El hijo del molinero

Cuando apenas era un niño, su padre inventó el mito de que Loki, podría hilar la paja y convertirla en oro, decía que su madre le había dejado ese como el único regalo suyo antes de ser arrebatada por los cielos, que pronto saldrían de la pobreza y que su situación seria mejor que la que tenían antes.

Una cosa era cierta, Loki tenia una magia muy extraña en el desde el día en que nació, solo si se concentraba podría convertir la paja en oro, pero debía tener total concentración un estado que le era difícil encontrar gracias a las voces en su cabeza, los espíritus de los viejos dioses que le concedían el don de la profecía al muchacho.

Su padre lo metió en problemas, más de una vez, forzándolo a trabajar demasiado para construirse una fortuna en base a los dones de Loki y cuando este tuvo edad para irse de casa, Loki escapó sin mirar atrás refugiándose en Asgard y su corte dorada.

Odin tomó a Loki como hermano y fue enseñado por los Aesir y Vanir a mejorar su conexión con los paramos para saber lo cosas importantes, se ganó un lugar en la corte y eventualmente prosperó ayudando a otros a encontrar su camino con los viejos dioses

Ahí fue cuando todo empezó a salir mal.

Visiones... demasiadas visiones oscuras.

Luego vino el insomnio.

Luego vino el sonambulismo.

Luego fueron recuerdos robados.

Un día estaba hablando con Odin sobre la gestión de los eclesiales en el reino, luego al otro estaba con los objetos robados de la casa de Frey, encerrado en prisión por crímenes que no recordaba cometer.

La confianza de los Aesir comenzó a decaer, luego los Vanir, la casa de Njordinson, la casa de Isolte, se volvió un ermitaño y su compromiso con el príncipe de oro fue truncado, pero sus tributos eran siempre bien recibidos en el palacio de Asgard.

Su casa pasó de una villa románica a una cueva crepitante y oscura.

Su ropa antes detallada con oro y gemas, ahora no era más que andrajos y cuerdas.

Fue vuelto loco, por el espíritu de un titan oscuro: 

Thanos.

El nombré escapó de sus labios mientras se sumía sin querer en un sueño profundo como la muerte.

-- Laufey... hijo de la noche y el frío invernal ¿Sabes quien soy?

La voz oscura además de áspera, era algo digno de una pesadilla 

Su cueva era de pronto el tártaro infernal, las pociones, los pocos libros que ocultó de los dictadores gobernantes de Asgard, sus papiros con profecías, todo desapareció en un fuego purpura, y un cielo eternamente negro que se fundía con las facciones del titan.

-- Tú... Tú no deberías existir.

-- Pero aquí estoy, frente a ti hijo de la nieve y el hielo

-- Te equivocas, mi padre era un molinero.

-- Tu padre fue un bufón enloquecido por tu madre, no eres más que el niño no deseado de la oscuridad y la carne del hombre, por ende eres justo lo que necesito para salir de aquí

--¿Que te hace creer que aceptaría ayudarte?

-- Puedo devolverte lo que tú mas quieres, tu nuevo hogar, tu poder, tu amor... 

Loki sintió su corazón romperse al recordarlo... su cabello rubio rojizo, sus trenzas, su armadura dorada, el martillo en su mano, la forma en que se miraban.

-- Puedo concederte todo lo que quieres, solo tienes que sacarme de aquí

-- Aún si quisiera no podría

-- Puedes en verdad. Solo tienes que cederme el control a mi.

La mano del titan se tendió a el como esperando que la sacudiera, era masiva, extraña, un objeto desproporcionado con lo que solo podía asumir se trataba de una textura escamosa, piel roja como la de un dragón sería algo que le gustaría conocer.

Loki sacudió su mano con el titan demoníaco.

-- ¿Que es lo que debo hacer?


-- -- -- -- --   


La noche fría, en la provincia de Nidavellir comenzó con cigarras, estrellas y siete enanos limpiando su casa aún a altas horas de la noche, las pobres criaturas apenas podían mantenerse de pie cuando un gélido grito resonó desde lo más profundo del bosque.

Los gritos no cesaban así que tres de los siete hermanos que vivían en la cabaña acudieron rápidamente montados en los zorros gigantes.

Cuando volvieron llevaban una moribunda criatura herida, con piel blanca como la nieve, cabello negro como la madera de ébano, bolsas en los ojos y ropa andrajada.

La pobre alimaña llena de cicatrices y múltiples heridas.

Lo llevaron adentro, lo acostaron sobre una cama y esperaron a la mañana.

Cuando la luz del sol bañó los valles de las siete montañas que separaban la provincia de la capital de Asgard.

La criatura al levantarse estaba confundida.

Cuando la vieron a los ojos se dieron cuenta de que su apariencia humana solo era eso, pero bajo la piel era una criatura diferente a los Aesir o los Vanir o los humanos afuera del bosque de Iggdrasyl o incluso a los gigantes que habitaban en Svartalheim.

-- ¿Donde estoy?

-- Estas en Nidavellir, en el reino de Asgard

Respondió el mayor de los siete hermanos

--¿Que día es?

-- Día de Venus 

--¿C c-como me encontraron?

Los enanos explicaron el oír sus gritos de auxilio, pero que ellos desconocían el como siquiera había terminado en esa tierra, de donde provenía o su sola existencia, la criatura blanca les agradeció proponiendo un trato.

--La mitad del día, mientras estén fuera de la casa, yo me quedaré a hacer la limpieza, pero la otra mitad en la noche, me quedaré en el sótano, ninguno deberá entrar y siempre se deberá tocar la puerta

--¿Por qué?

