4. Discusiones







MARTINA

Aun seguimos riendo, bebiendo, picando de los platos y ella fumando. Me parece tan simpática y divertida. Miro que sus ojos recorren mi rostro y hago lo mismo.

Cuando sonríe se ve mas guapa, sus pecas resaltan con su pelo azabache y ojos mieles. Cuando estuve en el baño mire que tenía tres llamadas pérdidas de mi madre y cinco de Johannes. Ya son las diez, mala mi madre que pensó que le haría caso sobre llegar a las nueve.

Me tiene harta que me manipule. Que este ella con Johannes si tanto le parece el perfecto.

—Ya son las diez y media y no quiero causarte problemas en casa —bebe de su vaso.

—Esta bien, nos vamos.

Por más que quise pagar, por lo menos la mitad de la cuenta, no me dejo, pero le hice prometer que para la próxima pagaba yo.

—¿Puedo poner un poco de música? —pregunto mientras ella conduce.

—Claro que si.

Pronto empezó a sonar Booty de C. Tángana ft Becky G. Empecé a mover un poco mi cuerpo solo en asiento. Empezó a reír y me contagio. Mire que se la sabia y la empezamos a cantar.

Quiere que me anime a bailar, pero yo bailo quietesito mamá... Pongo cara que no pasa nada...

Apague la música al ver que ya estamos cerca de mi hogar.

—Muchas gracias por este día Rinna, lo disfrute mucho y me gusto —expreso cuando ya estamos estacionadas afuera sin salir.

—Gracias a ti por aceptar y acompañarme, lo disfrute mucho —se acerca y deja un beso en mi mejilla.

Sonrió.

—Te veré luego amiga —salgo y empiezo a caminar a la casa, me giro un poco y muevo mi mano mientras sonrió.

Se puso en marcha y yo abrí la puerta.

Las luces están apagadas, enciendo solo la de la cocina y me siento bebiendo agua.

—Hasta que llegas —antes de girar a verla giro mis ojos.

—¡Por Dios! Dame un respiro, mi padre no me atosiga tanto como tú —me giro a verla, esta en pijama.

—Porque yo soy mujer, tu madre y quiero lo mejor para ti, Johannes viene de buena familia.

—Mamá ya me se ese cuento, dejame ser feliz yo no quiero estar con él —casi grito.

—No me grites, Martina —habla entre dientes, tomo mi barbilla con enojo y me separó.

—Se tú novia de él si tanto te parece el indicado —sentí su mano impactar en mi mejilla izquierda, sentí el picar y ardor.

La mire con odio tocando mi zona herida.

—Te odio tanto, tanto —hable sintiendo mis ojos picar por las lágrimas que querían salir del enojo.

—Espero que descanses, tu novio estuvo aquí y le dije que saliste con una prima, mañana pasara por ti para la universidad y ... —se gira a verme antes de irse —Le di permiso que pasasen el día juntos.

—Mi maldita opinión cuenta y no iré a ningún lado con él, me oyes —grite antes de irse para que me escuchara perfectamente.

Viene nuevamente a mi.

—Iras y ¿sabes porque? Por que si no vas, mañana mismo te mando con tus abuelos, si, por un mes y sabes que lo cumplo.

Sabía perfectamente que estaba usando una carta bastante buena, odio ir donde los abuelos, son peores que ella. Siempre creí que todos los abuelos son esos que consienten y miman a sus nietos. El año pasado había desafiado su palabra como ahora lo estoy haciendo y me mando donde ellos por dos semanas. Fueron las peores para mi. Tener que ir con ellos donde sus amistades a tomar el café, usar vestidos reservados de una señorita y usar unos modales de siglos atrás. Y cuidado con las palabras que usaba y cuidado con mirar mucho por la ventana o fijarme en algún don nadie como ellos los llaman. No soy la chica que entrará sus cosas en una mochila y se irá donde una amiga y experiencia para trabajar cero.

Me tiro en la cama llorando de rabia e impotencia, creí que este día terminaría perfecto. Mientras me pongo el pijama y me quito el maquillaje con las toallas húmedas y crema, no paro de llorar de rabia.

La odió por obligarme a cosas que no quiero. Mi padre es un gobernado por ella. Nunca hace nada en contra, su única palabra es.

Deja la niña tranquila mujer.

Me duermo con enojó.

...

Término de peinar mi pelo en una coleta alta con flecos sueltos, me termino de maquillar con algo suave al ser la mañana. Me miro en el espejo de cuerpo entero, un vaquero ajustado en los muslo y de campana abajo, un top amarillo con chaqueta. Meto mis pies en unas alpargatas y me cuelgo la bolsa.

Al bajar las escaleras le veo hablando con mi madre, mi hermano desayuna con mi padre en el otro salón.

—Que bueno que bajas hija, Johannes tiene rato esperándote.

Hipócrita de madre que tengo. Este se acerca dejando un beso en mis labios enfrente de mi madre y no hago nada, ni me muevo. Siento un pequeño codazo en mi brazo y la miro de la manera mas fría que puedo.

Ya estando los dos fuera, quiso abrir la puerta de su auto para yo entrar pero me adelante y me tire literal en el asiento.

Lo miro mejor mientras rodea del auto, su pelo es riso castaño y cae por los lados y parte de su frente, su piel bronceada canela, lleva ropa de niño pijo.

Idiota.

—Estoy tratando de empezar el día lo mejor que puedo contigo, pero no pones de tu parte, me estoy conteniendo, te lo juro Martina.

