No Hay Más Opción Que Esperar Que Sean Felices Con Su Futuro
En la residencia Uesugi todo estaba siendo descomunalmente agitado. Ya que las niñas estaban empacando todo lo que llevarían al viaje a Kioto.
Fuutarou y Akane habían decidido esto con mucho tiempo de anticipación, y claro, esto involucraba a Raiha e Isanari quienes accedieron sin dudarlo.
Penosamente Manjirou no podría ir en esta ocasión, aunque si pidió que le compraran algún regalo o recuerdo de allí
Akane era la que parecía estar más emocionada con la idea del viaje, sin embargo también había una ligera preocupación en ella. Resultaba que aquel lugar era muy importante para Fuutarou en el pasado, ya que allí fue donde conoció a dos de las quintillizas.
Akane sabía está historia, y el motivo de su preocupación era que Fuutarou tuviera malos recuerdos debido a la nostalgia, y no lo culparia si fuera así.
Era extraño que él estuviera tan de acuerdo en ir hacia allí, también tenían otras opciones como Okinawa o Hokkaido. Sin embargo al final estuvieron de acuerdo en que Kioto sería la mejor opción para disfrutar de unas buenas vacaciones.
Fuutarou observaba con mucha atención a sus hijas, fijándose en que no empacaran algo innecesario o colaran sus juguetes, pero en su mirada había algo diferente.
¿Emoción? ¿Nostalgia? Eran cosas que ella no sabía.
— Oye — Akane llamo la atención de su novio — ¿No tienes problemas con ir a Kioto? —
— ¿Por qué? ¿Querías ir a otro lugar? —
Fuutarou preguntó dudosamente.
— N-No, es solo que... Entiendo que Kioto sea de alguna forma un lugar especial para ti y quizás te traiga recuerdos sobre... ya sabes quiénes —
— Con que es eso lo que te preocupa, bueno, es cierto que quizás tenga recuerdos pero mi motivo para ir allí no es rememorar el pasado —
— ¿Tenías un motivo? —
— Claro, no sé si lo recuerdes pero... Principalmente nosotros teníamos planes para pasar el rato en el viaje escolar cuando éramos niños — Fuutarou respondió — Pero como te la pasaste con ... ¿Sakada? Creo que así se llamaba —
— Sanada-kun —
— Ese tipo, si, tu de la nada me empezaste a ignorar y te juntaste con el, así que yo me desvíe y paso lo que tenía que pasar —
— Oh ¿Me estas culpando? ¿Estabas celoso?—
Akane lo observó de manera divertida.
— No, pero el tema es que quiero que vayamos a Kioto por esa razón —
— Me temo que no entiendo ¿Es por qué quieres buscar a Sanada-kun y presumir que soy tu novia o que? Dudo que el viva en Kioto —
— Enserio que tu sí eres un caso perdido — Fuutarou suspiro — Solo quiero que aprovechemos esta oportunidad para hacer los recuerdos que no hicimos en ese momento —
— O-Oh... Y-Ya veo — Akane se avergonzó un poco, ya que no esperaba que Fuutarou tuviera esa razón para ir — ¿T-Tanto te importa eso? —
— ¿Estabas preocupada de que pensara en esas mujeres y no en ti? Me resultaste bastante celosa, y yo que en el hospital grite cuanto te amaba, pensé que eso era prueba suficiente para demostrarte cuanto te quiero —
— ¡Y-Ya b-basta tarado! — Akane le dio un empujón — ¡M-Me estás t-tomando el pelo a propósito! —
— Quizás —
— Mooou — Ella hizo un puchero — Solo es divertido cuando yo te molesto —
— Pero hablo enserio, quiero escribir esos recuerdos que no tuvimos esa vez —
— M-Me dejaré llevar por esta vez — Akane se volteó para evitar que la viera a la cara — Pero... Realmente me alegra, y estoy muy ilusionada con el viaje —
— Entonces, que este sea un viaje maravilloso —
(...)