--Estaré tomando mi sueño de belleza

Exclamó el muchacho sonriendo.

Los enanos accedieron, para bien o para mal.

Unos días después Blancanieve les contó que hace mucho su padre se volvió a casar con una mujer ruin y cruel, que lo despreciaba con toda su alma y que intentó asesinarlo así que por su bien era mejor evitar que él saliera mucho de casa haciendo que los enanos le trajeran la comida del mercado, telas, ropa y lo que fuese que necesitara 

Durante las horas del día que asistían a trabajar en la mina el joven Blancanieve se quedaba limpiando, encerando, trapeando y tejiendo dentro de la casa, preparando la comida, lavando la ropa, dejando la cabaña reluciente para sus habitantes.

Las ropas del muchacho fueron más limpias y pulcras conforme sanaba, hermosas camisas blancas de mangas holgadas con tejidos hechos por él, pantalones de tela azul firmemente planchados con cintas verdes en los costados, la blanca criatura se veía casi como un príncipe.

En las noches como un siempre preciso como un reloj Blancanieve se metía al sótano, haciendo como si nada más existiera, ni siquiera la cena.

Los días se fueron como agua en ese tiempo y de repente uno de los hermanos desapareció, luego un segundo, luego el más joven...

Los zorros gigantes fieles sabuesos que los cuidaban también empezaron a desaparecer, hasta que estos incluso tampoco aparecieron de vuelta en la cabaña.

Extrañados por su desaparición los enanos buscaron a sus hermanos en la espesa maleza del bosque, en las minas e incluso en la aldea a pesar de que Blancanieve se negaba a ir con la excusa de que su madrastra lo vería y lo encerraría en una torre.

Entonces se perdieron dos de los hermanos.

Al final solo quedaba el más viejo.

Cerca de un pozo hecho de piedra en las periferias del bosque se encontró con un sombrero purpura, tejido en lana de liebre, decorado con un patrón de runas en un tono más oscuro, salpicado por una mancha negra que emanaba un aroma a sangre, no muy lejos un fino hilo verde brillante se encontraba atado a un espino extendiéndose casi invisible a la parte más densa de la foresta.

El enano llamó a Blancanieve para acompañarlo y el muchacho accedió cargando un hacha que llevaba desde el día que la tercera desaparición comenzo.

Siguieron el hilo verde hasta encontrar varias ramas destrozadas, no muy lejos de ellos

Rápidamente el pobre enano apresuró el paso hasta llegando a perder al languido muchacho que lo acompañaba.

Cuando por fin avistaron una fogata en medio de un ruinoso monumento de piedra marcado por ruinas, encadenados a siete pilares altos con piedras negras y grasientas los hermanos del enano estaban encadenados, lacerados, sangrando de cada orificio en su cuerpo mientras un río de sangre se filtraba al centro del monumento donde un altar exhibía los restos de los zorros gigantes, de un venado blanco y un unicornio

Muchos apenas parecían respirar, todos golpeados hasta casi morir.

El repulsivo aroma en la escena macabra era algo digno de un ocultista maníaco, algo que en verdad lo fue.

Cuando el Enano comenzó a buscar a Blancanieve para pedirle ayuda, este lo golpeó con un hacha noqueandole al instante,

Cuando el enano despertó Blancanieve sonreía maniaticamente, canturreando en una lengua desconocida, con la sangre de los  seis hermanos en sus manos mientras en cada piedra escribía en un lenguaje que no era rúnico, wakandiano o de cualquier reino.

La criatura canturreaba algo sobre un titan maligno, ese nombre todos lo reconocían: Thanos el titan primordial de la muerte, llamaba a su hija la dríade de las plantas venenosas Gamorra, llamaba a cada monstruo parte de la orden negra el culto original del titan.

-- Muy pronto todos se postraran ante mi, todos se postraran y obedecerán, hay demasiados magos, demasiados héroes, demasiados reinos este reino no es infinito así que perecerán, perecerán, perecerán.

La boca de Blancanieve se llenó de algo rojo como la sangre mientras diversos encantamientos conjuraban un fuego verde como la esmeralda que llenó el altar negro con luz espectral.

-- Mi amo le ofrezco la sangre para liberarlo de su encierro.

La criatura blanca estaba poseída, sus ojos estaban llenos de sangre negra que bajaba en lagrimas de sus parpados, mientras su piel se volvía más y más blanca 

--¿Como pudiste? fuimos tu hogar, fuimos un refugio para ti.

El enano reclamo mientras Blancanieve se acercó a el con una sonrisa trastornada.

-- No tengo lealtad a nadie, no soy fiel a nadie... yo soy Loki príncipe de las mentiras, hoy es el día en que tengo lo que merezco.

Con esas palabras encajó el cuchillo en el corazón del enano terminando el ritual, lanzando un rayo de energía oscura a las piedras, iluminando al cielo con un haz de luz, creando una tormenta sobre todo Asgard, las noticias volarían rápido después de ese día, en todos los reinos el nombre del titan causó eco.

Loki transformó su ropa en un traje negro con detalles verdes y dorados mientras de la luz Thanos, sus hijas acompañadas de la orden negra caminaron liberándose de la prisión del Tártaro.

Todos encapuchados, uniformados en mantos negros, botas estridentes con cráneos de aves en las puntas o usados como botones

-- Haz cumplido tu propósito Loki Laufey.

El muchacho sintió como sus ojos rodaban completamente al interior de su cráneo causándole una migraña que lo desmayó, 

--Puedes descansar ahora.

Exclamó el titan mientras sus hijas levantaban a Loki entre sus hombros

-- Ahora comenzará el gran trabajo.


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