¿Un espectador más?


Todo en su vida siempre había sido elegido por sus padres, su educación, su forma de vestir, la forma en que debía ser, así fue por al menos nueve años, hasta que conoció a un grupo de cuatro niños extraños que lo hicieron desear más.

Su primera incursión salió mal, sus compañeros lo molestaban y le hacían bromas pesadas, aun así no dejo que eso lo amedrentara, siguió con su idea de dejar su "cómoda vida", soporto y soporto hasta que al final los niños se cansaron y lo dejaron en paz.

Entonces todo fue a mejor, pues la burbuja en que vivía fue rota, su hermana empezó a asistir a la escuela, sus padres comprendieron que no era sano tratar de sobreproteger a sus hijos.

Desde ese momento Mark comenzó a hacer las cosas que le gustaban, entro a clases de música que daban en el centro comunitario, se unió a grupos de estudio, jugaba en el parque, incluso en los días lluviosos podía salir a brincar en los charcos, lo único malo es que aún con esa libertad no podía encontrar amigos para compartir momentos divertidos.

En momentos, eso lo ponía triste, más al recordar su vida anterior y ver la que ahora tenía le hacía apreciar todo, los amigos llegarán luego, siempre pensaba.

Más nunca lo hicieron y a él realmente nunca le importo, pues aprendió a estar solo y ser feliz decidiendo por sí mismo.

Aún con eso hubo algo que sí que le impusieron sus padres, bueno, no era tanto una imposición, sino más bien una petición.

A Rebecca le nació repentinamente la idea de que quería ser una bailarina de música clásica, eso alegraba en sobre manera a su madre, quien era muy fanática, más no a su padre, el cual, solo de pensar que algún niño tocaría a su hija para bailar le ponía los pelos de punta.

Así fue como Mark fue inscrito a clases de ballet junto a su hermana, al principio, el niño sentía vergüenza, ya que era el único chico entre todo el montón de niñas, aunque poco a poco ese sentimiento fue disminuyendo, al igual que las chicas.

Resulta que, aquello no era nada fácil, por lo que la gran mayoría renunció, finalmente solo quedaron su hermana, una niña llamada Heidi, otra llamada Nelly y él.

Eso no supuso un gran cambio para su vida, por lo menos hasta poco antes de salir de primaria, pues comenzó a hablar más con Nelly.

Ella era una chica llena de energía y fortaleza, agradable, bonita, ¡le caía muy bien!

Luego de una de sus clases un cuaderno se le olvidó a la castaña, por lo que pensó en devolverlo al otro día temprano, por si lo ocupaba, esperando fuera de su salón es que conoció a la chica más bonita e inteligente del mundo.

Wendy Testaburger.

Ya la había visto, más nunca había cruzado palabras con ella, así que, al explicarle por qué estaba ahí, le sonrió, le dijo que era muy amable, pensó que esa sería toda su interacción, más la niña comenzó a preguntarle cosas.

Su materia favorita, su edad, color favorito, comida... rápidamente se acoplaron y charlaron sobre un libro de Jane Austen, la de cabello negro parecía impresionada al escucharlo, la magia se rompió cuando Nelly llegó y los interrumpió.

Le entregó a la de coletas lo que había ido a dejar, por consiguiente se despidió de Wendy ante la atenta mirada castaña y se marchó.

Creyó que eso quedaría solamente como un buen recuerdo, más se equivocó, ella comenzó a buscarlo, a pasar tiempo con él fuera de la escuela, al hablar más se dieron cuenta de los gustos tan similares que tenían, así que un día Testaburger lo invito a su casa para ver un vídeo sobre un musical de Broadway, luego fue uno sobre una ópera, luego los de ballet...

La joven estaba encantada, Mark veía todo con atención, podía conversar con él, ya que entendía y apreciaba todo lo que le mostraba, fue así como comenzó su relación.

Costwold, al ser algo torpe socialmente por no haber interactuado con muchas personas, creía todo lo que Wendy le decía sobre su relación con Stan.

Lo dejaré pronto.

Solo estoy con él por lástima, si lo dejo se alcoholiza y se lastima.

Necesito darle tiempo para que entienda que ya no lo quiero.

Su perro murió, no lo puedo dejar.

Su abuelo está enfermo, no puedo hacerlo aún.

Yo solo te quiero a ti, ¿sé paciente si?

