"Rumors" (Pepperony)

Parpadeó varias veces cuando el flash de la cámara la cegó por un momento. El fotógrafo sonrió, observando el resultado.

-Perfecto, eso fue lo último. Estuviste divina Virginia.

-Muchas gracias.- Respondió con timidez. Definitivamente eso no era lo suyo pero debía hacerlo, era la cara de la universidad, después de todo.

-Bien, estarán listas en unos días, le diré a la directora que te avise cuando venga a retirarlas.- Le dio un beso en ambas mejillas.

-Genial, hasta entonces.- Tomó su bolso y su chaqueta para salir del lugar. Afuera, un castaño la esperaba apoyado en un lujoso auto blanco. Al verla, se quitó los lentes de sol y sonrió ampliamente.

-¡Pepper!- Se acercó para abrazarla.- ¿Cómo estuvo?- Le abrió la puerta del acompañante para que entrara y luego rodeó el auto para situarse en el asiento del conductor.

-Algo agotador, pero puedo con eso.

-Nena, tú puedes con lo que sea.- Comentó empezando a conducir. La joven tiró el bolso en el asiento trasero. En ese momento, el celular del chico empezó a sonar.- ¿Atiendes por mí y lo pones en altavoz?

-Seguro.- Hizo lo que él le dijo.

-Aquí IronMan.- Saludó.

-¿Escuchaste los rumores?- La voz de Scott sonó al otro lado de la línea.

-Espera ¿qué? ¿rumores?

-Ahora te enviaré la noticia, cuando la veas me llamas.- La comunicación se cortó y al instante llegó un mensaje con un link.

-¿Qué es esto?- La rubia abrió la página indicada y su rostro se transformó.-"Crecen los rumores respecto al romance de Tony Stark y Pepper Potts."- Empezó a leer.- "A pesar de que hasta hace un mes los jóvenes lo negaban rotundamente, ayer por la noche se nos hizo llegar algunas fotografías muy comprometedoras. En ellas podemos apreciar al millonario salir de la casa de la prometedora universitaria nada más y nada menos que a las tres de la mañana ¿qué hacía el par de 'mejores amigos' a esa hora?"- Finalizó.

-Tu cara significa que ya no podré quedarme a ver "El Mentalista" contigo hasta tarde ¿verdad?

-Odio a los paparazzis. ¿No tienen otra cosa que hacer, además de meterse en la vida de los demás?

-Llama a Scott.- Asintió mientras marcaba el número de su amigo.

-¿Y bien?

-No seas idiota Lang, sabes que Tony y yo no estamos juntos.- Protestó ella, dejando al castaño con la boca abierta para hablar.

-Oh, vamos.- Se quejó.- Pero bien que lo parecen.

-¿Por qué no te vas un poco a la...

-¡A la biblioteca!- Interrumpió su amigo.- Sí, será mejor que vayas a la biblioteca.

-Déjame insultarlo en paz, tú lo haces todo el tiempo.

-Pero yo soy yo. Tú eres una damita preciosa que debe cuidar su lenguaje.

-Idiota.

-Diosa.

-Tarado.

-Bella.

-¡Burro!- Los dos miraron mal el celular, aunque del otro lado nadie los viera.-Lo siento, debía hacerlo.- Se disculpó.- En fin, antes de irme solo díganme si vendrán esta noche a la fiesta en la playa.

-Obvio. Una fiesta en la playa no es nada sin Tony Stark presente.

-Ya, ya, bájale a tu ego. Nos vemos allí, hasta luego.- Se despidió Scott.

-Más te vale portarte bien en la fiesta.

-No es necesario, tú vas a estar ahí para cuidar que no haga nada más estúpido de lo normal.

-¿Disculpa? Yo no voy a ir.

-Vamos Potts, no seas así.- Insistió.- Jamás sales a ningun lado.

-No.- El castaño bufó y frenó el auto.

-Llegamos.- Anunció y le abrió la puerta.

Entraron a la lujosa casa de los Stark, en uno de los barrios más importantes de Los Ángeles, y pasaron directamente a la cocina por algo de comer. La rubia-pelirroja se lavó las manos y se sentó en la barra, mientras Tony buscaba algo en la heladera.

-Niños ¿son ustedes?- María se asomó con una sonrisa en los labios.

