Una Vez Más, Regresa Por Donde Había Venido
Después de aproximadamente dos horas, Fuutarou recibió el alta médica y junto a Takebayashi se encaminaron hacia el hogar del joven adulto. El trayecto transcurrió en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos sobre lo sucedido esa tarde en el hospital.
Por su parte, Raiha decidió retirarse una hora después de haber llegado a ver a su hermano. Aunque Fuutarou ya se sentía mucho mejor, Raiha notó el cambio en el ambiente y comprendió que su presencia ya no era necesaria. A pesar de su buen corazón y deseo genuino de cuidar a su hermano, no pudo evitar sentirse un poco desplazada. Sus ojos, habitualmente cálidos y llenos de afecto, ahora mostraban una frialdad inusual mientras observaba a Takebayashi. Era evidente que la presencia de la nueva compañía de su hermano la hacía sentir incómoda y protectora, y su mirada no dejaba de transmitir una sensación de desconfianza hacia la persona que ahora acompañaba a Fuutarou.
Raiha, que siempre era alguien muy amable y atenta, al notar a la mujer que acompañaba a su hermano cambio su actitud en segundos, volviendose fría, directa y hasta un poco grosera. Esto sorprendió en sobremedida a Takebayashi, pero tras lo dicho por Fuutarou ahora se sentía curiosa.
¿Cómo fue que Raiha cultivo un rencor tan grande? ¿Por qué ahora desconfía de las mujeres? Era algo inusual, y más tratándose de una jovencita de secundaria.
Mientras que, Fuutarou se encontraba algo pensativo. Debido a que por una ligera preocupación del doctor se le cito a una pequeña reunión con un psicólogo. Claro, que Fuutarou en primera instancia se negó rotundamente pero Takebayashi, preocupada por su estado le insistió en que aceptará ir.
Pero no quería.
— Oye... — Takebayashi rompió el silencio — ¿Puedo preguntar algo? —
— No quiero ir — Fuutarou se negó, evitando de alguna manera que Takebayashi insistiera en que el fuera a esa reunión con el psicólogo — No tengo tiempo para eso —
— Eso no era lo que quería decir, además ¡Solo es una pequeña sesión! No entiendo porque te niegas tanto a la idea —
— Entonces... ¿Qué querías preguntarme? —
— Hmmm — Takebayashi hizo un puchero un poco molesta por que Fuutarou evadió el tema — Bien, por ahora dejemos así. En cuanto a la pregunta, se que puede ser un poco difícil para ti pero... Quiero saberlo —
— Solo dímelo —
— ¿Por qué Raiha-san le tiene tanta desconfianza a las mujeres? —
La pregunta no sorprendió a Fuutarou, ya que noto como la mujer estuvo tan pensante desde lo que paso en el hospital.
— Probablemente sea por las Nakano — Fuutarou respondió, dudoso — Desde que me abandonaron ella empezó a comportarse de esa manera con la mayoría de las mujeres, especialmente las que se acercaban a mi por cualquier motivo —
— ¿Probablemente? —
— Si, es difícil saber un porqué en concreto. Ella nunca me lo dijo así que simplemente llegue a esa suposición —
— Creo no comprender... — Takebayashi empezó a confundirse — Se que esas cinco idiotas hicieron algo despreciable cuando te abandonaron pero ¿No tendría más sentido que las odiara totalmente a ellas únicamente? No tiene sentido que cobrará un odio y desconfianza a la mayoría de mujeres —
— Eso lo sé, pero por más que insisto en saber ella se enoja más — Fuutarou respondió — Es muy cerrada con el tema —
— Bueno... Por lo menos es bueno saber que no me odia —
— Lo siento si te incomodo, hablaré seriamente con ella de ello —
— ¡No, no! — Takebayashi negó inmediatamente — No hace falta que la regañes —
— Pero... —
— Solo demosle tiempo, de alguna forma la entiendo... Después de que pasaras por todo eso, es normal que ella se preocupe —
— Si tu lo dices... — Fuutarou suspiro — Ya es muy tarde, deberías quedarte en mi casa por hoy —
— Oh.... — Takebayashi forzó un rubor en sus mejillas — Esa es una propuesta bastante indecente Fuutarou-san —
—.... Mejor duerme en la calle —
— Solo juego contigo... Pero, pasando a un tema mucho más serio — Takebayashi lo observó seriamente — Debes ir a esa sesión de terapia —
— Estoy bien Takebayashi... — Fuutarou insistió — No hace falta perder el tiempo con esas cosas —