Le creyó, en verdad lo hizo, por eso cuando la venda se le cayó de los ojos y la realidad de lo que ella le hizo y lo que él le estaba haciendo a Marsh le golpeó la cara se avergonzó demasiado.

Enfrentó a la chica, cuando lo hizo pudo ver cómo su musa, a la cual amaba con todo su corazón, se convirtió en una horrible bruja manipuladora que lo culpo por todo.

Una parte de sí quiso darle la razón y no hacer tanto problema, más otra parte de él, la más grande, sabía que lo correcto era acabar con la farsa de Wendy, por supuesto hizo lo último.

El resultado fue catastrófico, aún con eso se sentía libre, lo único malo es que la gente que antes lo ignoraba, ahora lo veían y lo juzgaban.

Trato de no darle importancia a eso, pensó en sumergirse en la música y pasar así su pena, más pronto se dio cuenta de que eso no era posible, ya que la inspiración se marchó junto con el amor de su vida.

Fue en ese momento que comenzó a desesperarse, pues ya no tenía ni siquiera la danza, su profesora se marchó y la alcaldesa no había querido contratar a otra para el centro comunitario, alegando que nadie en el pueblo hacía uso de esas clases.

El caso es que Mark se quedó estancado, las vacaciones fueron horribles, el regreso a la escuela lo fue más, las miradas no habían parado, no aguanto, entonces se encerró en el cuarto del conserje, fue ahí que se encontró con Marjorine.

Hablaron, ella ignorante de su situación, se sorprendió, lo escucho, no lo juzgo, cuando él dijo algo sobre no poder inspirarse le sugirió una locura, enamorarse de ella, bueno de su voz más específicamente.

Rechazo la oferta, su voz era genial, más no tenía nada de maravilloso, entonces ofendida, le aseguro que se tragaría sus palabras.

Lo hizo, vaya que sí, entonces rendido, acepto que podía escribir buenas canciones para ella, pues se ganó su respeto como cantante.

Las semanas fueron pasando, todo iba relativamente bien, se llevaba mejor con sus compañeros de grupo, había veces en las que hasta almorzaba con ellos, en una de esas ocasiones se enteró de algo que lo asombro.

Stotch no solo era una buena cantante, al parecer también era una excelente bailarina que haría una demostración gracias a una maravillosa idea de su hermana, la curiosidad lo invadió al escuchar aquello, así que aquel día con pretextos absurdos que su profesor reconoció pero dejó pasar, fue a ver la coreografía de la rubia.

Cuando llegó al lugar había mucha gente, él se situó en un rincón algo alejado, primero vio bailar a Mercedes y Red, sin duda ambas tenían un ritmo increíble, a como veían, debían de ser el alma de las fiestas, cuando fue el turno de Marjorine una sonrisa surco su rostro al ver cómo había vestido a dos de sus amigos.

Escucho con atención a Emma, ella bailaría la variación de Giselle, la favorita de Wendy, sacude la cabeza para alejar el pensamiento, se enfoca en la muchacha, verla bailar sin duda es asombroso, tiene un control perfecto además de que se nota a simple vista se adentra en su papel de joven enamorada.

Sus giros, sus movimientos gráciles, todo es perfecto, sin duda eso lo hace admirarla más, a la salida espera a su hermana como siempre, camino a casa la muchacha suspira.

—¿Fuiste a ver lo de hoy? —pregunta.

—Si.

—¿Y qué te pareció?

—Increíble, sin duda ella está en un nivel mayor que el nuestro —susurra.

—Sin duda alguna, verla me ha recordado cuando nosotros practicábamos —murmura con nostalgia.

—Sí, ¿sabes que es curioso?

—¿Qué?

—Tenía el mismo tiempo sin practicar que nosotros.

— ¡Es cierto! Que coincidencia, mmm, ¿crees que si le digo a Emma pueda aceptarme como alumna?

—Deberías de probar suerte.

—Sí, tal vez.

Después de esa conversación no volvieron a tocar el tema, los días pasan, todo está tranquilo, la banda va bien, además de eso parece aún más cercano a sus compañeros de Club, se alegra por eso, al comenzar a hablarles más nota pequeñas cosas.

Scott ha dejado de sesear, Kevin lo cuida como si de su hijo se tratase, se ve que lo aprecia mucho, pues si alguna chica mira con desprecio a su amigo prefiere evitar si quiera hablarle; Tweek y Philip parecen ser muy amigos, incluso cree que hay momentos en que sin querer, dejan a la rubia fuera de sus conversaciones, Gregory es una genial persona con un amplio conocimiento que le hace muy fácil poder hablar con él, en cuanto a Marjorine, siempre parece estar en su mundo, aún con eso también es muy fácil congeniar con ella.

