Le he disparado
Le he disparado a mi mejor amigo
De frente, en su pecho dos veces.

La puerta se abre y la veo correr a mi llamándome por mi nombre. El sentimiento de protegerla me vuelve loca. Le grito que corra a la salida pero no parece escucharme. La alcanzó protegiéndola entre mi brazos.

No puedo procesar nada, solo siento mi cuerpo temblar de pies a cabeza.

Un disparo al cielo me saca de mi trance y siento que nos da la vuelta.

Todo fue tan rápido, tan frío.
Tan profundo y tan lejos. Y de pronto tan lento y sin siquiera poder moverme. Por que el amor de mi vida estaba dando su vida por mi.

Le dispara en su pecho sin darme tiempo de hacer nada más que sentir que era una pesadilla y mi vida se iba.

La atrapó entre mis brazos de espalda en mi pecho, caemos las dos en el suelo y ni siquiera soy capaz de procesar para accionar. Inconscientemente me estaba golpeando una y otra vez pero no podía responder. Intento gritar pero nada.

Mis manos temblorosas tocan sus mejillas mientras sale sangre de sus labios y me mira.

—Rinna...

Empieza a ahogarse.

—Sssshhh —las lagrimas terminan en mis labios, mis manos manchadas presionan la herida para tratar de parar de alguna forma y le veo cerrar los ojos. Lágrimas se deslizan hasta perderse por su cuello.

—Quédate conmigo, quédate conmigo, por favor, mírame. Estoy aquí —mis lagrimas se ligan a las suyas cuando agacho mis rostro sintiendo su pulso bajo.

Recuerdo que tengo mi enemigo enfrente y levanto mi vista nublada, mirando el cuerpo de Paul en el suelo.

—No hay trato —me apunta y sonríe con maldad, ahora está solo.

Me pongo de pie como puedo, siento las manos de Martina sujetarme de los tobillos. Mi mandíbula se tensa  mirándola en el suelo.

Niega

—Que tierno —vuelve ha hablar sin bajar su arma.

—Estoy desalmada —digo mirando en el suelo la pistola que utilice.

—Tu dime donde. ¿En la frente, en el corazón como tú amiga o en las piernas?.

Aún estando a una pequeña distancia me iba abalanzar a él. Todo volvió a ser en cámara lenta
Y cuando quise accionar de nuevo...

Anabell estaba delante mío, giro su cabeza mirándome y mire como le dispara en el pecho, en las piernas. Su cuerpo se balanceaba con cada disparo saliendo sangre sin control de su cuerpo. Su cara de dolor mirarme.

Fue uno
Y otro
Hasta que perdí la cuenta y la tengo entre mis brazos mirando el cobarde salir por la puerta.

—¡No! —grite con toda la fuerza que podía cogiéndola en mi cuerpo.

—¡Anabell! —Gritó al cielo pegándola en mi pecho.

Me arrastro buscando la mano de Martina sintiéndola fría. Me paso las manos ensangrentadas por el rostro cogiendo su pulso.

Débil.