Dieciocho

Era abril de 2021 cuando Soledad recibió un mensaje inesperado por Instagram.

Lucas era productor, y estaba dispuesto a ayudarla a lanzar su primer disco, con las cuatro canciones originales que tenía hasta ese momento. Quería reunirse con ella para comentarle la propuesta, y Soledad sintió nuevamente que le hacía honor a su nombre. Tenía miedo de que fuera un engaño, y el final se abría a un montón de posibilidades con el mismo resultado: que su foto terminara en alguna marcha feminista al reclamo de «Ni Una Menos». Estaba sola en la gran ciudad, había perdido contacto con Jessica cuando se convirtió en madre, y no tenía quién pudiera acompañarla a la cita.

Pero Lucas lo hizo fácil, estaba realmente interesado en su música, y al notar su desconfianza organizó un encuentro en una cafetería de Microcentro muy conocida, el L'arrière-plan. Soledad finalmente aceptó, y el día de la cita cruzó plaza San Martín y fue subiendo al centro por Lavalle.

Quería pasar por la puerta de su ex purgatorio, y el infierno en el que se incendio mil veces.

Y un nudo se hizo en su estómago al ver a Che! Dona reconvertido en un kiosco, y el Inferno convertido nuevamente en una oficina de atención al cliente de Salvador Seguros.

Sacó el teléfono de su bolsillo, se paró de espaldas a ambos locales, y acomodando el ángulo para encuadrar la mitad exacta de su rostro con los dos negocios de fondo, sacó la foto para la portada de su disco, en caso de que la reunión llegara a buen puerto y decidiera aceptar la propuesta.

La idea de Lucas era buena. Como todas sus canciones eran a un solo instrumento, piano o guitarra, y lo que llamaba la atención era la pasión que ella ponía al cantar en estado de trance mientras los tocaba, la banda estaba excluida del gasto. Él se llevaría una comisión de las reproducciones como productor, y el resto era todo de ella.

Soledad todavía lo estaba analizando, porque una cosa era cantar en la intimidad de su casa en los momentos que su emprendimiento de donas se lo permitía, generalmente en las noches o madrugadas, y otra muy distinta era sincronizar su pequeña tienda de Instagram con una carrera profesional de cantante. Enredada en esos pensamientos abrió su galleta de la fortuna, esa que había aparecido con su café en la mesa. Al desplegar el papelito, el mensaje fue revelador.

El éxito llega a manos de aquellos que sabrán qué hacer con él.

Lo leyó diez veces antes de dar su respuesta final.

—Está bien. Mi primer corte ya está listo, y quiero que el video sea el mismo que hoy está en mi canal de YouTube.

—¿Qué canción es?

Crush. Es una canción muy especial para mí. Fue la primera, y... —Soledad hizo una pausa, no estaba lista para contarle su historia trunca con Hernán.

—No me cuentes si no querés —expresó Lucas, acercándose a ella sobre la mesa—. Un boludo el que te lastimó así.

—Marroc —soltó en un murmuro. No se animaba a pronunciar su nombre con desconocidos.

—¿Marroc? —repitió Lucas, confundido—. ¿Sabés que me gusta ese nombre para tu disco?

—No, de ninguna manera —sentenció entre risas nerviosas—. El nombre ya está: Crónicas de mi Demonio.

—Intenso... Pero me gusta, sí.

—Y esta será la portada.

Soledad le enseñó la foto que habla sacado ante de acudir a la cita.

—Mh... Eso sí no me cierra, quizás los comercios que salen en la foto se molesten, encima hay una oficina de Salvador Seguros, esos tienen medios para hacernos mierda si no les gusta la portada.

Soledad no pudo contener la risa que se le escapó al escuchar a Lucas, y es que estaba segura de que si eso sucedía, el heredero jamás lo permitiría.

—Difuminamos el fondo, un filtro en blanco y negro, y ya está. Al fin y al cabo, era lo que pensaba hacer. Pero la portada es inamovible, tiene que ser esa.

