¿Quiero ayudarte?

Craig solo podía mirar a Stripe dar vueltas en su rueda, eso lo calmaba y lo hacía dejar de pensar en Thomas.

Thomas sonriéndole a Tweek, Thomas besándolo, Thomas mintiéndole, mirándole a los ojos y negando todo lo que le prometió.

Un suspiro cansado escapa de sus labios.

—Fui un completo idiota —se lamenta.

Pero quién podía culparlo, el rubio le hizo creer que lo quería, le prometió que cuando dejara a Tweek ambos comenzarían a salir y serían muy felices.

Él le creyó, ese fue su error, pero ahora que lo veía en retrospectiva todo tenía sentido.

Thomas se mostraba muy interesado cada que le hablaba de su "novio", incluso cuando le mostró una foto de él había pasado largos minutos observándola, en aquel momento no le pareció nada raro, pero ahora todo encajaba.

Incluso la forma en que se conocieron debió de haber sido planeada, pero vamos, eso ya era mera especulación, ¿quién se dejarían golpear para conocer solo a alguien? Eso ya sería muy loco.

Lo que no comprendía es porque si le gustaba Tweek no fue directamente por él, es decir, Craig no merecía esto, ser usado como una manera de llegar al rubio le parecía cruel, pero entre más lo pensaba no hallaba razón de todo aquello.

Lo único que sabía es que dolía.

Cerró los ojos tratando de dormir, pues tal vez así podría dejar de sentirse miserable y estúpido.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

El martes siempre era una mierda, la clase de matemáticas a primera hora era una de las cosas que más odiaba, aunque por lo menos eso lo hacía olvidar la maraña de pensamientos que tenía en su cabeza. El día escolar por fin estaba sirviendo para algo, pero todo lo bueno siempre tiene un final, el timbre que indicaba el receso sonó y con ello llegaba el momento de explicar algunas cosas. 

Era obvio que Clyde no se iba a quedar con la duda de que había pasado el día anterior, además sabía que muy seguramente le contó a Tolkien lo que pasó, así que una plática nada agradable se iba a desarrollar. 

Se levantó de su lugar dispuesto a ir con sus amigos, casualmente Tweek iba pasando por ahí, sus miradas se cruzaron, los ojos bicolores lo miraron con rencor, los azules del inglés lo miran con advertencia, la chica frunce las cejas sin entender qué pasa.

—¿Hoy es el día de mirar mal a Tucker? —cuestiona curiosa.

Los rubios no le contestan, solo la toman del brazo y la jalan para que apresure el paso, luego de eso sus amigos llaman su atención, ante eso el de cabello negro resopla cansado.

—Primero compramos el almuerzo, luego hablamos —indica serio.

Black y Donovan solamente asienten, caminan en silencio hasta la cafetería, compran su almuerzo y buscan la mesa más alejada, ya sentados en ella el primero en hablar es el afroamericano.

—Craig, Clyde me contó lo que pasó ayer, la verdad es que los dos estamos muy preocupados por tu actitud, es decir, primero pareces celoso de que alguien se le acerque a Tweek y luego te molestas pero con el novio de él. Por favor, dinos la verdad, ¿qué sucedió entre Tweek y tú? Y que tiene que ver en esto el llamado Thomas —pregunta preocupado.

El de cabello negro suspira, se soba las sienes y comienza a hablar.

—La verdad es que mi relación con Tweek siempre fue una farsa, únicamente nos hicimos pasar por novios por la forma en que la gente me comenzó a tratar luego de nuestra ruptura —revela sin verlos. 

—¿Qué? —dicen ambos sin creer lo que acaban de escuchar.

—Si, nuestra relación nunca fue real.

—¿Por qué no nos dijeron? Pensé que éramos sus amigos —murmura Clyde triste. 

Tucker se acaricia el puente de la nariz, un dolor de cabeza se avecina, aun así planea contar todo rápidamente, pues no tienen mucho tiempo.

