Capítulo 19
Eira, a secas
— ¡¿Quieres dejar de darme estos sustos?! —exclama con bastante intensidad y con la expresión demasiado exagerada. No puedo evitarlo, me río ante su arrebato y pone mala cara.
—Sí, papá —respondo con condescendencia, haciendo que Scottie, alias el padre de los dos, ruede los ojos durante milésimas de segundo antes de volver con su drama. En este tiempo ya he descubierto bastantes facetas suyas, no todas obviamente, pero su modo "Drama Queen" es mi favorito.
—Deja las tonterías, ¿Sabes el susto que me he dado cuando me han llamado diciendo que estabas en el hospital?
—En mi defensa diré que te iba a informar de todo pero colgaste en el momento en el que te dije donde estaba —interviene Erick, que acaba de entrar a la habitación.
—Perdona, estaba más ocupado buscando una forma de venir después de ver que me habían robado el coche —añade dándome una mirada acusatoria.
—Bueno, ya vale... que no ha pasado nada —me cruzo de brazos en actitud de enojo, aunque la sonrisa tarda bastante poco en salir nuevamente.
— ¿Nos vas a decir ya qué te pasa? Tienes los dos brazos, no sangras y los ojos en su sitio.
—Te perdono tus malas formas porque sé que te habrás asustado y debes estar confuso pero no te pases —Toco con mi dedo índice la punta de su nariz y eso derriba sus defensas logrando que por fin sonría para mí como suele hacerlo.
—Qué feliz habría vivido sin ver eso, tortolitos —dirigimos la vista hacia Liam, que entra seguido de Asher.
— ¿Qué te ha pasado? —interrumpe este segundo mientras se acerca a mí de forma rápida sujetándome por los hombros a la par que me hace un escaneo visual para, supongo, ver qué me pasa. Ingenuo, si él supiera.
Ese es el problema, que sabe y no habla.
—Cosas —respondo igual más secamente de lo debido, logrando así que se separe, aunque sigue con su vista puesta en mi persona — ¿Ya estamos todos? —digo juntando las palmas de las manos cual niña pequeña y por la mirada que me dan intuyo que están algo exasperados por tanto secretismo.
—Mi padre está al caer, pero puedes empezar —puntualiza el cara de culo que ahora no despega los ojos de la pantalla mientras teclea algo. ¿Con quién habla?
¿Celoso, Potter?
¿Celosa yo? Ja, ja, ja. Buen chiste.
—Vale, como sea —doy un saltito para bajarme de la camilla y tomo una mini pizarra de estas blancas que se escriben con rotulador, que previamente le pedí a Bonnie, y en esta pongo mi nombre a la vez que la escondo pegándola a mi pecho.
—Creo que no soy el único que se está cansando de este juego... —Liam me da una mirada algo divertida y lo mando callar con un gesto.
—Viendo el nivel de ansia que mostráis... —sonrío y le doy la vuelta mostrando mi hermoso nombre — ¡Tachán!
— ¿Qué es eso? —Ay Scottie, tan listo para unas cosas y tan inepto para otras.
—Es mi...
—Nombre, es su nombre —me corta Asher, que había levantado la cabeza para observarme con la sonrisa más amplia que le he visto en el tiempo que llevo viviendo con ellos.
—Exacto —concedo ante el ligero silencio que se forma a nuestro alrededor cuando permanezco callada, viéndole algo desconcertada, a la espera de una confirmación ante tal afirmación.
— ¡¿De verdad?! —Los ojos del rubio casi echan chispas de alegría, lo que solo aumenta en el momento en el que asiento con la cabeza y se lo reconfirmo, logrando que lo siguiente que haga sea abrazarme por la cintura para levantarme del suelo dando vueltas conmigo.
—Bájame, anda —digo medio riendo por su reacción, bastante distinta a la del castaño y su amigo. El primero parece divertido y el segundo presenta una expresión más seria, se le ha ido la sonrisa de hace un momento.
— ¡Eso es muy buena señal! —exclama Erick sacándome de mis pensamientos. ¿Por qué ya no sonríe? Debería estar incluso más contento que yo si todo lo que me dijo es cierto, ¿No?
—Y tanto que lo es, al menos ya sabemos... —unos golpeteos en la puerta de la habitación captan la atención de todos nosotros y esa figura tan temida que me esposó a una camilla de hospital entra con paso decidido y peor cara que la que suele tener su hijo de por sí.
