Reflexionar.

No entendía que le pasaba, tenía todo lo que quería, un novio atractivo, buenas calificaciones, su reputación estaba recuperándose, era considerada bonita, inteligente… Pero nada de eso la llenaba, Stan era un borracho, uno muy horrible que en medio de sus borracheras la maldecía y le decía cuanto la odiaba, el estrés que el muchacho le generaba causaba que sus perfectas notas bajara, aunque la percepción de la gente sobre ella estaba mejorando había algunas personas que no dejaban de señalarla como una chica horrible y malvada, tenía que estudiar duramente para mantener su conocimiento, algo que era difícil teniendo que estar vigilando a Marsh…

Las apariencias parecían ya no estar haciéndola feliz, así que un día a mediados de noviembre no aguanto más y se encerró en el baño a llorar, tenía lo que quería, ni la puta rubia esa pudo con ella, ¿entonces porque no era feliz? 

No encontraba respuestas a esa pregunta, así que solo lloro y se desahogó de toda la frustración que venía cargando, cuando terminó con eso lavo su cara, se miró al espejo y salió del baño como si nada, al dar la vuelta en uno de los pasillos, por no fijarse chocó con alguien, cayó al piso y se quejó inmediatamente.

—¡Ah, mierda! Eso me dolió —masculla.

—Oh, lo siento mucho, no me fijé por dónde iba —se disculpa un chico.

Inmediatamente, Testaburger reconoce esa voz, es Mark, quien realmente se ve apenado, le ofrece su mano para ayudarla a levantarse, más la chica no la acepta, lo que hace que el muchacho sonría avergonzado.

—Wendy, mi intención no era tirarte, te ofrezco una disculpa, por favor déjame ayudarte a levantarte —pide amable.

Solo así la contraria toma la mano del castaño, él la levanta.

—Gracias —murmura. 

—No, al contrario, perdón por no prestar atención —se disculpa nuevamente dicho eso se despide con un pequeño ademán y se marcha.

Al quedarse Wendy sola mira su mano, no la apretó con brusquedad, de hecho la sostuvo con suavidad, incluso noto que su vergüenza era genuina, no entiende por qué aquel muchacho actuó tan amable cuando ella no lo fue con él.

Esa nueva duda le llena la mente.

¿Por qué Mark es tan amable?

¿Por qué la trata como si nada?

¿Por qué no hay reclamos de su parte u odio?

Por semanas no puede dejar de verlo, no entiende por qué ese chico es así, entonces recuerda lo amable que era con ella, lo atento e interesado, el respeto que le tenía, la admiración que sentía por ella, cuánto la quería…

Él la quería, la quería tanto que le escribió canciones, su favorita es donde la llamaba perfecta, siempre tuvo su atención, su admiración, su amor… tenía todo y ella lo dejo ir, prefirió luchar por Stan quien ya no la quería, se aferró aún chico que ya ni la apreciaba, todo lo que Marsh sentía por ella era aversión, odio, rencor.

Entonces se dió cuenta de lo estúpida que era, cambió a un chico que la quería de una manera honesta por alguien a quien no quería más que por su apariencia.

Cuando la comprensión llegó a ella quiso remediar su error, así que corrió en su búsqueda, para su fortuna lo encontró caminando por los pasillos, aunque no iba solo, Stotch estaba a su lado en silencio, siguieron su camino sin siquiera prestarle atención, lo que hizo que terminara siguiéndolos. 

Al ver que se dirigieron al teatro arquea las cejas con duda, pues según lo que sabe la rubia ya no asiste a ninguna otra clase al finalizar el horario escolar, aun con eso se adentra detrás de ellos y se esconde para ver que es lo que van a hacer.  

Se sorprende al ver que van directo al escenario, se paran ahi y se miran, se acerca más para escucharlos si es que hablan, aquella fue una brillante idea pues es justamente lo que hacen. 

—¿Estas nervioso? —pregunta ella. 

—La verdad si —responde en un susurro. 

—Ya veo, intentémoslo solo una vez más, ¿sí? 

—... Bien, esta vez yo pongo la música, tal vez así por fin podamos —menciona. 

Ella solo asiente, a lo que el muchacho va a poner la musica, ante de hacerlo la chica lo para. 

—Espera, falta la presentación. 

—Oh, si, cierto. 

Ella rueda los ojos y niega. 

