Una canción.
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Cuando la guitarra deja de sonar, sus orbes cafés miran a la chica con inseguridad.
—¿Y bien?
—Es muy buena, ¿en serio es para mí?
—Sí.
—Me gusta, ¿entonces cuando la cantamos?
—El sábado, bueno, solo si logramos conseguir que Craig nos ayude —murmura.
—Pues tendrá que hacerlo, a menos que quiera probar mi puño en su cara —vocifera levantando las manos.
El castaño ríe y niega.
—Recuerda que la violencia nunca es la solución —dice.
Más ella hace un mohín disgustada.
—Lo sé, pero la paz nunca fue una opción —asegura con falsa seriedad.
Una que hace que la sonrisa del castaño sea amplia y sincera, pone una mano sobre la cabeza de la chica y da suaves caricias en su cabello.
La verdad Marjorine no está nada bien aún, apenas había retomado sus terapias, de hecho iban llegando de una, la invito a cenar en su casa, por eso estaban en la habitación del muchacho, bromeando y pasando el rato.
Era bien sabido por los que se terminaron enterando de su secreto, que la actitud de Stotch con Mark era mucho menos hostil que con los demás, de hecho, cuando el castaño aclaro que no participaría en ninguna clase de venganza, pensaron que ella lo mandaría a la mierda, más increíblemente acepto con facilidad, por eso es que sus primeros días, en que ella se comportó horrible, él prefirió estar lejos de ese ambiente.
No fue hasta que ella dejó todas sus malas intenciones que Cotswolds, por fin se acercó, incluso todos pensaban que parecía su sombra, pues no la dejaba ni un momento sola.
Él estaba demostrando ser un amigo incondicional y no solo eso, sino que rápidamente su gusto por ella quedó muy claro, la trataba con suavidad y cariño, al hablarle siempre usaba un tono amoroso y gentil.
Incluso Nelly cambio su repudio contra el chico por admiración, pues todo lo que siempre pensó de él se estaba demostrando con sus recientes actos.
Aún eran jóvenes inmaduros, pero hasta ellos se daban cuenta que la clase de amor que Mark demostraba iba muy en serio, se sintieron aliviados ante eso, pues tal vez era lo que la chica necesitaba.
Un toque en la puerta distrae a los jóvenes, la madre del castaño se asoma por la puerta con una sonrisa.
—Cariño, tu hermana aún no llega, así que, ¿podrías acompañarme a comprar algunas cosas que me faltan para la cena? Tu papá está ocupado terminando de armar uno de sus carros de colección, ya sabes que cuando hace eso no hay nada que lo distraiga —comenta.
El muchacho asiente y se levanta.
—¿Puede ir Mar con nosotros? —pregunta.
—Por supuesto que sí, solo pónganse sus abrigos, afuera hace mucho frío —opina.
Ambos jóvenes hacen caso, en cosa de nada están en el auto con rumbo al centro comercial, al llegar la mayor les da una lista de cosas que necesita que busquen, por eso es que se separan de ella y comienzan a buscar lo que les pidió.
Van de pasillo en pasillo, encontrando cada una de las cosas de su lista, al llegar a la sección de lácteos la rubia se detiene abruptamente, Mark entretenido buscando la leche que quiere no se da cuenta, no es hasta que da con lo que busca y gira para ponerlo en el carrito que ve frente a él a Stan y su madre, la cual no se nota nada felíz.
Sin entender muy bien el ambiente, el muchacho toma por el brazo a la chica para poder marcharse de ahí, aunque cuando lo hace la mayor suelta unas palabras que lo hacen quedarse quieto.
—Es mejor que te alejes de esa niña, solo te va a traer problemas —declara.
—¿Disculpe?
—Lo que oíste, ella tiene una mala reputación, además es una mala influencia, deberías de tener cuidado —repite.
Cotswolds siempre ha sido un chico que respeta a sus mayores, de hecho, es considerado encantador, esto es dicho por las señoras mayores a las que ayuda a cruzar la calle o a cargar sus bolsas de mandado, siempre bien portado y amable.
Más esa educación y amabilidad parecen esfumarse al escuchar esas palabras, que si bien no son horribles, sí que fueron dichas de forma despectiva, algo sé enciende en él, aunque antes de decir cualquier cosa siente el fuerte agarre de la chica en su mano.
Ante eso gira a verla, ella niega, no quiere que diga nada, frunce el ceño frustrado, más obedece, si es lo que ella desea lo respetara, más la señora Marsh no parece estar conforme, pues vuelve a hablar.
