08

La mañana se alzaba dejando ver a dos cuerpos enredados entre sí. El empresario Bang era apresado por los brazos de Lee en un abrazo, al igual que las piernas del peli negro se enredaban en su cintura. Ninguno de los dos se quejaba por ello, es más estaban tan cómodos que ni se habían dado cuenta de la alarma del teléfono del mayor.

Cuando en Bang hizo más presente el sonido que parecía un espejismo en su mente; abrió sus ojos y disparado salió del enredo en el que estaba en su cama. Sonrió, había caído rendido como una tabla después de que minho le insistiera en que debían dormir. Quería hablar con el peli negro pero eso tendría que esperar.

No quería despertar a Minho así que solo se levantó y apago el insistente sonido. Miró hacia la cama y dejó una leve caricia en la mejilla del muchacho. Tomó sus cosas y fue a lavarse ya que ayer cierto chico se lo había impedido.

Una vez estuvo listo bajo a prepararse un desayuno rápido. Ya iba tarde para llegar a su empresa así que no tenía mucho tiempo. Tomó una fruta y con está en su mano se recordó de dejarle una nota a Minho para cuando despertara y finalmente salió de su casa rumbo a su empresa.

(...)

Minho despertó horas después de la ida de Bang. Aún sin despabilarse tanto vio q su alrededor, y recordó la noche anterior, como aún entre sueños había empujado un cuerpo al lado suyo; al despertarse en medio de la madrugada observó el cuerpo de Bang y no dudó en abrazarlo como un oso de peluche. Sonrió ante el recuerdo, luego volvió a sacudir su cabeza, estaba loco.

Decidió salir de la cama y arreglarse un poco. Cuando estuvo decente tomó su celular y reviso un poco las redes, deslizó su dedo para ver la fecha, era miércoles, estaba a solo un día de casarse con Bang y eso hizo que sus nervios se dispararan.

Mordió sus labios, "Tranquillo Minho, lo peor que puede suceder es que tropieces cuando camines por la pasarela". Diablos, ahora no se quitaría esa imagen de él de la cabeza y buscaría todas las formas para evitar que eso sucediera. Bajó las escaleras de la casa de Bang, tenía que ir a su casa para alistar sus maletas. Hoy en la madrugada partirían hacia América y su estómago estaba que daba vueltas, no sabía si era por él hambre o por el viaje o la boda, era mucho que procesar.

Cuando llego a la planta baja se acercó a la cocina, y allí en la encimera vio una taza tapada más unas tostadas y un post-it pegado al lado. Lo tomé y lo leí, no pude evitar sonreír nuevamente.

<<No es mucho pero es que no tenía tiempo de hacer algo más elaborado, aún así espero que te alimentes, en la noche tenemos un largo viaje.
Firma: Señor Bang>>

Minho rió por la firma que había puesto y en su mente se preguntó cuándo dejaría de usar honoríficos con Bang, o mejor dicho cuando dejaría de llamarlo por su apellido. Aunque tal pareciera que a Bang le gustaba ser llamado así. Dobló la pequeña nota y la guardó en el bolsillo de su pantalón, sería un pequeño recuerdo. Se dedicó a comer el desayuno rápidamente y una vez dejó todo limpio se encaminó finalmente hacia su casa.

En el camino se dedicó a observar las nubes y cómo estás formaban figuras mientras se movían o desaparecían. No tardo mucho en llegar a su casa, aunque si llego un poco cansado por el ajetreo del bus. Saludó a su madre con un simple "hola" y subió directo a su habitación, más su madre no planeaba dejarlo tranquilo y ponerle los nervios a flor de piel.

—¿Ya tienes todo listo? -Minho negó, lo único que había preparado de antemano había sido el pasaporte y eso lo había puesto en un bolso de mano que llevaría encima. - ¡Minho! Nos vamos esta noche y tú pareces más que tranquilo, y no tienes nada preparado.

Soltó un suspiro y se encogió de hombros, llenado a su armario sacando la única maleta que él poseía.

—Lo tendré todo listo para entonces mamá.

—¿Que haré contigo? Tal pareciera que quieres evitar la boda.

"Quizás si lo hago." Pensó en su mente más no lo dijo, y era la pura verdad. A Minho no le interesaba si se atrasaban, si se interrumpía el vuelo, si no llegaban. Si esa boda se veía interrumpida por cualquier cuestión entonces estaría salvado, al menos de la boda, porque el contrato seguía allí.

Aunque sinceramente... no quería dañar a Bang.

—Solo prepara todo, revisaré los últimos ajustes luego.

Asintió, y su madre por fin lo dejó solo y empezó a empacar todo lo necesario. También esto era culpa de la bendita procrastinación.

(...)

El cielo se tornaba de un color más oscuro a medida que el día avanzaba. Los nervios de Minho se dispararon por los aires como bólido, la hora en que tomarían un avión estaba más presente casi rozando su piel. Su madre le había hecho bajar las maletas a la sala para que estuvieran allí cuando llegara Bang.

Un sonido de mensaje muy conocido repiqueteo en su bolsillo y vio el mensaje del antes mencionado. Ahí supo que el rubio empresario estaba más cerca. Anduvo un rato entre sus redes sociales de vez en cuando pasándole mensajes a Jisung para informarle de su progreso. Quisiera que Jisung asistiera a su boda, más era imposible para el castaño. Sonrió cuando su amigo le dejó un <<Con que me envíes fotos o videos estaré conforme.>>

Unos pocos minutos después se escuchó la bocina del auto del empresario su madre salió primero a recibirlo y él empezó q sacar las maleta afuera. Cuando Minho salió el chofer que acompañaba a Bang se acercó y tomó las maletas para guardarlas en el maletero. Caminó hacia a donde estaban Bang y su madre, le sonrió a Bang un poco cansado, su madre subió a la parte del piloto por sugerencia del mismo rubio, yo y él nos sentamos en la parte trasera.