-Hola ma.- El joven le besó la mejilla y su amiga lo imitó.

-¿Cómo te fue hoy en la sesión de fotos? De seguro estuviste fantástica, como siempre. La universidad no podría tener una mejor representante.

-María, vas a hacer que me sonroje.

-Seguirías viéndote hermosa.- Comentó Howard, entrando. Besó ambas mejillas de la chica y revolvió el cabello de su hijo para, luego, quitarle el sándwich a medio comer.

-Siento que quieren más a Pepper como su hija que a mí.- Tony se limpió una lágrima inexistente.

-Ay, no exageres Anthony.- Dijo su madre, pellizcándole una mejilla.- Sabes que siempre serás mi bebé hermoso.

-Okay, okay, ya entendí, no volveré a quejarme.

-Así me gusta.- Sonrió la mayor.- Por cierto, Scott llamó hace rato, dijo que hoy habrá una fiesta en Malibú ¿irán?

-Obviamente. Aunque tenga que arrastrarla.

-Ya te dije que no.

-Virginia, no me hagas enojar. Trabajas muy duro todo el tiempo, incluso en verano. Date un respiro.

-¿En serio Maria? ¿tú también?

-Y yo.- El padre de la casa levantó la mano.- No será tan malo, mi reina y yo nos conocimos en una fiesta, después de todo.

-Creí que se habían conocido en el trabajo.

-Hay muchas cosas con respecto a nuestra relación de las cuales no tienes idea, hijo.- Aclaró su madre, mientras su esposo la tomaba de la cintura y le daba una mirada coqueta.

-Y prefiero seguir viviendo en la dulce ignorancia. Vámonos Pepp, te llevaré al centro comercial.- Sin decir nada más, el Stark menor salió de la casa.

-¡Nos vemos luego!- Se despidió la joven, mientras el matrimonio soltaba una carcajada, para luego darse un beso en los labios.

***

-Anthony, llevamos una hora aquí ¿podemos irnos ya?- Protestaba la de ojos celestes, siendo arrastrada por su mejor amigo de una tienda a la otra.

-Nop. Te dije que iba a regalarte un traje de baño y un vestido para la fiesta digno de tu cuerpo de sirena, y aún no lo encontramos.

-Pero sí tengo qué ponerme, ya sabes, el vestido anaranjado con flecos.

-Sobre eso... tal vez, solo tal vez, se me cayó un poquitito bastante de aceite sobre él la semana pasada.

-¡¿Qué?!- Gritó parando en seco, varias personas curiosas voltearon a verlos, haciéndola sonrojar.

-Lo siento. En mi defensa, tú lo olvidaste en mi taller.

-Te voy a matar.

-No, no lo harás, porque te estoy comprando uno nuevo.- La menor bufó.

-Te salvaste solo por esta vez.- Lo acusó, mientras entraban a otro local.

Después de media hora más de búsqueda al castaño le pareció bien llevar un hermoso bikini con líneas azules y blancas, a juego con un vestido corto en los mismos colores pero que, en lugar de líneas, tenia anclas.
La llevó hasta su casa y, antes de irse, le dijo que pasaba por ella en una hora.

Llegaron temprano, no habia mucha gente, ni música muy alta. Scott se acercó a ellos con una sonrisa y les presentó a su novia, Hope. Ambas chicas se entendieron de maravillas y se alejaron un poco para conversar.

-Entonces ¿Tony y tú son novios?- Preguntó la pelinegra mientras movía las cejas de arriba hacia abajo.

-¡No!- Se apresuró a responder.- ¿De dónde sacaste eso? ¿Acaso Lang te mostró ese ridículo post?

-Nop.- Rió.- Yo no me guío por los rumores. Tengo bien en claro que, en la mayoría de los casos, son solo eso, rumores.

-En ese caso ¿por qué piensas que estamos juntos?- Inquirió con algo de confusión.

-Es solamente cuestión de verlos juntos, tienen una química impresionante. Son tan diferentes que se complementan uno al otro de una manera asombrosa. Sinceramente, no entiendo cómo es posible que los únicos que niegan su conexión sean ustedes mismos.

