populares de todo un instituto es la atención que la gente suele poner en ti. Cualquier movimiento en falso y todos se enterarían, por eso no me sorprendió al ver que el rumor de la relación de Keila y Elio se esparciera de una forma tan veloz por todo el lugar, casi al instante.
Theo, quien iba por dos carros adelante del mío, tocaba el claxon de su deportivo para llamar la atención de todo el mundo. Anunció nuestra llegada de una forma tan peculiar que logré sentirme nerviosa al ver a todos fascinados por nuestra llegada, podría apostar que habían chicas que soltaban suspiros y chillidos al ver que los goodboys ya estaban llegando al lugar. De igual forma nos sorprendimos al ver que muchos chicos nos miraban coquetos y fascinados a mí y a mis amigas, como si formáramos parte del grupo de chicas más guapas de todo el campus cuando realmente ese puesto ya lo tenían cinco chicas que justo ahora nos miraban con odio por obtener más atención que las que ellas podrían tener en un santiamén.
─Nos miran como si fuéramos una pintura de Pablo Piccaso ─Amy recorrió con la mirada todo el lugar, dejando ver lo asombrada que estaba por la atención que logró captar en los demás.
─Dudo mucho que ellos tengan el conocimiento del arte, Jones ─no me sorprendí al escuchar a la ojiverde llevarle la contraria a la castaña en el momento menos indicado.
─No ayudas ─Amy se giró hacia ella y le lanzó una mirada fulminante.
─Es mejor que no se enojen, chicas, podrían arruinar sus disfraces y, como pueden ver, todos estarán al pendiente de ello ─informó Ellie, peinándose mientras se veía en un espejo de mano.
─Y conozco a un grupo de chicas que estarán más atentas que los demás ─Allison y sus amigas se encontraban en la entrada, recargadas sobre una pared de piedra que se encontraba justo alado de un árbol que llenamos de adornos espeluznantes. Incluso ellas parecían ser parte de esos adornos por lo aterradoras que se veían con sus disfraces de la película La Purga.
─Da igual, no saben lo que les espera ─murmuró Keila, lo suficientemente alto como para ser escuchado dentro del auto.
─Es mejor que te evites problemas ─la castaña tomó del brazo a Keila en cuanto esta intentó hacerles cosquillas, una técnica para hacerle bajar el mal humor─ Hablo en serio, Hamilton.
─Sí, sí, como digas.
Miré dudosa a mi amiga por el espejo retrovisor y seguí manejando hasta encontrar un lugar libre para estacionar el auto. Parecía que eso ya estaba solucionado, pues habían exactamente espacios disponibles para los autos de los chicos y para el mío.
Bajamos de este acompañadas de una música trap que sonaba de fondo, de seguro algún auto del estacionamiento tenía su propia música, algo que no hacía falta ya que dentro del campus resonaba Thriller de Michael Jackson, el rey del pop.
—Tenemos lugares reservados, así que no se separen de nosotros —solté una risita al ver el disfraz de Collin, quien había decidido disfrazarse de un diablito que no daba nada de miedo. Debía admitir que sacaba más suspiros que sustos, pues el traje se adaptaba perfectamente a su cuerpo bien formado.
Negué con la cabeza para salir de mi trance y asentí junto a los demás, los cuales ya se encontraban caminando hacia el campus.
Un escalofrío recorrió toda mi espina dorsal al momento de subir los escalones, tanto que sentí que todo pasaba en cámara lenta.
Las goodgirls nos miraban de una forma muy espeluznante y se veía que Allison no estaba para nada contenta de la relación que habíamos entablado con los chicos. Creía que le habíamos quitado su lugar cuando realmente no habíamos llegado aquí con esas intenciones, simplemente fue cosa del destino y algo que se llegó a dar.
Al entrar al campus nos dirigimos sin detenernos hasta el gimnasio, el cual cuando entramos nos sacó una enorme sonrisa a todos.