—Dejalo, lo hago yo —dice, carraspea y abre los brazos —. Y ahora con ustedes, los únicos y maravillosos, ¡Mark Cotswolds y Marjorine Stotch! —exclama fuerte —.  ¡Si! ¡Viva! ¡Bravo! —se anima ella misma. 

Cosa que hace sonreír al muchacho, pone su teléfono en el suelo y reproduce una canción, entonces ellos bailan, o bueno, tratan de hacerlo, son malísimos, Wendy se quiere reír, pero parece que por fin se acoplan, lo que hace que la rubia sonría feliz.

Luego de la primera mala impresión se asombra de ver que mejoraron radicalmente, a decir verdad cree que ambos copian un poco del video de esa canción, aunque obviamente lo que es fácil, nada de saltos, tirarse al suelo o poses raras, cuando termina la música la muchacha aplaude emocionada. 

—¡Ves! Te dije que éramos compatibles, ¡vamos a conquistar Denver! —dice mientras levanta el puño al aire. 

El castaño se remueve incómodo. 

—No sé, la verdad bailar y cantar son dos cosas diferentes, pensar en tanta gente viéndome me provoca algo de pánico —revela. 

Los labios de la chica se curvan en una mueca, parece molesta, aunque rápidamente cambia su semblante. 

—Entonces solo mírame a mí, yo haré lo mismo, solo te miraré a ti, serás mi punto de apoyo, yo seré el tuyo —opina. 

—Yo no sé si eso funcione, siempre se tiene que mirar al público —recuerda. 

Más la rubia niega, lo toma de la mano, pone una canción y le sonríe. 

—Intentémoslo de nuevo, esta vez con una canción para nuestros corazones rotos —manifiesta. 

Cotswolds no dice nada, solo se deja hacer, su baile es más tranquilo esta vez, sus manos en su cintura, las de ellas en su cuello, una que otra vuelta…

De repente la de cabello negro se siente incomoda, no le gusta esa situación, ellos no dejan de verse a los ojos, o sea, le da la vuelta y sus ojos parecen no haberse despegado de él, cuando la canción termina el muchacho no la suelta. 

—Una canción muy adecuada, no sabia que te gustaba Sam Smith. 

—Honestamente recien conozco su musica, en algo tenia que ocupar mi tiempo encerrada, entre la musica y dibujar a hombres dandose duro, pues creo que mejor la musica, ¿no? 

—... No necesitaba saber de tus dibujos.

—La honestidad ante todo, mmm, Mark. 

—¿Si? 

—¿Puedo ser la primera?

Aquello le cae como un balde de agua helada a Wendy, quien rápidamente entiende a que se refiere, pone sus manos en su pecho a modo de súplica, no desea que esa chica le arrebate algo tan especial, por eso ruega para que el muchacho siga firme en su palabra, más parece que Dios la odia, pues él la mira y asiente.  

Una oleada de pánico se forma en su ser, necesita hacer algo para evitar aquello, más su estado no la deja reaccionar correctamente, para su fortuna todo para cuando algo golpea en la cabeza a la chica, la ve alejarse mientras se soba. 

—¡Qué mierda! ¡Están volando manzanas! —exclama. 

—No creo que las manzanas vuelen —dice el castaño mientras levanta la fruta y la observa —. Alguien debió de lanzárnosla —murmura. 

—¡De seguro fue Craig! 

—Craig no traía almuerzo y en la cafetería no venden fruta —le recuerda. 

La muchacha se queda callada, frunce las cejas y se lleva las manos a rostro con miedo. 

—¡Ahhh, debe de ser un fantasma! —externa con miedo —. ¡Sálvame Mark! Sé el príncipe valiente —ordena mientras se lanza a sus brazos para que la cargue. 

Al hacer esto ahora lo que les lanzan es un durazno, lo que solo hace que la muchacha grite con miedo, ante eso el contrario suspira y mira un punto fijo, desvía la mirada y niega. 

—Los fantasmas no existen, mejor volvamos a la cafetería, todavía alcanzamos a comer algo, de hecho necesitas comer mucho, sigues demasiado ligera —opina. 

—Sí, sí, lo que sea, solo sácame de aquí, no quiero ser golpeada de nuevo por el fantasma —musita con miedo. 

—Bien, vamos. 

Dicho esto, ambos muchachos se marchan, con una Marjorine mirando de un lado a otro con miedo, al haberse ido Testaburger sale del lugar en donde estaba, sube las escaleras dispuesta a irse, antes de poder hacerlo es detenida por la voz de Stan.