— Tomar un momento para resolver tus problemas no es una pérdida de tiempo —
— ¿Qué? —
— Se que estas aun frágil por lo que paso hace más de tres años... — Takebayashi tomo su mano, y la apretó con fuerza — Se que aun luchas en silencio con todos tus demonios internos... Se que me mentiste en el hospital cuando me dijiste que estabas bien, también se... Que no confías en mi —
— Takebayashi yo... —
— No se que cargues contigo por dentro, el porque te culpas tanto, no pretendo forzarte a hacer algo que no quieras pero... — Ella volteo su rostro para que sus miradas se conectaran entre sí — Me preocupo por ti, porque sigues sufriendo en silencio... Por eso, si no tienes aun la confianza para decirme todo, puede ser un buen paso para ti ir a un psicólogo —
Después de unos momentos de reflexión, Fuutarou permaneció en silencio. Takebayashi no estaba equivocada al notar que algo no iba bien con él. No podía negar que llevaba un peso interior, una carga de culpa que lo había mantenido en silencio durante mucho tiempo.
Sin embargo, la razón por la cual evitaba buscar ayuda y ocultaba la verdadera profundidad del evento que había ocurrido hacía más de tres años se resumía en un único temor...
El miedo al ser juzgado.
Este miedo lo atormentaba constantemente. Aunque deseaba poder confiar plenamente en Takebayashi y abrirse completamente sobre todo lo que había pasado, aún luchaba con esa barrera interna. Quería comenzar su camino hacia la sanación, pero la idea de ser juzgado seguía siendo un obstáculo difícil de superar.
Después de unos momentos de reflexión, Fuutarou decidió romper su silencio. Miró a Takebayashi con determinación, sintiendo la necesidad urgente de abrirse y expresar lo que había estado guardando tanto tiempo.
— No quiero seguir escondiendo esto — Fuutarou comenzó a hablar, con su voz firme pero cargada de emociones contenidas — Me he sentido culpable por demasiado tiempo, pero ya no puedo cargar esto solo. Necesito contarte todo, necesito que entiendas lo que pasó, cómo me siento al respecto —
Takebayashi escuchaba con atención, manteniendo una postura firme y con su expresión suavizándose al ver la sinceridad en los ojos de Fuutarou.
— Fuutarou-san... —
— Sé que no es fácil para mí, pero confío en ti más de lo que puedo expresar con palabras — continuó Fuutarou, con un leve temblor en su voz — Quiero creer que puedo superar esto contigo a mi lado, que tu apoyo me ayudará a encontrar la paz que he estado buscando, pero... Tengo miedo, miedo a ser juzgado —
Takebayashi asintió lentamente, se acercó y abrazo a Fuutarou en un gesto de apoyo silencioso. La confianza y el entendimiento entre ellos crecían mientras Fuutarou finalmente comenzaba a liberarse de las cadenas de su propio silencio.
— Te estas esforzando mucho ¿Verdad? — Takebayashi dijo en un tono de voz tranquilo — Yo... Me siento muy feliz, de que quieras progresar, de que quieras confiar en mi —
— Yo no soy alguien tan bueno, cometí tantos errores... Que me siento tan avergonzado, tan inútil y tan poco hombre —
A pesar de decir eso tan fluidamente, su tono de voz cargaba una profunda tristeza.
Takebayashi, se mantuvo unos segundos en silencio hasta que decidió romperlo, con un tono de voz suave y una actitud comprensiva.
— Eres un maravilloso hombre, si no fuera así ¿Por qué esas pequeñas se ven tan lindas y sanas? —
— Pero... —
— Nadie es perfecto, cometemos errores y lo que nos hace buenas personas es reconocerlos, justo como lo estás haciendo — Takebayashi se separo, y nuevamente sujeto la mano de Fuutarou — Nunca te juzgare Fuutarou, porque.... —
— ¿Por qué...? —
— No sería capaz de hacerle eso a nadie.... Y menos a alguien tan importante para mi, no tienes que cargarlo todo tu solo ¿Sabes? Puedes tomarte tu tiempo, yo... Estaré aquí—
En la oscuridad de la noche, bajo el parpadeo intermitente de las farolas que lanzaban sombras fantasmales sobre el pavimento, ambos se veían entre sí. Las palabras de ella resonaban en su mente mientras el silencio se prolongaba entre ambos, solo interrumpido por el murmullo distante de la ciudad.
