Promesas Inquebrantables.


Debió de intuirlo, debió de haberse dado cuenta de que aquello era una trampa de Wendy.

Más no lo hizo, pues estaba tan nervioso de lo que sucedería con Marjorine, que bajo la guardia cuando su ex le dijo que quería hablar con él.

Se iba a negar inmediatamente, más al ella decirle que quería un cierre no pudo objetar nada, caminaron hasta un lugar donde no hubiera tanta gente.

Ya ahí comenzó a hablar, le pido disculpas, le dijo que la perdonara, ella había comprendido lo injusta y mala que fue con él, pudo notar sinceridad en sus palabras, en verdad le creyó, por eso cuando le pidió un último abrazo no se pudo negar, duraron así un par de minutos, de repente llamo su atención.

—Oye, Stan.

El chico baja un poco la vista para mirarla, entonces todo sucede muy rápido, ella lo besa, de la impresión tarda en reaccionar y alejarla, cuando lo hace ve a Marjorine, un nudo se le forma en el estómago al ver como huye del lugar, inmediatamente le recrimina a Testaburguer.

—¡Qué demonios Wendy! ¿Por qué hiciste eso? —cuestiona furioso.

—Ay, no me digas que te creíste esa mierda del arrepentimiento, Dios Stan, madura, tú y yo éramos muy felices, todo lo que hemos pasado solo nos ha hecho más fuertes, pero no quieres entender, por eso tuve que hacer esto —explica acariciando su rostro.

—¿De qué rayos hablas? — pregunta.

—Me deshice de la molestia, ahora ya no habrá nadie que robe tu atención.

Esas palabras causan un mal presentimiento, aleja a la de cabello negro y se marcha a buscar a la rubia, en su camino se encuentra con Kyle y Eric, su mal semblante alerta a su mejor amigo, más, sin embargo, el chico está renuente a decir algo por la presencia del castaño.

Al final luego de tanta insistencia de Kyle termina contando lo que paso, espera una burla por parte de Cartman, más se sorprende al no oírlo decir nada, más bien se queda pensativo.

Quien no puede guardar silencio es Broflovski, el cual no deja de insultar a Wendy, eso no hace más que poner de peor humor a Marsh, aun así antepone la búsqueda de Mar, quiere hablar con ella y explicarle.

Más no sabe por dónde empezar a buscar, lo más fácil sería ir a su casa, pero si no está ahí será una pérdida de tiempo, de repente la voz osca de Eric se deja oír.

—Debe de haber un sitio en el que Butters se esconda, luego de lo de Red y de que sus amigos rubios estuvieran ocupados era difícil verla en el receso —comenta.

La mente de Stan se ilumina, ¿cómo no lo pensó antes? Corre en dirección a la azotea, verde y café se miran, pronto se van detrás de él.

Cuando llega al lugar ni siquiera tiene que abrir la puerta, ve que ahí está la chica, el alivio lo inunda, más rápidamente desaparece al ver como ella se pone a llorar, solo entonces presta total atención.

En aquel lugar esta Clyde, él está abrazando a la muchacha, además está llorando, eso no es extraño, el chico es muy sensible, más algo en todo eso no le gusta, la rubia se aleja del chico, sin decir nada de nueva cuenta se larga a correr.

Marsh se queda parado, estático, pronto Kyle y Eric están ahí.

—Oye amigo, que demonios paso, ¿por qué Mar salió corriendo y llorando? —cuestiona el pelirrojo.

El de cabello negro no sabe que decir, pues ni él entiende que sucedió.

—No, no sé, ella estaba con Clyde, no me dio tiempo a decirle nada —susurra.

—¿Y a ti que cosa te paso? ¿Ahora porque lloras? —pregunta con brusquedad Cartman a su hermanastro.

Donovan limpia sus lágrimas, sonríe, más en sus ojos parece no haber ni una pizca de alegría.

—Bárbara me dejo, esa puta manipuladora —escupe con resentimiento —, pero no importa, ahora estoy con alguien que me quiere, ella no me va dejar, ella si me va querer de verdad —menciona en un susurro.

Un escalofrió recorre la espalda de Stanley, Broflovski contiene la respiración. ¿Acaso él?