— Vaya ¿Quien diría que iríamos de vacaciones? — Isanari, quien jugaba a las cartas con Akane dijo — Prepárate Akane-chan, esta vez iré con todo —
— Por favor nee-san, se compasiva con mi papá — Raiha bajo la cabeza — Si es por el, es capaz de apostar la casa —
— Tu tranquila Raiha-chan, que en todo caso la casa la dejaré a tu nombre —
Akane dijo con confianza mientras veía fijamente su mazo de cartas.
— ¡No asumas que ganarás! —
Isanari dijo confiado.
— No pensé en ver algo tan interesante en el tren... Hasta que papá decidió pedirte la revancha — Fuutarou dijo mientras veía fijamente a Akane — ¿Cuanto dinero piensas quitarle? —
— Lo suficiente para costearnos una semana más en Kioto —
— No tengo tanto, además no me vas a ganar —
(...)
— ¡¿Q-Qué demonios?! — Isanari cayó derrotado — ¡¿C-Cómo es que...?! —
— No hagas apuestas que no puedes ganar papá —
Raiha dijo mientras daba un suspiro.
— Abuelo, eres bastante malo — Kaede dijo, ella estaba sentada en las piernas de Akane y sostenía su propio mazo de cartas — Hasta yo te gane y apenas aprendí a jugar —
— Esto es humillante —
— Creo que mamá no fue la única que nos dejó con deudas — Fuutarou dijo en voz baja — Apestas en esto, viejo —
— Escuché lo primero — Isanari dijo molesto — Además es injusto, dijiste que eras una amateur Akane-chan —
— Aprenda a perder suegro — Akane, quien sostenía unos cuantos billetes en su mano presumió — Muy bien Kaede, con esto compraremos unas cuantas cosas para ti y las demás —
— ¡Yujuuuu! —
— ¡Mmm! ¡No es justo que solo Kaede pueda sentarse con ustedes! — Mai quien llegó de los asientos de atrás bufo algo molesta — ¡Yo tambien quiero estar con ustedes! —
— No tienes que gritar Mai, ven aquí — Raiha señaló su regazo — Tenemos espacio —
— mmmm — Yuki quien apareció de repente, sin siquiera preguntar se sentó en el regazo de su papá — No me dejen de lado —
— ¡Waaaa! ¡Yo quiero sentarme con mamá! — Rena exclamó — ¡Tu ya tuviste mucho tiempo con ella Kaede! —
— Lo mismo digo — Hiroko dijo — Hiroko también merece algo de tiempo de calidad con mamá —
— Jejeje... Ya escuchaste Kaede —
Akane río un poco nerviosa.
— ¿Y nadie prefiere al abuelo? — Isanari intento salvar la situación — Auch... Y yo que las quería tanto, que daba igual...—
— ¡N-No digas eso abuelito! — Hiroko rápidamente fue hacia él — ¡Hiroko quiere mucho al abuelo! —
— Mou, no tengo donde sentarme —
Rena se puso cabizbaja, sin embargo Fuutarou hizo un pequeño espacio para ella.
— Es un poco incomodo, pero así no colocaras esa cara — Fuutarou dijo — Disfrutemos este tiempo juntos —
— ¡Todo es más divertido desde que mamá volvió! — Rena dijo — Así que seguro la pasaremos super —
— Ummm... Ahora que lo mencionas ¿Donde estuviste el tiempo en el que no te vimos? —
Kaede pregunto.
— ¿Q-Qué quieres decir...? —
Akane pregunto muy nerviosa.
— Pues, aunque no recordamos bien, tú viniste cuando teníamos cómo 3 años — Hiroko respondió con una expresión de duda en su rostro — Creo que papá no nos dijo nunca nada de ti —
— ¿O si lo hizo? — Rena cuestionó a su papá — Tenemos recuerdos muy borrosos de eso, aún éramos muy pequeñas —
— ¡Pero ya somos grandes! —
Mai dijo con orgullo.
