"Corazón." (Loki & Pepper)
-Solo un poco más, pequeña, vamos.- Animé a mi esposa.- Ya casi nace.- Ella apretaba mi mano con una fuerza que jamás imaginé que tendría.
-Una última vez y ya, puja.- Dijo la médica que atendía el parto.
Sigyn hizo lo que le decían, soltando un grito desgarrador. La habitación se quedó en silencio apenas un segundo pero, para mi, fue una eternidad y luego, el llanto del bebé llegó a mis oídos. Trajeron al pequeño hacia nosotros y lo pusieron en el pecho de mi mujer, quien lo admiró con una sonrisa. No podía pedir una imagen tan hermosa. Ella estaba sudada, despeinada y agotada, pero seguía tan perfecta como el día de nuestra boda. Nuestro hijo comenzó a llorar con más fuerza, moviendo sus bracitos y piernitas, pero Sigyn no hacía nada por calmarlo; la mano con la que sostenía la mía perdió fuerza y me soltó, las máquinas empezaron a chillar y a hacer sonidos extraños, y los doctores corrían de un lado a otro. Yo solo estaba ahí parado, sin saber qué sucedía. Una de las enfermeras se acercó rápidamente y tomó al niño, otra me sacó de allí.
-Tiene que acompañarme señor, no puede quedarse aquí.
-¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué sucede?
-Haremos lo posible por salvarla.- Dijo antes de sacarme del quirófano y volver a entrar.
Me quité la bata que me habían dado antes de entrar y me dirigí a la habitación donde estaban terminando de limpiar y cambiar al bebé. Una de las enfermeras salió con el pequeño bulto en brazos y me lo entrego.
-Felicidades, es hermoso.- Me dijo, solo asentí.
Yo siempre dije que los bebés, al nacer, son algo feos pero, al ver a Peter no pude evitar pensar que era lo más bello que mis ojos habían apreciado jamás en la vida. Acaricié suavemente su mejilla, sentía que estaba en otro mundo.
Caminé hasta la habitación privada que había pagado, allí estaban mis padres, Odín y Frigga, mis suegros Iwaldi y Freya y mi hermano Thor con su novia Carol. Todos se levantaron de los sillones en los que estaban para acercarse a nosotros.
-Es precioso.- Comentó mi cuñada.- ¿Cómo se llamará?
-Peter.- Dije con una sonrisa tierna.
-Me encanta.- Dijo la rubia, enternecida.
-Loki, querido ¿cómo está Sigyn?- La voz de Freya hizo que levantara la cabeza para verla.
-Yo... no lo sé.- Respondí cabizbajo, mientras sentía que algunas lágrimas se acumulaban en mis ojos.- Solo me sacaron de ahí.- Vi en su mirada el mismo terror que, seguramente, había en la mía.
-Disculpen.- La voz de la doctora encargada del parto nos hizo voltear a todos.- ¿Ustedes son la familia de Sigyn?- Todos asentimos, la mujer tomó aire, pensando lo que diría.- Tuvimos problemas durante el parto, ella llevó su cuerpo al límite para poder dar a luz y lo logró. Pero tuvo un paro cardiorespiratorio y no pudimos salvarla... Lo lamento.- Susurró y salió de la habitación.
Sentí que mi corazón era apuñalado, apretado, tirado al suelo y pisado con fuerza. Las piernas me temblaron, tuve que sentarme para no caer. Thor se sentó a mi lado y dejé al bebé en sus brazos para taparme la cara con las manos. Mis pulmones parecían fallar y mi estómago se contrajo al punto de darme náuseas. Una mano cariñosa se apoyó en mi hombro.
-Mamá.- Fue lo único que pude articular para lanzarme a ella y esconderme en el hueco de su cuello, como lo hacía cuando era niño. Frigga acarició mi cabello con la suavidad y cariño que solo ella podía hacerlo.
Todos decían que Sigyn y yo éramos almas gemelas, dos corazones destinados a estar juntos. ¿Cómo podría salir adelante?
***
Ya habían pasado un mes y medio desde que perdí a mi esposa, un mes y medio en el que parecía muerto en vida. Si de mi dependiera, habría hecho una locura para acabar también con el sufrimiento. Pero no podía, Sigyn me había dejado una razón para levantarme cada mañana y seguir luchando.
Una razón que, en ese momento, no paraba de llorar. No me molestaba, pero me preocupaba el hecho de que ya le había cambiado los pañales, le había dado el biberón y hecho todo lo que se me ocurría. Carol lo mecía despacio, tratando de calmarlo, pero nada. Parecía no tener consuelo.