— ¿Interrumpo?
Sí, largo.
—Claro que no, pasa Gerard, pasa —le invita haciendo un gesto con la mano el médico, mostrando así bastante confianza, logrando que este quedara justo delante de mí.
—Por fin nos vemos, había pensado más de una vez en pasar por casa para hacerte unas preguntas pero siempre surgían pequeños inconvenientes en el último momento —suelta viendo de reojo a Asher, visiblemente más tenso ahora que estaba aquí. ¿Qué tan mal se llevan como para llegar a esto?
—Ehhh... bueno, cuando quieras... —comienzo a decir, aun observando ligeramente al chico, que oscila la vista entre ambos —...en fin, si no ocasiona ningún problema —añado y ya no sé si lo digo por uno o por el otro. Que alguien me corrija si me equivoco, ¿Asher ha mediado para que Gerard no venga a la cabaña a interrogarme? ¿Qué mierdas escondes, cara de culo?
—Pues claro que no ocasiona ningún problema, es más, es necesario si quieres que te ayude a volver a casa —responde de forma rápida en el momento en el que Asher hace el amago de entrar en la conversación.
—Estupendo, arreglados los asuntos menores, pasamos a los mayores, ¿Estás al tanto de que ya no es completamente una extraña? —Liam, el hombre al que le suda el alma y se anima a echar cizaña.
—Ha recordado su nombre —interviene su amigo con expresión de perdonarle la vida y ya la ilusión que tenía por el descubrimiento se empieza a achicar con tanta tensión. Igual se lo tengo que valorar, no cualquiera sabe crear tan mal ambiente ante lo que se supone que es una buena noticia.
—Eira —añade Scott, el único que sigue sonriendo y que me da apoyo acariciando mi brazo de forma algo alentadora.
—Bonito nombre, es poco común, eso va a facilitar bastante la búsqueda, así que si no tienes inconveniente y quieres que probemos suerte podemos empezar con algunas preguntas para...
—Lo siento, tenemos planes.
— ¿Tenemos? —mi cara debe ser un poema, aunque el moreno no se inmuta y se mantiene en su postura.
—Claro, ¿olvidaste que te dije que iba a llevarte de excursión turística? —eso no me lo dijo.
Confirmo.
—No me has dicho nada de eso —replico cruzando mis brazos.
—Pues te lo digo ahora —rueda los ojos con fastidio haciéndose paso entre nosotros, logrando que Gerard diera unos pasos hacia atrás y me separa de su hermano cuando tira de mi mano para sacarme de la habitación.
—Ya me puedes estar soltando —tiro de mi brazo y se gira con cara de pocos amigos y la mandíbula bastante tensa —Quiero averiguar cosas y para eso me viene bastante mejor el sheriff del pueblo que una visita turística —por muy mal que me esté mirando me mantengo en mi lugar con una pose muy digna. ¿Quién se cree viniendo a organizar mi vida siendo él la más grande incógnita en ella?
—Quiero hablar contigo de unas cosas... —me da la sonrisa más falsa que tiene y casi le falta gritarme en la cara un "Aquí se hace lo que yo digo". Pues no, mi ciela. En este pueblo se hace lo que yo digo, o bueno, en lo relativo a mi persona, al menos.
—Luego en la cena creo que tengo un hueco, ahora, si nos disculpas... —paso por su lado golpeando ligeramente mi hombro con su brazo al pasar, muy de película, antes de girarme de nuevo para ver a los presentes — ¿Nos vamos Gerard? —no le doy tiempo a responder y dejo a mis espaldas a unos Scott y Liam divertidos, un Erick confuso y a un Asher al que parece que le iba a explotar la vena del cuello de tanto tensar la mandíbula.
Ya tengo suficientes cosas raras e inconexas en mi vida, necesito algo que me aporte cierta estabilidad y seguridad, aunque sea temporal. Lo que ocurrió anoche fue demasiado raro, creo que incluso para él, no me encuentro lista para volver a meterme en la misma habitación que Asher a menos que sea estrictamente necesario, tengo que empezar a resolver mis problemas por mí misma y el primer paso es hacer todo lo posible para que Gerard encuentre algo sobre mi familia, el lugar en el que vivo o cualquier cosa que me ilumine dentro de este pozo en el que estoy.
****
—Perdónale, es algo caprichoso cuando quiere algo y como no le salen bien los planes... bueno, ya has visto —comenta con una sonrisa ladeada que por un momento me recuerda al mismo gesto que hace Liam.
