Cuarenta y seis

—¿Te puedo pedir un favor?

Marianela se volteó sorprendida, estaba en la cocina preparándose un té. Desde que había regresado nunca había vuelto a escuchar al humano, o sea, al esposo cariñoso.

—Sí, decime.

—Antes debo aclarar que nuestro divorcio sigue en pie, esto no va a cambiar absolutamente nada.

Hablaba el demonio, en realidad siempre lo fue, solo había fingido amabilidad para poder lograr su objetivo.

—No te entiendo, Hernán.

Se acercó con pasos firmes y comenzó a besarla mientras sus manos inquietas la recorrían, y Marianela comenzaba a entender el favor. Se dejó llevar con la esperanza de que recapacitara, incluso no dijo nada cuando Hernán se colocó un preservativo, sabía que era eso o nada, y esperaba reconquistarlo de esa manera.

Al terminar, él se levantó de la cama, tomó su ropa, y se internó en el baño sin emitir palabra, dejándola sola en la habitación, como si de una prostituta se tratara.

Desde aquella tarde en que recibió la foto que envió Ramiro, la situación se repitió cada vez que veía a Soledad acompañada de Baltazar. Canalizaba la ira y el deseo contenido con ella en un revolcón con Marianela, que aceptaba ese trato casi despectivo con la esperanza de enamorarlo nuevamente.

En vano, porque Hernán no dejaba de pensar en Soledad ni por un minuto.

La relación clandestina entre ellos tuvo un corte abrupto, porque no volvieron a hablar desde aquella mañana en que se despidieron en Retiro. Hernán concentró toda su energía en hacer realidad la línea de ropa que había diseñado Soledad, y ella estaba demasiado entretenida con la grabación del single de Baltazar, sumergida en el nuevo mundo que estaba conociendo junto a él.

El joven no tardó en saber su historia trunca con Hernán, fue justo después de que Soledad se rindió a sus encantos, en un intento por quitar al demonio de su vida. No tuvo otra opción más que contarle por qué había roto a llorar luego de entregarse a él; aunque lo intentó, no pudo quitarse la etiqueta de exclusividad con Hernán, y terminó aceptando que no podía mantener encuentros casuales si su corazón lo tenía el demonio.

—¿Entonces es cierto que Salvador es Marroc?

—Sí... Salí a desmentirlo para cuidarme a mí, tuve suerte de que él estaba en lo cierto y nadie nos dio pelota porque todo el mundo estaba concentrado en la copa. Pero en el siguiente stream lo desmentí a quienes todavía preguntaban por él, porque su mujer es tóxica y está loca, y no quería que me cancelaran por meterme con un hombre casado.

Baltazar suspiró, sus deducciones eran correctas. Soledad siempre parecía estar en otra parte cada vez que había un acercamiento romántico entre ellos, y si bien a él le gustaba, no estaba lo suficientemente enamorado de ella como para sentirse herido ante su confesión.

Y decidió ayudarla.

—Quizás te parezca raro lo que voy a decir, pero lo mejor que puede pasarte en este momento es que es estés conmigo. Entiendo que estás enamorada de Salvador y que sigue casado. —Soledad asintió—. Entonces, si nos ven juntos públicamente, nadie sospecharía de ustedes.

—No, Balta... Jamás te usaría de esa manera.

—No me estarías usando porque yo te lo estoy proponiendo —recalcó lo último—. Además, me la paso muy bien con vos, y que estemos juntos públicamente ayudaría a que Furtivo explote cuando nos vean en el video que tengo pensado hacer.

—Debería hablar con Hernán para avisarle que lo nuestro es una pantalla...

—Hernán me puede chupar bien la pija —la cortó determinante—. Él no tiene los huevos para dejar a su mujer, ¿y vos tenés que rendirle fidelidad? Que se la coma bien doblada, y vea lo que se perdió por cagón y pelotudo. Podemos pasarla bien juntos, el tiempo que dé.

—Sí, pero... Esto no puede volver a pasar, ¿sí? Puedo mostrarme con vos públicamente, pero... —Soledad no sabía cómo rechazarlo en la cama.

—Entiendo, y está bien. Yo siempre puedo conseguir a alguien discreta con quien dormir, y vos sentate a esperar a que Salvador venga a suplicarte atención. El día que alguien nos pregunte, tenemos una relación abierta y fue.

—Presiento que no le va a gustar nada.

—Sole... —bufó, comenzando a perder la paciencia—. Él está casado —remarcó—, y aunque te dijo que se iba a separar, no tenés ninguna garantía de que realmente lo está haciendo. Mientras tanto, disfrutemos esto, ¿sí? ¿Y si en el medio nos enamoramos? Te prometo que esto no va a volver a pasar, pero dejate llevar.

Baltazar la besó para sellar el acuerdo, y tal como predijo Soledad, Hernán se enfureció al ver las primeras fotos de ellos juntos. Por un momento pensó en pedirle explicaciones por Telegram, pero como era de esperarse, recordó que su divorcio todavía no estaba listo, y por ende no estaba en condiciones de exigir absolutamente nada.

