Capítulo 18 🎂

No había terminado de amanecer cuando Sky ya tenía todo planeado para la fiesta de Corbyn.

No había dormido en toda la noche,  pero merecía la pena.

Dejó escapar un largo bostezo mientras sonreía al sol y apagaba las luces de su cuarto. Estaba todo listo, solo hacía falta poner el plan en marcha.

Corrió al refugio de Corbyn sigilosamente y entre abrió la puerta de su cuarto para observarle un rato.

Estaba aferrado a las sábanas y su expresión era de paz absoluta. Su pelo estaba desordenado y una pierna sobresalía de la cama.

Sky aguantó soltar una carcajada y entró al cuarto en silencio.

Se recostó al lado del rubio y le miró de lado. No podía haber cosa más tierna en Marte.

Zarandeó su brazo con cuidado, pero Corbyn solo giró sobre la cama para quedar aún más cerca a Sky.

Ella lo volvió a intentar, pero está vez él la agarró de la cintura y la atrajo a su pecho. Estaba despierto.

- Corbyn. - susurró mientras daba pequeños golpecitos a su pecho - Levanta.

- No. - dijo él con voz ronca y la estrujó entre sus brazos.

Sky admitía que estaba cómoda en los brazos de Corbyn, y por un momento solo cerró los ojos para disfrutar de su compañía. Solo fue un momento, ya que al instante recordó el plan.

- Corbyn. - volvió a susurrar algo más alto - Tienes que levantarte.

Él no se movió.

- Vale, - dijo ella con voz indiferente - Si tú no te levantas me iré yo.

Corbyn gruñó intensificando el agarre a la cintura de Sky. No quería que se fuera.

Pero la fuerza de Corbyn, no se comparaba con la inteligencia de Sky.

La chica bajó su mano hasta el estómago del rubio y comenzó a hacerle cosquillas.

Corbyn la soltó al instante y comenzó a reír descontroladamente.
Aunque ella ya estuviera libre, no iba a dejar que el rubio se fuera por las buenas, por lo que siguió con la tortura de la risa.

- Basta. - pidió él sin dejar de reír.

Entonces ella paró con una sonrisa y besó la mejilla de Corbyn.

- Feliz cumpleaños - dijo antes de plantar un beso en sus labios.

El rubio sonrió entre le beso y la agarró de nuevo de la cintura para que ella no se despegara.

Un beso muy largo y tierno entre los dos hasta que la falta de aire les separó.

- Levanta. - pidió ella escurriéndose entre sus brazos e incorporándose.

- ¿Por qué? - preguntó él con un puchero - Tengo sueño.

- Vamos. - Sky le tiró del brazo para que levantara.

Y él con muy pocas ganas se levantó de la cama.
Cogió su ropa y Sky salió a fuera mientras él se cambiaba.

- Bien, ya está. - dijo saliendo del cuarto - ¿Qué vamos a hacer?

- Sorpresa. - exclamó ella haciendo manos de jazz.

A continuación le dió al rubio un pañuelo para que tapara sus ojos, ganándose una mirada confusa por parte de él.

Sky rodó los ojos divertida y se subió a su espalda para poder atárselo ella mismo.
Luego bajó y movió la mano enfrente de la cara de Corbyn.

- ¿Ves algo?

El rubio negó y Sky cogió su mano para llevarle hacia su sorpresa.

Varias veces fueron las que Corbyn perdió el equilibrio y cayó al suelo, con Sky tras de él.

- Lo siento. - se disculpó él con una risa.

Esto le estaba gustando, pese no ver nada. La incertidumbre de no saber que iba a pasar le estaba emocionando y que la sorpresa fuera algo que había hecho Sky, lo hacía aún más.

Sky rió algo más mientras le ayudaba a levantarse.

- Párate aquí. - ordenó ella - Vuelvo en un segundo.

Corbyn asintió sin saber si ella todavía le observaba.
Esperó en silencio un buen rato. No se oía nada. Solo algunos susurros ilegibles para Corbyn.

- Quítate el pañuelo. - dijo de nuevo la voz de Sky, pero algo más distante.

El rubio deshizo el nudo con cuidado y destapó sus ojos. Pestañeó varias veces para poder acostumbrarse a la luz y sonrió como nunca al ver lo que había delante de él.

Ian, Jr y Sky estaban parados frente a él con pancartas de felicitación, regalos y una tarta hecha de nubes de azúcar. Y justo detrás de ellos, había una mesa circular con abundante comida, que Corbyn nunca había podido probar en su vida.

- ¡Felicidades! - gritaron los tres a la vez.

Los ojos de Corbyn comenzaron a humedecerse de la felicidad y Sky corrió hacia él para poder proporcionarle un gran y cálido abrazo.

Corbyn escondió su cara en el cuello de la chica, derramando alguna que otra lágrima.

- Gracias. - susurró - Enserio, muchas gracias.

- No es nada. - dijo ella con una sonrisa - Ahora corre. La comida nos está esperando.

Los dos rieron antes de separarse.
Corbyn corrió a abrazar a Ian y JR también, sorprendiendo a los astronautas de inmediato.

Ian sonrió de lado, al igual que JR y le dieron algunas palmadas en la espalda en forma de felicitación.

Comieron alegremente, mientras conversaban de cualquier cosa. La comida que habían conseguido enviar los chicos desde la tierra estaba deliciosa y Corbyn creyó encontrarse en el paraíso.
Sobretodo cuando pudo probar el chocolate. No se comparaba en nada a una patata. Era mucho mejor.

Cuando terminaron de comer. Los regalos se pusieron enfrente del rubio.
Corbyn cogió primero una caja de tamaño medio y lo desenvolvió con cuidado, sin querer romper aquel bonito papel decorado con naves espaciales.

Al terminar de desenvolverlo se encontró con un montón de libros de ciencia ficción y ciencia. Regalo de Ian.

El chico miró a Ian con una sonrisa enorme y se lanzó a sus brazos.

- Gracias. - exclamó alegre.

Ian solo pudo sonreír.

El siguiente regalo era el de JR. Una consola de videojuegos para que no se aburriera.

Corbyn le agradeció eso de la misma forma que a Ian y volvió con el último regalo. El de Sky.

Abrió la pequeña caja con delicadeza y una sonrisa plasmada en su rostro.
Dentro de hallaba una pulsera hecha de plata con pequeños dibujos colgando de ella. Su nombre, Marte, el logo de la NASA y un pequeño corazón.

Era muy bonita y el chico se la puso de inmediato.

Envolvió sus brazos en el pequeño cuerpo de la chica y besó su cabeza.

Quería besarla en los labios, pero no podía hacerlo enfrente de los astronautas.

- Y eso no es todo. - comentó Sky al salir del abrazo - Mira al cielo.

Corbyn miró a Sky sin comprender lo que iba a pasar. Le había dicho que mirara al cielo y eso es lo que hizo. Miró a su cielo.

La chica se sonrojó al instante y giró la cabeza del rubio hacia arriba.

- Allí. - señaló colorada.

Unas luces iluminaron el cielo en cuestión de segundos.
Era un gran holograma en el que ponía: "¡Felicidades Corbyn! Saludos desde la NASA"

Corbyn volvió a sonreír ampliamente y saltó de felicidad, envolviendo a todos los astronautas en un abrazo.

Había sido el mejor cumpleaños de toda su vida, y lo había pasado con Sky.

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