Capítulo dieciseis.
Kaley, oí que me acusaste, con la policía, ¿por qué?, ¿acaso amar es malo?, ¿por qué me tienes miedo? Si estás de mi lado no hay nada que temer. Te lo prometo, sólo me salgo un poco de las vías.
Sólo entiende que te amo, no soy un asesino; estoy ayudándote, no soy la única persona que mató a alguien.
¿Y sabes?, querer saber de quién es ese dedo, te ciega las posibilidades de pensar que lo tienes muy cerca de ti.
Tres.
La carta estaba en el tapete de bienvenidos, y yacían tres hermosas flores, comencé a preguntarme de dónde sacaría tanta flor, Richard me había acompañado, pues tenía noticias, iba a regresar conmigo a la pequeña casa donde habitaban nuestros padres últimamente. Junto a él me sentía segura.
Mientras que Thomas, después de salir de hospital hice una parada a su casa, nadie abrió la puerta, la ventana estaba rota, así que entramos por ahí.
Nos dimos cuenta que se había ido. Al salir del lugar, el vecino me entregó una carta de él que decía así.
Kaley Novack.
Siempre estuve enamorado de ti, desde hacía cinco años, intentaba conquistarte sólo que unos días era alegre y feliz, y otros simplemente no era nada. No era por ti, sólo que suelo pensar mucho y eso no me deja tranquilo. Y bueno... Te extrañaré, pero te guardaré en mi memoria, te esconderé en esos recuerdos, los que mejor te memorizas, porque son los que más te marcan; esa palabra, esa acción, esa persona.
Sólo que alguien me amenazó, me dijo que no te siguiera, que no te hablase, que no respirara el mismo aire que tú, porque te iba a dañar, así que éste es mi adiós.
Te prometo que cuando me necesites, sólo necesitas llamar al viento y apareceré, pero shh, es un secreto.
Thomas Ren.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top