Las luces de neón que habíamos colocado en las paredes y los adornos que igual formaban parte de ellas se veían geniales en todo el lugar, las personas se divertían y bebían algo de ponche en su típico vaso rojo mientras admiraban su alrededor.
No pude sentirme más satisfecha al ver que todos se la pasaban excelente e incluso mi sonrisa se expandió más al ver a Marianne, vestida de la bruja de Blancanieves, acercarse a mí.
—¡Si en la mañana se veía genial ahora se ve perfecto! —oírla no fue tan complicado, su voz chillona sonaba por encima de la música que estaba a muchos voltios de lo aceptable. Los chicos y yo sonreímos e hicimos una pequeña reverencia ante su cumplido—. Han hecho un gran trabajo y en definitiva la directora está satisfecha. Creo que les tiene una sorpresa.
—Genial —Luke nos miró a todos sorprendido y después sonrió, provocando un ligero rubor en Marianne— Gracias a ti por darle a Abiguey la oportunidad de ayudarla.
—No fue nada, chicos —la chica volvió a sonreír y después nos miró a todos con un brillo en sus ojos— ¡Que tengan un feliz Halloween! Por cierto, buenos disfraces.
Todos dijimos al unísono un "gracias" antes de que Marianne desapareciera de entre la multitud.
Caminamos hacia el lugar que Theo había dicho que teníamos reservado y no me sorprendí al ver que eran las mesas que estaban hasta enfrente del gimnasio, daban unas perfectas vistas al escenario y nadie estorbaba para darnos paso a ver hacia el resto, pues este lugar contaba con una pequeña colina que estaba por encima de los demás lugares.
—¿Cómo es que consiguen este tipo de lugares exclusivos? —Amy miró el resto del gimnasio desde la mesa, satisfecha por las buenas vistas que nos proporcionaba el lugar.
—Es una de las grandes ventajas que tenemos —Theo sonrió orgulloso, dejando ver lo cómodo que se encontraba.
—Es sorprendente —admitió Keila sonriente— ¿Cómo le han hecho para ser así de respetables? No veo que nadie invada sus lugares.
—Nadie nunca lo ha hecho —Collin tomó la palabra mientras se llevaba un poco de Sabritas a la boca que habían en la mesa—, creo que nos tienen miedo o algo así.
Reí al escuchar aquello último. ¿Quién le tendría miedo a ese grupo de chicos guapos e irresistibles?
No podía creer que su cabeza fuera tan hueca para no entender el verdadero motivo por el cual nadie invadía su espacio, estaba más claro que el agua que era porque estaban locas por ellos.
—Probando, uno, dos... ¿se escucha? —el sonido de un micrófono siendo golpeado suavemente llamó la atención de todos los presentes. La directora de la escuela se encontraba en el escenario del gimnasio, con un disfraz que no lograba descifrar— ¡Sean bienvenidos a esta noche de Halloween! La fiesta de disfraces fue, como todos los años, organizada por Marianne Adams y sus voluntarios, con una pizca de ayuda de Abiguey Smith, sus amigas y el grupo de goodboys. ¡Un aplauso, por favor!
Los aplausos y chiflidos no tardaron en aparecer. Un reflector alumbró la mesa en la que nos encontrábamos, colocando toda la atención en nosotros. Me encogí en mi asiento incómoda junto a Amy mientras que los demás aprovechaban ese pequeño momento para saludar y lanzar besos al aire.
Ugh, goodboys.
—Tenemos un concurso —la directora volvió a llamar la atención de todos, haciendo que el reflector volviera hacia ella— Es al mejor disfraz de la noche y ese, jóvenes, lo eligen ustedes. Tengo a los nominados de esta noche en este sobre que tengo aquí —alzó un sobre negro al aire, dejándonos ver que evidentemente tenía uno—. Los nominados al mejor disfraz son: Amy Jones con el disfraz de La otra madre de la película Coraline —un reflector la alumbró, haciéndola sonrojar—, las goodgirls con sus disfraces de la película La purga —otro reflector alumbró la mesa en donde las chicas se encontraban, la cual no estaba tan retirada a la de nosotros—, y por último Jorge Brooks con su disfraz de It el payaso, el cual debo admitir da bastante miedo. ¡Felicidades a los nominados, que gane el mejor!