El golpe en la puerta me hizo reaccionar. Me levanté de la silla dispuesto a abrir, pero mi hermano me detuvo y fue él. Escuché la voz de alguien. Una mujer ¿quién sería? Su voz no se me hacía conocida. Al cabo de un minuto Thor regresó, seguido de una dama de piel pálida, cabellos entre rubios y pelirrojos y ojos celestes. Por un momento recordé a Sigyn. Yo solía decirle que su pelo era como el fuego y sus ojos como el agua, se parecían mucho.
-Hermano, ella es Virginia.- Me informó el rubio.- Necesita hablar contigo ahora, es importante.- El tono que usó me hizo notar que de verdad era algo serio. Sonreí lo más amablemente que pude y murmuré un suave "por aquí", para luego encaminarme a la cocina. Antes de entrar miré a Carol de reojo, Peter continuaba llorando.
-Bueno, am... ¿qué se le ofrece señorita...- Hice un esfuerzo por recordar mi nombre, pero no pude.
-Virginia. Virginia Potts.- Sonrió y me estrechó la mano.- Verá, hasta hace poco más de un mes, tenía un problema muy grave de salud, necesitaba un trasplante de corazón urgente... Creí que moriría.- Su voz estaba a punto de quebrarse.- Pero, justo cuando ya no tenía esperanza, me avisaron que había un corazón disponible y me operaron. No me dijeron quién fue mi salvador, pero investigué un poco y llegué a su esposa.
Aquella joven terminó de hablar y me observó. Mordí mi labio inferior, tratando de no llorar.
-Entiendo que es una situación dificil, pero quería venir a darle las gracias personalmente y a decirle que su esposa ha sido una persona maravillosa, incluso después de irse.
Tenía razón. Sigyn, mi hermosa y amable Sigyn fue una fiel defensora de la donación de órganos. Si podía ayudar, incluso a pesar de morir, ella lo haría. Mi boca se curvó en una sonrisa nostálgica.
-Gracias por esto.- Dije.- De verdad es importante para mi saberlo.- Extendí mis brazos para rodearla despacio, ella me aceptó con timidez. Apenas nos conocíamos, pero algo dentro de mí sabía que ambos necesitábamos esa pequeña muestra de cariño. Nos separamos al escuchar un llanto proveniente de la sala.
-Es Peter, mi hijo ¿quieres conocerlo?
-Me encantaría.- Respondió. Regresamos al lugar donde ambos rubios intentaban, inutilmente, calmar al pequeño.
-Loki, ya no sé qué hacer, nada hace que pare y no parece que le duela algo.- Carol parecía desesperada.
-¿Puedo?- Preguntó. Asentí ¿qué perdíamos con intentarlo? Mi cuñada le entregó al bebé.
En ese momento creí, por un instante, en la existencia de la magia. Fue automático; en cuanto Pepper lo acomodó en su pecho, Peter se quedó callado y se durmió en pocos minutos. A las tres personas restantes en la habitación no nos daba la cabeza para entender lo que sucedía. Carol tenía la boca abierta, parecía que le entraría una mosca. Thor la observó con los ojos entrecerrados, como buscando el truco. Y yo solo la miraba balancear su cuerpo de manera lenta, casi imperceptible, y tararear una melodía por lo bajo, como si eso fuera todo lo necesario para vivir. Lo hacía con una naturalidad y un cariño imposible de encontrar entre dos personas que no fuesen madre e hijo. La vi acariciar suavemente la mejilla del menor y besarle la frente, me pareció lo más tierno del mundo.
-¿Dónde está su cuna?- Susurró.
-Por aquí.- Dije, saliendo de mi ensoñación y dirigiéndome hasta mi cuarto. Ella me siguió en silencio. Al llegar, la pelinaranja depositó al pequeño en su lugar y se alejó con cuidado, luego salimos.
-Debo preguntártelo.- Fue lo primero que soltó mi hermano al vernos.- ¿Cómo hiciste eso? Digo, ninguno de nosotros pudo calmarlo y somos su familia; y tú, que apenas lo conoces, lograste hacerlo dormir en un minuto.
-Es que, sinceramente, yo tampoco lo sé. Solo sentí que debía hacerlo.
-Supongo que Peter necesitaba escuchar el corazón de su madre.- Susurró Carol. Ninguno dijo nada... tal vez, lo que decía no era una locura.