—Tweek y yo siempre estuvimos de acuerdo en que esto era falso, aunque parece que él se confundió, en fin, ustedes conocieron a Thomas, fue ese chico que ayude cuando lo estaban golpeando, esa vez le di mi número, ya que me lo pido porque quería agradecerme por la ayuda, no le vi ningún problema así que se lo pase. Luego de eso comenzamos a hablar, nos hicimos buenos amigos, él empezó a coquetear conmigo, la verdad teníamos mucho en común, así que terminó gustándome. Yo le conté la verdad sobre mi relación con Tweek, dijo que no le importaba, así que tonteamos por mensajes hasta el verano pasado. Me dijo que quería tener una relación formal conmigo, así que yo planee romper con Tweek —frunce los labios con molestia—. Honestamente, la ruptura no fue muy buena, pero al fin y al cabo terminé mi relación, cuando se lo dije a Thomas él comenzó a actuar extraño, los mensajes empezaron a ser muy escasos, ya no contestaba mis llamadas, incluso dejó de estar activo en sus redes sociales. Ayer fue cuando lo volví a ver, resulta que ahora es novio de Tweek  y que todo lo que vivimos no fue más que una mentira —explica cabizbajo.

Tolkien medita todo lo que le acaba de decir su amigo, una idea cruza por su mente, por lo que habla con seriedad.

—Craig, ¿puedes prestarme tu celular? —pide.

—Si lo que quieres es ver sus perfiles en redes me temo que los ha eliminado —susurra.

—Umm, ya veo, entonces supongo que tú también piensas que ese chico solo te usó para llegar a Tweek.

—Sí.

—Es extraño, ¿por qué acercarse a ti, si quien le gustaba era Tweek? —indaga extrañado.

—Eso es lo que no comprendo, no tiene lógica su actuar —menciona cansado.

—Umm, pues yo creo que es fácil de entender —dice Clyde comiendo su almuerzo.

—¿A qué te refieres? —pregunta Tolkien.

—Ilústranos —expresa Tucker con fastidio.

—Pues verán, Tweek actuaba como un verdadero enamorado, es obvio que el chico se dio cuenta de eso, así que para tenerlo debía de deshacerse de ti, pues eras el objetivo más fácil. Te enamoró y cuando te tuvo en la palma de su mano, te engaño, hizo que terminarás con Tweek para tener una oportunidad con él —explica el castaño.

Craig y Black abren la boca impresionados ante las palabras de Donovan, la idea es algo exagerada, pero viendo las circunstancias tiene todo el sentido, al asimilar la idea, el pelinegro se siente sumamente estúpido. Pronto ese pensamiento pasa a segundo plano cuando piensa en su ex novio, él está en peligro, es demasiado confiado y es obvio que Thomas es muy manipulador. 

Nada bueno puede salir de eso, Tolkien parece pensar lo mismo pues lo mira con comprensión.

—Necesitamos hablar con Tweek —susurra.

—Lo sé, pero tendrán que ser ustedes, a mí no me va a querer hablar —comenta en un suspiro.

—Ah, eso sí que no, tú le vas a dar la cara a Tweek, es lo mínimo que merece —acusa Clyde con el ceño fruncido.

—Idiota, él no me va a querer escuchar —replica.

—Pues vas a tener que hacer algo por eso, no puedes simplemente pasarnos el problema a nosotros —indica.

Craig mira a Black buscando ayuda, más se encuentra con él también lo mira de modo acusador, ante eso no hace más que rodar los ojos.

—Bien, pero si no me hace caso que se joda —murmura de mal humor.

—Nada de eso, si no escucha tú vas a tener que hacer algo porque te quiera escuchar. Clyde tiene razón, lo mínimo que le debes a Tweek es advertirle sobre su novio y contarle lo que pasó, así él podrá elegir si seguir con su relación o terminarla —declara Tolkien.

—Ustedes son un dolor en el culo —farfulla. 

—Dinos como quieras, al final sabes que tienes algo de culpa en todo esto, pudiste ser honesto desde el principio, así nosotros podríamos haber mediado entre ustedes, en cambio, ocultaste todo y ahí está el resultado —le echa en cara el castaño. 

Tucker se siente molesto de que sus amigos tengan la razón, por tal motivo prefiere comer su almuerzo y ya no decir nada.

El resto del día es medianamente tranquilo, su ex no le vuelve a dirigir la mirada, eso es bueno, pues no quiere pensar en el asunto de él y Thomas.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

La semana está por acabar, es viernes, ha postergado su plática con Tweek, sus amigos no están muy felices por eso, más no le dicen nada, pues no le van a dar el gusto al muchacho de ceder y hacer todo ellos. 

A Craig le vale una reverenda mierda, o sea, si le importa Tweek, pero no está preparado para enfrentar su rechazo, o peor aún, verlo llorar.