—¿Qué hiciste Clyde? — interroga el castaño.

—Nada, Mar me quería, yo le di la oportunidad de demostrarlo, ahora estamos juntos, por fin estoy con alguien que me quiere —indica.

Los ojos azules del chico miran al castaño con rabia al comprender su egoísta motivación, aprieta los puños con ira, tiene ganas de darle un golpe y decirle lo idiota que es, más Donovan murmura algo que lo deja helado.

—Wendy tenia razón, puedo encontrar a alguien mejor, no necesito a Bárbara, no la necesito —se dice así mismo.

Entonces todos los sentimientos negativos hacia su compañero se desvanecen y toman un nuevo blanco: Wendy Testaburger.

Como poseído baja de ahí, encuentra a Wendy en el mismo lugar en donde la dejo, ella está sentada, cuando lo ve le sonríe con calma.

—¿Lo ves? no hay nadie mejor para ti que yo —repite.

No sabe que le causa más repugnancia, su cinismo o que ella misma se crea sus propias mentiras, la verdad ya ni siquiera importa, arruino algo especial, algo que lo hacía sentir feliz, que le daba ganas de mejorar, mato la ilusión de un nuevo comienzo, por eso, solo por eso pide perdón mentalmente a Marjorine, pues él ya no puede cumplir lo que le prometió.

—Te odio.

—¿Disculpa?

—Dije que te odio, si no entiendes así déjame te lo repito, te odio, eres lo peor que me ha pasado en la vida, maldigo el puto día en que nos cruzamos por primera vez, me da asco el haber desperdiciado tantos años de mi vida por alguien que no es más que una bruja manipuladora —revela.

—Stan, eso no es cierto, tú me quieres y...

—Entiende de una maldita vez que eso no es cierto, te quise, sí que lo hice, pero ahora me arrepiento tanto de haberlo hecho, eres desagradable, fea, nada en ti es atractivo, quiero que de una vez por todas me dejes en paz, jode la vida de alguien más, forma un puto aquelarre o yo que sé. No me vuelvas a hablar, no te me acerques, a partir de ahora no existes para mí —declara.

—Tú no puedes estar hablando enserio —dice conteniendo las lágrimas.

—Hablo enserio Testaburguer, mejor ni te acerques a mí —advierte.

Kyle, quien estaba detrás del chico, escucho todo, no quiso intervenir, pues hasta el sintió algo de miedo del aura que desprendía su amigo, cuando se da la vuelta y se marcha lo sigue.

Estando sola Wendy se suelta a llorar, en los ojos de Stanley solo había odio, uno que la abrumo a tal punto de asustarla.

Su único consuelo es que si ella no es feliz, él tampoco lo será.

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El fin de semana estaba resultando una mierda, la clase de ballet estuvo mal, no se podía concentrar, Emma la regaño mucho, Chris se burló de ella, Heidi no fue ya que tuvo algo que hacer aquel día.

La presentación con la banda no salió mal, pero solo porque Mark no le permitió participar, esto se debía a que ayer que salió corriendo de la escuela, se había tropezado con él, para colmo de males se abrazó al castaño y lloro cual niña pequeña.

El muchacho no la alejo, fue paciente y la dejo ser, cuando estuvo un poco más repuesta se disculpó por la bochornosa escena, se despido dispuesta a ir a su casa, más antes de hacerlo él tomo sus manos entre las suyas.

—No somos muy cercanos, pero tienes mi apoyo en cualquier cosa que necesites, igual si no confías en mí ,hay mucha gente que te quiere y desea verte bien, no dejes que esto te consuma —sugiere mientras toca su frente.

La rubia sonríe con tristeza, entiende lo que trata de decir.

—Gracias Mark, intentare que así sea, nos vemos mañana —murmura a modo de despedida y se va.

El consejo no era malo, de hecho estaba acertado, su mente es lo que causa todo el problema, más aun con eso no hace caso, no puede, los pensamientos de culpa la hacen indefensa.

Como el gran observador que es Costwold se da cuenta que ella sigue sin estar bien, por eso le dice que tome un descanso, que ellos se ocuparan de todo y así lo hacen.