—Mira ya como te tiene, te lo digo de buena manera, aléjate antes de que te arruiné la vida a ti también.
Y eso es lo último que puede soportar el castaño, está a nada de abrir su boca más su madre le gana la palabra.
—Señora Marsh, buenas noches, le agradecería que dejará de insultar a la jovencita, no se ve bien que una señora de su edad esté haciendo esta clase de cosas y lo que es peor, haciéndolo en un sitio tan público como este —pronuncia sería.
La contraria rueda los ojos.
—Yo solo trato de hacerle un favor a su hijo, si usted es una mala madre que no le importa con quién ande, pues está bien, después la veré llorando cuando esa mocosa le arruiné a su preciado retoño —dice con sarcasmo.
—Pues gracias por los consejos que nadie le pidió, yo confío en mi hijo y su criterio para escoger a sus amigos, además se ve que no conoce a la chica, ella es muy servicial y amable, si se diera el tiempo de conocerla, así como tiene el tiempo de abrir la boca y hablar sin saber, sabría que lo que hace es incorrecto y detestable —declara.
El rostro de la castaña se llena de rabia, de un tirón se lleva a su hijo que ni parecía estar ahí, pues en todo ese rato no dijo nada, cuando se ha ido la señora Cotswolds voltea a ver a los jóvenes.
—¿Están bien? —pregunta.
—Si mamá, gracias, ¿Mar y tú?
—Estoy bien, gracias señora Cotswolds, también a ti Mark, no quería causarles problemas —susurra.
Más la mayor niega y sonríe.
—Y no lo hiciste, comprendo que la señora Marsh quiera cuidar a su hijo, pero creo que solo habla sin fundamentos, Mark me ha contado mucho de ti, sé que querías a ese muchacho, no veo como eso pueda ser malo.
—Tal vez por todo lo que implica relacionarse conmigo —murmura cabizbaja.
Más la mujer vuelve a negar y pone una mano en su cabeza.
—Dudo que sea eso, creo que más bien es otra cosa, pero ya no te preocupes por eso, tu eres una buena persona, si ella no lo ve es su problema, ahora vayamos a pagar, deben de tener hambre y la cena no se va a hacer sola —bromea.
La rubia no hace más que sonreír agradecida, se siente feliz de contar con una persona tan buena con Mark, además de que sus padres son muy lindos con ella, lo que la hace sentir mucho mejor.
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Lo malo de tomar tanto siempre era la resaca del día siguiente, esa que te hace prometer no volver a beber ni una gota de alcohol nunca jamás, además, si a eso se le agregaba la jodida hierba de su padre, bueno, pues ganas de volver a repetir otra de esas idioteces no quedaban.
Ahora sí que sentía la cabeza a punto de reventar, todo gracias a esa magnífica idea que se le ocurrió, tanto era su malestar que prefirió faltar a la escuela, pues de verdad aquello lo jodió pero sí bien bonito.
El sábado ya se encontraba mejor, con muchos mensajes de Wendy, una que otra visita que intentó hacerle, pero no logró porque se encerró en su habitación, muchos regaños de su madre sobre porque no la defendió de no sé qué cosa… vale estaba de la mierda, pero estaba, eso ya era ganancia, ¿no?
El caso es que ya era sábado, no tenía ningún plan para todo el día, más que retorcerse en su miseria, aunque ya estaba algo fastidiado de eso, así que le pregunto a Kyle si quería hacer algo, salir a caminar para que lo regañara, ir a comer, hacer tarea, lo que fuera con tal de alejar por un momento la odiosa sensación de que su vida era un asco.
Para su fortuna el pelirrojo aceptó, aunque le comento que llevaría a Kenny con ellos, ya que últimamente lo había visto faltó de energía, no le vio problema, así que quedaron de acuerdo en verse a las cuatro.
A la hora acordada llegó al centro comercial, rápidamente se encontró con sus amigos, recorrieron el lugar buscando en qué entretenerse, para su suerte encontraron un lugar que recién habían abierto donde había un sin fin de juegos, decidieron entrar y matar el tiempo ahí.
La idea resultó genial, pues por largo rato se divirtieron compitiendo entre ellos, luego de juntar una cantidad considerable de boletos decidieron canjearlos, los premios eran poco atractivos, pero no importaba, al final terminaron saliendo con un llavero para cada uno.