Después de las palabras de las pequeñas, el ambiente se tenso de repente.
Para las cinco niñas de siete años, Akane es mucho más que una madrastra; es su mamá, la persona que las cuida, las quiere y las hace sentir seguras. Ellas ven en Akane el amor y la protección que necesitan para crecer felices.
Fuutarou y Akane habían decidido no contarles la verdad sobre la verdadera relación entre Akane y las niñas por una razón simple: quieren protegerlas. A tan corta edad, revelarles que Akane no es su madre biológica podría ser confuso y doloroso. La verdad podría alterar su sentido de seguridad.
Para ellos, lo más importante ahora es que las niñas se sientan amadas y protegidas. Han creado un hogar lleno de cariño, y ese entorno estable es lo que las niñas necesitan para sentirse seguras y felices. Cuando llegue el momento adecuado, Fuutarou y Akane planean contarles la verdad de una manera que sea comprensible y manejable para ellas, siempre con el apoyo que necesiten para enfrentar cualquier cambio.
Por ahora, el objetivo es que las niñas crezcan con el amor y la seguridad que necesitan, sin que la verdad les cause dolor o confusión. La prioridad es su bienestar emocional y su felicidad en el presente.
En la vida, hay momentos en los que la verdad parece demasiado complicada o dolorosa para ser revelada. El caso de Akane y las cinco niñas es un ejemplo de cómo, a veces, las mentiras se construyen con la intención de proteger, pero también con la incertidumbre de cuánto tiempo podrán sostenerse.
El tiempo es un factor crucial cuando se trata de ocultar una verdad. Las mentiras, por muy bien intencionadas que sean, tienden a ser frágiles. Cada día que pasa, la verdad se convierte en un peso más difícil de llevar, y la preocupación de cuándo será el momento adecuado para revelarla puede ser agobiante.
Para Fuutarou y Akane, el dilema no es solo sobre mantener la ilusión de que Akane es la madre biológica, sino también sobre cuánto tiempo podrán hacerlo sin que las niñas empiecen a notar incongruencias. La infancia es un periodo de crecimiento rápido, y lo que hoy parece una protección razonable puede convertirse en una carga inesperada mañana.
La pregunta es: ¿Cuánto tiempo podrán seguir cubriendo la mentira antes de que la verdad se haga inevitable? Cada día que pasa, la presión aumenta. Las niñas crecen, sus preguntas se vuelven más complejas y sus capacidades de entender las situaciones se desarrollan. En algún momento, la verdad saldrá a la luz, y la clave será encontrar el equilibrio entre el tiempo de revelación y el impacto emocional en las niñas.
Mantener una mentira a largo plazo requiere una cuidadosa planificación y un constante ajuste a nuevas circunstancias. La esperanza es que, cuando llegue el momento de contarles la verdad, el amor y el apoyo que han recibido les permitan enfrentarla con la fortaleza necesaria para adaptarse a la nueva realidad. Sin embargo, el desafío de sostener una mentira es siempre un recordatorio de que la verdad, aunque a veces dolorosa, es inevitable y, a largo plazo, es fundamental para construir relaciones basadas en la honestidad y el respeto mutuo.
Y posiblemente, el momento de revelar todo podría llegar pronto.
— Su mamá tuvo que irse de viaje por un largo tiempo — Fuutarou inmediatamente encubrió a Akane — Akane solía estar muy ocupada y no tenía mucho tiempo —
— E-Es verdad — Raiha respondió nerviosamente ante la mirada atenta de las niñas — ¡Nee-san estuvo muy ocupada! —
— ¿Es en serio? — Yuki pregunto un poco dudosa por la reacción de los adultos — ¿Pero por qué no nos dijeron nada? —
— Eran muy pequeñas, además muy lloronas — Isanari dijo aparentando cierta tranquilidad — Si se los decíamos probablemente dirían "Waaaa, quiero a mi mami waaaa" —
— ¡N-Nosotras no éramos lloronas! — Mai intento defenderse así misma y a las demás — ¡Éramos muy fuertes! —
— Así que eso pasó....—
Rena dijo.