Takebayashi se mantenía frente a él, con una expresión serena y comprensiva. Había visto a través de su fachada de fortaleza, entendiendo el peso de sus responsabilidades y la carga emocional que llevaba "No tienes que cargarlo todo tú solo", había dicho con suavidad, sus palabras como un faro en medio de la tormenta emocional que atormentaba a Fuutarou.
Él la miraba con los ojos brillantes por las lágrimas reprimidas, incapaz de articular una respuesta. Las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas mientras el alivio de sentirse comprendido por alguien lo inundaba por completo. En ese instante, el peso de sus preocupaciones parecía más ligero, al menos por un breve momento bajo el cielo nocturno.
(...)
— Las luces están encendidas — Fuutarou dijo extrañado, se encontraba junto a Takebayashi en la entrada del hogar del pelinegro — ¿Crees que las niñas sigan despiertas? —
— La cacera se fue hace unas horas y cuando llamé dijo que ellas se habían ido a la cama — Takebayashi respondió, bastante extrañada — Probablemente se hayan despertado —
Preocupados, entraron al lugar y no había nadie en la sala, sin embargo se sentía un olor a curry en el lugar.
— Onii-chan, llegas tarde — Raiha reveló su figura, tenía puesto un delantal azul — Te prepare la.... — Tomo una pausa al ver que Takebayashi venía con él — Cena.... —
— No me dijiste que vendrías — Fuutarou dijo, sorprendido — Es cierto que te di una copia de las llaves, pero por lo menos avisa —
— ¿Qué hace ella aquí? —
— Era muy tarde, así que como nuestro hogar queda cerca la invite a pasar la noche —
— Ah, eso no es algo típico de ti —
La mirada de Raiha parecía juzgar a Takebayashi quien se mantenía en silencio, no quería decir algo que incomodara a la menor.
— ¿Las niñas están dormidas? —
Fuutarou pregunto, tratando de desviar las miradas y atención de Raiha.
— Oh, claro... Si, al llegar lo estaban — Raiha respondió con un tono de voz seco — Siéntense, les servire la cena —
— P-Perdón por las molestias — Finalmente Takebayashi rompió el silencio — Y-Yo... No quería incomodarte —
Raiha se volteo con intención de ignorarla, sin embargo...
— ¿Por qué están tomados de las manos? —
Era cierto, sin darse cuenta ambos vinieron tomados de las manos y hasta ahora no se habían soltado.
Takebayashi, sonrojada intento soltar rápidamente la mano de Fuutarou pero el no la dejo, y la apretó.
— No es algo a lo que tengas que darle importancia — Fuutarou respondió — Además. Me muero de hambre —
Raiha, sin decir nada volvió a la cocina.
— Q-Qué I-inesperado... —
Takebayashi dijo nerviosa.
— Enserio siento que te incomodes, cuando yo te invite —
Fuutarou dijo.
— No pasa nada, quizás tenga una oportunidad para hablar con ella — Takebayashi respondió — Iré a cambiarme así que... ¿P-Puedes soltarme? —
— Esta bien — Fuutarou soltó la mano de la mujer, quien estaba intentando esconder su rostro sonrojado — Además ¿Tienes ropa de cambio? No recuerdo que dejaras algo aquí —
— Bueno, tuve un presentimiento así que traje ropa de repuesto en la tarde cuando estuve con las niñas —
— ¿Es el famoso sexto sentido que tienen las mujeres? —
— Llamalo más intuición femenina — Takebayashi respondió — En fin, ya vuelvo —
Fuutarou observo como Takebayashi iba hacia la habitación principal, luego se dirigió hacia el comedor y empezó a esperar la cena.
— (¿Por qué no solté su mano?) —
(...)
A media noche, Takebayashi se despertó, observando a su alrededor como el futon de al lado estaba vacío.
