Capítulo 26

Operación: "Disimula, coño"

Meto las llaves en la cerradura y la giro para poder abrir la puerta de la cabaña y que pudiéramos entrar ambos. No voy a mentir, ha sido una noche larga, más de lo que me esperaba y creo que al final solo hemos dormido unas tres o cuatro horas, con mucha suerte.

Entro dejando que el calor de la chimenea me envuelva y mis mejillas heladas agradecen esto. Es por la mañana temprano, así que con algo de suerte quizás podamos pasar por el pasillo, meternos en la habitación de cada uno y dormir hasta después de mediodía.

Pobre ilusa, ni que no conocieras a Scottie.

En efecto, mis ilusiones se esfuman cuando Asher cierra la puerta una vez que ambos entramos y las luces se encienden de golpe, dejando ver a un chico rubio con ojeras sentado en un sofá, mientras que en el otro hay un moreno perdido en el séptimo sueño. Ignorando el ceño fruncido del primero, la escena es cómica, ya que Scott parece una vieja de pueblo al llevar puesta una bata de estas horteras con dibujitos, mientras que el otro es demasiado grande para ese sillón, se le salen los brazos y piernas por todos lados mientras tiene la cara aplastada en él apoya brazos, quedando con la boca abierta y la cara arrugada.

— ¿Os parecen estas horas para estar por la calle? —interroga y mi nuevo cómplice de plan y yo intercambiamos una mirada.

—No, por eso hemos vuelto —Asher, no ayudas.

—Son las ocho de la mañana... —comento y me da una mala mirada.

— ¿Dónde cojones habéis estado? —no tiene pinta de estar de humor.

—Vamos, Scott, que estamos grandecitos para todo esto —Asher pasa por mi lado dándome un golpecito suave en el brazo para que le siguiera. Permanezco quieta.

—La conversación al final se alargó más de la cuenta y como era tarde y estábamos lejos le dije a tu hermano que pasáramos la noche fuera —añado y ambos me miran, uno casi intentando hacerme un polígrafo con la mirada y el otro disimulando una expresión divertida. Asher, cariño, esto no significa nada.

— ¿Dónde estabais? —repite cruzando sus brazos mientras se levanta del sofá —os fuisteis ayer y habéis estado toda la maldita noche fuera, ¿de verdad queréis que no haga preguntas? —suena enfadado. Joder, hermanito, no te enfades, que tampoco es para ponerse de esa forma.

Echaba de menos cuando le llamabas así.

Me gustaría más poder decírselo.

— ¿Celoso, hermanito? —interviene con una sonrisa provocadora que hace que cruce los dedos para que ambos no se lancen sobre el otro. Scottie le da una muy mala mirada, que ya es decir, tras oírle. Solo conozco la faceta amigable de mi hermano mellizo, pero prefiero no verlo enfadado ante la provocación de mi hermano mayor, que no sabe que tenemos parentesco y que aún cree que soy su novia. Je, je. Ayuda.

Dicho eso camina por al pasillo con unos andares con los que parece querer comerse el mundo y se detiene delante de su puerta. Desde donde estoy le puedo ver perfectamente, él lo sabe. Me sonríe levemente y guiña un ojo antes de meterse en su habitación cerrando a su espalda. Y sí, damas y caballeros, me ha dejado sola para que lidie con el rubio. Quiero pensar que es porque sabe que soy capaz de relajarlo y si se llega a quedar la cosa al final hubiera acabado con una bronca. Suspiro pesadamente.

—Estoy cansada... ¿Me dejas dormir al menos dos horas y luego hablamos? —vamos a intentar rebajar la tensión en el ambiente. No me interesa tenerlos enfadados.

—Claro, aquí siempre se hacen las cosas cuando tú quieres —noto un tono ácido en sus palabras. No le culpo, pero noto preocupación en exceso por su parte. Solo he pasado la noche fuera con su hermano, no en ese sentido, pero ya me entendéis.

—Scottie... —doy unos pasos hacia él y retrocede un par de ellos. Insisto y quedo frente a este poniendo mis manos en sus brazos mientras le miro desde mi altura —por favor, prometo contarte todo —aseguro y me duele saber que le estoy mintiendo. Este suspira clavando sus ojos en los míos, no hay rastro de diversión en su cara, casi parece que me está juzgando —confía en mí —añado ante su silencio y creo que derribo sus barreras porque agacha la cabeza abriendo sus brazos en mi dirección.