***
-¡Papi!- Mi hijo, de ahora cinco años, corrió a mis brazos.- ¿Te gustó la función?
-¡Me encantó! Eres la arañita más tierna de todas.- Toqué la punta de su nariz y él rió.
-¿Onde está Pepps?
-¡Aquí! La mujer salió de en medio de la gente, acercándose a nosotros.- Hola Pet.- Al instante la sonrisa del niño se ensanchó y se tiró encima de ella.- Estuviste fantástico.
-¿De verdad?
-¡Sí!
-¡Yeiii!
-Escucha, en casa están Tío Thor y Tía Carol preparando algo delicioso ¿por qué no vamos a buscar tu abrigo así vemos qué es?
-Sipi. Ya vengo.- Bajó de los brazos de la pelinaranja y se fue a quién sabe dónde por su ropa.
Cuando salimos afuera el aire helado del invierno se hizo presente, nevaba bastante y todo estaba blanco. Subimos al auto para llegar a mi casa donde mi hermano y su ahora esposa nos esperaban con la cena y el postre listos. Los cinco comimos tranquilos, disfrutando de la grata compañía, hasta que vi a Peter resfregarse los ojitos con sus manos.
-Hey, mocoso.- Lo llamé.- Es hora de ir a dormir.
-¿Qué? Pero no tengo sueño papi.- Contestó haciendo un puchero, pero enseguida soltó un bostezo.
-Oh, vamos, no seas mentiroso. Saluda a tus tíos y vamos a tu cuarto.
-Está bien.- Limpió su boca con la servilleta y comenzó a despedirse.- Adiós tío Thor, adiós tía Carol.- Besó las mejillas de ambos.- ¡Adiós Pepp!- Con sus bracitos rodeó el cuello de la mayor y le dio un sonoro beso.
-Ya sabemos quién es la preferida.- Susurró mi hermano, divertido.
Caminé con mi pequeño hasta su cuarto, lo arropé y le deseé buenas noches. Cuando estaba por irme, tomó mi mano y me miró de una manera que solo podía significar que me preguntaría algo serio.
-Papi...¿puedo preguntarte algo?
-Claro ¿qué pasa?
-Es que tú sabes que yo quiero a mi mami, aunque no la conozco.- Lo observé con atención, él solo hablaba de Sigyn para preguntarme en qué se parecían o ese tipo de cosas.- Pero... pero quisiera una mami aquí, conmigo ¿qué se siente tener una?- Eso me tomó por sorpresa.
-Pues... una mamá te protege de todo lo que puede hacerte mal, te mima, te besa cuando te lastima, te canta canciones de cuna, te ama mucho, es quien te hace dormir en su pecho, escuchando su corazón y solo eso puede calmarte...- Me estaba yendo por las ramas, pensando en lo que era para mí una madre.
-Oh, tú haces todo eso.- Sonrió y yo igual.- Y cuando escucho el corazón de Pepper me calmo.- Susurró.- ¿Puede ser ella mi mami?
Me quedé sin habla ¿de verdad consideraba a Virginia como su madre? A lo largo de los últimos años habíamos forjado una hermosa amistad, nos llevábamos realmente bien y ella trataba a Peter con mucho amor, pero jamás tuvimos otro tipo de intenciones.
-Papi, hey.- Me llamó.- ¿Puedes pedirle a Pepper que sea mi mami?
-Yo... lo pensaré ¿si? Ahora descansa, mi pequeño chitauri.- Besé su frente, lo arropé y le deseé buenas noches. Él se durmió enseguida asi que fui a la sala, donde mis invitados miraban las noticias muy interesados.
-¿Qué sucede?- Me senté en el sofá junto a Virginia y la abracé por los hombros.
-Tormenta de nieve.- Comentó mi hermano.- Ha llegado de golpe ¿acaso no sientes el viento?
-Ahora que lo dices, tienes razón.
-Las carreteras están cerradas y se recomienda no salir de las casas. Lo siento bro, tendrás que soportarnos esta noche.
-Oh, demonios, voy a esconder la comida que queda porque ustedes dos, par de trogloditas...-Apunté a los dos rubios.- Van a comerse todo.
-¡Loki!- La pelinaranja a mi lado me dio un golpecito en el pecho.
-¿Qué? ¿Haz visto todo lo que comen? ¡Me dejarán en la quiebra en un día!- Dije, dramático (aunque realmente era preocupante la cantidad de comida que consumían esos dos).
