Sky hablaba tranquilamente con su hermano mientras Corbyn esperaba fuera de la nave. Estaba algo impaciente por saber la respuesta de la chica.

Cuando ella por fin salió, él la saludó con una sonrisa.

- ¿Qué tal Jack? - preguntó Corbyn amablemente.

- Bien. - Sky sonrió - Solo algo preocupado por mí.

- ¿Enserio? Pero aquí no te va a pasar nada. - aseguró.

- Él dice que si tú estás aquí, pueden pasar muchas cosas.

Corbyn frunció el ceño sin comprender. Él nunca había hecho nada malo a nadie y menos a Sky.
¿Por qué Jack pensaba lo contrario?

- ¿Y tus padres? - preguntó de repente - Ellos... ¿dónde están?

- Mmm... - esa pregunta había pillado a Sky desprevenida. - No sé dónde están.

- ¿Qué? - Corbyn estaba confuso - ¿Por qué?

Sky suspiró y cerró los ojos con fuerza, intentando poder hablar.

- Ellos nos abandonaron a Jack y a mí después de nacer.

- ¿¡Qué?!

- ¿¡Eso se puede hacer!? - pensó el chico asombrado.

Ella asintió con una mueca.

- ¿Por qué hicieron eso? - preguntó el rubio dolorido - Eso es... Horrible. ¿Quién querría deshacerse de alguien como vosotros? Tú eres maravillosa y Jack... Bueno, a él no lo conozco mucho, pero creo que sí es tu hermano, algo bueno de seguro tiene que tener.

- Hay gente en la tierra que no puede hacerse cargo de su propia vida, no creo que ellos pudieran con dos más. - dijo ella restándole importancia, pero Corbyn seguía horrificado - No pasa nada Corbyn, estamos bien. Estoy bien.

- Pero...

- No hay peros. - suspiró - Entiendo que te parezca algo horrible y difícil de creer, pero la vida en la tierra algunas veces es así. Cruel. Pero todo tiene su punto bueno. ¿No crees? Si hubiera tenido padres no estaría aquí ahora. Contigo. - aclaró - No los necesito.

Corbyn se quedó callado. A lo mejor Sky tenía razón, pero a él le había costado conseguir vivir sin su padre cuando él murió, por lo que lo veía algo complicado y triste.

La chica era fuerte.

- Entiendo... - la miró con la cabeza agachada - ¿Quieres un abrazo?

Sky sonrió de lado y asintió estirando los brazos hacia él.

Los brazos de Corbyn rodearon la cintura de Sky mientras ella reposaba los suyos en los hombros de él.
Cada uno descansaba la cabeza en el hombro del otro, disfrutando de la tranquilidad que les daba la compañía del otro. 

Corbyn aspiraba el aroma de Sky, excitándose casi al instante.
Ella olía a flores y Corbyn nunca había podido oler el aroma de las flores, lo que le encantó.

El rubio quería saber si ella sabía igual que olía y poco a poco, la curiosidad le invadía por dentro.

Besó su cuello largamente, intentando que el sabor de su piel se le quedará en la boca para siempre.

Sky jadeó ligeramente ante aquella acción y se separó de él con sutileza.
Solo Corbyn la podía hacer sentir así, y eso la estaba volviendo loca.

- Emm... Creo que deberíamos hablar. - dijo ella por fin.

- Sí. - afirmó - Vamos.

Decidieron hablar en privado, dónde Ian y JR no pudieran escucharlos, detrás del refugio de Corbyn.

- Y... ¿Ya lo has pensado? - empezó el nervioso.

- Eso creo. - suspiró y levantó la cabeza hacia Corbyn - Pero... ¿Tú qué quieres?

- Quiero estar contigo. - contestó él sin rodeos - No sé que me pasa, pero, cada vez que estás cerca me haces desear estar contigo para siempre.

- No puedo estar contigo para siempre. - negó ella con tristeza.

- Lo sé. - suspiró - Pero, no pasa nada por intentarlo. Quiero aprovechar cada segundo que te quedé en Marte para que estés conmigo.

- Esto solo nos va a hacer daño Corbyn ¿No crees? - se sentó en la tierra soltando un largo suspiro - Enamorarnos para después no volvernos a ver. ¿No piensas que solo nos destrozará?

Corbyn se sentó a su lado y agarró su mano.

- Puede que sí. - la miró a los ojos - Pero según lo que he visto en la televisión, esas son las historias de amor más bonitas. - Sky rió cortamente - Vamos Sky. - apretó levemente su mano - Intetémoslo. Yo quiero estar contigo.

Sky le miró a los ojos, los cuales brillaban con esperanza.

- Vale, acepto.

Corbyn sonrió ampliamente y se acercó a ella para poder besarla, pero Sky le detuvo.

- Lo siento Corbyn, pero si quieres que esto sea "una bonita historia de amor", deberás conquistarme.

Sky se levantó del suelo con una risita, dejando allí a Corbyn algo aturdida.

Solo queda una cosa que decir: Que empiecen los juegos.