—Mira lo que has logrado, eso solo me hace odiarte más —declara y se va. 

La muchacha se queda quieta, resopla con cansancio, por primera vez en muchos años le da la razón a Stan, ella hizo aquello, pero también lo solucionará y esta vez de una mejor forma.

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Milly suspira, retuerce sus manos nerviosa y mira al chico frente a ella, él la mira sin entender, no sabe el porqué de su nerviosismo ni porque lo citó en aquel lugar, va a decir algo más es silenciado por las amorosas caricias en su rostro, ante eso cierra los ojos.

Entonces la muchacha sonríe tristemente, lo quiere tanto, está segura de que él es el amor de su vida, lo puede sentir en su corazón, pues cada que lo ve sonreír siente que se le corta la respiración, el tiempo a su lado siempre es agradable, su risa limpia y tranquila, su aura confiable y segura.

Todo en él le gustaba, en serio que si, por eso sabiendo que tal vez sería la última vez en que estuvieran así lo observó con calma, grabandose hasta el mínimo detalle de su hermoso rostro.

Cuando hubo terminado con esto lo solto y aunque no quería, comenzó la conversación.

—Gregory hay algo que debo decirte —susurra.

Y entonces empieza, le cuenta cómo ayudó a Wendy, ante cada palabra el rostro del chico se llena de decepción, al terminar con su relato el muchacho suspira.

—¿Sabías lo que iba a hacer Barbara? —pregunta.

—No, ninguna de nosotras lo sabía —responde.

—Bien, supongo que no hace falta decir que terminamos, ¿no? 

—No.

El rubio solo asiente se levanta de su lugar y se marcha, cuando ella se queda sola gruesas lágrimas escurren por sus ojos.

Lo sabía, siempre lo supo, si hacía lo que su amiga quería tenía el riesgo de perder a su novio, más se dejó convencer

—¿Qué es lo peor que podría pasar? —habia dicho Wendy.

Y paso lo peor, ella fue testigo de la brusquedad y desden con la que la chica era tratada, vio como la cambiaron radicalmente para ser una nueva versión de Bebe, pero lo peor llegó cuando su rubia amiga mando ese mensaje a toda la escuela.

La vio llorar, comportarse muy extraña, ponerse violenta y marcharse desorientada.

Aquello había sido demasiado, se sentía muy culpable, cuando eso paso trato de hablar con Gregory, para contarle lo que había hecho ya que se sentía responsable, más no pudo hacerlo, no cuando él la miró con sus ojos claros llenos de angustia.

Entonces decidió esperar, cuando la chica regresará la ayudaria y la recompensaria por lo que le hizo, más ella no volvió, luego gracias a la señora Linda se enteró que se había ido de su casa, también le tocó escuchar como le suplico a Gregory que no se acercará a su hija, pues ella ahora mismo era muy dañina y mala para cualquier persona. 

Ante eso el sentimiento de culpa incremento grandemente, pues no solo Stotch quedó como una loca, ahora estaba sola, su madre en vez de pedir comprensión pedía que se alejaran, la persona que se supone que la quería la dejó sin contemplación, sus amigas que le había hecho tanto daño ni siquiera parecían arrepentidas…

En ese momento pensó qué demonios había hecho, está vez sí le diría al Fields lo que había contribuido a lograr, por eso lo hizo, aunque su corazón doliera, acepto que había hecho algo muy malo.

Estuvo triste varios días, el rubio ni siquiera la miraba, luego un día de repente Marjorine volvió, aunque está vez no se veía nada igual, la noto más delgada, más apática y enojada.

Metió en muchos problemas a Wendy, logró hacer sufrir a Bebé, incluso humilló varias veces a Clyde, verla así le hizo tener mayor certeza del daño que le habían causado, ante eso no hizo más que pedir de todo corazón que ella pudiera encontrar paz para dejar todo ese enojó.

Por eso cuando su mala actitud se detuvo y parecía más calmada, por curiosidad investigo el porque del cambio, la respuesta fue fácil de encontrar.

Había sido Mark Cotswolds, como un salvador que rescata a quien está en apuros él había llegado a terminar con todo lo malo que afligía a la muchacha.

Luego de un par de semana cayó a la razón de que el castaño estaba enamorado, le pareció irónico que de Wendy, pasará a ella, exactamente como lo hizo Stan.

Por lo que, cuando Wendy, su amiga, les contó que se había dado cuenta que hace mucho que no quería a Stan, Millie sonrió sarcástica.