Mientras la joven de ojos verdes hablaba, Pepper se dedicó a observar a Tony, pensando en aquellas palabras. No iba a negar que, desde el primer momento en que se vieron, algo dentro de ellos había hecho un "clic", como si se iniciara una función nueva en sus mentes y corazones. Pero eso no significaba que eran almas gemelas ¿verdad?
Durante toda su vida ella se había esforzado por desmentir la teoría de que los hombres y las mujeres no pueden ser solo amigos y, hasta el momento, lo estaba logrando muy bien. Además, no sentía nada más que amistad por Anthony ¿cierto? Obviamente, no sentía otra cosa que no fuera amistad por aquel joven que, frente a los demás, era un niño mimado, egocéntrico y narcisista; pero que, en realidad, tenía un corazón enorme, lleno de ilusiones y de amor por los demás. Jamás se enamoraría de ese cabello perfectamente peinado, sonrisa coqueta y mirada seductora. No. Ella estaba enamorada de su cabello desordenado cuando apenas despertaba, de aquellas sonrisas sinceras que mostraba cuando algo le salía bien y de aquellos hermosos ojos marrones que brillaban de una manera tan única que ni juntando todas las estrellas existentes podrían ser opacados.

-Mierda.

-¿Disculpa?- Hope la miró con sorpresa.- ¿Con esa boquita dices "mamá"?

-Lo siento, es que... acabo de notar lo mucho que me gusta el idiota que está conversando con tu novio.

-¡Lo sabía!- Chilló la morena.

-Silencio, ahora estoy en un enorme dilema ¿cómo se lo digo?

-Pfffff, eso es fácil, Potts.- Hizo un ademán, como para restarle importancia.- Si él siente lo mismo, que estoy segura de que lo hace, solo debes ponerlo celoso.

-¿De verdad funciona?

-¿Cómo crees que logré que Scott se me declarara?

-Buen punto. Bien, entonces ¿qué hago?

-Déjamelo a mi.- La sonrisa maligna de su reciente amiga le dio algo de miedo pero ¿qué podría perder? En el peor de los casos solamente descubriría que no le gustaba a Tony.

***

-Oye, Stark ¿esa es tu novia?- Se burló Clint.

-Barton, ya te dije veinte veces en los últimos cinco minutos que ella no es mi...- Dejó su frase a la mitad pues lo que vio lo dejó anonadado.

No necesitó hacer ningún esfuerzo para distinguir como Pepper bailaba muy animada entre toda la multitud con un chico alto, de cabellos color arena y un físico bastante envidiable, si tenía que ser sincero. Sintió que la sangre en su interior hervía ¿quién se creía ese tipejo para mirarla de esa manera y para tomarla de la cintura? ¿acaso le estaba susurrando al oído? Eso no iba a permitirlo.

Dio algunos pasos para llegar a la zona donde todos se movían al ritmo de la música pero se detuvo ¿qué iba a decirle? Ella era su mejor amiga y no estaba siendo obligada a hacer nada que no quisiera; no podía solo llegar y echarlo. Se preguntó el por qué de su reacción; la respuesta era bastante sencilla: celos. ¿Celos de qué? ¿De perder a su amiga? Definitivamente no. Ya se habían dejado en claro en varias ocasiones que nadie tomaría el lugar del otro. Además, apenas conocía a ese chico, con él llevaba una vida entera de compartir alegrías, tristezas, risas, llantos, vergüenzas, estupideces, rumores... la obviedad le cayó encima como un balde de agua helada. Ahora entendía por qué jamás le habían molestado demasiado que los demás hablaran de ellos. En el fondo de su corazón abrigaba la esperanza de, algún día, llegar a confirmar esos rumores.

-¡Estoy jodido!- Exclamó una vez que regresó a la barra con sus amigos.

-Dime algo que no sepa.- Respondió Natasha, mientras le servía un trago sin siquiera preguntarle.

-Me gusta Pepper.- Escucharon como Steve, a su derecha, escupia todo el jugo de naranja que había tomado.

-Dije "algo que no sepa".- Protestó la pelirroja, lanzándole al chico un trapo para limpiar.

-Pues, yo no estaba enterado.- Se defendió el rubio.

-Rogers, todos lo sabíamos.- Rodó los ojos Clint.- Excepto, claro está, ustedes dos.