Pronto comienza a apreciar a todos sus compañeros, anhela en algún momento poder llamarlos sus amigos.

La calma de su vida se rompe un día viernes en que no tiene su acostumbrada clase de música, al saber que no tiene ningún compromiso va a la biblioteca y pide prestado un libro, se tarda en escoger, al final elige el amor en los tiempos del cólera, pues tiene mucho tiempo queriéndolo leer.

Sale de la institución dispuesto a ir a su hogar, aunque antes de hacerlo choca con Marjorine, trata de disculparse, más no puede hacerlo, ella lo abraza y llora desconsolada, aquello le parte el corazón, ya que le ha tomado aprecio a la chica.

No hablan mucho, solo le da una pequeña sugerencia que espera siga, al día siguiente se da cuenta que no le hizo caso, así que se determina a hablar con ella.

Al hacerlo le cuenta toda su historia con Stanley, escucharla le saca una sonrisa, su forma de expresarse es adorable, se nota cuánto lo quiere, por eso la insta a confesar lo que siente, cree que Clyde entenderá si le explica.

La convence, ella se nota más tranquila, lo abraza y le agradece, la lleva a su casa, espera de corazón que todo le salga bien, lamentablemente sus buenos deseos no parecen ser suficiente.

Parece ser que su intuición se equivocó y Marsh no quería a la chica, ella sufre, se desahoga, gracia a eso le da una oportunidad a Clyde espera que esta vez todo le salga mejor, pero de nuevo el mundo parece ser injusto con Marjorine.

La escucha llorar nuevamente, a decir verdad, se hace habitual verla así, Donovan, el buen chico que todos aprecian por ser amable y sensible, es un horrible monstruo con Stotch.

La engaña, la trata mal, mengua su espíritu, su fortaleza, su ser entero, él puede ver cómo ella se va apagando, aquello es triste y doloroso, de la chica alegre no queda nada.

Se vuelve algo así como su paño de lágrimas, no le molesta, en una de esas veces en que ha terminado de llorar y limpia sus lágrimas, la rubia lo mira con vergüenza.

—¿Sabes? Estoy muy agradecida contigo, eres muy paciente conmigo —susurra.

—No hay nada que agradecer —dice limpiando su rostro.

Una media sonrisa se forma en su rostro y ladea la cabeza.

—De hecho hay mucho que agradecer, ¿sabes? Quisiera pedirte disculpas.

—Disculpas, ¿por qué?

—Por el pasado.

—Sigo sin entender.

—Me refiero a cuando éramos niños y te molestaba junto con los demás chicos, ya sabes, las bromas pesadas, encerrarte en los salones, esconder tus libros o útiles, a todo eso me refiero —musita con vergüenza.

—¡Oh, eso! No pasa nada —le resta importancia.

Más la chica niega y toma sus manos entre las suyas.

—Mark, claro que tiene importancia, yo fui una completa imbécil, te trate mal, me uní al acoso, hice de tu estancia en primaria algo malo, por eso me disculpo, de todo corazón lo siento, espero puedas perdonarme —murmura.

El castaño asiente y sonríe.

—Está bien, acepto tus disculpas, honestamente no eran necesarias, pero agradezco que lo hicieras —murmura tranquilo.

—Me alegro de que me perdones, ahora podemos dejar el pasado atrás, ¿cierto?

—El pasado ya estaba atrás, nada de esto era necesario —repite.

—Pues para mí lo es porque hay algo que quiero preguntarte —comenta.

—¿Y eso es? —cuestiona curioso.

—Tú has sido una persona muy buena conmigo, eres paciente, amable, en general una persona muy increíble, la verdad es que me gustaría ser tu amiga, entonces yo quería preguntarte si tú quisieras ser mi amigo —musita nerviosa.

Silencio, el chico se queda callado procesando lo que ella acaba de decir, cuando reacciona asiente.

—Por supuesto, me encantaría ser tu amigo —declara.

La rubia deja escapar todo el aire que contenía y sonríe feliz.

—Ay, qué bueno que aceptaste, honestamente ya te consideraba un amigo, pero primero quería tu consentimiento, ya que no me sentía digna por lo que te hice en el pasado —revela.