—Ven aquí —me estrecha pegándome a su cuerpo y solo sonrío con una sensación de satisfacción en el cuerpo —como vuelvas a darme un susto de estos, te mato yo mismo, ¿entiendes?

—Prometo no hacerlo más —de nuevo, sé que le miento porque en mi situación cualquier promesa no tiene valor alguno. Me alzo para dejar un beso en su mejilla y lo miro con una sonrisa que hace que ruede los ojos.

—Sigo enfadado.

—Uy, sí, y yo soy rubia —añado lo que hace que sonría.

No juegues demasiado.

—No te imagino rubia —responde y yo solo puedo sonreír con clara diversión. Hay, cariño, si supieras.

—Si fuera rubia estarías a mis pies —respondo con cierto tono arrogante por mi parte, logrando que me mire alzando una ceja y expresión burlona —pero ya que hablamos de pintas... —despego los ojos de los suyos y la bajo para ver lo que llevaba — ¿no tenías nada más feo en el armario? —me muerdo el labio para aguantarme la risa y solo rueda los ojos.

—Cállate, que con esto estoy en la gloria y no paso frío —replica y veo cierto brillo en sus ojos a la par que una sonrisa ladeada se forma en su rostro —aunque si te desagrada siempre me lo puedo quitar —suelta y por el tono que usa intuyo que no se refiere solo a la bata.

¡Pero bueno, Scottie!

¿Se me acaba de insinuar?

Cariño, acaba de hacerte una declaración de intenciones.

Estoy a punto de responder cuando un ronquido a nuestra espalda nos corta el momento. Miramos a Liam. Bueno, al menos eso confirma que sigue vivo. Por cómo estaba sin moverse perfectamente podría pensarse que estaba en coma o algo por el estilo.

—Ve a dormir, anda —añade con una ligera risa mientras me suelta y me dirijo con un sabor agridulce hacia mi cuarto.

Vale, en circunstancias normales no habría problemas, pero sabiendo que es mi hermano... Es turbio.

Muy turbio.

****

Han pasado como tres horas antes de que un estruendo rompa el silencio de la estancia y logrando con ello que me despierte.

¿Qué carajos?

Alguien se mató.

Idiota.

Me pongo de pie saliendo de la cama y casi como si estuviera planeado tanto Asher como yo salimos a la vez al pasillo de la cabaña. Debemos tener la misma cara de desconcierto en estos momentos, aunque antes de poder decir nada se oye la voz de Scott. Nos encaminamos rápido al salón y la escena es algo compleja de entender teniendo en cuenta que solo he dormido cinco horas.

—Será mejor que te vayas... —dice mi hermano con los dientes algo apretados y pudiendo verse como estaba intentando guardar las formas.

—Me importa una mierda lo que sea mejor... —se interrumpe al vernos llegar —oh, chicos. Con vosotros quería hablar —finge una sonrisa muy antinatural pasando una mano por su pelo para peinarlo un poco. Mi padre, o mi tío, le podéis llamar lo que queráis a estas alturas— ¿tenéis planes para pasado por la noche? Estáis invitados a mi casa, hace tiempo que no hacemos planes familiares y además quiero comentaros algo...

—Creo que sabes de sobra la respuesta a eso —para mi sorpresa es Liam quien lo dice. Me alegra ver que no estaba en coma.

—Vete de aquí, anda —interviene Asher pasando una mano por su cara con cierta pereza.

Yo sigo debatiendo en mi mente si eso de planes familiares es una indirecta porque Gerard sabe de sobra quién soy.

— ¿No podéis dejar a un lado las rencillas del pasado?

—Papá... sabes que... —Scottie, como siempre, intentando mediar.

— ¡Que te largues! —grita esta vez el chico a mi lado y yo me quedo algo rígida cuando los ojos de papá se posan en mí.