—Donna, en serio, son jodidos esos tipos, eh. Es una de las compañías aseguradoras más importantes del país, si no es la más grande.

¿Se lo decía o no? Si iba a ser su productor, y seguramente su representante, tenía que saberlo.

—Marroc es el heredero de Salvador Seguros, este disco es absolutamente de él y para él. Y si hoy estamos acá sentados es porque le prometí a Hernán, dentro de ese local cuando todavía era Inferno, que iba a darle a conocer mi voz al mundo.

Lucas enmudeció. Comenzaba a entender las referencias líricas al infierno, al demonio, al diablo, el ángel, y a ese amor no concretado.

—Nadie puede saber que Hernán Salvador es Marroc —enfatizó para finalizar, en su turno de acercarse a él sobre la mesa—. Si estás de acuerdo, tenemos un trato.

—Perfecto. Tenemos un trato entonces.

Semanas después de estrechar sus manos en una de las mesas más recónditas del L'arrière-plan, Soledad se encontraba dentro de un estudio de grabación cantando aquella primera canción tan peculiar que había escrito para Hernán.

I have a crush.

Y lo digo así because ni siquiera I can't entender this.
No puedo understand you.

So near, and so far....
Y la luna llena sigue ahí, donde la dejamos.
Sólo que ahora I'm so far of you.

And it hurts, me quema, it drowns me.
Please, if you leave llévate todo esto,
o stay with me and abrázame.

Porque yo ya I can't understand nada.
Solo sé que I need you, I miss you, te amo.

And fuck off, leave me alone.
Me necesito a mí,
I want to be who I was again
y contigo I can't do it.

Please stop, por favor para.
No hagas nothing más,
o come here and haz y di todo lo que tengas para decir.
Don't shut up anything.

I have a crash.
No te asustes, fue mi heart.
Eso sí, It's your fault.

—¿Quién la habrá lastimado así? —preguntó el sonidista encargado de la mezcla a Lucas—. Que buena canción, che.

—Un niñito rico de papá —esbozó con la mirada perdida dentro de la cabina, donde Soledad se estaba limpiando una lágrima disimuladamente.

De repente, salió de la cabina apresurada, pidiendo una hoja y una birome. El sonidista se la extendió, y rápidamente anotó lo que parecía ser un verso.

—¿Pueden ser cinco tracks? —le preguntó a Lucas, entregándole la hoja—. Necesito agregar esto como introducción hablada o recitada. No me va a tomar más de cinco segundos grabarlo.

—Sí, me gusta como intro, porque va de introducción como primer track, ¿no?

—Exacto.

—Mandale, vamos a hacerlo ahora.

Soledad volvió a la cabina, y cuando recibió la orden comenzó a recitar con el corazón en la mano aquello que se le vino a la cabeza al terminar de grabar Crush.

—Mi primer anti error. Mi juez y verdugo. La personificación de mi parte más oscura. El ángel y el demonio alternando mis hombros. Gobernador democrático de mi hemisferio racional, dictador de mi hemisferio emocional.

»Mi primera ilusión curiosa, mi mejor canción. Te soñé en el purgatorio mientras bajaba a tu infierno. Y pasé inviernos cálidos y madrugadas vespertinas. Pasé, soñé, viví... Y morí en el abismo de tus ojos negros. Pasé de todo, pero nunca la pasé sin ti. Y ahora no estás. Y duele.

Se mordió el labio al terminar, porque en su cabeza ya podía sentir cómo quedaría cuando, a continuación, comenzaran los primeros acordes de piano de Crush.

—Vamos con Puerto, ¿sí? —pidió Lucas desde el control—. Que esa la necesitamos para poder grabar el video la semana que viene.

Soledad asintió desde su lugar, y se preparó para grabar la segunda canción.

Distanciados por un par de barrios
La luna hace girar su rodaje de sueño.