—Me importa muy poco y no voy a fingir, no finjas tu tampoco, se muy bien la bestia que eres —lo miró mientras conduce a la universidad, su mandíbula se tensa.

Para el coche y gira su rostro a mi. El sol que apenas empieza a salir le da en la cara, viendo sus ojos cafés y el lunar cerca de sus labios.

—Son muchas cosas que traigo en mente, por ejemplo, no me como el cuento de la prima acerca de anoche cuando fui como estúpido a buscarte para salir, así que no me provoques, mira que vamos a pasar el día juntos.

No respondo nada y vuelve a poner el auto en marcha. Al llegar juntos a la universidad, toma mi mano entre la suya y ni siquiera luchó por soltarle. Nos quedan viendo, Johannes si es el guapo por el que muchas mueren y es causa de miradas de odios a mi, no sabiendo que con gusto se lo regalo, detrás de ese rostro pícaro y lindo hay un idiota, un demonio. He visto como se pelea con sus „amigos".

—Sonríe, no ves que te envidian —me pega a su cuerpo posando una mano en mi cintura.

Sonrió sarcástica y le sigo el juego.

—También sonríe tu querido, también te envidian y muy cerca de ti.

Su entre cejó se junta, me mira fijamente.

—¿Que quieres decir? No juegues conmigo Martina.

—¿Y tu si puedes jugar conmigo?.

—Es diferente, pueden haber muchas, pero eres la única y lo sabes.

—Por favor, que cobarde —me suelto caminando al aula y me sigue.

—¿Quien de mis amigos te ha enamorado? ¿Quien de la universidad?.

Parecía enojado.

—Basta, deja el drama, ni que me amaras y mucho menos te importa. Ahora puedes irte y darme mi espacio. Gracias —sonrió sarcástica.

Me siento en la silla viendo que ya ahí compañeros.

—Por tu bien, trata hoy de no hacerme enojar, tengo buenos planes.

Sale del aula y saco una servilleta limpiando mis labios donde dejo un beso.

No se que quería decir en sus palabras, pero no aceptare que me toque, no se donde carajos iremos después de las clases pero si algo tengo claro es no dejar que toque mi cuerpo. Desde que lo hice con él por primera vez fue lo peor, fue mi primera vez, no lo recuerdo como algo perfecto, no fue lindo en el momento ni delicado, sólo paso esa vez en casi un año de esta supuesta relación. Recuerdo pensar que era el correcto después de que sus padres y los mios hablaron y me lo metieron en la cabeza a toda costa.

—Amiga —escuche la voz de mis amigas, Maria Teresa, Sonia y lucía.

—Hemos visto como llegaste con Johannes ¿no me digas que hubo reconciliación? —espeta Sonia.

—Pareciera que no me conoces, estoy amenazada por mi madre.

—Lo imagine.

...

Maldije cuando las horas acabaron y la tarde cayó, moría de hambre y fui a la cafetería a comer algo con las chicas. Solo falta una hora y estaría con el idiota.

Camino otra vez dentro.

—Casi nos vamos —me lo encuentro en el pasillo.

—¿A donde me llevaras? —cuestiono.

—Si digo se arruina —dice sonriendo

Maldito.

—Si es contigo todo se arruina —fue tan rápido que solo sentí cuando pego mi cuerpo a la pared del pasillo tomando mi rostro con una sola mano haciendo presión.

Me dolía pero intente no demostrarlo, los compañeros que estaban miraban todos. Se contenía de hacer lo que quería por los que estaban y me soltó. Toco mis mejillas y corro al baño mirando la marca de sus dedos y por si fuera poco, donde mi madre me pegó. Sonia entra mirando mi rostro y le pido que traiga todos mis materiales del aula, regresa con mi bolso y saco maquillaje.

Me pongo un poco mas de base y polvo para fijar el maquillaje, arreglo mi peinado. Me quede en el pasillo.

No quería volver dentro.

...

Conduce y mientras lo hace, ya se a donde nos dirigimos, ya había venido una vez conmigo, es una casa de su tía que siempre esta de viaje, aquí vienen sus primas y hacen fiestas.

—¿Porque vamos a casa de tu tía? —pregunto.

No responde nada y grito dentro de mi del enojo.

Al llegar la musica resuena afuera, es una casa grande y bonita, jóvenes tomando y enrollándose. Bajamos y miro la hora en mi reloj, seis de la tarde. Antes de seguir caminando adentro me toma del brazo poniéndose delante mio.

—Te voy a decir esto solo una vez, como me hagas pasar el ridículo delante de mis amigos y primas allí dentro te juro, te juro que te vas arrepentir, otra cosa —se pega mas a mi. —Cuidado si intentas irte o hacer alguna estupidez.

Pega sus labios a los mios, me separó enojada, vuelve y me toma de la cintura pegando sus labios a los mio, metiendo su lengua dentro y chupando mis labios.

No voy a negar que tiene un estilo de besar tentador, y aunque quiera es imposible no flaquear en un momento pero no me dejo.


RINNA

Anoche dormí genial. Dejo leche en el tazón de tití y alimento pesado a tete mi perro salchicha. Termino de planchar el uniforme del trabajo que lo traje a casa y me lo pongo. Es un pantalón de tela negro y camisa de mangas igual, la entro por dentro.

Al llegar al trabajo me tocaba organizar las mesas y atender las reservaciones que eran de por si bastantes. Voy al baño y aprovechó para mandar un mensaje de buenas tardes a Martina. Tengo otros dos sin leer de Anabell.

Suspiro.

Sigo en mi horario de trabajo.

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