Aún recuerda el día en que se dejaron, lo horrible que se sintió al verlo llorar, lo despreciable que fue al no ir tras él, eso permanecía fresco en su memoria. 

Incluso recuerda pensar que aquello valía completamente la pena, ese pensamiento fue para no sentirse como una completa  basura. 

Irónicamente, ahora se sentía peor que basura, pues la verdad es que antes de que Thomas llegará el sí que quería a Tweek como más que un amigo, los sentimientos comenzaron a florecer poco antes de su último año en primaria, había sido un amor puro e infantil, que se vio cortado por la intromisión del rubio. 

Pensar en eso lo molestaba, pues lo hacía evocar el clásico: “Si hubiera”

Si hubiera pasado de largo aquel día. 

Si hubiera ayudado, pero ignorado la 

petición de pasarle su número al chico.

Si hubiera ignorado los mensajes.

Si no lo hubiera conocido.

Si le hubiera dicho a Tweek cómo se sentía…

Pero él hubiera no existe, la realidad era la que se presentaba frente a sus ojos, en uno de los pasillos de la escuela.

Las clases habían terminado, los alumnos se retiraron con una rapidez digna de un superhéroe, los únicos pobres tontos que seguían ahí, eran los jugadores de fútbol americano, que eran obligados a practicar ante la cercanía del próximo torneo. 

Esta vez el entrenador quería llegar a las nacionales, así que los tenía entrenando como nunca, para su suerte un milagro ocurrió aquel día. Una llamada de su esposa hizo que el hombre cancelara el entrenamiento, la llamada había llegado media hora tarde, pero se agradecía. 

El grupo de muchachos sale de los vestidores con gran regocijo, unos cuantos sugieren ir a comer a pasitas, otros dicen que pizza, Clyde —como siempre—, sugiere ir por tacos, las voces de los chicos no paran, hasta que Stan habla.

—Oigan, ¿ese de allá no es Tweek? —cuestiona con el entrecejo fruncido señalando un pasillo.

Todos giran la cabeza a donde señala el pelinegro, pronto abren la boca impresionados.

—¡Uy, Craig! Creo que Tweek ya encontró quien le dé por las noches —se burla Eric.

—¡CALLATE CARTMAN! —exigen Clyde, Tolkien y Stan.

Tucker no hace más que ver cómo hipnotizado la escena, Thomas parece comerle la boca a Tweek, lo tiene recargado contra uno de los casilleros, ni siquiera se dan cuenta que los están mirando. 

Pronto el espectáculo es detenido por una voz femenina.

—¡Oye! Deja de hacer eso, podrías meter en problemas a Tweek —espeta irritada.

El muchacho se separa del nervioso rubio, mira mal a la chica y le sonríe tensamente.

—¿Qué no te habías ido ya? —pregunta molesto.

—No, no puedo irme sin mi amigo, tengo que dejarlo en manos confiables —proclama amable.

—¿Acaso yo no soy confiable?

—Te acabo de conocer, fuiste grosero conmigo, además estás exhibiendo de un modo muy feo a Tweek, que no ves que hay gente mirándolos —acusa.

Los ojos bicolores se abren con miedo al escuchar eso último, observa a los alrededores, pronto se encuentra con que todos los miembros de fútbol están a unos metros de ahí, mirándolo con atención, ante eso el muchacho se pone rojo de vergüenza.

—¡Jesús! Vámonos de aquí —pide atropelladamente.

—Pero si no estamos haciendo nada malo —opina Thomas.

Marjorine rueda los ojos, toma la mano de su amigo y se lo lleva de ahí. Al ver eso el otro rubio se tensa, se marcha detrás de ellos luciendo muy enojado.

El grupo de chicos camina tras ellos sin decir nada, para no molestar a Craig, ya en la acera frente a la escuela pueden ver a los miembros del club de música, teatro y danza. 

Parecen estar planeando algo, pues se notan muy serios, Tweak se remueve incómodo, Stotch no deja que el novio de este se le acerque, cosa que parece estarle molestando mucho. 

Eso no pasa desapercibido para Craig, pues ninguno se esfuerza por ocultar su desagrado. El ambiente es cortado por Pirrup, quien llama la atención de la rubia, parece recordarle algo, pues la muchacha suelta a su amigo y se despide para marcharse, en su camino pasa frente al grupo de chicos, quienes le silban y le dicen cosas desagradables.