Me giré sobre Amy y le sonreí en un intento de tranquilizarla. Los votos comenzaron por medio de la página oficial de la escuela, donde anunciaron que los resultados se revelarían a la media noche.
—No puedo creer que esté nominada —Amy miró su atuendo, dudosa.
—Estás bromeando ¿no? —Luke, al ver que Amy seguía con la misma expresión, la miró con horror— ¿¡Cómo puedes dudar de ello, chica!? ¡Tu disfraz es genial! A puesto a que vas a ganar.
—Gracias, Luke —Amy le sonrió ampliamente, dejándole ver lo agradecida que estaba.
—Oigan —Keila se acercó a ambas con preocupación. Señaló con su mano debajo de la mesa, donde escondió su cabeza.
Miré a Amy con duda, pero ambas asentimos y nos colocamos debajo de la mesa, donde Keila se comía las uñas con nerviosismo.
—¿Qué pasa? —pregunté. Tanta intriga me estaba consumiendo.
—Amy, no puedes ganar ese concurso —respondió segura, mirándonos de una forma casi abrumadora— Hablo en serio.
—¿Acaso tienes envidia que haya quedado nominada y tu disfraz de Maléfica no? —Amy abrió sus ojos a la par, incrédula por lo que la ojiverde había dicho.
—¿Envidia de ti y tu disfraz? —Keila soltó una carcajada y se limpió una lágrima imaginaria. Después negó con la cabeza y volvió a colocar su semblante serio y preocupado— No se trata de eso, Jones.
—¿Entonces?
—¡Deja de pelear conmigo! No es momento.
—¡Yo no he iniciado esta pelea! ¿Quién es la que me está diciendo que no debo ganar este concurso donde evidentemente las personas nominaron mi disfraz?
—Jamás vas a escucharme —Keila soltó un suspiro de rendición.
Nos quedamos en completo silencio, lo único que se escuchaba era la música de fondo. Agradecía que estuviera a un volumen considerable, sino todos en el gimnasio pensarían que mis amigas y yo estábamos locas por mantener una conversación debajo de la mesa y no por arriba de ella como la gente normal haría.
—Oigan, ya basta —rompí el silencio en cuanto vi que la situación estaba yendo en una mala dirección— Keila, ¿por qué dices que Amy no debe ganar este concurso?
—Yo... no puedo decírtelo —miró el suelo, perdiéndose en la punta de sus tacones.
—Y así quieres que te escuche —murmuró Amy con fastidio.
—Te escuché —habló Keila, reflejando molestia en su voz.
—Pues qué bueno.
—¿Todo bien por aquí? —Theo asomó su cabeza por debajo de la mesa, interrumpiéndonos— Estamos comenzando a creer que no querían venir con nosotros esta noche.
—No, claro que no —tomé la palabra antes que Keila. Estaba segura que de sus labios saldría alguna excusa tonta que no engañaría por completo a Theo— Simplemente felicitábamos a Amy por haber quedado nominada, su disfraz es impresionante, pero ya íbamos a volver arriba, ¿verdad, chicas?
—Sí —dijeron ambas al unísono, cruzándose de brazos.
—Está bien... —Theo nos miró dudoso, pero al final se encogió de hombros— Son todo un misterio.
Sonreí nerviosa y entonces volví a subir mi cabeza a la mesa. Por fortuna nadie se había percatado de la discusión que se estaba abriendo debajo de la mesa de los goodboys a excepción de los que se encontraban en ella.