—Sí, algo he visto ya... —Concuerdo cerrando la puerta del coche una vez que me meto dentro con él — ¿Has podido empezar con la búsqueda? —Si lo que dice es verdad, Asher le habrá puesto más de una pega y, si lo que dice este último también es verdad, todo está bastante más enredado de lo que pienso, no sé cuál de los dos es peor.
—Tristemente no, no puede considerarse una búsqueda como tal con los pocos datos que tengo —responde mientras arrancaba el coche y empieza a conducir —Sé que no vas a poder decirme demasiado pero cualquier cosa es buena en esta situación, Eira —que la gente se dirija a mí por mi nombre se me hace raro. Ya me he acostumbrado a que me digan cosas cariñosas para sustituir ese vacío, así que ahora es hasta incómodo —Hemos empezado a mandar avisos a pueblos cercanos con tu descripción y para que nos informen si tienen alguna denuncia por desaparición de jóvenes que coincidan con lo que sabemos de ti.
—Entiendo... —no es demasiado alentador, seamos sinceros.
—Te debo una disculpa.
— ¿A mí? —giro la cabeza en su dirección con cierta sorpresa y puedo ver que asiente con la cabeza sin despegar los ojos de la carretera. Asher podrá llevarse mal con él, pero el parentesco es innegable, tienen el mismo perfil.
—No tuvimos un buen comienzo —pensaba que era la única loca que seguía teniendo en cuenta que me esposó a una cama.
Eso fuera de contexto suena mal.
Suena mal dentro de contexto, imagina fuera.
—No te preocupes, no lo tengo en cuenta.
Mentirosa.
Tampoco puedo decirle otra cosa en esta situación. Entre que es el único que puede ayudarme un poco y que ahora mismo estoy dentro de un coche a solas con él, pues... mejor no parecer rencorosa.
—De todas formas, me disculpo por eso. No era la mejor manera de sobrellevar la situación pero no todos los días aparece una desconocida por el pueblo, no me prepararon para eso, ¿Sabes?— ¿Eso era un intento de broma? —debería haberlo gestionado algo mejor y tratar de ayudarte de una forma más cercana, supongo que no debe ser fácil por lo que estás pasando...
—Descuida, que no tiene importancia —insisto sonriendo de forma ligera girando la cabeza de nuevo hacia el frente para dejar de verlo.
— ¿Qué puedes contarme de ti? —añade tras unos momentos de silencio.
—Solo sé que mi vida empezó hace exactamente unos nueve días, que me llamo Eira y todo lo que pueda decirte relativo a cualidades físicas... por lo demás soy un misterio para mí misma —me alzo de hombros —Bueno, con los chicos he descubierto que odio el café y que sé conducir, no sé si es relevante.
—Cualquier cosa puede servir, solo hay que saber buscar y leer entre líneas.
—Tengo poco que leer.
—Yo no estaría tan seguro —el tono que usa es raro. En parte deja la broma y empieza a ser más una afirmación contundente, aunque no tengo tiempo de decir mucho más porque se baja del coche. Acaba de aparcar frente a un edificio de ladrillo de dos pisos de altura donde se puede ver en grande un cartel que dice "Comisaría".
Tras bajarme lo sigo, subiendo los dos pequeños escalones del porche exterior del edificio antes de que me abriera la puerta, dejándome entrar delante de él. El interior era bastante sencillo. Algunas mesas separadas ligeramente para crear algo similar a pequeños espacios de trabajo individual, una zona que vendría a ser una micro cafetería y la sala de interrogatorios, que se encuentra en el fondo de la estancia.
— ¡Buenos días, jefe! —exclama una chica pelirroja cuando ambos entramos y puedo escuchar un ligero suspiro por parte de Gerard.
—Amy —saluda a este a la par que me guía por la comisaría bajo la atenta mirada de la chica.
—Tú debes de ser la nueva, hemos hablado bastante de ti —no sé exactamente cómo tomarme eso. Sonrío ligeramente incómoda entrando a la sala de interrogatorios y girándose para poder ver a este sujeto que aunque tuvimos el peor de los comienzos me ha sorprendido gratamente. Por cómo se comportaba Asher y como se refería a él, casi me esperaba a un psicópata con licencia para armas y que, además, controla el pueblo por su rango de sheriff. Me indica que me siente y eso hago, quedando ambos en lados opuestos de la mesa que hay aquí dentro.