El único que se aventura a plantarle cara es Jason, quien se le atraviesa en el camino y detiene su andar.

—Oye, me he estado preguntando, ¿cuánto cobran las putas como tú? —cuestiona con burla.

La muchacha solo lo mira con fastidio, pero no contesta nada, la falta de respuesta hace que el chico sea más pesado.

—¿Acaso te comieron la lengua los ratones? O es que tienes la boca cansada de tanto dar mamadas —increpa.

—Ya cállate Jason, deja a Mar en paz—manifiesta Kevin serio.

—¿Mar? Ahora la defiendes, ¿qué son novios acaso?—interroga burlón.

—Lo que seamos no te incumbe, es más, a nadie creo que le interese, así que ya deja de molestarla —exige. 

—Como sea, que aburrido eres —se queja mientras se encoge de hombros.

—Lo siento Mar, ve con cuidado a casa — dice amable el de cabello negro.

—Gracias amigo, nos vemos —se despide y comienza a caminar, pronto detiene su andar y mira hacia atrás—. Jason, yo no cobro nada, pero dudo que entre tú y yo pueda pasar algo, porque yo no chupo pitos pequeños —declara con una sonrisa. 

Entonces se marcha, dejando a un chico molesto y un grupo de jugadores que se burlan de él. Aquello fue gracioso, Craig no lo va a negar, pero su mirada no para de ir de Tweek a Thomas, la pareja se ve enamorada, aquello sin duda es malo, pues Tucker sabe que lo que le dirá a su ex solo lo va a dañar más. 

Él ya no lo quiere lastimar más.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

Al final terminaron yendo por hamburguesas, platicaron y se divirtieron por un rato, el buen ambiente logro que todas las preocupaciones se esfumaran, el de cabello negro no era muy fanático de convivir, pero en esos momentos agradecía estar rodeado de tanto bullicio.

A las siete y media salieron del local en que estaban, al hacerlo cada quien empezó a irse por su lado, incluso Tolkien y Clyde se marcharon juntos argumentando que irían a casa del último, para jugar un nuevo videojuego que había comprado. 

No se tomaron la molestia de invitar a Craig, eso fue una forma de externar su molestia con cómo estaba manejando la situación de Tweek y él, ni siquiera se enfadó por esa actitud, sabía que tenían razón, pero la verdad es que nada de eso era fácil.

Al ser dejado de lado lo hizo optar por irse a su casa, estaba por despedirse, cuando Kenny le habla. 

—Oye Craig, ¿quieres ir con nosotros a casa de Kyle? —pregunta amable.

—¿Para qué o qué? —réplica.

—Pues para pasar el rato, para que más —señala Cartman.

—¡Ah! No sé si sea buena idea.

—¡Vamos Tucker! Solo jugaremos un rato o veremos películas, no haremos nada alocado —promete Stan.

—No sé si creerles —murmura poco convencido.

—¡Oh, vamos! Hace mucho que no hacemos ninguna locura, lo máximo que hemos llegado a hacer es jugar videojuegos toda la noche, no pienso que eso sea tan malo —considera Kenny.

—Supongo que entonces está bien —acepta ya más convencido. 

—Bien, entonces andando, debemos llegar antes de que ese judío aburrido se duerma —critica Eric con burla.

Stan inmediatamente sale a defender a su mejor amigo.

—Oye, Kyle no es aburrido, además ni que durmiera tan temprano —defiende.

—¡Ah! Está vez le daré la razón al gordo, pues casi siempre que vamos con Kyle no nos abre, cuando le preguntamos siempre dice; ”Es que estaba dormido" —imita con burla.

—Bueno, es lógico que quiera dormir, su madre no le deja hacer nada fuera de sus horarios establecidos —apunta.

—¡Ugh! ¿Por qué su madre será tan mandona? Gracias a ella Kyle no conoce a nadie, ni siquiera ha salido con una chica porque no lo dejan hacer nada con libertad —se queja McCormick.

—¿Pues porque más va a ser? Porque es una puta loca y trastornada, no entiende que su hijito ya creció, además Kyle también tiene la culpa por no rebelarse —escupe Cartman con asco.

—Eso no es fácil para Kyle, él también está harto de tanto control, pero respeta mucho a su madre, así que por eso no se queja —explica Marsh.