Aquello pareció sacarles el hambre, pues sentían que sus estómagos rugían, así que se pusieron a proponer ideas para ver qué podrían comer.
Stan dejo en claro que no tenía problema en comer lo que fuera, en tanto que Kyle insistía en comer algo saludable, mientras que Kenny rogaba por comer algo delicioso.
Al no llegar a un acuerdo, como quien no quiere la cosa Broflovski sugirió ir a pasitas, eso sí que encendió todas las alarmas en la cabeza de Marsh, quien negó y comenzó a sugerir cualquier lugar que se le ocurriera.
Ante la extraña actitud del pelinegro, McCormick arqueo las cejas confuso, el de ojos verdes lo ve con fastidio.
—Stanley, ¿me puedes permitir un segundo?
El nombrado iba a decir que no, más al ver la mirada hastiada de su amigo se tragó la frustración y se alejaron un poco del rubio.
—Kyle ahí va a estar Marjorine, yo no la quiero ver, vamos al lugar que quieran menos a ese —suplica.
El judío resopla.
—Stan, si prestarás atención a lo que pasa a tu alrededor sabrías que desde que pasó lo de Mar, Mark tuvo problemas con Tweek y Philip, por consiguiente su banda se deshizo, hace tiempo que no tocan y a lo que me contó Rebecca duda que alguna vez lo vuelvan a hacer, fue una pelea muy fea, según sé —cuenta.
—Oh… —solo atina a decir, sacude su cabeza y aleja todas las dudas que se comienzan a formar—, supongo que entonces no hay ningún problema —dice.
—Bien.
Entonces regresan con Kenny quien mira aburrido su celular, le comentan que si irían a pasitas, este se encoge de hombros despreocupado, se marchan en el auto del padre de Stan.
Al llegar ingresan sin mucho problema, ordenan y esperan a que les traigan su comida, cuando está llega comienzan con su festín, en medio de esto empiezan los indicios de que algo malo pasará, lo intuyen cuando ven pasar a Heidi junto a Cartman, ante eso Kyle abre la boca con impresión, Marsh casi se ahoga con su comida, en tanto que McCormick rueda los ojos y hace como que no lo ve.
A esto se le suma un Kevin que si bien los ve parece evitarlos y guía a Red al mismo lugar en que están ahora sentados ambos castaños, para hacer todo peor el pelinegro ve a Wendy entrar junto a Bebé, se tapa con sus manos en un vano intento de esconderse, como es obvio no sirve, la muchacha lo ve y jala a la rubia para ir a dónde ellos están.
—Stan, ¡qué coincidencia! Ven Bárbara, vamos a sentarnos aquí —dice tomando asiento.
La otra solo hace caso, ni siquiera los saluda, parece más entretenida en buscar algo con la mirada, la señal de que se marchen de ahí llega cuando también llega Clyde con Tolkien, ok, aquello ya parece una pesadilla, Heidi con Cartman conviviendo como si nada, Wendy pegada a él como garrapata, Donovan sentándose en una mesa cercana.
De repente retorcerse en su miseria no sonaba tan malo, empieza a meditar como es que todo parece salirle completamente mal y entonces lo ve, su sonrisa de niño bueno, con su ridícula chamarra, espera, el no usa chamarras, sus cejas se fruncen y su vista se enfoca en Mark, quien se ve algo diferente.
Antes de procesar todo el montón de cosas que pasa, el muchacho habla y se gana la atención de todos.
—Buenas tardes, sí, nosotros regresamos aunque solo de forma temporal, honestamente soy un terrible líder y fundador, si estoy aquí es porque quiero que escuchen algo que escribir para una persona especial —murmura y agita la cabeza —, para eso he conseguido la ayuda de dos personas más, ellos son Christophe D’ Lorne y Craig Tucker —cuenta mientras salen los dos nombrados, la cara del de cabello negro deja ver que no está nada alegre de estar ahí, en tanto que la del castaño es de rotunda indiferencia—, además me sigue acompañando Scott Malkinson, amigo, gracias por no dejarme solo en esto —agradece y mira a la gente —, bueno dejaré toda esta palabrería, espero que disfruten y de nuevo gracias al dueño por permitirnos hacer esto.
Luego de eso comienzan a tocar, Stanley se relaja al no ver a la rubia por ningún lado, por lo que olvidando todo lo bizarro que hay a su al rededor se dispone a escuchar lo que sea que haya escrito Cotswolds —porque le podía desagradar, pero sus canciones eran muy buenas—.
