19. Más que palabras











MARTINA

Ayer me fue muy bien en mi día de prueba, ya la señora me dijo que tengo el empleo. Es fácil solo debo ser un poco mas rápido y ágil con mis manos a la hora de hacer de ventas. No he hablado con Rinna desde ayer en la tarde cuándo me dejo en la biblioteca y ya serán las seis de la tarde y no nos hemos comunicado, me siento tan rara con esta situación.

Hoy en la universidad no hubo nada nuevo, se sabe formal que Johannes abandonó la universidad y no he sabido nada mas de él. Estoy acostada mirando el techo con el teléfono entre mis dedos. Unos toques en la puerta me hacen ponerme de pie.

—¿Que pasa pequeño? —miro sus redondas y rosadas mejillas de mi hermano pequeño.

—Ahí una chica abajo que quiere verte creo que se llama —pone cara de pensar muy gracioso. —¡Ah se llama Rinna!.

Sentí como si mi corazón flotara y sonreí arreglando mi ropa.

¿Por que tengo que arreglar mi ropa?.

–Vas a hacerle un gran favor a tu hermana, yo bajare a buscarla y tu vas a entretener a mamá a su habitación ¿te gusta el juego?.

—Si ¡genial! Un juego.

Salio corriendo y baje las escaleras. Esta mirando todo a su lugar, lleva su larga cabellera envuelta en un moño desordenado ya quisiera yo verme así de bonita con un moño desordenado. Miro mejor su ropa, una yompa con una pequeña blusa debajo y unas deportivas.

—Hola, que sorpresa.

—Hermosa —llega dándome un abrazo dejando un beso en mi mejilla derecha. —Perdon que llegara así sin avisar y ...

La llevé de mano subiendo las escaleras a mi habitación haciéndole señas de guardar silencio. Las llaves de su auto en sus manos suenan.

—Mi mamá esta en casa —rode los ojos cerrando la puerta de mi habitación.

—He venido para invitarte a salir hoy en la noche a un club nocturno se que te gustara.

—No se si sea buena idea —nos sentamos en la cama una enfrente de la otra.

—Dirás que si —toco mi nariz haciendo que sonriera



RINNA

Me encanta estar con ella no se como tan pronto se me ha vuelto adictiva todo de mi por ella. Esta con un diminuto pantalón corto, una gran remera holgada con el pelo suelto. Su habitación huele a perfume de mujer y cosas limpias. En su mesa libros abiertos y cerrados. En el suelo por una esquina hay un álbum de fotos abierto como cuando lo tiras de golpe.

—Bueno, esta bien aceptó pero sólo con una condición —sonríe con pillerías.

—¿Que será? —sonrió dejando mis llaves encima de la cama a mi lado y teléfono. 

—Que me dejaras hacerte de cupido en ese club.

La miro directo a sus ojos queriendo penetrar en sus pensamientos. Achine mis ojos para darle una pregunta.

—¿Porqué? ¿Para qué?.

—Porque si —sonríe como niña pequeña.

—Wow que respuesta —me puse de pie aun con una sonrisa en el rostro. Pude ver el collar que le regale encima de su mesita. —Ya me voy, vendré a buscarte a las siete y medía.

Me le acerque dejando un beso en su mejilla.

—Esta bien —salí de su habitación y en silencio seguí mi recorrido a mi auto




MARTINA

¿Que debo ponerme? ¡Dios! ¿Que haré en mi pelo? Debo pintarme las uñas, no se, también limpiar mis cejas. No se a que tipo de club iremos por lo que no se que clase de ropa ponerme.

Cojo mi teléfono y le marco a Lucía, al segundo tono contesta.

—Hola —contesta.

—Necesito tu ayuda.

—¿Que paso?.

—Me han invitado a salir y no se que ponerme solo se que sera a un club. —abro las puertas del armario.

—Puedes escoger un vestuario no tan reservado pero que tampoco te veas muy vulgar, es decir una falda corta con alguna blusa por dentro y unos tacos, o un jeans holgado con algunos rasguños y un top por dentro con unas deportivas o ...

—¿Y un vestido no mas de los muslos con unas zapatillas no de tacón tan alto?.

—Mmm también ¿y quién es el afortunado? —escuchó una pequeña risa de su parte.

—No, ha sido Rinna que me ha invitado.

—¿Y porque te pones como si fuera algún chico que te gustase? Si es para salir con nosotras no te pones en ese plan y...

—Hablamos luego ya debo bañarme, adiós te quiero.

Cuelgo. No tengo ni una respuesta para mi como para dársela a ella, no lo se tampoco solo se que tengo nervios en medio del estómago, mis manos sudan ahora mientras saco el vestido verde pastel no mas de los muslo con los hombros descubiertos y la mitad de la espalda. Me agacho en las gavetas pequeñas sacando unas zapatillas de taco fino no mas del dedo índice color negro.


...

Llevo una hora sentada frente al espejo maquillando mi rostro, no diré que es sencillo pero tampoco quiero parecer muy cargada de maquillaje. Termino poniendo mi contorno y pintando mis labios de rojo. No recuerdo cuentas veces planche mi pelo hasta dejarlo bien liso.

Mi teléfono suena y descuelgo.

—Estoy afuera preciosa.

—Ya bajo, espera.

Termino de verme en el espejo y tomó la cartera pequeña. Bajando las escaleras haciendo que el taco suene.

—¿Con quien vas a salir? —sale de un pasillo.

