- Tenemos que separarnos - dijo Sam calandose la gorra.

Este y Bucky cogieron el pasillo norte y Steve y yo nos dirigimos al sur.

Manteníamos la cabeza gacha y tratábamos de no llamar la atención de la gente ni de las cámaras de seguridad pero mientras bajábamos las escaleras mecánicas vimos a unos hombres uniformados yendo en nuestra dirección.

- Tendremos que pelear si nos reconocen - me susurró Steve.

- No podemos, les haría pensar a todos que estamos fuera de control como dicen.

- Si es la única manera de que no nos cojan...

- No puede ser la única.

Miré a mi al rededor buscando un plan B desesperadamente. Una idea cruzó mi mente. Era muy simple, pero a veces lo más simple era lo que daba mejores resultados.

- ¿Qué...? - quiso preguntar el chico.

Pero no pudo terminar la frase ya que pasé la mano por su nuca y le besé.

Los guardias pasaron a nuestro lado sin mirarnos.
Aunque ambos desaparecieron de nuestro campo de visión girando por un corredor lateral al par de segundos, ni Steve ni yo apartamos nuestras bocas.

Finalmente me separé, este no era ni el momento ni el lugar y además seguro que él solo estaba sorprendido y con los nervios acumulados de todos estos días de locura.

Me giré para que no pudiera verme el rostro y seguí andando delante de él hacia el lugar acordado con los otros dos chicos.

Durante todo el camino pareció que Steve quería decirme algo, incluso llegó a tocarme el brazo para llamar mi atención pero acabó dejándolo pasar. Quizá era lo mejor, no quería oír el sermón de "no había sentimientos en ese beso".