Úsame cuando tu estado de ánimo
No esté muy bien
Llévame por todos lados
Y cuando estés mejor, olvídame
♪
Dile a todas tus amigas
Escríbeles ja ja ja
Ahora que estás muy arriba
Y no sabes si pronto vas a bajar
♪
Tuve un mal presentimiento ayer
Las nubes bajaron a ver
Cómo mis manos temblaron
Y mis piernas no pudieron correr
♪
Solo te quiero para que me digas
Lo que ya sé de mí
♪
Llevarte hasta la cima del Universo
Y dejarte ahí
♪
Solo te quiero para que
Me quites el sueño
Y me prestes un par de secretos
Hasta que dejen de serlo, y sean la verdad
♪
Perder el tiempo
Y no encontrarlo ni un momento
Porque el planeta va muy lento
Y a veces, siento que me quiero bajar
♪
♪
♪
Es una buena letra, con música suave, en cierta forma escuchar eso le hace pensar en la rubia, en como quisiera no haber borrado nunca esa sonrisa, en medio de ese pensamiento ella parece materializarse, pero esta vez no hay ropa extravagante ni maquillaje para ocultarse, ahora es ella misma frente a todos, cantando junto a Mark.
♪
♪
♪
Estoy tratando de ocultarlo
Que no puedo controlarlo
Me controla a mí y no me deja ver
Lo simple que puede ser
♪
Su voz es suave, se podría decir que hasta tímida, su mirada no está fija en el público, ella solo mira al castaño.
Todo el tiempo estoy pensando
En el peor de los casos
Y a veces, no me puedo contener
Dime qué debo hacer
♪
Y él también la mira solo a ella y más que cantar, parece que le está susurrando una promesa
♪
Solo te quiero para que me digas
Lo que ya sé de mí
♪
Empieza un instrumental mucho más estridente, por primera vez en semanas ve algo que hace mucho no veía en la muchacha, una sonrisa, que no es parecida a las que le daba, tampoco a la que estuvo usando cuando recién regreso, sino que más bien es otro tipo de sonrisa, una que parece contener agradecimiento y entendimiento, abraza a Cotswolds con cariño. Eso hace que el estómago de Stan se contraiga en una desagradable sensación.
♪
♪
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♪
♪
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Ella lo suelta, ahora sí canta y ve a todos, se mueve, aquello ahora sí es más un espectáculo.
♪
Estoy tratando de ocultarlo
Que no puedo controlarlo
Me controla a mí y no me deja ver
Lo simple que puede ser
♪
Todo el tiempo estoy pensando
En el peor de los casos
Y a veces no me puedo contener
Dime qué debo hacer
♪
¿Cuántos minutos de cada año
tengo que disimularlo?
Me siento en otro planeta
Y no sé si voy a volver
Cuando terminan la mayoría de personas aplauden, aquello ha gustado mucho, o bueno a casi todos, la canción es buena, Stanley no lo va a negar, pero la intención de esta es para Marjorine, la persona especial a la que se la escribió, no puede evitar sentirse entre celoso y disgustado.
El pensamiento de que al castaño le gusta la rubia le pega con más fuerza, tan centrado está en sus pensamientos que ni siquiera se dió cuenta que Wendy lo soltó y que toda su atención pasó de él, al muchacho que está en el escenario.
Ahora Stotch es quien habla.
—Umm gracias, Mark escribe cosas hermosas, es muy talentoso —se remueve incómoda —, veo varias caras conocidas, muchos de ellos estudiantes, ahora que estoy frente a ustedes les quiero pedir una disculpa por el espectáculo tan feo de la otra vez —murmura y esboza una mueca triste —. Aun sigo sin saber cómo sacar mi enojo, entonces mi querido amigo me ha sugerido una idea, cantar para intentar pasar página, esto fue escrito con ese fin, es la primera canción que escribo, bueno, de hecho Nelly y Heidi me ayudaron, ellas creen que tal vez esto pueda servirle a alguna persona que esté pasando por una situación similar a la mía —susurra.
Termina de hablar y hace una señal para que comiencen a tocar.
Te veo otra vez, tirada en la cama
Otro fin de semana llorando por él
Más de las diez, no responde llamadas
Creías que era él, pero eso no pintaba bien
♪
Siempre cuidabas la línea, ya no te reconocías.
No veías a tus amigas, "quédate a mi lado", él te decía.
Regalabas tu energía, ya no te correspondía
Dos, tres veces te la hizo, es hora de dejarlo ir.