-Bien, bien, ya dejen de decir que era obvio y ayúdenme a sacarle a ese de encima.- Bufó el castaño.

-Consigue que Gamora salga a bailar y tienes el camino libre de Peter Quill por el resto de la noche.- Aconsejó Hope, quien llegaba con Scott de la mano.

-¿Gamora? ¿esa Gamora?- Señaló con la cabeza a la morena de vestido verde.- No la conozco pero, lo poco que se de ella, es que nadie puede hacer que se acerque a la pista, a menos que sea para golpear a alguien.

-Yo te dije lo que puedes hacer.- Respondió la pelinegra, levantando los hombros.- Además ¡mira! Rhodey logró que su hermana, Nébula, bailara. Todo puede pasar.

-Bueno, lo haré.- Suspiró el castaño después de observarla unos minutos. A regañadientes, se levantó de su lugar con dos vasos en las manos.

-Que ni se te ocurra.- Espetó la joven cuando lo vio acercarse.

-¡Wow! Tranquila amiga. Solo venía a ofrecerte algo para tomar.

-Estoy bien así.

-Bien celosa.- Canturreó, sentándose a su lado.

-¿Disculpa?

-Escucha, Gamora ¿cierto?- Ella asintió.- Genial, yo soy Tony. Te estuve observando durante unos cinco minutos y, antes que me trates de acosador, te aclaro que no me gustas. A mi me gusta la hermosa rubia que está bailando con Quill.- La chica no pudo evitar echar una mirada de reojo a ellos dos y fruncir el ceño.- Te propongo un trato.

-Te escucho.

-Bailamos juntos unos minutos y luego ¡pum! Cambio de parejas ¿te parece?

-Es la idea más estúpida que he escuchado.- Tomó el vaso que él había dejado en la barra y se lo bebió de un trago.- Hay que hacerlo.- Sin decir más, lo tomó de la muñeca, arrastrándolo.

Comenzaron a moverse al ritmo de la música, entre las demás personas. No tardaron en llamar la atención, no solo de sus objetivos, sino también la de varios curiosos. Peter los miró con algo de molestia y Pepper parecía desanimada. Poco a poco se fueron acercando a ellos, hasta casi chocarlos. La canción que sonaba paró durante unos segundos, era ahora o nunca.

-¡Oye idiota!

-Siempre es un gusto verte a ti también, Gamora.

-¿Bailas o sigo con él?

-Oh no, yo me voy con ella.- Se apuró a decir Tony.- Ya me pisaste demasiado.- Tomó la mano de su amiga y la alejó un poco, mientras volteaba y le guiñaba un ojo a la morena, quien solo le levantó el dedo medio y continuaba bailando con Quill.

-¿Y eso qué fue?- Preguntó la ojiceleste.

-Créeme, si no te alejaba de él, esa chica iba a matarte.

-Oh.- "Claro, él jamás estaría celoso de mi." Pensó.

En la mente del castaño solo pasaba una cosa... bueno, tal vez, dos. La primera, sin dudas, era que Virginia se veía totalmente hermosa con ese vestido, bailando en la arena y con el cabello suelto, algo despeinado que le daba un toque tan natural que lo volvería loco. Y lo segundo era que su plan estaba arruinado, se sentía como una gelatina frente a esa chica, todo su valor para declararse se había esfumado. Definitivamente, tenía miedo.

Algo detrás de su compañera le llamó la atención. Un hombre traía una cámara colgada en su cuello y parecía estar buscando algo interesante, al instante lo reconoció como uno de los paparazzis que acostumbraban a seguirlo y formuló una nueva idea en su cabeza. No le tomó trabajo hacerla dar una vuelta y gritar: "¡Oye, tú! ¡Asegúrate de que esto aparezca en la portada de todas las revistas mañana!" Cuando Pepper volvió a quedar cara a cara con él, la tomó de la cintura, pegándola a su cuerpo y besándola con todas las ganas que tenía ocultas desde hacía tiempo. Esperó una cachetada, un empujón o un insulto, pero jamás llegaron. En su lugar, los delicados brazos de la chica se cruzaron detrás de su cuello, haciendo de ese dulce contacto algo más profundo y perfecto.

No se molestaron al escuchar los "clic" de la cámara de aquel fotógrafo, después de todo, ya era hora de confirmar algunos rumores.

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