Capítulo cuarenta y siete.
Viajé unos días en carro hasta llegar a mi destino, toqué la puerta de la casa, estaba un poco nerviosa. El chico de chinos, me recibió, dándome un gran abrazo.
— ¡Hace años que no te veía! —Le correspondí el abrazo.
—Te extrañé, Darwin. —Afligí.
— ¡Kaley! —Sophia se nos unió al abrazo.
Darwin era mi primo lejano, era hijo del hermano del primo de la hermanastra de mi papá, por eso digo lejano. La última vez que los había visto fue en el funeral de papá, ellos se me acercaron y me dieron muchos ánimos, después de un par de meses se fueron a vivir a Tucson. Y Sophia era su hermana. Me separé de ellos.
—Necesito un favor. —Sabia que Darwin trabajaba en entrenar a personas quienes luchaban en la televisión y Sophia era muy flexible, practicaba gimnasia desde los tres años y actualmente lo sigue haciendo.
—Será un placer.
—Verán... —Conté todo, o al menos eso intenté, desde el principio sobre Tres, necesitaba que ellos me entrenaran, cuando terminé ellos me miraban con horror, comenzaron a disculparse por Ingrid, Iris, Richard, dijeron que querían conocer a Leah, Onix y Axel... Hablando de él, espero que lo de irme no le haya causado algo malo. Ellos dijeron que si, que me apoyarían de todo. Me mandaron a comer algo, y me dijeron que iba a empezar mi entrenamiento mañana por la mañana, que ahorita debería de disfrutar de quién es, porque ya no iba a ser la misma después de ese día.
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