Raiha, por la hora tardía tuvo que pasar la noche en el hogar de su hermano. Esto no le molesto a la mujer en absoluto ya que de alguna manera quería hablar con ella, pero Raiha la evitaba.
Fuutarou dormía plácidamente, esto causo una leve sonrisa en la mujer ya que esto presentaba mejoras en él. Sin embargo, su preocupación se centro ahora en la menor de los Uesugi.
Curiosa, se levantó y fue hacia la sala, en la que Raiha estaba sentada en una silla tomando algo de agua. Ella se percató rápidamente de la presencia de Takebayashi pero no dijo nada.
Takebayashi, tratando de romper el hielo se sentó enfrente de ella, quien no paraba de verla fijamente, como si estuviese tratando de juzgarla.
— Es muy tarde Raiha-san — Takebayashi rompió el hielo — ¿Esta todo bien? —
— Tenía sed —
Raiha respondió.
— Oh, comprendo —
— ¿Onii-chan esta durmiendo? —
— Como un tronco —
— Eso es bueno, así no podrá escuchar — Raiha cruzó sus brazos — Ahora dime ¿Qué quieres de él? —
— ¿Eh...? —
— No te hagas la idiota — Raiha se empezó a molestar — Tu... No eres diferente a otras mujeres seguramente —
— ¿Qué quieres decir con eso? —
— Vamos, primero entras a la vida de un chico, lo tratas bien y finges apoyarlo y quererlo — Raiha la vio con la peor mirada que podía hacer, parecía que quería golpearla ahí mismo — Haces lo que quieres con el y una vez no te sirve o te estorba... Lo abandonas —
— ¡Yo jamas haría algo así! — Takebayashi se molesto por él como Raiha la estaba juzgando — ¿Cómo puedes decir tales cosas? —
—.... Solo dejalo en paz, no quiero que lo lastime otra mujer —
— ¿Es eso lo que realmente piensas Raiha-san? Escuche lo que paso hace más de tres años — Cuando la mujer le dijo esas palabras, Raiha empezó a ponerse nerviosa y tensa — No se porque desconfías tanto de las mujeres, pero no todas somos iguales —
—..... Eso mismo me dijeron ellas, al fin y al cabo, para muchas mujeres los hombres solo son herramientas — Raiha respondió, intentando mantener la calma — Tu... No debes ser diferente, no eres como yo —
— ¿Acaso ellas te hicieron algo? Si es así podemos.... —
— ¡No quiero escuchar nada de ti! ¡No sabes nada! —
— Es cierto, pero yo... Quiero ayudar a tu hermano —
— ¿Y que puedes hacer tu? Espera... No me digas — Raiha intensificó su mirada, y se levantó de su silla para ver de reojo a Takebayashi — A ti... ¿Te gusta mi hermano? —
Nota del autor.
Se prendió esta mierda.
En medio de dudas y remordimientos, Fuutarou se abre cada vez más con Takebayashi, quien a pesar de la desconfianza recibida no deja de apoyar al prota.
Sin embargo, la hermana del frutitas anda bien castrosa pero con un motivo justificado. Ya que, por lo que paso hace más de tres años desarrollo una gran desconfianza en las mujeres.
¿Por qué desconfía tanto en su propio género?
¿Acaso las quintillizas le hicieron o dijeron algo que la afectó?
¿Esta bien que Raiha quiera proteger a su hermano?
¿Takebayashi logrará ayudar a Raiha y atravesar esa desconfianza?
¿Fuutarou cuando le contará a Takebayashi lo que sea que haya sucedido? Tomando como énfasis el motivo por el cual se culpa.
Pero eso no es todo... Fuutarou por alguna razón no soltó la mano de su amiga.
¿Por qué será?
Qué cliche jaja.
Cada vez vamos más lejos en la historia, por lo cual eso significa que el primer arco de la historia finalizada más o menos en el capitulo 10/parte 10.
Se vienen cositas gente. Se tarda pero no hay decadencia... Aun.
¿Qué les pareció el capitulo? ¡Leerlos me anima bastante!
Gracias por seguir apoyando la publicación de esta historia y sin más que decir les doy un abrazo psicológico y nos vemos en próximas actualizaciones.
AAAADIOOOOOS.
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