Escuchar eso hace que la sonrisa de Costwold se amplíe, palmea con suavidad la espalda de Stotch.

—El pasado es eso, pasado, yo no siento ninguna clase de resentimiento contra nadie, me alegra que antes de hablar ya me consideraras un amigo —externa alegre.

—¿Cómo no podría considerarte un amigo si haces tanto por mí? Te cuento todos mis problemas, ensució tus suéteres de tanto llorar sobre ti, me reconfortas y aconsejas, y aunque no siempre sigo tus consejos no te molestas, tú solo sigues apoyándome, ¡eres un increíble amigo! —exclama.

—Vas a hacer que me sonroje —dice entre risas.

—Deberías hacerlo, lo digo enserio, gracias por ser increíblemente paciente conmigo, en verdad lo agradezco —musita con las mejillas rojas.

—Eres una buena persona, tú también me agradas mucho, quisiera ayudarte aún más, la verdad, la forma en que te trata Clyde no es correcta, sé que hay muchas cosas por las que no quieres terminar con él, lo respeto, pero quisiera que entre todas esas cosas la prioridad sea tu bienestar —señala.

—... Yo lo pensaré —susurra.

—Pero hazlo, por favor, como un amigo que te aprecia déjame decirte que no te quiero ver sufrir, tú mereces más de lo que ese chico te está dando —asegura.

Ella sonríe, una sonrisa llena de falsedad, asiente y dice que lo pensara, él sabe que no lo hará, presiente que Clyde la ha llevado a un punto muy malo en que ella justifica de forma automática todo lo que le hace.

El tiempo sigue pasando, Mark, el chico que nunca había odiado ni a sus acosadores, ahora odia con toda tu alma a Clyde Donovan.

Ese chico es sin duda una persona horrible, sigue sin entender del todo porque la chica lo aguanta, la engañó, la hizo sentir culpable para que no terminará con él, le prometió tener un día para ellos dos y la dejo plantada.

Al encontrársela en el parque, sentada mirando su regazo conteniendo las lágrimas, siente que su corazón se encoge, ella no se merece eso.

Se acerca y la saluda, le hace plática, le cuenta que está escribiendo una canción, ella ofrece su ayuda, él acepta.

Las ideas van y vuelan, él dice algo que causa que sus mejillas se pongan rojas y se ponga a reír, se ve tan bonita, su risa es limpia y agradable, quisiera verla siempre así, riendo y siendo feliz, no llorando e infeliz.

En medio de eso Marsh los interrumpe, observa como él abraza a la rubia y parece no querer soltarla, ella parece realmente feliz, aunque también algo cautelosa.

Conversan un rato, pasan un rato agradable, poco antes de irse Marjorine los invita a ver su acto de ballet, él acepta con gusto, pues los momentos en que más feliz parece es cuando habla del ballet.

El día acordado llega, tal como le pidió llega con quince minutos de anticipación, esto para no provocar la ira de su profesora, poco a poco todos los demás comienzan a llegar.

Lo saludan, habla un poco con Scott, Gregory pronto sale a recibirlos, los hace pasar a una habitación amplia de blancas paredes, al verlo Heidi parece sorprendida, lo saluda con un leve asentimiento de cabeza, él corresponde.

Emma da una breve charla, agradece y da paso al acto, Mark observa todo con total atención, los giros, las elevaciones, los movimientos de manos, sin duda alguna Marjorine se toma muy enserio su papel, quisiera decir lo mismo de D' Lorne, pero no puede, es muy bueno, de eso no hay duda, pero él no entra en su papel, más bien se nota incómodo, molesto, no entiende porque hace aquello si se nota no le gusta nada.

Aún con eso prefiere no decir nada, pues del poco tiempo que lleva en su grupo el castaño le ha tocado ver cómo únicamente porque lo observan, se molesta y actúa con violencia, así que es amable cuando opina sobre él.

Cuando Donovan habla todos se quedan en silencio, es grosero, despectivo, incluso actúa con algo de violencia al jalonear a Stotch, no sabe qué le pasa, su cerebro parece dejar de funcionar cuando escucha que va a ofenderla, entonces lo golpea, su boca se abre, el odio lo domina, le recrimina su actual, le parece hipócrita lo que sugiere siendo que quien la engaño fue él.