— ¿Y tú qué dices? Si ellos no quieren venir siempre puedo invitarte a ti y así nos conocemos un poco. Ya has visto que son muy acaparadores... —lo último no voy a negarlo. Poco menos de dos semanas aquí y no me han dejado sola ni un segundo, entiendo los motivos diversos de cada uno, pero sí, algo acaparadores son.

—Ni de coñ...

— ¡Claro!, me encantaría —sonrío, dejando a tres chicos bastante perplejos con la respuesta.

— ¿Qué?

—Genial, eso quería oír. Nos vemos el sábado, diles que te lleven ellos o puedo venir a recogerte yo mismo —me guiña el ojo y por escasos segundos parece alguien incluso encantador, supongo que como ya me dijo Asher es alguien bastante manipulador.

Asiento ante eso último y no les da demasiado margen de respuesta antes de atender una llamada y salir de la cabaña soltando maldiciones. Quedamos solo los cuatro y noto todas las miradas sobre mí.

— ¿Qué os pasa? —me acerco a la cocina para rebuscar algo de chocolate caliente o incluso leche y el silencio se mantiene unos instantes.

— ¿De verdad?

—De verdad, ¿qué? —levanto la cabeza sobre la puerta del frigorífico para ver a un Liam algo confuso, un Asher de mala leche y a un Scottie que no sé si está sorprendido o asustado con la idea.

— ¿Vas a ir?

—Eso he dicho. No sé... no he pasado mucho tiempo con él y al fin de cuentas es quien va a ayudarme a volver a casa, ¿no? —le doy una mirada significativa al moreno — ¿Qué tiene de malo? Es solo una cena, se rompe un poco el hielo y, además, ha dicho que quiere comentaros algo... me ha dado curiosidad —me excuso alzando mis hombros tratando de quitarle hierro al asunto.

Buena suerte, chica. Tienen cara de que muerden.

—Con él las cosas no son tan fáciles... te lo aseguro —casi escupe las palabras con una mirada algo recelosa puesta sobre mí. Entiendo los motivos que puede tener para negarse a esto, no conozco muy bien los detalles de lo que pasó entre ellos porque siempre que ha salido el tema Asher lo ha apartado de la forma más disimulada que ha podido y, teniendo en cuenta que yo también oculto cosas que no puedo decirle todavía, decidí no insistir. Dejando eso a un lado, sabe que hay que tratar de aparentar todo lo posible para que esto funcione y yo tengo que buscar la forma de poder sacar información sin que se me note, esta es la mejor opción.

—Bueno, siempre podéis venir todos si así estáis más tranquilos —ahora sí que sus caras son un cuadro. Me sirvo zumo, porque no hay mucho más en la nevera, en un vaso y después de beber sigo —no me miréis así... ahora mismo mi vida es una mierda, si consigo que vayáis a esa cena igual arregláis lo que tenéis con él y me siento una buena cristiana —me alzo de hombros nuevamente y me obligo a dar otro sorbo para ocultar la sonrisa cuando a Asher parece que le da un tic nervioso en el ojo.

¿Ahora eres cristiana?

Qué va, soy atea apóstata, pero sí que soy una fiel seguidora de hacer lo que haga falta para lograr mis objetivos, así que tengo fe en que esto salga bien.

—Bueno... —carraspea ligeramente viendo la situación —cambiemos de tema... ¿Dónde narices habéis estado hasta esta mañana? —genial Scott, solo a ti se te ocurre añadir más tensión al momento.

— ¿Otra vez con eso? —gracias por expresarlo, aunque es un pensamiento colectivo, estoy segura.

— ¿Habéis pasado la noche fuera? —Liam me roba el medio vaso de zumo que me queda sonriendo un poco cuando me quejo por ello. Él, tan al día como siempre.

—La llevé al sitio donde la encontramos para ver si le venían recuerdos o mierdas de esas, era tarde y nos quedamos fuera, ¿contento? —salta Asher. Sigue mirándome como si quisiera matarme. Lo siento, hermanito, pero es necesario.

—Espera, ¿qué? —dicen los otros dos. ¿Y a estos que más les da?

—Sí... un poco de terapia de choque, por decirlo así —añado y sus expresiones son algo raras. Deberían alegrarse, ¿no?

— ¿Funcionó? —de nuevo, hablan a la vez.

