127. Bucky Barnes
Continuación del capítulo 123
Aviso: Smut (o intento de él)
-
Ahora sé una chica buena y haz lo que te diga.
Me mordí el labio inferior impaciente.
- ¿Me has echado de menos? - me preguntó mientras pasaba la punta de sus dedos por mis muslos - ¿Has extrañado la sensación de mis dedos por todo tu cuerpo? ¿O a sido la del frío del metal al entrar en tí?
Un escalofrío me recorrió de pies a cabeza al recordar aquella maravillosa sensación, y él lo notó.
- ¿Qué ha sido?
- Todo - respondí a duras penas. El aire se había quedado pillado en mis pulmones.
- ¿Has pensado en mí mientras no estaba?
Asentí, incapaz de formular una sola palabra.
- Y, ¿te tocabas?
Volví a asentir.
- Enséñamelo.
Durante un segundo me paré. ¿Quería verme mientas me tocaba? El brillo en sus ojos fue respuesta suficiente. Y aunque nunca había hecho esto delante de nadie, siempre me había parecido una pequeña invasión a la privacidad, ahora era distinto. Me metí el dedo corazón en la boca para humedecerlo.
Hice lentamente el camino hasta mi centro ante la atenta mirada de Bucky. Normalmente me dedicaba más tiempo antes de introducir mis dedos, sin embargo, hoy mi cuerpo no podía esperar.
Mi dedo estaba frío en contraste con mi húmedo y caliente clítoris. Una corriente cálida me recorrió cuando lo tube completamente dentro.
- ¿Sólo uno? - me preguntó el chico.
Bucky sonrió con aprobación cuando comencé a ganar ritmo con mis dos dedos. Con la mano libre tube que agarrarme a él para no caerme.
Él me miraba fijamente y sentí que el orgasmo se acercaba. Sólo faltaba un segundo más, sólo uno, pero Bucky me cogió del brazo que estaba usando para darme autoplacer y me detuvo.
- No te lo mereces todavía - susurró contra mi oído.
Jadeé.
- Las buenas chicas cenan antes de pasárselo bien - dijo a la vez que se desabrochó el botón del pantalón - Quiero ver cómo te la metes entera. Si lo haces tendrás recompensa, sino, un castigo.
Valoré la segunda opción. Me gustaba la idea de ser castigada por el Soldado de Invierno.
- El castigo no te gustará, te lo aseguro - pareció que me leía la mente.
Sin decir una palabra más bajó su ropa interior, dejándome ver su gran pene.
"Hoy será una larga noche" pensé divertida antes de coger su masculinidad entre mis manos.
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