2 semanas después

- ¿Corbyn? - preguntó Sky preocupada al otro lado de la puerta - ¿Estás bien?

- Emm... Sí, solo... No entres todavía.

El rubio agarró varios papeles del rollo rápidamente y tapó su hemorragia nasal con ellos.

Ya era la segunda vez en la semana que le pasaba. De repente le empezaba a sangrar la nariz y tenía que correr al baño para que Sky no se enterara.
Pero cada vez se le volvía más complicado ocultarlo, ya que no se daba cuenta.

Esperó 5 minutos a que dejara de sangrar y lavó los restos de sangre que habían quedado en su rostro.
Abrió la puerta y se encontró a Sky sentada en la cama mirando al suelo. Cuando ella oyó la puerta abierta, se levantó con rapidez y fue hacia Corbyn.

- ¿Qué te pasa? - preguntó con el ceño fruncido - Has salido corriendo al baño de la nada.

- Emm... Me dolía la tripa. - mintió él restándole importancia.

- ¿Enserio?

- Claro. - aceptó él seriamente - Solo era eso.

Se fue al pequeño sofá y se sentó mirando distraído a la televisión, bajo la mirada confusa de Sky sobre él.

Se estaba comportando raro.

- ¿Quieres que te dé algo para el dolor de tripa? - preguntó volviendo a él.

- Vale.

Corbyn pensaba que una medicina, era eso, una medicina. Podría servirle para que su nariz dejara de sangrar.
Pero no lo pensó demasiado bien.

Sky abrió la pequeña maleta donde había guardado las pastillas. Pero se encontró con un montón de papeles y frunció el ceño cogiendo algunos.

Informe de la NASA
Ella Loafland.
Edad: 25 años (2020)
Sexo: F.
Universidad: Harvard.
L. Nacimiento: Dallas, Texas.

Dejó de leer al ver el lugar de nacimiento. Texas.
Allí es donde ellos iban...

Miró al rubio, el cual estaba entretenido con la televisión.

- Corbyn...

El chico se giró ante su llamado y se levantó de golpe al ver lo que ella tenía en sus manos.

- ¿Qué es esto?

- Emm... - Corbyn se rascó la nuca nervioso - Son informes de mi madre y... - se lo quitó de las manos - No es nada.

- Si es algo. - dijo ella obvia con seriedad - ¿Solo quieres ir a Texas porque allí vivía tu madre?

- No es eso. - negó suspirando - También quiero encontrar a mi padre.

- ¿Me has utilizado como medio de transporte? - cuestionó dolida.

- ¿Qué? ¡No! - dijo con rapidez - Yo quería que vinieras conmigo... Quiero encontrar a mi padre junto a tí.

- Vale. - suspiró intentando analizar el tema - No es una buena idea. - aclaró masajeando su cabeza - Tú quieres verlo, pero, ¿Quién te ha dicho que él quiera verte a tí? - el rubio bajo la mirada y apretó los puños - No creo ni que él sepa de tu existencia.

- Pero... Es mi padre, quiero verlo. - recalcó él con frustración.

- Eso lo sé Corbyn. Pero... No quiero que te hagan daño. - explicó - A lo mejor no es como tú te crees que será.

- ¿Por qué no? - preguntó él enfadado - Es mi padre, y seguro que es genial. Tú no lo entiendes.

- Si lo entiendo. - dijo ella calmada - Quieres tener una familia, pero la familia no es siempre como uno se espera.

- No. - negó él con brusquedad - Ya estoy cansado de que te portes conmigo como si fuera un niño pequeño. Tengo 21 y quiero encontrar a mi padre.

- Corbyn... Vas ha salir lastimado.

- ¡No Sky! - gritó acercándose amenazadoramente a ella - No todos los padres son como los tuyos. No todos los padres te abandonan porque no te quieren.

El sonido seco de la torta que le dió Sky a Corbyn retumbó por todas las paredes.
La cabeza del rubio estaba ladeada por el golpe y su mejilla ahora se encontraba roja.

Sky tenía lágrimas en los ojos y antes de derramar alguna salió corriendo fuera del hotel.

La había cagado. La había cagado pero bien.

Cuando pudo volver en sí, corrió detrás de ella gritando su nombre.

Estaba fuera del hotel, al menos a 20 metros de la entrada y pisándole los talones a Sky cuando se le hizo más complicado respirar.
Cayó al suelo sujetando su pecho y respirando por la boca.
Tocó su labio superior con la yema de sus dedos y lo miró. Sangre.

- Sky... - eso fue lo único que pudo decir antes de caer desmayado.