Su estado es fácil de esconder para sus amigos con tanto maquillaje, ellos solo creen que se ha sentido mal, probablemente por el esfuerzo de su clase de ballet, por eso a la hora de irse a su hogar le ofrecen acompañarla, más se niega fervientemente.

Al final desisten y tratan de darle su espacio, se despiden y se marchan por su lado, ella está a punto de hacer lo mismo, más es detenida por Mark quien le sonríe amable.

—¿Puedo ir contigo?

—La verdad no es una buena idea, quiero un tiempo a solas, necesito pensar algunas cosas —murmura.

—Eso lo noto, tal vez te pueda ayudar.

—No creo que puedas, nadie puede.

—Todos pueden ayudar, aunque no toda la ayuda es igual, algo pasa con Marsh, ¿no?

—¿Cómo es que tu...?

—¿Cómo lo es? Es fácil, eres muy obvia, tienes muchos gestos similares a como los tenías cuando Kenny te gustaba.

—...¿Toda la escuela sabía que me gustaba Kenny? —cuestiona abrumada.

—Bueno, probablemente casi todos a excepción de Kenny, Stan y Kyle —opina.

—Dios, mira, la verdad agradezco el interés, pero no creo que puedas ayudarme en nada, la verdad, tengo que poner en orden mis pensamientos, ni yo misma puedo hacerlo, así que tu menos —susurra.

—Bueno, es cierto, no puedo poner en orden tus pensamientos, pero puedo escucharte y no juzgarte, ¿por qué eso es lo que temes, cierto? Por eso no les dices nada a tus amigos —indica.

Los ojos celestes evitan ver los del contrario, suelta un suspiro profundo y asiente.

—Bien, caminemos, pero no digas que no te lo advertí —menciona.

Entonces la chica le cuenta todo lo que ha pasado con Stan, le revela sus sentimientos, la forma en que los descubrió, luego le cuenta sobre Clyde, le explica el cómo creyó quererlo, aun con vergüenza le dice como no ha superado del todo a Kenny, le externa su miedo a las relaciones, pues sabe que en las personas que le han gustado busca algo que la haga estar cerca de McCormick.

El chico la escucha atento, al terminar con su relato el suspira.

—Si es muy complicado.

—Te dije.

—Pero tú lo complicas aún más.

—¿Y eso es porque?

—Puedes romper tu promesa.

Ella tiembla al escuchar eso, rápidamente la voz de su padre se repite en su cabeza, misma que es interrumpida por el toque del chico en su hombro.

—Oye, tranquila.

—¿Por qué?

—Estabas temblando.

—Ah, lo siento.

El castaño la mira con atención, algo en la chica está muy mal, lo sabe solo con verla, se ve guarda algo muy grande, quisiera ayudarla más sabe que no es correcto, pues puede resultar contraproducente si no está preparado para lo que es, así que le da algunas palmadas en su espalda para reconfortarla.

—Lo que quiero decir es que, si Clyde, es tan buen chico como todos dice, entenderá por qué no puedes cumplir esa promesa.

—Pero él se veía tan mal, si no cumplo y no lo ayudo puede ponerse peor —musita.

—Sí, eso lo entiendo, pero, ¿y tú?

—¿Yo?

—Sí, tú, ¿qué hay de ti? ¿Lo que tú sientes no tiene importancia? —Ella se queda callada, por lo que el muchacho prosigue —. Escucha, admiro lo mucho que respetas tu palabra, eso enserio es genial, pero cuando eso te afecta de forma negativa a tal grado de llorar desesperada, te quita tu concentración y pone en riesgo tu salud mental, no está bien —opina serio.

Esas palabras le calan hondo, pues tiene toda la razón, sus promesas le han costado demasiado, desde la infancia, si hubiera roto la estúpida promesa que le obligo a hacer su padre, todo hubiera sido diferente, nada de lo que la atormentaba existiría, si solo hubiera hablado y dicho lo que pasaba.

Desafortunadamente comprendía que ya era tarde para eso, más para lo que ahora le estaba sucediendo aún tenía oportunidad, por eso abrazó a Mark y le sonrió con honestidad.

—Tienes razón, debo, debo de preocuparme por mi misma, antes que por los demás, yo hablare con Clyde mañana —asegura.