Desde las orillas del puerto
Contemplo las aguas errantes,
Pensando, amando, llorando.

Aquí te amo,
Enredada en el viento,
Oculta en el horizonte,
Pienso en ti.
Pienso que la felicidad
No tiene sentido sin tu presencia.

Aquí te amo
Y en vano me oculta el horizonte.
A veces siento
Que amo lo que no tengo
Porque estás distante.
Ya me veo olvidada
Como esas viejas anclas,
Reemplazada por otro amor,
Otro amor más cercano,
Menos distante.

Desde mi puerto
Te estoy amado aún,
Entre estas frías cosas.
Enviándote mis besos
En viejos barcos que corren por el mar
Hacia donde no llegan.

En mi puerto
Los días andan iguales, persiguiéndose.
Aquí se fatiga mi vida
Inútilmente hambrienta,
Pero la noche llega
Y comienza a cantarme,
Y me alegro
Porque sé que mi alma
Está marcada por ti.
Y amanezco mirando el puerto,
Alegrándome de que aquí
Es donde te amo.

Soledad grabó las voces de las dos canciones restantes, sintiendo que el sueño de su primer disco estaba cada vez más cerca, y aguardando por la grabación del segundo videoclip. Mientras tanto, el primero, que ella misma había filmado en su casa tocando el piano desde varios ángulos, vistiendo el vestido de Hernán y con la campera de cuero puesta en un solo brazo para mostrar el detalle de las alas caladas, estaba siendo editado profesionalmente y fusionado con la grabación de estudio.

Dos meses después, Soledad no salía de su asombro al ver el vestido que habían elegido para su segundo video en el puerto de Buenos Aires.

Un auténtico Inferno.

Un mono corto y negro, de escote corazón y tirantes finos, cubierto por un delicado tul negro hasta los tobillos, y pequeñas piedras plateadas incrustadas en él. Para sus pies, unos borcegos de plataforma, tachas, y hebillas.

—¿Inferno? —preguntó a su vestuarista, con total inocencia.

—Es una marca online muy popular entre influencers de moda, los vestidos son su fuerte.

Mejor no pudo ser, decidió aprovechar para seguir insertando referencias a su historia inconclusa, buscando despertar al demonio dormido.

—Me encanta, y en lo posible, quiero seguir usando esta marca en todos mis videos, ¿puede ser?

—No son muy accesibles, pero vamos a tratar de cumplirlo.

Apenas se calzó el mono, cerró los ojos y sintió las grandes manos de Hernán contorneado su cintura, y su alma abandonando voluntariamente su cuerpo. Poco le importó el frío de julio mientras caminaba y cantaba entre los containers del puerto a ese demonio que, a la distancia, la seguía incendiando con las flores de su infierno.

El viernes 13 de agosto de 2021, Puerto se lanzó como single, y el viernes 10 de septiembre del mismo año, Crónicas de mi Demonio vio la luz en todas las plataformas digitales. Y Soledad volvió a estar pendiente de su celular, esperando a que su demonio aparezca enfurecido pidiendo explicaciones por su tardío amor.

Pero como era costumbre, el silencio habló por él.

Lo logró, la maldita hachedepé lo logró... 🤣

Finalmente, Soledad pudo sacar su disco, y pueden ver las canciones en el siguiente capítulo.

Bueno, si ya leyeron Momentos Precisos, seguro detectaron que Crush es uno de ellos, y esa intro recitada es la mezcla de uno publicado y otro que nunca publiqué. 

Este es el comienzo de su carrera, agárrense porque hay más.

Y me olvidaba. Sí, leyeron bien. Una vez más, el L'arrière-plan de Manny aparece como escenario. Pero de nuevo, es solo eso, una mención. Esta historia no está relacionada con Fortuna. Para quienes no la leyeron, es el segundo libro de esta serie, y aborda la misma temática de friendzone, pero en una historia más liviana y fresca porque es Chick-Lit.

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