Aquello no le gusta nada Clyde, quien increpa furioso a la chica, ella nerviosa clava sus uñas en sus brazos, le responde, se nota contiene el llanto, no aguanta, se marcha siendo seguida por Heidi, quien se nota muy preocupada, el castaño trata de ir tras de la rubia, más Christophe es más rápido y lo saca de su hogar, luego de amenazarlo entra de nuevo.

Mark espera a Marjorine, necesita preguntarle como está, más Turner sale de ahí y les comenta que es probable que la chica se tome su tiempo, ya que no está nada bien, quiere esperar hasta que ella salga, más al ver su reloj sabe que no puede hacerlo, puesto que tiene que tocar en pasitas.

Los integrantes del grupo hablan entre ellos, quedan en darle su espacio a la rubia, así que entran de nueva cuenta a la casa de Gregory, al primero que encuentran es a D' Lorne, le pide de favor que le dé un mensaje a la chica, dicho eso se marchan a tocar.

En toda la presentación y lo que resta de la noche no puede dejar de pensar en su querida amiga.

Al día siguiente, evitando el idilio de su hermana, sale al jardín y se dispone a escribir un poco, una nota, otra, nada sale, suspira, piensa en Marjorine, en lo alegre que era antes, en lo triste que se mira ahora.

—Es como una flor, una flor marchita —susurra —. Su corazón, ¿cómo estará?

Silencio, una idea se le atraviesa, entonces escribe, borra, escribe de nuevo, cuando acaba lee, sonríe, ya tiene su primera canción para ella, afina su guitarra dispuesto a componer la melodía. De repente se siente extraño, levanta la cabeza y la ve, se nota consternada.

—¿Qué te pasó? —pregunta preocupado.

Ella no responde, las lágrimas comienzan a correr por sus mejillas, es entonces que nota que esta se ve hinchada, la abraza con rapidez.

—¿Te gusta bailar verdad? Vamos a bailar, no pienses en nada, solo baila, cierra los ojos, no pienses más —insta mientras la mece de un lado a otro.

Sin duda alguna los pensamientos que pasan por su cabeza no son buenos, él piensa que el castaño ha sido capaz de golpear a la chica, el solo pensar eso hace que su sangre hierba.

¿Cómo se puede ser tan estúpido?

Marjorine es una chica increíble con un montón de cualidades, ¿por qué no la puede apreciar? ¿Por qué no la puede cuidar?

Esa y miles de preguntas más se formulan en su cabeza, por largo rato solo se mueven de un lado a otro, de repente la rubia se detiene, Costwold la mira con atención.

—Lo siento, llegue sin invitación —susurra.

—Eso no importa, tú puedes venir aquí cuando quieras, dime que te paso —interroga preocupado.

La chica esboza una mueca extraña y ladea la cabeza.

—No es nada importante, solo fue un pequeño momento de debilidad —pronuncia.

—Marjorine, yo sé que no estás bien, algo malo paso, necesito saber que es, solo así te puedo ayudar y...

Guarda silencio, la muchacha pone ambas manos en sus mejillas y lo mira con verdadero pesar.

—Eres increíble Mark, por favor, no dejes que nadie nunca te cambie —pide con cariño dicho eso se separa de él —. Tengo que irme, nos veremos mañana, amigo —susurra mientras se despide.

El castaño solo puede observar como ella se va, la ve con tristeza, eleva su vista al cielo pidiendo encarecidamente que todo lo que la dañe paré, más no lo hace, aunque sí que pasa algo extraño, pues la chica parece aceptar la situación con normalidad, sonríe como si nada abraza al chico y no se aparta de él.

Sin duda aquello mata a Costwold, pues ve en los ojos celestes de ella un miedo total.

Las vacaciones llegan, Stotch parece ansiosa, aún con eso dan una buena presentación, ella se marcha solo terminar con la excusa de que está cansada, el de ojos cafés no puede hacer nada por detenerla, se pasa la noche pensando en cómo ayudarla.

Al día siguiente su madre le avisa que tiene una visita, baja con prisa esperando encontrarse con la rubia, más al bajar se encuentra con Heidi, ella puede notar la decepción en su mirada al verla, la mayor los deja solos en la sala, la chica carraspea.

—Veo que mi presencia no es muy de tu agrado —menciona.

—Lo siento Turner, no es eso, lo que pasa es que pensé que eras otra persona, lamento si actúe grosero —se disculpa.

—Quiero suponer que a quien esperas con tantas ansias es a Marjorine, ¿no? —pregunta.