—Pues debería de hacer algo, que a como va, los recuerdos que va a tener de sus años de juventud van a ser solamente las noches de videojuegos —opina el rubio.

La plática sigue por todo el camino, Craig no habla, solo escucha todo lo que los amigos dicen, realmente no tiene cabeza para pensar en lo que conversan, así que solo se dedica a caminar. En poco tiempo están frente a la casa del pelirrojo, Stan toca el timbre, la puerta se abre dejando ver a un chico quien los mira confundido.

—¿Qué hacen aquí? —cuestiona.

—Vinimos a hacerte compañía, no queríamos que pasaras el viernes solo —explica Kenny.

—Estoy ocupado, vuelvan después —ordena.

—¡No seas desconsiderado judío! Caminamos hasta acá únicamente por ti —expresa con enfado Eric.

—Yo no les pedí que vinieran, pudieron haberme llamado antes y preguntarme si podían venir —se defiende.

—Amigo, no te pongas así, nosotros solamente quisimos venir a hacerte compañía, ¿tan ocupado estás para no recibirnos? —pregunta con una mueca Stan. 

Ante eso Kyle rueda los ojos, resopla y niega.

—Pasen, espérenme en la sala, solamente me falta poco para terminar —susurra el muchacho.

—¿Terminar que amigo? —cuestiona el rubio con interés.

—De seguro está con una chica, nuestro pequeño Kyle está creciendo —dice burlón el castaño.

—¡Ugh! Solo cállense y esperen aquí —farfulla irritado. 

El muchacho no negó las palabras de Cartman, eso hizo que los amigos se vieran entre sí, Craig vio sus intenciones, aunque antes de poder decirle algo a Kyle, Eric lo empujo y se echaron a correr escaleras arriba.

—¡Maldita sea! Porque no pueden hacer lo que les digo —exclama molesto yendo tras ellos. 

Tucker no sabe que debería hacer, así que solo se queda ahí parado mirando su teléfono, no pasa mucho tiempo hasta que oye los pasos de sus compañeros, al verlos los nota incómodos. 

No tienen ni idea de que vieron y tampoco quiere saber, comienza a creer que ir con ellos ha sido una mala idea, ese pensamiento se refuerza cuando ve bajar a Kyle siendo seguido de Stotch. 

Solamente entonces sabe que lo mejor será irse, va a despedirse, pero la rubia le gana la palabra.

—Gracias por ayudarme con la tarea, nos vemos el lunes Kyle —agradece mientras se despide con una sonrisa. 

La chica únicamente pasa de largo y se marcha, cuando el grupo de amigos se encuentra solo el ambiente se siente tenso, es entonces que el pelinegro se despide y se va de aquel lugar evitando inmiscuirse en un problema ajeno. 

Ya en la calle puede divisar todavía a Marjorine, pues camina muy lento, para su mala suerte parece ser que su camino es el mismo, por lo que resopla cansado. 

En medio de su caminata piensa en el asunto de Tweek, es entonces cuando recuerda lo que sucedió en la tarde, que una idea se le cruza por la mente, lo que le hace apresurar el paso.

—Stotch, espera —llama lo más amable que puede.

Ella detiene su andar, se gira a mirarlo con una ceja enarcada.

—Tucker, estás inusualmente tranquilo, ¿a qué debo el honor de tener unas palabras tuyas? —cuestiona con desconfianza.

—Es por el novio de Tweek —revela con rapidez.

El rostro de ella se contrae en una mueca de desagrado.

—Es tu amigo, ¿no? Mira, si me vas a decir que lo trate bien pierdes el tiempo, ese chico no me agrada, hay algo en él que no termina de gustarme —le dice con honestidad.

El de cabellos negros mueve la cabeza negando.

—Thomas no es mi amigo, tu intuición sobre él es correcta, no es una buena persona —declara.

—¿A qué te refieres? —pregunta.

Su boca se abre y le cuenta todo, no oculta ningún detalle, también le expresa lo preocupado que está por el rubio, por largos minutos la muchacha solo escucha, cuando el contrario acaba de hablar, ella toma la palabra.

—Tucker, ¿quieres a Tweek?

—Solamente como amigo.

—Entiendo, hablaré con Tweek, todo lo que me dijiste sé lo diré, gracias por avisarme —murmura, se da la vuelta para marcharse pero es detenida.