—Es nueva, le emociona bastante todo este asunto de la vida policial y esas cosas... no se lo tengas muy en cuenta —comenta mientras suelta distraídamente una carpeta negra de la que sobresalen algunos folios.
—Parece simpática —digo por mi parte y bueno, se puede decir que se ha alegrado de verme, no me ha dado la impresión de ser demasiado borde.
— ¿Empezamos? —cambia de tema y asiento con la cabeza —He estado mirando y haciendo una ficha con tus datos para mandarla a pueblos cercanos, como ya te he dicho antes, si saben algo no deberían tardar en llamar, aunque espero que seas consciente de que esto puede ir bastante despacio, más aún si tenemos en cuenta que no nos puedes ayudar demasiado.
—Ya... pero dijiste que mi nombre no es muy común, no creo que hayan desaparecido demasiadas Eiras por el país a la vez que yo, ¿No?
—No se trata solo de eso. Esto no es una ciencia exacta y no sabemos nada de ti. Si tienes los dieciocho, cosa bastante probable, si te vas de casa por tu propia voluntad van a tardar más en iniciar una investigación que si fueras menor. A eso hay que sumarle que tu situación puede ser bastante más compleja de lo que podemos imaginar. Pongamos un supuesto, si vienes de una familia desestructurada, donde tus padres prácticamente están deseando librarse de ti, ¿Crees que les correría prisa empezar a buscarte? —Junta sus manos cruzando sus dedos mientras a mí se me forma un nudo en la garganta. No quiero eso. Me niego.
— ¿Y qué hay de la forma en la que me encontraron? ¿No tiene pinta de secuestro?
—Todo apunta a que es probable pero no hay nada seguro y al no contar con el testimonio de la principal afectada... —comenta y de nuevo esa sensación de que soy el problema de todo. Joder, me estoy saboteando a mí misma.
—¿Estáis investigando la zona? —luego mi orgullo me echará la bronca por lo desesperado que ha sonado esto.
—He mandado a una patrulla al lugar que nos indicaron los chicos pero el día que apareciste había tormenta y no es que estemos en un sitio donde no cambie el terreno precisamente. Después de la nevada y de que todas las pistas posibles se perdieran casi en el acto no es que hayan encontrado nada.
— ¿No se puede hacer nada más?
— ¿Al margen de esperar a que recuerdes algo y de mandar tu foto y datos a otros sitios? No, lo siento. De momento es todo lo que podemos hacer —alza sus hombros revisando los papeles que ahora estaban extendidos por la mesa —Puedes venir casi de cualquier lado y sin más detalles estamos en un callejón sin salida —concluye y alza su vista hasta toparse con la mía. Tiene los mismos ojos que Scott, de un tono ambarino.
— ¿Y entonces para qué me traes aquí? —lo suelto de una forma más brusca de lo que me hubiera gustado. Pensaba que iba a darme soluciones en vez de más problemas. No esperaba tenerlo todo resuelto de la noche a la mañana, pero quizás alguna teoría, suposición o mierdas de estas.
—Principalmente, para informarte y ver si quizás recordabas algo más que pudiera servir y, bueno, ya que estábamos, para hablar.
— ¿De qué?
— ¿Todo bien en casa con Scott y los demás?
¿Por qué narices todos me preguntan lo mismo? Sí, soy una chica que lleva casi poco más de una semana viviendo con tres chicos desconocidos. ¿Y qué? Se supone que dos de ellos son sus hijos, si no se fía él mismo no sé para qué me mandan a convivir con estos.
—Perfectamente, son muy majos y me siento bastante cómoda con ellos —arquea una ceja ante mi respuesta. Suspira.
—Imagino que con Scott no tendrás muchos problemas y Liam es el típico arrogante que cae bien a todos... —Me gustaría muchísimo negar eso, pero no puedo —... pero Asher es distinto —Su mirada me transmite algo que no logro entender bien del todo. ¿Preocupación? ¿Angustia?
—Asher es algo más reservado pero bueno, no es que nos llevemos mal.
Según él os lleváis bastante bien.
—No me malinterpretes, no quiero que pienses cosas raras pero ve con ojo. No sé qué te habrá dicho exactamente de mí pero en una historia siempre hay dos versiones —Vale. Ya voy con la mosca detrás de la oreja, ¿a qué viene todo esto?