El chico se sorprende por lo dicho, ladea la cabeza confundido.

—¿Qué te hace pensar eso? —cuestiona.

La contraria sonríe.

—Por lo obvio que eres.

—No es lo que piensas.

—Si tú lo dices, la verdad es que vine aquí para pedirte un favor muy grande —declara.

—Entiendo, ¿qué necesitas?

—Supongo que sabes sobre el evento de caridad en el que participara Marjorine.

—Sí, es organizado por la madre de Gregory y Christophe.

—Correcto, la verdad es que Emma dijo que yo también podía participar si quería, honestamente al principio no me llamó mucho la atención, pero luego de pasar tanto tiempo con Marjorine y ver su progreso termine ilusionada de hacer lo mismo —cuenta.

—Es comprensible, aun así no entiendo que tiene que ver eso conmigo —susurra.

—Sí, bueno, verás, yo vengo a pedirte que me prestes tu ayuda y seas mi pareja, sería un acto pequeño —dice.

—... Christophe puede ayudarte, yo no me comparó a él.

—Sé que está a un nivel mayor, pero aún con eso él no me agrada mucho, es bastante difícil de tratar, la única persona que lo soporta y le aguanta todo es Marjorine.

—Sí, Marjorine me contó algo sobre su complicado carácter.

—¿Lo ves?

—No sé Turner, honestamente esto es algo sorpresivo, no creo estar listo para presentarme ante tanta gente —revela.

—Te comprendo, créeme que lo hago, yo tampoco lo estoy, aún con eso quiero intentarlo, pronto llegará el tiempo de decidir a qué universidad ir y que estudiar, antes de hacer eso quiero disfrutar de este pasatiempo, por favor ayúdame a cumplir este sueño infantil —suplica.

Heidi se ve llena de determinación, razón por la cual termina suspirando y asintiendo, ella sonríe feliz.

—¡Muchas gracias! Te lo agradezco demasiado, así que cualquier cosa que ocupes prometo ayudarte —declara.

—No hay necesidad, mejor dime, ¿cuándo empezamos?

La muchacha le explica todo, también le dice que al ser vacaciones han ampliado sus clases, pues ahora son diariamente, cuando él le comenta que no se sentirá cómodo con D'Lorne, que prefiere estar en una clase separada, ella le cuenta que la madre del chico se llevó a ambos hermanos y no regresaran hasta dentro de un mes.

Aquello alivia al castaño quien queda de llegar temprano el lunes, de ese día hasta el viernes ve su suerte, las clases sin duda son muy pesadas, Emma es una increíble profesora que las hace más llevaderas, aun con eso es muy exigente y perfeccionista.

Marjorine no ha ido, ya que pidió algunos días libres, pues parece que está arreglando algo, eso preocupa a Costwold, está pensando seriamente en ir a su casa a verla, ya que si bien tiene su número prefiere hablar con ella de frente.

Sus planes son interrumpidos por la mayor, quien lo regaña, pues hizo mal el ejercicio, resopla con cansancio y enfoca su atención a lo que está haciendo, a mitad de sus ejercicios su maestra sale, puesto que recibe una llamada, cuando regresa lo hace junto con una alegre rubia, en cuanto lo ve le sonríe y lo saluda con un ademán, se dispone a hacer estiramientos y luego comienza con los ejercicios.

Heidi y él terminan primero y comienzan con su coreografía, Emma le explica, los corrige, Stotch no interviene ni los molesta, ella está en lo suyo, luego de un largo rato dan por finalizada la clase.

Todos agradecen y se van a cambiar, cuando acaban y salen de ahí, Marjorine los saluda enérgicamente.

—¡Hola! Fue una sorpresa encontrarte aquí Mark, no sabía que practicabas ballet, ¿por qué no me dijiste? —cuestiona.

—No se me ocurrió —dice honesto.

—¡Ambos debieron de decirme! Ahora tienen que contarme todo, anhelo escuchar sus historias siendo compañeros —menciona con emoción.

Ambos castaños se ven extrañados, la rubia parece ella misma de nuevo, se nota feliz, alegre, emocionada y de buen humor, ante eso no hacen más que asentir, pues les alivia verla de vuelta a la normalidad.

Mark espera que esa actitud dure por mucho tiempo, pues le gusta más verla así.


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Se me va la onda y sigo escribiendo en el mismo archivo, hasta lei me di cuenta que cortaba aqui.  

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