RocoHermosa
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Cerré la puerta de la cabaña con un portazo.

- Parece que ha sido una pelea fuerte - escuché a mí espalda.

- ¿No tienes nada mejor que hacer que escuchar conversaciones ajenas Ikaris?

- Sólo pasaba por aquí y he oído los gritos.

- Seguro.

Me senté en un tronco. Estaba agotada tanto física como mentalmente, había sido una semana muy larga y que ahora hubiera tenido la discusión del siglo con mi novio no ayudaba nada.

- Entonces, ¿habéis cortado?

- Nos hemos.... dado un tiempo.

- Eso a mí me suena a dejarlo.

- Pareces contento con la situación.

- Yo no he dicho eso.

- No ha hecho falta, tu cara lo dice todo.

Vi a Ikaris apretar los labios como si quisiera decir algo en particular pero no supiera si hacerlo.

- No te diré que te lo dije... pero te lo dije. Sabía que tarde o temprano pasaría esto. Le has dado demasiadas oportunidades y siempre encuentra una manera de cagarla. No te das cuenta de que no te merece.

- No empieces con lo mismo por favor - bajé la mirada al suelo.

- Pero es la verdad - me pasó una mano por el pelo con cariño - Te conozco y sé que querrás estar sola un rato, cuando quieras hablar con alguien, llámame.