Capítulo 4
Primeras impresiones
Después de que acabara de cambiarme, Bonnie entró de nuevo a mi habitación, sin avisar. Si llego a estar con una teta fuera la ve entera.
Entraste con ropa y te despertaste con esa bata, ¿Quién crees que fue la encargada de ponértela?
Bien visto. Pero me da igual.
Esta se ocupó de quitarme la vía de suero y de hacerme un último chequeo rápido para comprobar que estaba perfectamente antes de que me dejaran irme, cosa que fue justo así.
—Bueno, pues entonces supongo que no te podemos retener más aquí —comenta una vez que ha acabado de revisar por segunda vez mis pulsaciones con el cacharro médico ese.
—No sé si alegrarme o no por eso —admito siendo más bien un pensamiento en voz alta.
—Estarás bien, Gerard se ocupará y sus hijos son buenos chicos — sonríe para alentarme un poco manteniendo su mirada puesta en mí.
—Eso espero... —murmuro. A Scottie sí le conocía pero a su hermano no y según me había dicho era incluso peor que su padre, no sé si debería preocuparme o tirarme por la ventana para acabar con mi sufrimiento.
Si no me equivoco es un segundo piso, así que si te tiras te romperás algún hueso y estarás aquí unos días más antes de salir, pero con una escayola directa a un psiquiátrico.
¡¿Cómo narices sabes más que yo si eres mi conciencia?! Te he creado yo, no puedes saber más de lo que sé.
La que puede, puede y yo puedo.
¿Te he dicho ya lo mal que me caes?
No lo suficiente, dilo, me alimentas el ego.
¿Tienes de eso?
— ¿Cariño? —La vocecilla dulce de mi enfermera me saca de mi discusión mental — ¿Me estabas oyendo? —alza una ceja y asiento, aunque ambas sabemos que no es cierto —Si estás lista deberías irte ya antes de que el doctor Erick te saque algo más y te retenga en contra de tu voluntad —comenta con un tono algo divertido haciéndome sonreír un poco.
—Claro, voy — bajo de la camilla dando un pequeño salto y puedo volver a sentir el peso de mi propio cuerpo. Sonará raro pero en parte echaba de menos esto, no aguantaba más lo de estar recostada en esa cama.
—Ánimo y si necesitas cualquier cosa me tienes por aquí —añade y eso en parte me toca la fibra sensible. Dice mucho de ella que me ofrezca esto teniendo en cuenta que no nos conocemos de nada y que, al fin y al cabo, no soy más que otra de las muchas pacientes que tendrá.
—Muchas gracias, Bonnie —respondo dándole una sonrisa y cuando estoy dudando entre acercarme y darle un abrazo ella acorta distancias y me estruja entre sus brazos como si fuera un peluche, los moratones no ayudan mucho, así que me suelta rápido por el pequeño quejido que emito —Intentaré venir a verte —dicho así suena a promesa, quizás lo sea.
Me sonríe de forma amplia, creo que no se esperaba eso pero en vez de seguir con la dramática despedida me señala la puerta —Vamos, antes de que la que se arrepienta de dejarte ir sea yo y te meta en el armarito de la limpieza —Ambas reímos por la ocurrencia, me limito a alzar las manos en señal de rendición antes de dirigirme a la puerta para poder salir por esta tras una breve despedida.
¿Breve? Lleváis media hora.
Menos empatía y no existes.
Ya te gustaría.
Después de abandonar mi habitación observo el vacío pasillo blanco de un hospital, súper acogedor. Aunque en unos asientos junto a la puerta está Scottie con el teléfono que, al fijarse que salí, me mira sonriendo y dejando el aparato eléctrico en su bolsillo.
—Pues no te queda tan mal —comenta mirándome de arriba a abajo, cosa que imito conmigo misma, me limito a alzar los hombros.
—No puedo quejarme, la otra alternativa era bastante peor —sonríe, hace un gesto con la mano para que le siga caminando, cosa que hago.