—No me digas, ¿te has dado cuenta que te gusta Cotswolds? —cuestiona.

—...¿Cómo la sabes?—pregunta asombrada.

La chica resopla y rueda los ojos.

—Porque eres fácil de leer Wendy.

—¿Qué tratas de decir? 

—Que no eres capaz de perder, ahora que tienes a Stan y es seguro, vas por la otra persona que te quería y te demostraba adoración —dice.

—Stanley no me gusta, Mark si —señala con un mohín de enojo.

Larsen se cruza de brazos y la mira indiferente.

—No, no creo, lo que pasa es que no eres capaz de aceptar que las personas pueden ser felices sin ti, de hecho, creo que lo que no aguantas es que quién enamora a las personas que dañas sea Marjorine, primero Stan, ahora Mark —indica.

—Mark no está enamorado de ella, y es más, ¿tu que sabes? Ni siquiera lo conoces, él no tiene malos gustos como Stanley —gruñe furiosa.

—Si, eso es cierto, por eso ya no le gustas tú —se burla.

La de cabello negro se molesta, jala con violencia a la chica, lo que causa que Bebé se interponga entre ambas.

—Wendy, Millie, basta, que se peleen no soluciona nada, mejor hablemos de esto, ¿por qué estás enojada Millie? —pregunta la rubia.

La chica frunce el ceño, toda la rabia y frustración que siente no se puede contener más, por lo que termina abriendo la boca.

—¿En serio no lo saben?  

—No, por eso te pregunto —dice Stevens.

—Pues veamos, hagamos una lista, Wendy me pidió un favor que me llevo a terminar mi relación —Testaburger quiere protestar, más es silenciada por la chica —. Déjame terminar, ¿si? —resopla y toma valor —. Yo sé que tú no me obligaste a nada, yo acepté ayudarte porque eres mi amiga, creí que lo que hacía no era nada tan malo, pero hasta tu sabes que si terminó siendo muy malo. ¿Viste como trataba Clyde a Marjorine? 

—Esa no es mi culpa, él la trataba así porque quería —se defiende.

—Aja, pero de quién fue la culpa que ellos dos terminaran juntos.

—... Yo solo se lo sugerí.

—Si, y a Barbara le sugeriste lo mismo, "creo que el hermano de Gregory es mucho mejor para ti" —imita sarcástica.

—Y lo era, ¿a qué quieres llegar? —pregunta ya fastidiada.

—A lo que quiero llegar es que nos mires Wendy, termine con alguien a quien quería mucho, no tengo posibilidades de regresar con él pues contribui a hacer infeliz a alguien que apreciaba, Bebe tampoco está bien, Christophe le quitó más de lo que puedes imaginar, ¿dónde quedó esa seguridad y carisma? Ella ya no es ni la cuarta parte de lo que era, afortunadamente a Jenny no le haz quitado tanto, aunque está aterrada de ser la proxima, la que se ha llevado lo peor es Stotch, la dañaste tanto con tu egoísmo, la hiciste quedar como una loca, faltó a la escuela por semanas, se marchó de su casa…

—Yo no tengo la culpa de que tu ex novio prefiera a su amiga que a ti, tampoco que D' Lorne dañará a Bebé, es ridículo que Jenny me tenga miedo, ella ni tiene nada, somos sus únicas amigas, con los chicos no tiene suerte. En cuanto a Marjorine, ¿que culpa tengo yo que se hayan alejado de ella? Yo no mando a sus amigos, ellos tomaron su decisión, además lo que le pasó fue su culpa por ser débil.

—¡La rompiste Wendy! 

—Fue su culpa por meterse en lo que no le correspondía.

Millie ríe con sarcasmo y niega.

—Bueno, si es así, creo que a la que le va a tocar romperse está vez es a ti, Cotswolds no va a regresar contigo, él no es Stan, está vez te va a tocar perder, amiga —declara con ironía mientras se marcha.

Jenny mira a Testaburger con molestia por lo que dijo de ella y se marcha tras la chica, al quedarse solas Bárbara habla.

—Wendy, yo te quiero, eres mi amiga pero creo que Millie tiene razón, has llevado esto demasiado lejos —susurra.

—... Todo acabará, arreglare esto de una vez por todas para por fin deshacerme de cualquier cosa que me ate a esa puta rubia —masculla.

Stevens no hace más que morderse la lengua y suspirar, pues Larsen tiene razón, está vez su amiga va a perder.

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