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir
Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves andando sola y sin dormir
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir
Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves con ese top y esos jeans
♪
Nadie que lo valga
Esa manera de querer tiene un precio muy alto
Te cuesta olvidarlo
Pero sabes bien que mañana en la noche
No vas a ser tú, no vas a ser tú
La que duerma con él
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir
Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves andando sola y sin dormir
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves juntando amores en Madrid
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir
Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves andando sola y sin dormir
♪
Fuck him, girl, no te viene bien sufrir
Si sabes, no era para ti, girl
Tan bien que te ves bailando esa canción de Prince.
♪
Fuck him, girl
Fuck him, girl
Fuck him, girl
La canción termina y todos vuelven a aplaudir, aquello hace que la muchacha, se incline levemente a modo de agradecimiento.
—Gracias, disfruten su noche —se despide.
Los chicos se bajan y se acercan al que aparece ser el dueño, la gente pronto vuelve a enfocar su atención a lo que estaban haciendo antes de que ellos comenzarán a tocar, algunas chicas que están por ahí comienzan a murmurar, mientras señalan a Clyde y fruncen el ceño, aquello parece afectar al chico quien termina saliendo de ahí con rapidez.
Marsh solo se queda callado, meditando, Wendy que no sabe que siente opta por levantarse e irse, ni siquiera le importa dejar a Bebe sola, Kyle no sabe muy bien que decir, así que tratar de hablar de cualquier cosa para mejorar el ambiente, antes de que lo haga Kenny se levanta y sonríe.
—Debo de ir al baño, vuelvo en un momento —externa y se marcha.
—Bien, umm, Stan, ¿qué tal vas con la tarea de ética? —cuestiona.
El pelirrojo se siente culpable por haber llevado a su mejor amigo ahí.
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Hace un frío de la mierda, pero eso no le importa, necesita sacar la frustración que carcome su interior, cuando escucha la puerta abrirse desea que la persona a la que espera esté sola, para su fortuna parece ser así, pues pronto ve su menuda figura recargarse en la pared, deja pasar unos cuantos segundos, cuando no ve salir a nadie más sale de dónde estaba.
—Marjorine —susurra.
Ella salta en su lugar, lo mira con ojos de pánico.
—... Yo no quiero hablar contigo, creí que Craig te lo había dicho —externa desviando la mirada.
Eso solo hace que su horrible frustración aumente, lo que hace que se acerque a grandes pasos y la tomé por los hombros.
—Me lo dijo, he tratado de ser paciente, en serio que sí, pero esto de hoy es lo último que puedo aguantar —señala molesto.
—Kenny, yo no te pedí paciencia, quiero que te alejes de mí, no me hables, entiende que soy una horrible persona que solo te uso, no me debes de tener consideración, así que deja de estar tras de mí —ordena.
Pero el chico niega y la mira directamente a los ojos.
—Tengo oídos, escuche muy bien lo que me dijo Craig, pero no me importa, te sigo queriendo, no voy a renunciar esta vez, mucho menos me voy a dar por vencido solo por esas palabras —asegura.
La rubia resopla, pone sus manos en el pecho del muchacho para alejarse.
—Kenny, somos hermanos, no de sangre, pero hay un vínculo entre nuestros padres, nosotros no podemos estar juntos, además tú tienes novia —pronuncia fuertemente.
—Eso no supone un problema, la puedo dejar, además si a nuestros padres no les parece que nos importa, no necesitamos su aprobación —opina.
—... Kenny, ellos se pueden separar por eso, ¿no te importa? —cuestiona en un susurro.
—No —dice honesto y toca con suavidad su mejilla —. Butterstoch, yo siempre soñé con esto, fuiste mi primer amor honesto, me ayudabas a alejar la mierda, tú mejorabas todo para mí, te quiero, ahora que sé que tú me quieres, no puedo simplemente dejarte ir —suspira y junta sus frentes —. Soy un egoísta, pero no me importa mi papá, mucho menos tu madre, solo me importas tú y Karen claro está —añade y sonríe—, que el mundo gire y se lo lleve la mierda, yo quiero estar contigo para siempre —declara y la besa.
Al principio ella trata de resistir más no puede, no luego de todo lo que dijo, McCormick la pone primero que a nadie, la quiere, haría todo por ella y no es un te quiero temporal, es algo duradero, sus palabras, esa forma de mirarla, la suavidad con que la toca y la dulzura con que la besa derriten todo su ser, por eso corresponde, pasa sus manos por su cuello y se aferra a él.