—Una amiga y espero que no vengas con que no vas a salir o lo que sea que siempre dices.

—No, no lo haré, puedes irte.

Seguí mi camino abriendo la puerta y ahí esta. Afuera recargada del auto, un pequeño crop top cubre la parte de arriba donde se puede ver que no lleva sujetador, un jeans de tela negro un poco holgado con unas zapatillas de taco amarillas. Sus sombras de brillo y labial rojo.

—Wow —dice cuando he llegado a ella tomando mi mano dándome una pequeña vuelta. Me sale una risa.

—Tu estas divina —le sonrió diciendo.





RINNA

Conduzco mirándola de reojo, esta muy hermosa. Tiene las piernas cruzadas.

—¿Y como es el lugar? —pregunta.

—Como te había dicho un club, los días de semana no es que va mucha gente pero es muy bonito el ambiente.



...

Su mano entrelazada a la mía mientras me hago paso entre la gente que baila, las luces de colores, el humo de colores que sale por algunas esquinas. La música. Busco un lugar mas privado y la dejó sentada, en la pequeña mesa ponemos nuestras pequeñas carteras, dejo mis cigarros arriba, un camarero pasa y pido una margarita y una Carpiriña con un pequeño paquete de goma de masticar.

—¿Te gusta el ambiente? —hablo en su oído poniendo una mano en su cuello para acercarla y la acarició.

Estoy parada y se acerca un poco estando sentada.

—Si, me gusta mucho.

Asiento.

Los minutos pasaban, los tragos iban y venían, mas risas, mas fotos, mas chicos rechazados queriendo bailar. La hago ponerse de pie poniéndome detrás entrelazando sus manos a las mías, sonríe moviendo su cuerpo.

Me tiene caliente como volcán, me tiene babeando.

Me muevo sonriendo dándole la vuelta, le sonrió y me le acerco otra vez al oído.

—Bailas muy bonito —dejo mi rostro cerca del suyo.

—Fue por tus manos guiándome, créeme que no se —tuvo que hablar alto por la música, sus ojos van a mis labios y hago los mismos a los suyos.

Me siento fumando un cigarro, se queda parada bailando, su cabellera se mueve como mueve su cintura, baja un poco a bajo mirándome y sonriendo me.

¡Ay bendita tu entre todas las mujeres!.

Termino fumando mi cigarro, me hago una coleta alta.

—¿Nos vamos? —la tengo abrazada, una frente a la otra, sus manos van a mi cuello.

—Si pero no quiero ir a casa, quiero estar contigo, llevame contigo.


...

Va encogida en el asiento, sus zapatillas en el asiento de atrás, quiso que pusiera a catorce de Cazzu.

—¿Estas bien? —casi llegamos.

—Muy bien, un poco mareada, me siento muy feliz —se ríe.

Asiento. Ambas bajamos del auto, camina descalza mientras lleva sus zapatillas. Abro la puerta y pasa adelante, enciendo luz. Tete levanta su cabeza que esta sobre el sofá, titi sale debajo de este y vienen a mi. Le acarició sus rostro y los dejo.

—¿Que quieres hacer? —esta parada.

—No lo sé.

Ya son las doce de la madrugada. Le sonrió y me le acerco.

—Quizás quiera bailar —susurra.

—¡Bailar! —me le río. —No creo que pueda aguantar tal tentación —le digo mirando.

Ambas guardamos silencio. Tomo su mano guiándola a mi habitación. Enciendo luz y se queda pegada a la pared dejando sus zapatillas caer.

—Discúlpame —nuestros rostros tan cerca mezclando nuestras respiraciones, primero acaricio su rostro y voy bajando por su clavícula con los ojos fijos en sus labios. Pasa la lengua por sus labios. Rozo su nariz con la mía mordiendo mis labios.

—No hagas eso —susurre, una mano mía baja por su cintura acariciándola, acariciando sus hombros descubiertos, las yemas de mis dedos juegan. Otra va a su cuello apartando su cabello, acerco mi rostro dejando un beso en su cuello que tan bien huele, siento que pasa saliva, su respiración se vuelve pesada.

No lo aguanto, ni puedo controlarme, tiene los ojos cerrados con los labios entre abiertos, acerco mis labios a los suyos, la mano que tengo en su cuello ejerce un poco de presión queriendo acercarla más, muevo mis labios despacio sobre los suyos que están suaves, hace lo mismo abriéndolos y me derrito, los saboreó con los míos mordiéndolos un poco, juego con ellos y me detengo al sentir como mueve los suyos y me dejo besar, sus manos van a mi cuello, mueve su rostro al tiempo en que mueve sus labios, nuestros labios juntos, el sonido de estos, entró mi lengua y la beso mas profundo poniendo ambas de mis manos en su cintura. Me besa ahora con miedo deteniéndose en algunos momentos. El beso es lento y suave.

Se separa dejando sus manos en mi cuello, la tengo muy pegada a mi cuerpo y no quiero soltarla, mi respiración esta agitada como la suya. Mi nariz recorre sus mejillas aspirando su aroma, sintiendo los fuertes latidos de su corazón, me aprieta mas a su cuerpo, busco sus labios y la vuelvo a besar siendo correspondida, sus labios fundidos en los mios sin dejar que entrase ni un hilo de aire, la beso profundo con ganas y todo el deseo que estoy sintiendo ahora, jadea encima de los mios. Mis labios van a su cuello besándolo caminando a la cama.

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