— ¿Me ves con pinta de saber algo más que mi nombre? —respondo como si la respuesta fuera obviamente un "no" rotundo.

Se relajan un poco.

Eso es raro.

Me he liado con uno de mis hermanos, mi madre es mi tía y tengo un mellizo junto con una madre muerta por causas que aún desconozco, todo es raro, querida consciencia.

Lo triste de esto es que lo digas con esa facilidad. No estamos hablando del tiempo.

Lo sé, pero si no lo suelto así voy a volver a caer en el bucle de la desesperación y eso no ayuda a cumplir planes de venganza.

—Supongo que con el tiempo recordarás algo —me alienta el único de aquí con el que parece que no tengo parentesco y mira a Asher unos segundos. Quiero suponer que es una de esas miradas que dicen más que mil palabras. El segundo hace una ligera negación con la cabeza y este se relaja completamente.

Si él supiera.

Y tanto.

— ¿Nada más? —aún sigue el interrogatorio, mierda.

— ¿Qué esperas?

—Solo hicimos eso. Viendo que todo lo demás me servía de poco, le dije que quería algo más intenso y se le ocurrió lo de llevarme hasta allí, aunque siendo todo bosque, nieve y pedruscos no me ha orientado mucho —sus ojos se quedan clavados en los míos. Scott parece estar intentando descifrar si le miento —tampoco quisimos decir nada por si la cosa no funcionaba, como es el caso... aunque no contábamos con que se nos haría tan tarde — ¿Cómo de mal está engañar a tu mellizo?

Irás derechita al infierno por ello.

Creo que con todo lo que estoy haciendo y con toda la gente a la que estoy engañando ya tengo un pase VIP junto al diablo.

O quizás lo seas.

Quizás, a estas alturas ya no descarto nada.

—Ya veo... —murmura y yo le sigo sosteniendo la mirada. Doy unos pasos hacia él y tomo su mano entre las mías.

—Te agradezco que te preocupes, pero me duele que no te fíes de mí... —realmente es lo más inteligente que puedes hacer.

—No es eso... —suspira y rompe el contacto visual él. He ganado. Siempre me funciona el contacto físico con Scottie, con eso parece que llego a lo más profundo de él.

—Como sea, te hemos dicho la verdad, si hubiera novedades sabes que te las diría —añado y el ruidito que hacen los otros dos rompe el momento.

—No es por cortaros el rollo, pero sigo muerto de sueño.

—Y yo tengo hambre.

Ruedo los ojos sonriendo antes de soltar la mano de este y ver a los otros dos. Mira que son críos. Supongo que me será más fácil manejarlos si estos pequeños golpes de celos les dan más a menudo, así se desvía la atención. Otro ejemplo más de lo acaparadores que pueden llegar a ser.

—Yo tengo que salir, un amigo me reclama —añade el rubio mirando su teléfono un momento, el cual acababa de sonar con su tono de notificación.

— ¿Tienes de eso? —digo y lo siguiente que oigo es un "Woooo" de parte de Liam. Asher solo relame ligeramente su labio inferior aguantando una sonrisa.

—Lo voy a ignorar solo porque me caes bien, bonita, pero no te pases —por fin vuelvo a ver esa sonrisa de él que tanto me gusta y me da un el dedo índice en la punta de la nariz —nos vemos luego, memos —hace un gesto de despedida hacia los otros tomando su chaqueta y saliendo de la cabaña.

—Mira que eres mala —dice Asher y yo alzo mis hombros fingiendo inocencia.

—No sé por qué lo dices, solo ha sido una pregunta.

—Se pregunta por el tiempo, eso ha sido un zasca —Liam se acaba mi zumo. Que perro, aún le quedaba.

—Bueno, ¿quieres que hablemos ahora?

—Será lo mejor —asiento sintiendo un ligero cosquilleo por todo el cuerpo.

— ¿Qué me he perdido? —deja su vaso y nos mira oscilando la vista entre ambos con algo de recelo. Si no fuera porque confía ciegamente en Asher ya se habría ido de aquí.

—Hablamos del día que me encontraste tirada en el bosque, ¿lo recuerdas? —le aclaro y, literalmente, casi se le descompone toda la cara tras esas palabras.

Es hora de ir sacando los trapos sucios a la luz.

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