Ese día, Marianela tuvo el sexo más salvaje de toda su relación con Hernán.

Era febrero de 2023 cuando su Telegram se activó con un mensaje de Soledad.

Hola ✓✓

Qué pasó? Te aburriste de cogerte al pelotudo ese? ✓✓

Soledad suspiró, le dolió el tono del mensaje pero lo comprendía. Decidió omitir al demonio enfurecido.

Sigue en pie tu oferta de ser mi asesor de imagen? La semana que viene vamos a rodar el video de Furtivo, y ya le avisé a los productores que yo solo me visito con Inferno. ✓✓

Por un momento pensó en desistir, pero luego recordó que el video era de BeEme, con un mayor alcance que Soledad. Y para qué mentirse, se moría de ganas por verla de nuevo.

Obvio. Soy un hombre de palabra. Que ropa buscás? Tu colección ya está lista para salir al mercado, pero como te vi tan entretenida con el simio ese no quise molestarte. ✓✓

De nuevo, Soledad omitió la ofensa hacia Baltazar, ya tendrían oportunidad de hablar cara a cara y le explicaría sus motivos para «traicionarlo».

Le envío tu contacto a los encargados de vestuario, ellos son los que se encargan de eso. Ya les avisé que vas a venir el día de la filmación a vestirme. Arreglá con ellos. ✓✓

Hernán mando el emoji de pulgar arriba y cerró la conversación. Minutos más tarde, recibió el último mensaje.

Era un video de dos minutos. Era el reflejo en el espejo del tocador frente a la cama de Soledad. Estaba completamente desnuda, con una mano sostenía el celular filmando su reflejo, y con la otra se estaba masturbando. Gemía y se retorcía con una sensualidad increíble, por momentos dejaba de tocarse su zona baja para acariciarse el cuerpo. Cuando volvió a su entrepierna, no tardó mucho en romper en un intenso rugido, y al finalizar, mandó sus dedos a la boca con más sensualidad. Finalmente, leyó el mensaje que acompañaba el video, mientras sentía como su pantalón estaba a punto de explotar.

No te miento, me lo cogí una vez. Pero tenías razón, nadie me coge como vos, cariño. Entonces, como no podemos estar juntos (Rama me contó que la toxi está insoportable), me tengo que hacer el amor a mí misma. ✓✓

No aguantó más, necesitaba verla y volver a recorrer su cuerpo, poco le importó que Marianela estaba a metros de él, y que seguramente le preguntaría a dónde iba.

Necesito verte, Solcito. Si estás en tu casa salgo para allá, no me importa nada, después me arreglo. ✓✓

No, cariño. Nos vemos el lunes en el set de filmación como dos profesionales. Hasta que tu divorcio no esté listo lo mejor es que no nos veamos. Vos sabrás qué hacer con ese video. 😉 ✓✓

Con cuidado de que Marianela no viera su entrepierna hinchada y malinterpretara las cosas, Hernán se internó en el baño asegurando la puerta. Se desnudó, abrió la ducha de agua fría, y luego de mojarse entero cerró el grifo. Repitió el video de Soledad.

Con una mano se filmaba completamente mojado hasta el nacimiento del vello púbico, con la otra le devolvía la gentileza, mientras no despegaba la mirada oscurecida de la cámara, recordando las tardes y noches en que Soledad fue suya. Tampoco se le hizo difícil derramarse con un rugido gutural, que seguramente había traspasado las paredes del baño, pero poco le importó. Después de todo, todavía sentía que Marianela era una ocupa en su departamento. Envió el video y agregó un mensaje.

Era esto lo que querías, hija de puta? La próxima va adentro tuyo. Y no menos importante. No olvides que te amo. Aunque andes de la manito con el otro imbécil. ✓✓

Soledad le clavó el visto y no respondió, Hernán dejó el teléfono y terminó de ducharse, rogando que al salir Marianela no hiciera preguntas. Afortunadamente, había comenzado a alistarse para su turno en la clínica, y no escuchó su pequeño solo dentro de la ducha.

Al día siguiente recibió el llamado de los productores del video, y cooperó para elegir el atuendo adecuado. El rodaje sería la semana siguiente, y debía comenzar a prepararse mentalmente para estar cara a cara con Soledad, y no solo eso. Baltazar también estaría allí, y le tocaba ver la relación de ambos en vivo. Y lo peor: presenciar la filmación de un video que se desarrollaría la mayor parte del tiempo en un albergue transitorio.

Y obviamente, imaginaba la clase de escenas que vería en vivo. 

Acá creo que necesitan un pequeño glosario.

Albergue transitorio: es un hotel que solamente se utiliza para hacer el sin respeto. Se alquilan por turnos de horas, o para pernoctar (la noche entera). La manera informal de llamarlos para diferenciarlos de un hotel común es telo, que justamente, es la palabra hotel al revés.

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