—¡Deja de contenerte y ven a por mí con todas tus fuerzas! —grita Grindelwald al sentir que Tom se está conteniendo.

Tom deja de esquivar y lanza un hechizo con un rápido Protego. La batalla se detiene mientras ambos bandos se miran fijamente por un momento.

"Está bien, pero tú lo pediste. Intenta no morir tan fácilmente, ¿de acuerdo?", dice Tom mientras conjura una gran espada hecha de energía sobrenatural.

Con la espada firmemente en la mano, Tom se lanza directamente hacia Gellert. Cuando vio que Tom se acercaba para un combate cuerpo a cuerpo, Grindelwald se burló y comenzó a lanzar hechizos nuevamente.

Cuando los hechizos se acercaron a Tom, este saltó al aire como si hubiera saltado de un trampolín, saltando sobre cada hechizo con facilidad a medida que se acercaba a su enemigo.

Al ver a Tom volar por el aire, Gellert pensó que sería presa fácil.

"¡Avada Kedavra!" Lanzó una maldición asesina de precisión milimétrica hacia Tom, pensando que no podría esquivarla en el aire.

De repente, la parte inferior de las botas de Tom se iluminó de color dorado mientras daba un paso en el aire y evitaba fácilmente la maldición asesina.

Después de esquivar la maldición, Tom aterrizó a unos pocos pies de Gellert y rápidamente corrió hacia él con su espada envainada.

Cuando Tom estaba a punto de acercarse lo suficiente para atacar, Gellert desapareció de la vista y apareció unos metros más adelante.

"Estamos huyendo, ¿no?", se burla Tom con una sonrisa en su rostro.

—Eso parece —responde Gellert, que no se ve afectado en absoluto por la burla—. ¿Qué son esas botas?

—Es algo que aprendí en el camino de la vida —Tom evita la pregunta.

"Hmm, supongo que lo descubriré cuando haya saqueado tu cadáver", dice Gellert y la batalla comienza una vez más.

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Cuando Briar explicó el plan a todos, pareció gustarles muchísimo. Una vez resuelto todo, el plan se puso en marcha.

Los seguidores de Toms colocaron avisos en todos y cada uno de los Howling Commandos, incluidos ellos mismos.

Una vez hecho esto, corrieron hacia el hangar lo más rápido posible, ya que las protecciones alrededor del lugar notificarían a cualquier mágico restante de su llegada.

Tan pronto como entraron, se separaron un poco y cada uno eligió un objetivo. Cuando cayó una moneda de veinticinco centavos como señal, todos dispararon un arma o un hechizo a su objetivo. Mataron instantáneamente a más de la mitad de los guardias del hangar.

Mientras los guardias caían muertos, todos los guardias restantes se pusieron en alerta máxima. Como revelaron su posición cuando atacaron, la noticia no se desvaneció y reveló la posición del aliado. Se produjo un tiroteo y los soldados de Hydra comenzaron a caer uno por uno.

Steve no estaba entre los que se enfrentaron al enemigo. Se le asignó una tarea diferente y mucho más importante.

Mientras se encontraba bajo la supervisión de un oficial de la Guardia Civil, el Capitán América corrió hacia la Valquiria estacionada en la parte trasera del hangar. Su objetivo era destruirla o llevársela volando antes de que lo hiciera un enemigo.

Puede que no sepa pilotar un avión, pero Steve es el más rápido de todos los que están allí. Es el que tiene más posibilidades de subir a bordo en caso de que alguien intente salir volando.

De repente, todas las puertas que conducían al hangar se abrieron y más soldados, junto con magos y brujas, entraron para unirse a la batalla.

A la cabeza de ellos estaba Cráneo Rojo, que salió por una puerta muy cerca de la Valquiria y corrió hacia ella a la misma velocidad que Steve.

Como estaba más cerca, Cráneo Rojo subió primero al avión y comenzó a ponerlo en marcha.

En la película, el avión funcionaba con el teseracto, pero debido al robo de Tom, ahora funciona con magia obtenida del aire mediante runas. Esta incorporación se puede atribuir a Grindelwald, ya que nadie más podría combinar magia y tecnología con tanta facilidad, excepto tal vez Dumbledore.

Red Skull fijó las coordenadas del primer objetivo del bombardeo: la ciudad de Nueva York. Con una población de casi 8 millones de habitantes, muchos morirían si el avión no se detenía antes de su llegada.

Cuando los motores se pusieron en movimiento, el avión avanzó hacia la puerta abierta del hangar.

Steve corrió lo más rápido que pudo y logró agarrarse a la escotilla inferior de entrada del avión. Usando su súper fuerza, la abrió con facilidad y subió.

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La pelea entre Tom y Grindelwald se convirtió en un juego de persecución. Tom usaba sus botas de salto para acercarse y atacar al hombre con su espada, mientras que Grindelwald se aparecía y le lanzaba hechizos.

Esto continuó durante diez minutos antes de que Tom comenzara a molestarse con la continua aparición de querer escapar.

Después de que Tom se le acercara por última vez, Grindelwald se le apareció de nuevo. Tom lo miró aparecer a unos metros de distancia una vez más y chasqueó la lengua.

"Ya que te encanta huir tanto, ¿qué tal si ponemos a prueba tus habilidades?", pregunta Tom retóricamente mientras comienza a invocar la energía Eldritch.

Grindelwald dejó de lanzar hechizos por un momento, ya que se dio cuenta de que Tom estaba a punto de hacer algo peligroso para su bienestar. Se preparó para desaparecer y observó con curiosidad qué sucedería.

"Sé que lo dije antes, pero esta vez lo digo en serio. ¡Intenta no morir tan fácilmente!", exclama Tom mientras decenas de cadenas doradas salen de su cuerpo.

Al final de estas cadenas hay armas de distintos tipos: espadas, cuchillos, lanzas y cualquier cosa con punta puntiaguda que sirva para atravesar a un enemigo.

Cada cadena se mueve como si siguiera una orden de Tom, mientras las armas en el extremo apuntan amenazadoramente a la posición de Grindelwald.

"Puede que no sea exactamente como Gilgamesh, pero es lo mejor que pude hacer con tan poco tiempo", pensó Tom mientras las cadenas se enroscaban como una serpiente lista para atacar.