Cuando estuvimos adentro la mano de Bang se colocó en mi pierna apretando levemente lo que me hizo mirarlo.

—¿Estás bien? -preguntó el empresario observándome fijamente.

—Si, supongo... un poco nervioso por ser mi primer vuelo.

Bang mostró su sonrisa con aquellos hermosos hoyuelos,y por inercia le devolví mi sonrisa.

—Es entendible, pero estarás bien Minho, todo saldrá bien y si sientes mucho miedo yo estoy aquí.

Asentí y suspiré; el camino fue algo largo y tedioso, había un poco de tráfico pero no demasiado como para atrasarnos. Llegamos en una hora y un poco más al aeropuerto ya que estaba algo lejos de la ciudad, el chofer nos ayudó nuevamente a bajar las maletas, le agradecimos y nos adentramos a la construcción. Habían miles de personas yendo de allá para acá con maletas, mascotas, niños, era un bullicio y una multitud asfixiante.

No me gustaba estar en esos tipos de lugares donde hubiera mucha gente. Bang pareció notarlo ya que entrelazó su brazo con el mío acercándome a él. Le miré agradecido; mi madre iba a la delantera por el aeropuerto como si lo conociera, nos acercamos al primer pase para que revisaran el peso de nuestras maletas y comprobar nuestros pasajes y pasaporte. Continuamos nuestro camino y avanzamos a la segunda división que era donde registraban el equipaje en los rayos x además de detector de metales e identificación. Pasamos sin problema de ningún tipo y avanzamos hasta las salidas de los aviones.

No faltaba mucho para que nuestro avión anunciara su despegue, en verdad ya habían personas montando este sin querer atrasarse, nosotros también repetimos la acción pero más calmadamente. Bang estaba a mi lado sujetándome, entregamos los boletos y entramos en el túnel que nos daba acceso a la puerta del avión. Observé todo, era impresionante como podía cambiar la imagen de algo viéndolo en persona y de cerca. Caminamos por el extenso pasillo hasta la zona mejor atendida, digamos vip, Chris y yo teníamos los asientos uno al lado del otro y mi madre al frente.

Aún seguía tenso incluso si ya estaba sentado en el lugar. Después de todo era un avión y estar en un avión significaba ascender por los cielos y alejarse de la tierra; además de que no sabias el peligro que podría ocurrir mientras volabas y en un viaje de horas tan largas, estaba seguro de que no pegaría un ojo. Suspiré algo entrecortado, moví mis manos y cuello para intentar liberar la tensión. Chris tocó mi hombro y mi mirada viajó hacia él para obtener toda mi atención; el me extendía una caja de caramelos de menta y yo la tomé con curiosidad.

—Los caramelos de menta ayudan a relajar en momentos de tensión, puedes usarlos ahora cuando vayan a despegar para que no estés tan nervioso.

Chris era una persona demasiado atenta, estos eran los detalles que me encantaban de él. Le agradecí y cuando la voz de la aeromozo resonó por los parlantes de los mini televisores supe que era hora; coloqué bien mi cinturón de seguridad, tuve un poco de dificultad para ponerlo pero lo resolví por mi cuenta. Inhale y exhale aire, y note la caja de caramelos de menta en mis manos, no dudé en tomar uno siguiendo las palabras de Chris.

Se sintió el ligero temblor del avión avanzando por la pista,tomando velocidad para finalmente despegar. Cerré mis ojos fuertemente, hasta que sentí como mi mano era tomada por una ajena. Bang me brindaba todo su apoyo y protección a través de ese simple gesto. Seguí nuevamente con mis ojos cerrados y saboreando la menta de hace un rato, cosa que en verdad ayudó a relajarme. Y, cuando finalmente estuve por los aires pude respirar un poco mejor.

El viaje fue bastante cómodo, sin ningún contratiempo o problema en el camino. La vista desde el cielo era increíble, por lo que no dude en tomar algunas fotos. 24 horas de vuelo habían hecho estragos en mi; estaba como un zombie caminando por el aeropuerto al que habíamos arribado. Bang me sostenía mientras llegábamos al taxi que nos esperaba, mientras íbamos de camino a nuestro hotel mis ojos no evitaron cerrarse.

Tuvo un sueño extraño ese día, más bien relacionado con la boda. Ya decían por ahí que siempre tienes pesadillas de novia el día antes de tu boda.

Estaba caminando hacia el altar con un ramo de flores en sus manos cual novia, pero sin vestido, su madre estaba a su lado llevándolo del brazo. Mirando hacia el frente Bang lo esperaba con su traje negro sonriéndole a él. Todo iba bien en su sueño era la boda perfecta pero entonces la pregunta "¿Alguien se opone?" cambio el destino de la boda.

Han Jisung, su amigo, se alzó entre los presentes en un tono decidido diciendo "¡Yo me opongo!". Exclamaciones de sorpresa llegaron a sus pedidos incluso el mismo estaba sorprendido. ¿Que hacia Han aquí en su boda? Jisung le brindó escaparse con él, le dijo que sus sentimientos eran correspondidos. Estaría feliz pero ese sueño era algo oscuro, su deseo más profundo salía a flote, el amor no correspondido mostrándose ante él.

Más él aura brillante de Chris le impidió cegarse ante la tentación. Su corazón latía rápidamente pero no por Han Jisung, era por Bang. Las palabras fueron dictadas y el destino también, Lee Minho amaba a Christopher Bang y era con él con quien se casaría. Hasta los sueños podían mostrar a las personas el verdadero sentimiento y las malas desiciones.

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