El muchacho le regresa la sonrisa y asiente.

—Eso me parece bien, además creo que también necesitas hablar con Marsh, cuéntale cómo te sientes.

La chica retuerce sus dedos nerviosa.

—¿Y si no le gusto?

—¿Y si, si?

—¿Y si ya no quiere ser mi amigo?

—¿Y si quiere ser tu novio?

—¿Por qué respondes mis preguntas con más preguntas? —cuestiona ofuscada.

—¿Y porque no responderlas así? Tu solo piensas en lo negativo, yo te hago ver qué hay más que eso —responde.

—Tengo miedo —susurra.

—Todos lo tenemos, pero si no haces algo, si no le dices nada, puede que tengas siempre a tu amigo, pero, cuando tú veas a ese amigo con alguien más te vas a arrepentir y vas a decir la típica frase del: "si hubiera" si le hubiera dicho yo podría ser ella, si le hubiera dicho y me rechazaba podría haber seguido adelante con mi vida...

—... Entiendo lo que tratas de decir, enserio lo hago, pero mi miedo no es solo eso, ¿Qué tal si me equivocó y hago daño a Stan tal y como lo hizo Wendy?

—Marjorine, creo firmemente que si tú te das cuenta que las cosas no son lo que pensabas y que tú solo ves a Marsh, como un sustituto de Kenny te alejaras de él.

—¿Cómo estás tan seguro?

—No estoy seguro, pero no creo que seas una persona mala, de hecho, tal vez estás errada y en los chicos que te han gustado, no has visto nunca a Kenny, simplemente tal vez piensas así ahora que tienes demasiado cercanía con él —opina.

La muchacha resopla, las palabras de Mark consiguen calmarla, además de que la hacen replantearse todas sus ideas, nuevamente abraza al chico este ríe.

—No tengo palabras para describir cómo eres, simplemente hablas y me haces querer pensar las cosas con más calma —comenta.

—Lo ideal es siempre tomarse un buen tiempo en reflexionar, también le puedes pedir ayuda a los demás, desde la perspectiva de alguien más todo puede lucir diferente, además, no todo es negro o blanco, hay muchos matices, así que, siempre que quieras hablar aquí estoy, trataré de ser imparcial y neutral, además de darte un poco de ánimo, eres alguien muy negativa —considera.

—Bueno, eso no lo puedo negar, pero así me ha hecho la vida —dice con ironía.

—Sí, la vida no es muy justa con todos, pero aún somos adolescentes, tenemos tiempo de sanar para ser unos buenos adultos, ya sabes, mejores que nuestros padres para no cometer sus mismos errores —incentiva.

—Eres demasiado elocuente —felicita.

—Trato de serlo, bueno, ahora te acompaño a tu casa, debes estar cansada de tanto estar parada aquí.

Hasta ese momento la rubia se da cuenta que se han quedado parados en una esquina del parque, ni siquiera sabe cómo llego ahí, mucho menos a qué hora se detuvo.

—No es necesario, mi casa no está lejos, además debes de ir tú a la tuya —recuerda.

—Soy consciente de eso, aun así te acompaño, no sería correcto de mi parte dejar ir sola a una chica, no importa si tu casa está a diez metros, es mi deber ver qué llegues con bien a tu destino —proclama.

—¡Ah! ¡Eres un caballero total! Tanta elocuencia y buenos modales, ¡parece que saliste de un libro romántico de época antigua! —exclama con asombro.

El chico se encoje de hombros.

—Puede ser que sí —dice con simpleza.

Camino a casa de la muchacha conversan de otras cosas, a ella le parece fascinante lo fácil que puede manejar cualquier tema, sin duda es alguien muy listo.

Ahora entiende un poco más porque a Wendy le gusto, parece ser todo lo que un buen protagonista de novela dulzona debe de ser.

Al llegar se despide y le agradece el haberla escuchado y aconsejado, él sonríe y niega.

—No hay nada que agradecer —dice, al ver que entra se marcha ahora sí a su hogar.

Stotch sube a su habitación inmediatamente se encierra, se da un buen baño y se va a dormir, ahora sí que puede descansar, pues se encuentra un poco más en paz.