Comenzamos a hablar sobre cualquier tema, por fortuna Collin era lo suficientemente platicador como para haber hecho olvidarnos el hecho extraño que habíamos hecho en la mesa. Nadie mencionó el por qué las tres amigas se habían escondido debajo de la mesa para hablar y agradecí eso al instante.
Estaba tan concentrada en Collin y su anécdota que no me había percatado que Matthew me miraba atento desde su asiento, como si estuviera maravillado de lo que estaba viendo.
Tomó su móvil y texteó algo, lo cual me hizo mirarlo confundida. Unos segundos después mi móvil vibró.
Era él.
«Te ves asombrosa. Me gustaría enseñarte algo después de la fiesta.
M.»
Sonreí ante el mensaje. No me esperaba que me dijera algo así, más porque en lo que restaba de la noche no habíamos hablado mucho desde que lo había ayudado con su disfraz en su casa.
«Tú también brillas esta noche, Matt, y claro, me gustaría ver qué tienes para mí esta vez.
A.»
En cuanto leyó el mensaje sonrió también, una sonrisa que le llegó hasta los ojos. Alzó su vista del móvil y me guiñó un ojo coqueto.
Bueno, al menos no me desmayé.
—Hola de nuevo —habló nuevamente la directora por el micrófono, haciendo que todos le prestasen atención— Tenemos al ganador de esta noche al mejor disfraz de Halloween —anunció, seguidamente de unos aplausos— Y el ganador o ganadora es... —hubo una música de redobles, poniendo toda la atención en ella, ansiosos por saber la respuesta— ¡Las goodgirls!
Nuestra mesa fue la única que se desanimó ante el resultado. Las chicas, en cambio, se levantaron orgullosas de sus asientos y se dirigieron al escenario con suficiencia, contoneando las caderas al caminar.
Me crucé de brazos, sintiéndome insatisfecha por el resultado.
¿Acaso ellas siempre ganaban en todo?
La directora se acercó a ellas con un pequeño trofeo de un fantasma y les aplaudió, animando a todos a imitar su acto.
Amy aplaudió rendida, los chicos de mala gana mientras que yo seguía de brazos cruzados sobre mi asiento.
La directora le cedió el micrófono al grupo, desapareciendo entre las cortinas rojas para darles su momento ante el público.
No me asombró al ver a Allison acercarse a él.
—Queremos agradecerles a todos aquellos que votaron por nuestros disfraces, es obvio que somos las más asombrosas todos los años en esto —sonrió, mirando orgullosa a cada una de las mesas del lugar—. Una disculpa a los demás nominados que no ganaron, no quisimos robarles esta noche. Suerte para la próxima.
—Oh sí, esta noche claro que se la llevarán ustedes —habló Keila por lo bajo, llegando a los oídos de los que nos encontrábamos en la mesa.
No comprendí qué quiso decir con aquello, pero después descifré el mensaje subliminal cuando se vio lo evidente.
Una gran cantidad de agua de colores diferentes cayó sobre las chicas, empapándolas por completo. Todas soltaron un grito agudo que retumbó por todo el gimnasio, los demás miraban asombrados la escena e incluso muchos se apresuraron a sacar sus móviles y grabarlos.
Lo peor vino después.
Las carcajadas no tardaron en llegar.
Y la mirada fulminante de Allison se posó en mí.
Y podría jurar que dijo un «Esto no se va a quedar así, Smith», más porque retumbó por todo el gimnasio gracias a que seguía cerca del micrófono.
No sabes en lo que me acabas de involucrar, Keila Hamilton.
Uuuuh, no sé ustedes pero creo que eso es la guerra, ajúa 🤠
Pues qué, es algo cliché pero lo sucedido con Abiguey no se quedará así y lo saben, así que Keila Hamilton puso manos a la obra y ¡bum! Ahí está el resultado
Sin más que decirles, espero que sigan disfrutando de la novela, cada vez va con más feeling 💗
Sin más; los lee LuzFollower ❤️
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