—¿Únicamente eso harás? Tweek necesita alejarse de Thomas —indica serio.

—Tucker, yo también quiero que se aleje de ese tipo, pero yo no decido, porque no es mi relación.

—Pero…

—Tweek sabe tomar sus propias decisiones, como sus amigos, solo nos queda apoyarlo —declara.

—¿Y si su decisión es estúpida? ¿Aun así lo vas a apoyar? —pregunta molesto.

—Claro que lo haré, porque es mi amigo, aunque no esté de acuerdo estaré para él, además, supongo que ninguna decisión le parecerá tan estúpida como fingir un noviazgo y enamorarse de quien no lo quiere más que como amigo —responde.

—Yo no le pedí su amor —espeta.

—Cierto —silencio—, supongo que Thomas no es tan malo después de todo —finaliza y se marcha con rapidez antes de que al contrario se le ocurra decir algo más. 

Craig solo frunce el entrecejo ante lo último que dijo la muchacha, se siente estúpido de haber acudido a ella, pues parece que no hará nada más que complicar todo aquel asunto.

Él debe de actuar, si o si, no hay otra opción.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

El sábado es su día favorito, pude hacer lo que quiera, sin preocuparse con nada, pero aquel día no era como ningún otro.

Se había levantado temprano, terminó con sus deberes escolares, luego siguió con las tareas que le tocaban en su hogar. Cuando hubo acabado con todo eso tomó un baño, se vistió con ropa casual y se encaminó a la casa de su exnovio.

Camina como un autómata, al estar frente a la puerta de su casa suspira profundamente, pone su mejor cara de desinterés y toca el timbre.

La puerta se abre dejando ver a un Tweek que parece recién haber salido de bañarse, pues su cabello está mojado y nada alborotado, el rubio lo mira extrañado.

—Craig, ¿qué haces aquí? —pregunta.

—Tweek, necesitamos hablar —dice con su típica voz nasal.

El muchacho arquea una ceja, se recarga en el marco de la puerta y cruza los brazos.

—¿Vienes a hablar sobre Thomas? —cuestiona.

—Si.

—Marjorine ya habló conmigo, me contó todo lo que le dijiste —comenta.

—¿Y qué vas a hacer? —interroga.

El chico mira fijamente al pelinegro, este se siente algo extrañado ante la tranquilidad que está manifestando.

—¿Si te digo vas a dejar este interrogatorio y te irás de aquí?

—Si.

Tweak suspira y relaja la mirada.

—Hable con Thomas, lo que hizo no estuvo bien, una relación no se puede crear en base a mentiras, así que terminamos —declara.

Tucker respira aliviado.

—Me alegra saber eso —dice honesto.

—Espera, aún no acabo.

—¿A qué te refieres?

—Lo que trato es de responder completamente a tu pregunta, yo terminé con Thomas, pero le di otra oportunidad. Ahora nos conoceremos sin mentiras de por medio y veremos que sucede —termina de decir mientras se encoge de hombros.

El pelinegro frunce el ceño al escuchar eso.

—Tweek, Thomas no es una buena persona, lo que hizo es demasiado malo como para confiar en él, te va a hacer daño, mejor deja de verlo —opina serio.

—Craig, soy capaz de tomar mis propias decisiones, si algo sale mal, lidiare con las consecuencias. Ahora, si eso es todo lo que tenías que decirme apreciaría que te marcharas, tengo que arreglarme para salir —menciona.

—¿Saldrás con Thomas? ¿Por qué no puedes entender que ese tipo te va hacer daño? —cuestiona.

El rubio resopla cansado.

—Craig Tucker, no todos son como tú, algunas personas son capaces de admitir sus errores y disculparse, a esa gente siempre se le puede dar otra oportunidad. Ahora vete, no quiero escuchar más de tu mierda —declara mientras le azota la puerta en la cara al de ojos verdes.

Los labios del muchacho se aprietan con rabia.

—¡Que te jodan Tweak! Ya te veré llorar y ahí te darás cuenta que tenía razón —exclama con odio.

Se da la vuelta y se marcha de ahí entre maldiciones. 

Si Tweek no lo quiso escuchar es su problema, su conciencia está tranquila pues él le advirtió sobre lo peligroso que puede ser Thomas. 

Está seguro que al final quién tiene razón como siempre es él.

 

 

  





 

















  

  






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top