-Bien, entonces nosotros dormiremos en la habitación de invitados.- Mi cuñada levantó las cejas, como insinuando algo y me guiñó el ojo derecho, luego tomó la mano de Thor y salió corriendo escaleras arriba.
No fue hasta que vi de nuevo a Pepper que entendí por qué había puesto esa cara. Mi casa tenía solo tres habitaciones. La de invitados, la de Peter y la mía ¿dónde dormiría mi amiga? Ella pareció darse cuenta de lo mismo porque enseguida dijo que descansaría en el sofá. Me negué, esa cosa era lo más incómoda del mundo para dormir allí; además, nosotros éramos solo amigos ¿no? Cuando logré convencerla, subimos a la habitación.
-Ten.- Le extendí uno de mis conjuntos de pijama.- De seguro te quedará algo grande, pero servirá.
-Gracias.- Respondió con la mirada baja y luego salió al baño para cambiarse ¿le pasaría algo?
Cuando regresó no pude evitar observarla de arriba a abajo, le quedaba realmente lindo. Al parecer ella notó que yo no dejaba de verla y se sonrojó, yo sentí el calor subir por mis mejillas. Nos acostamos uno en cada punta de la cama y, sin querer, su pierna rozó la mía. Un escalofrío recorrió mi columna vertebral, me maldije mentalmente. No me sentía así de tímido ante una mujer desde hacía muchísimo tiempo. ¿Por qué me pasaba eso justo ahora?
La charla que había tenido con un niño de cinco años me había dejado pensando muy seriamente ¿de verdad sentía algo por Pepper? Ella era amable, cariñosa, dulce, respetuosa, bella y muchas otras cosas que la hacían una mujer irresistible. Además, había algo en ella que me atrapó desde el primer momento, algo que llamó profundamente la atención, no estaba seguro de qué era y, aunque Carol tenía una teoría, yo no quería creerle. Simplemente no era posible.
Le di un par de vueltas al asunto en mi cabeza, Sigyn me había dicho una vez que si algo le pasaba yo buscara a alguien para amar de nuevo. Hasta ese momento no me había planteado la posibilidad ni siquiera en mis sueños; pero ahora, teniendo a Pepper a mi lado, empezaba a sentir que tal vez podía funcionar. Sonreí. Mañana tendría que intentarlo.
***
-Papi... Papi, despierta.
-¿Peter?- Abrí los ojos y me senté en la cama.- ¿Qué pasa?
-Tuve una pesadilla ¿puedo dormir contigo?
-Sí, no hay problema.- Estaba por subirlo cuando un movimiento a mi lado me hizo recordar que no estaba solo.
-Hey, hola pequeño.- Lo saludó algo somnolienta.- ¿Vienes a hacernos compañía?- La sonrisa de mi hijo en ese momento se hizo gigante.
-¡No puede ser!- Exclamó.- ¡Ya le dijiste! ¡y dijo que sí!
-¿De qué hablas Pet?
-Antes de ir a dormir le dije a papá que te preguntara si querías ser mi mami y obvio dijiste que sí porque estás durmiendo en su cuarto.- Pude ver en sus ojitos toda la ilusión y felicidad del mundo, luego nos abrazó a ambos.- Gracias.- Nos soltó, se acomodó entre los nosotros, pero rodeando el cuerpo de Pepper con sus bracitos, apoyando su cabeza en el pecho de la mujer, y se quedó profundamente dormido.
-Creo que tú me debes una explicación.- Susurró mientras lo acariciaba.
-Supongo que sí.- De algún lugar que ni siquiera yo sabía que tenía, saqué valor y le robé un beso fugaz, logrando que se sonrojara.- Pero será mejor que lo hablemos mañana.- Sonreí triunfante al ver que se mordía el labio inferior.
-Está bien. Que descanses, Loki.
-Tú igual Pepps.
Apagué la luz de la lámpara y ella se durmió enseguida. Me quedé unos minutos despierto, escuchando el latido de los tres corazones que estaban en la habitación. Tal vez, después de todo, Carol tenía razón y había ciertos corazones que estaban destinados a descansar juntos pase lo que pase.
💚❤💚❤💚❤💚❤
Okay, admito que amé escribir este shot. Me emocioné muchísimo. Espero que a ustedes también les guste💓.
El hermoso y perfecto moodboard fue hecho por WinerB💖 de la Editorial_Silver, súper, recontra recomendada💘
Los amo babys💘
LadyNerd.
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