Incluso el frío se ha ido, ahora nada importa, solo son ella y él, juntos, como en los viejos tiempos, por fin, demostrando cuánto se quieren.
Sus manos en su cintura, pequeñas caricias circulares, se separan de tanto en tanto buscando recuperar el aliento, ambos sienten el cuerpo arder, desean tocarse, llegar a más, desafortunadamente para el chico un grito los interrumpe y los hace alejarse.
—¿¡Kenny, pero qué mierda haces!? —pregunta Kyle escandalizado.
Los ojos amatistas se ruedan con fastidio, en su mente una sarta de maldiciones contra su amigo se forman, mismas que mueren al sentir como la chica lo empuja y se abraza a sí misma desesperada.
—¡Aléjate de mí! No me vuelvas a buscar, no me hables, no te me acerques, haz de cuenta que estoy muerta —pide entre lágrimas.
—Pero butterst…
—¡No! Tampoco me digas así, ¿no lo ves Kenny? La niña que conociste solo fue una fachada, la idealizaste, te enamoraste de ella, pero esa niña no existe, nunca existió, esa solo fue mi forma de protegerme…
—Eso es una mentira, solo te estás intentando engañar.
—¡No me importa lo que creas! No voy a arruinar la vida de nadie más, aléjate por favor—murmura.
El rubio va a decir algo, pero es detenido ahora por la intrusión de alguien más.
—Mar, ¿está todo bien? —cuestiona Costwolds mientras mira a todos los que están ahí.
Stotch se lanza a su brazos y niega, llora desconsolada mientras araña sus brazos, ante esto el castaño toma sus manos y la abraza.
—Por favor, váyanse, nosotros la llevamos a su casa, no se preocupen, solo hagan caso a sus peticiones, las situaciones de estrés son malas para ella —declara.
—¡Tú no me vas a mandar a mí! —exclama McCormick.
—Pero yo si —interviene Craig,
Al ser un poco más alto y fuerte es capaz de llevárselo a rastras del lugar, siendo seguido claro está por Broflovski, quien está en un estado de conmoción grande, pues no sabe que demonios le pasa a Marjorine, además de que no sabe qué mierda estaban pensando esos dos al besarse.
Cuando están lo suficientemente lejos, Tucker suelta al rubio, quien rápidamente lo increpa.
—¡No tenías derecho a hacer eso, Craig! —se queja.
—No me jodas McCormick, yo te voy a decir a lo que tú no tienes derecho, para empezar no puedes ignorar las peticiones de alguien que claramente no te quiere ver, ¿ves lo que lograste? Todo por tus cabrones celos que ni deberías tener, tienes novia, mejor ocúpate de ella y deja a Marjorine en paz —ordena.
—Voy a dejar a Henrrieta —asegura luego carraspea—, no tengo por qué pedirles permiso para acercarme a Mar —opina.
—Por si no la escuchaste, ella no quiere tenerte cerca —el contrario va a abrir la boca, más es silenciador por un gesto molesto en el rostro del de ojos verdes—. Te puede querer Kenny, incluso tal vez amarte, fuiste alguien muy importante, pero las cosas cambiaron, ella quiere a su madre, no quiere intervenir en su felicidad, por eso se fue, porque sabe que lo que hizo estuvo mal, incluso se arrepintió de decirte lo que tú ya sabes, está segura de que eso es lo que te hace aferrarte, por eso te digo esto, si la quieres déjala y sigue con tu vida, porque si tú rompes tu familia por ella nunca se lo va a perdonar —pronuncia serio.
Dicho esto se da la vuelta y se marcha, los puños de Kenny se aprietan, frustrado golpea la pared, antes de que pueda repetir la acción Kyle lo detiene y lo mira cauteloso.
—Amigo, no entiendo que mierda está pasando, si quieres hablar aquí estoy, tal vez eso pueda ayudar aunque sea un poco —murmura.
El chico mueve la cabeza.
—Kyle, ya no sé que hacer, me estoy volviendo loco, no puedo sacarme esta horrible sensación de angustia y frustración, si solo hubiera hecho algo, nada de esto habría pasado —masculla con odio.
—¿Pues qué fue lo que pasó Kenny? —pregunta.
Entonces el rubio dejar salir todo, haciendo que los ojos de su amigo se abran de par en par, al final ambos terminan sentados en la banqueta, hundidos en la culpa de no haber hecho nada.
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