—Mi hermano está en el coche, no es por meterte prisa, pero de muy buen humor no está y prefiero no tentar a la suerte de que nos deje aquí tirados —me río levemente, por no llorar. No lo conozco y la impresión que tengo de su hermano es la de que es algo parecido a un orco de esos verdes, con verrugas y mal humor. Muy mal humor.
—No te preocupes, mejor no le hacemos esperar entonces —asiente y se detiene frente a una ventanilla que estaba junto a la salida. Mi libertad.
Tranquila fiera, que aún queda papeleo que rellenar.
Pero si no saben nada de mí, ¿Qué voy a rellenar?
¿Es demasiado tarde para irse de esta cabeza?
Con gusto te dejo irte.
—Firma los papeles del alta y podremos irnos... —Se acerca un poco para susurrarme —... puro postureo, no saben quién eres, así que es un poco inútil —sonrío al verlo cuando se separa y cuando el hombre que atiende la recepción me pasa unos papeles los miro. Son cosas informativas pero únicamente tendría que rellenar la firma, ¿Cómo narices firmo? —Hey... —Scott llama mi atención al ver que me quedo como una tonta mirando el folio en blanco y con el bolígrafo en la mano —... solo es un garabato, esto no creo ni que lo guarden — dice con su cálida sonrisa de niño bueno en los labios en tono divertido.
— ¿Me estás diciendo que falsifique mi firma querido Scottie? —susurro teniendo la vista puesta en este junto con una sonrisa, por su parte solo hay una mueca que supongo que es por el apodo. Es cute, no sé por qué no le gusta que le llamen de esa forma.
Se me vuelve a acercar para hablarme al oído, aunque esta vez casi noto como rozan sus labios con mi oreja —No puedes falsificar nada si no sabes ni quién eres, bonita —Su tono es algo más grave que antes y en cierto punto lo dice serio, cuando voy a separarme para ver si tiene una sonrisa en los labios, coloca su mano sobre la mía, en la que tengo el bolígrafo y sigue hablando —No vuelvas a decirme Scottie —dicho eso empieza a mover su mano obligando a la mía a hacer lo mismo. Cuando caigo en la cuenta ya he escrito en el papel y la firma era, literalmente, un garabato acabado con dos puntitos ligeramente separados — ¿Ves? Ya tienes firma nueva, de nada — guiña el ojo y ahora sí puedo verlo, solo frunzo el ceño.
—Idiota —murmuro soltando el boli y cruzándome de brazos para seguir andando.
—Wow, ¿y eso por qué? —se queja con tono dramático a la par que sigue mis pasos, aunque siendo más alto que yo no le cuesta mucho alcanzarme, me saca como una cabeza de altura.
—Porque lo digo yo —Replico como si fuera evidente, la sonrisa se me escapa cuando observo su cara de desconcierto.
—Con razón dicen que las mujeres son complicadas —añade y ambos reímos ligeramente. ¿Se podría decir que tengo un amigo?
Oh, no seas moñas, que no lo conoces de nada.
¿Qué te cuesta dejar que me ilusione?
Deja las ilusiones y prepara el cuerpo, se viene guerra.
¿Eh?
Al salir por las puertas de aquel sitio hay un coche aparcado, se puede decir que tiene pinta de camioneta. Me podría poner a dar detalles pero realmente no entiendo nada de este tema. Para mí todos son iguales, cuatro ruedas, puertas, un volante y un motor que hace brum brum.
Y el premio a la más tonta es para...
Ahora me dirás que sí sabes qué coche es, ¿no?
Es un Ford Raptor de color azul eléctrico.
Puta, ¿seguro que eres fruto de mi cabeza o realmente eres una persona encerrada en mí?
Desgraciadamente, soy fruto de tu imaginación, aunque con diferencia soy más inteligente.
La que me queda contigo.
Bueno, salgo junto con Scottie y nos dirigimos al súper coche antes descrito donde ya hay un chico dentro de este, no tiene cara de hacer amigos y al acercarnos para subir lo confirmo.
—Vaya... A estas alturas pensaba que estarías muerta —me quedo bastante quieta junto a la puerta mientras siento la tensión que disparan los ojos de Scott contra este sujeto.
¿Por qué todos me quieren muerta?
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