A la mañana siguiente se levanta temprano, hace un poco de ejercicio y toma un nuevo baño, se arregla un poco y baja dispuesta a marcharse a ir a ver a Clyde.

Va a avisarle a su madre, quien está haciendo el desayuno, aunque antes de decir nada el timbre suena, la mayor le pide que vea quien es, ella hace caso, no le quita nada obedecer, al abrir la puerta ve justo a la persona que iba a ir a buscar.

—Clyde, ¿qué haces aquí? —cuestiona.

—Bueno, venía a verte, también a tu mamá, ¿está en casa? —pregunta.

—Sí, sí está, pero oye, antes de cualquier cosa quiero hablar contigo.

—Entiendo, ¿qué pasa?

—Mira, la verdad yo te aprecio mucho, sé que estas mal por lo de Bebe, pero seamos sinceros, yo no te gusto, esto no va a funcionar, además esto puede ser contraproducente para ambos, esto podría terminar de muy mal modo —opina.

—Relájate, no terminara mal, yo te aprecio también, por eso mismo daré lo mejor de mí para ti, para que esto funcione, no te vas a arrepentir —asegura.

—Clyde, yo no me siento cómoda, más bien creo que soy como un plan b que quieres usar para llamar la atención de Bebé —murmura.

—¿Y que tiene eso de malo? Tú dijiste que me ayudarías en lo que fuera —recuerda.

—Yo sé lo que dije, pero ponte en mi lugar, pien...

—Oye, cariño, ¿por qué tardas tanto? —interrumpe la mayor, al ver al castaño sonríe amable.

—Oh, hola Clyde, que gusto verte, ¿quieres desayunar con nosotros? justo termine de preparar la comida —comenta.

—Mamá, no creo que...

—Por supuesto que sí, sería un placer.

La chica mira al castaño de forma acusadora, la ignora y entra, él se porta de forma servicial y educada, Kenny quien es el último en bajar mira a su compañero sin entender que hace ahí tan temprano, le resta importancia al sentir su estómago gruñir.

Todos se sientan en la mesa para comenzar a comer, en transcurso que dura esta todos hablan animado, excepto Marjorine, ella no se encuentra nada conforme con la situación, solo quiere explicarle a Donovan como se siente y que la entienda.

La oportunidad llega cuando todos terminan los alimentos, está dispuesta a llevarse al chico para hablar y razonar con él, más la intensión muere cuando lo oye hablar.

—La verdad viene aquí con un propósito en específico señora.

—Oh, ¿enserio? ¿Qué propósito?

—Vera, el viernes hable con Mar, ella es una chica increíble, no hay nadie mejor para mí que ella, así que le pedí que saliera conmigo y acepto.

Los ojos celestes miran con suplica a los cafés, por un segundo él se siente mal, más aun con eso no desiste.

—¡Oh, vaya! —exclama asombrada la mujer.

—Sí, bueno, yo vine aquí a pedir su permiso y el de su esposo claro está.

Su madre sonríe feliz, asiente con rapidez.

—Por supuesto que sí, ¡oh por Dios! que encantador jovencito, no sabes cuánto valoro que nos tomes en consideración, la verdad estoy muy feliz, déjenme darles un abrazo —pide efusiva.

El chico se deja hacer, mientras que la rubia solo mira al chico, no puede creer lo que ha hecho, sabe que no la quiere, lo sabe, él lo sabe, aun así le ha dicho a su madre una mentira.

Ella no es la chica maravillosa con la que quiere estar, solo es el plato de segunda mesa con el que se tiene que conformar, no quiere eso, enserio que no lo quiere, quiere decir algo, más cuando va a hacerlo mira a su mamá, quien luce sumamente emocionada y feliz.

No puede, no puede hacerle eso, no otra vez, no quiere ver la angustia en sus ojos, mucho menos la mirada de culpa, ella ya le arrebato todo, su familia, su juventud, su ilusión por verla junto a Gregory, así que no le queda más que sonreír y abrazar a Donovan, cuando les vuelve a repetir lo lindos que se ven juntos.

Kenny solo mira todo sin creérselo, una puta pesadilla, eso tiene que ser una puta pesadilla. 

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Cuando llego a las partes que me gustan, soy Flash. :D

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