- ¿Qué pasa papá? ¿Por qué no sonríes? Es así.

- Estoy triste cariño.

- ¿Por qué?

- Echo mucho de menos a tu madre.

- Yo también, aunque no me acuerdo de ella. ¿Cómo era?

- Era preciosa e inteligente como tú, siempre dispuesta a ayudar a los demás, con una risa alocada y sincera y no importaba lo que pasase, estar con ella, sus abrazos.... siempre te hacían sentir mejor.

- Puede que los míos no sean tan buenos pero ¿quieres uno?

- Por supuesto.

La niña se agarró al cuello de su padre y tras unos segundos comenzó a sollozar.

- Mamá te quería un montón Nat, muchísimo.

- Ojalá pudiera verla.

- Ojalá. Pero estoy seguro de que ella nos está viendo ahora mismo.

- ¿De verdad.

- Si, desde el cielo.

Nat levantó la vista a las nubes y susurró: "Te quiero mami"