Capítulo trece.
—Entonces dice que este dedo es de Thomas Ren. —Dijo por séptima vez la oficial John, la abuela, me miró, bajando la cabeza hasta ver por encima de sus gafas.
— ¡Ya le dije que sí! —Me desesperé.
—Señorita, Thomas Ren, está vivo, vino ayer para reportar un gato que no quería bajar de un árbol.
— ¡Ayer!... Espere, ¿qué?, ¿ayer a qué hora?
—Quizá a las ocho de la noche.
— ¿Hay algún forense aquí?, quiero saber de quién es ese dedo.
—De alguien muerto. —Respondió malhumorada.
—Si no le agrada la gente debería renunciar a su trabajo. —Me paré indignada y me fui. Un oficial iba pasando. — ¿Disculpe? —Éste se detuvo y me brindó una sonrisa, pero ésta cambió al ver el dedo que tenía en la caja. Frunció la nariz ante aquel olor nefasto. Tomó mi brazo y me llevó con una forense.
— ¿Me ayudaría a saber de quién es este dedo? —Dije asustándola.
— ¿Dónde lo encontraste? —Dijo mirando críticamente el dedo.
—Me lo dio mi acosador. —Sonreí ingenua. Ella frunció el ceño. —Vea. —Señalé la carta.
—Esto es...
—No lo he acusado, estoy reuniendo información.
—Esta prueba es la única que necesita. —Me miró, una sonrisa provocó el comentario, pues al final iba a ser libre.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top