—Lo tendré en cuenta... —corro la silla para levantarme con cierto recelo. Creo que no ha sido lo mejor irme sola con un desconocido, aunque irónicamente esté viviendo con tres —Igual debería volver, si no hay nada demasiado relevante con la investigación no entiendo qué hago...
— ¿Te ha hablado ya de Tammy? —me corta y a mí casi me da un cortocircuito.
—No sé quién es —pronuncio lentamente intentando seguir sus pasos.
—Su madre.
—No entiendo por qué debería hablarme de ella si no nos conocemos.
—Es lo que usa siempre para poner a la gente que conoce en mi contra, por la reacción que has tenido cuando te he dicho que vayas con cuidado, intuyo que te ha hablado de mí y no precisamente cosas buenas, ¿Me equivoco? —sigo sin entender a qué viene todo esto. Me da igual llevarme mejor con uno o con otro, solo quiero recuperar mi vida.
—Solo sé que no tenéis muy buena relación, fuera de eso no sé más —tampoco es una mentira.
—Solo tenlo en cuenta y si en algún momento quieres saber la otra versión no dudes en preguntarme —creo que es el momento para que salga de aquí.
—Gracias, Gerard, si tienes novedades llámame —concluyo saliendo con pasos apresurados y dejando a Amy con las palabras en la boca.
¿Qué cojones ha sido eso?
Eso me gustaría saber a mí. Ni sé a dónde quiere llegar con esto pero si antes desconfiaba de los dos por motivos inconexos, ahora la cosa se ha multiplicado por mil teniendo sólidos fundamentos.
Ha sonado como que quiere ponerte de su lado.
Lo que me descoloca más es que se supone que me quieren ayudar, no tendría que haber bandos en esto, a menos que ellos sepan algo que yo no, o que no logro recordar todavía.
¿Qué es lo más conveniente en estos casos?
Igual si empiezas a andar te encuentras con un barranco donde acabar con este martirio.
Precioso final trágico, pero no pienso rendirme así como así. Pretendo descubrir todo, recuperar mi vida y alejarme de estos lo antes posible. Me da que en este pueblo se esconden demasiadas cosas y al final me va a explotar todo en la cara.
— ¡Qué me dejes, joder! —ni dos minutos me dura la paz de mi soledad. Los chicos.
— ¡Asher! —grita Scott cuando este se baja del coche y da grandes zancadas para llegar hasta donde estoy, pareciendo sorprendido al encontrarme ahí fuera.
— ¿Todo bien? —pregunta con cierta cautela mirando por encima de mi hombro antes de fijar su vista en mí de nuevo.
—Todo genial hasta que habéis llegado. Quería un rato a solas para pensar —paso por su lado, llegando hasta el coche y sentándome en la parte de atrás junto a Liam.
—Hey, qué mala cara traes —me pincha la mejilla con el dedo y suspiro.
—Si yo te contara —me hundo en el asiento en el momento en el que el rubio se gira desde el asiento delantero para verme —Si vas a preguntarme cómo estoy déjalo... estoy cansada.
—Vaaaleee... —parpadea algunas veces seguidas pensando en qué decir. Se nota que iba a preguntarme justo lo que le dije que no preguntara —Hemos intentado retenerlo pero, como has podido ver, no ha servido de mucho.
—Asher es imbécil —suelto y Liam se ríe.
—Ese va a ser nuestro grito de guerra desde ahora, ¡Asher es imbécil! —exclama llevándose una mano al pecho con gesto de seriedad y yo niego con la cabeza levemente sin llegar a responder porque el sonido de la puerta del conductor abriéndose capta mi atención —Hablando del rey de Roma... —le doy en el costado con el codo y sonríe de lado.
—Os dejo en casa y nos vamos —comenta viendo a los otros dos chicos con recelo antes de arrancar. Cuando estos se ponen a protestar, enciende la radio y sube el volumen llegando al punto en el que ya no escucho ni mis pensamientos.
Probando... uno, dos, uno, dos...
Mierda, a ti sí te oigo.
¿Lista para la excursión?
Me da miedo, no sé qué puedo encontrarme y me aterra estar a solas. No por el hecho en sí, que también, sino porque no me incomoda saber que nos vamos a quedar solos. Tengo miedo de no tener miedo, básicamente.
Cada día más rarita.
Podrías ayudarme en vez de tanto juzgar.