— Tranquilas niñas — Akane, ya más calmada dijo — Ahora nunca me iré de su lado, así que dejemos ese tema hasta ahí —
Las niñas asintieron convencidas por el momento.
(...)
Una vez habían llegado a su destino, los dos hombres empezaron a recoger el equipaje del tren mientras que Akane y Raiha cuidaban a las niñas, quienes estaban uniendo sus manos entre si para no perderse.
— Jeje... Parece que es demasiado equipaje —
Raiha mencionó.
— Lo peor es que solo estaremos una semana —
Akane dijo mientras sonreía.
— Por cierto nee-san ¿Está todo bien? —
— ¿Ummm? —
— Ya sabes, sobre lo que pasó hace un rato en el tren —
Raiha le susurró.
— Solo me puse un poco nerviosa, pero... Se que tarde o temprano tendrán que saber la verdad —
Ella respondió.
Raiha no muy convencida decidió guardar silencio sobre el tema.
— Pero en fin, seguro podremos ir a varios sitios y tomar muchas fotos ¡Eso es lo que importa! —
— Tienes razón, por cierto, debo ir al baño — Akane se soltó del agarre de Rena quien la vio algo dudosa — Disculpa cariño, iré al baño —
— Está bien mamá, no tardes —
Rena respondió.
Sin más Akane se fue al baño.
Luego de salir de hacer sus necesidades en el retrete, noto que había otra persona allí. Difícilmente podía ver su rostro ya que estaba cubierto por una capucha, ella estaba recostada en una de las paredes.
Akane le resto importancia y fue a lavarse las manos, sin embargo algo la inquietaba sobre esa persona.
Luego de acabar y estar a punto de irse esa persona la tomo del brazo.
— ¿Qué haces? —
Akane se soltó rápidamente y empezó a tomar guardia.
— Tal vez no fue la mejor manera de abordarte — Ella se quitó la capucha, revelando un corto cabello rosa, sus ojos eran azules como el zafiro y tenía una cara muy hermosa — Supongo que es la primera vez que estamos cara a cara —
— Tu.... Reconocería esa cara donde fuera — Akane apretó sus puños con impotencia — Es imposible de olvidar —
— Lo mismo digo, Takebayashi-san — Ella sonrió, sin embargo se notaba que su sonrisa era muy forzada — Soy Ichika Nakano, y ahora me pregunto ¿Qué hacías tan apegada a mi familia? —
Nota del autor.
Se calentó está mierda.
Lo prometido es deuda, aquí tienen jóvenes.
Todo parecía calma, sin embargo no todo podía ser paz ¡Ya llegó el arco que seguramente van a disfrutar más que nada!
Y lo digo enserio jaja.
A pesar de que todo parecía paz, las niñas tarde o temprano empezarían a dudar por lo minimo, preguntándose ¿Por que Akane que es su madre estuvo tanto tiempo fuera de sus vidas?
Recuerdan vagamente que ella apareció por primera vez cuando tenían 3 años.
Pero Fuutarou salva la situación haciendo entre comillas una mentira piadosa.
¿Acaso estuvo bien ocultarles la verdad?
¿Qué impacto tendrá en ellas si descubren lo que pasa?
Pero eso no es todo, ya que un top 5 personajes más odiados del fic hace su aparición, sin embargo de una forma bastante distinta.
¿Por que Ichika abordo a Akane?
¿Acaso nuestra mamá luchona le dará una madrina?
¿Cuando las niñas sabrán la verdad?
¿Como reaccionara Fuutarou ante tal encuentro?
Pronto lo sabremos.
¿Qué les pareció el capítulo?
Leerlos me anima mucho!
Sin más que decir les doy un abrazo psicologico y nos vemos en el cierre del mini arco uwu.
Chao chao!
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