Ambas sabemos que después de lo que pasó anoche, si aún no has movido hilos para alejarte de Asher es porque hay algo que te está acercando a él. Llámalo curiosidad, verdad, inconsciencia o estupidez pero hay algo en el fondo contra lo que no se puede hacer nada.
Y aquí estoy yo, sin poder negar lo evidente.
****
Las quejas de Liam y Scott fueron bastantes. Ya no sé si era por el hecho del mini secuestro que estaba haciendo Asher conmigo o porque estaba próxima la hora de la cena y sabían que si estábamos fuera no tenían a su súper chef. Como sea. Después de que les bajase del coche como si fueran sacos de patatas mientras yo evitaba reírme para que no lo pagaran también con mi persona, me colé entre los asientos delanteros para quedarme en el del copiloto bajo la atenta mirada de mi acompañante, el cara culo.
— ¿Qué? —lo miro.
— ¿No estabas de morros? —Pregunta medio divertido y me regala una sonrisa burlona.
—Lo estoy.
— ¿Y por qué sonríes? —Pongo mi mejor cara enfurruñada tras cruzar los brazos provocando que emitiera una risa corta y algo ronca —Lo que me imaginaba.
— ¿Qué? —pregunto nuevamente. Vale, quizás y solo quizás me había alegrado un poco el numerito de indignación de los chicos y que me fuera a llevar a algún sitio. Puedo no fiarme de él pero si me saca de casa para enseñarme algo es probable que sea relevante conmigo y tal vez logre sonsacarle información sobre mí.
—Que por mucho que lo niegues sabes que adoras mi compañía, Equis—acelera para entrar nuevamente en la carretera que nos lleva al pueblo. Pero qué creído. Es mi momento de bajarle los humos.
—Ya quisieras tú —ruedo los ojos —Supongo que si tienes tanta insistencia en esto es porque es importante y, por tanto, es muy posible que tenga que ver con lo que sabes sobre mí porque creo que eres la única persona que es capaz de soltar un bombazo así dadas las circunstancias y quedarse tan a gusto sin soltar prenda esperando, además, que confíe ciegamente en ti —Listo. Me he quedado a gusto.
—Qué puedo decir, me gusta ver el mundo arder —Tono arrogante detectado.
—Asher, de verdad... —lo miro con algo de cansancio.
—Te dije que es complejo... Si así te fías poco de mí, imagina si te cuento todo lo demás —niega ligeramente con la cabeza. ¿Qué es tan difícil de creer?
—Puedes probar...
—Quizás otro día, las cosas están medio bien así —toma un desvío a la derecha y el camino se rodea aún más de árboles que, sumado a que está anocheciendo, da un aspecto muy lúgubre a la escena.
— ¿Ya te has cansado de mí y me vas a matar en medio de la nada? —digo mirando por la ventana a la par que froto mis manos para calentarme un poco. No sé a cuantos grados estamos, pero ahora que casi no da el sol este frío de pueblo montañés es aún peor.
—No me hace falta venir hasta el culo del mundo para eso. Es más simple meterte en la ducha y fingir que te has caído sola. Con lo torpe que eres es creíble —responde y lo fulmino con la mirada. Está subiendo la calefacción, cosa que agradezco enormemente.
—Qué gracioso —suspiro, creándose silencio en el coche. En lo personal me gusta poco cuando estoy con alguien y ambos nos quedamos sin tema de conversación, pero no sé qué más decirle, de mi vida no va a hablar.
— ¿Qué tal con Gerard? —Tras dos largos minutos de silencio por fin lo rompe, aunque no sé si es el mejor tema.
—Me ha comentado cómo va la investigación, poco más —Me permito el lujo de mirarlo y su expresión me deja claro que no parece demasiado conforme con la respuesta.
— ¿Solo?
— ¿Esperabas algo más? —Esta vez soy yo la que usa un tono divertido.
— ¿Sinceramente? Esperaba que me pusiera a parir solo para crearte un conflicto interno —Chico, dime qué comes que adivinas —Oh, creo que he acertado —añade tras mi silencio sonriendo con arrogancia.
—Yo no he dicho nada.
—Ni falta que hace, Equis.
—Ya puedes dejar de decirme así, tengo nombre, ¿Sabes?
—Así te decía antes, cuando todavía me recordabas.
Es simplemente eso lo que basta para que me empiece a gustar. Me podéis decir rara pero es un pequeño hilo que tengo con mi antigua yo y, como ya he dicho, me genera una ligera sensación familiar que me agrada. Quizás más de lo que me gustaría.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top