Kenny

Kenny le daba una calada a su cigarrillo, a su lado una chica de castaños cabellos lo imitaba con parsimonia. 

Ninguno habla, siempre ha sido asi, solo se encuentran ocasionalmente para tener sexo, tienen un rato de silencio y luego uno de los dos se viste y se marcha sin siquiera despedirse. Honestamente al rubio no le importa eso y está seguro que a la muchacha tampoco, por lo que sólo espera terminar con su cigarro para levantarse e irse.

Sin embargo algo cambia ese día, pues la muchacha apaga su cigarrillo y se abraza melosamente a él.

—Sabes Kenny, hay una pregunta que he querido hacerte desde hace días —susurra de forma muy dulce la chica. 

Aquello le da una mala espina al rubio por lo que con cuidado aparta a la muchacha y la mira serio.

—Tammy, sabes que esto que tenemos me gusta, también sabes que yo no estoy por el momento en disposición de tener una relación, ¿no? —cuestiona del modo más amable que puede.

La castaña lo mira por algunos segundos antes de soltarse a reír.

—Jajajajaja, ¿piensas que quiero pedirte ser tu novia? —pregunta con burla. 

—Umm, pues sí, ¿qué más podrías querer preguntarme?

Una carcajada más grande que la anterior se escucha en aquella habitación, eso ya comienza a irritar a Kenny, mas no puede decir nada, pues la muchacha niega.

—Te tienes en muy alta estima, quien diría que un día el niño pobre sería tan soberbio —murmuro con ironía, se encogió de hombros y sonrió.— Lo que quería saber es el nombre de la nueva chica de tu curso —enfatizó.

El de ojos violeta la miró confuso.

—La nueva chica… ah, Marjorine, ¿Solo querías saber eso? Le pudiste preguntar a cualquier  otra persona de mi salón —señaló molesto, pues la verdad no era un buen momento para recordar a la rubia, ya que se supone debería de estar haciendo un trabajo con ella.

—Marjorine, ummm, ya veo…— 

Ella se pone a murmurar cosas inteligibles, eso le parece bastante raro al rubio.

—¿Por qué tienes interés en ella? —cuestiona.

Tammy se encoge de hombros y sonríe.

—Era simple curiosidad.

—Contigo nada es simple curiosidad, ¿que planeas?

—Nada, solo le quiero pedir un consejo de chicas —indica con tranquilidad.

McCormick no le cree para nada, pero decide no meterse en ese asunto, pues suficiente tendrá con el drama que de seguro le armara la rubia por no cumplir con su parte del trabajo. Tal razón hace que se vista y se marche, ya que no desea más preguntas tontas de parte de su amante.

Luego de eso el fin de semana se pasa volando, tiene una noche de videojuegos con sus amigos, el domingo se la pasa en su casa descansando mientras espera la llamada de su hermanita, para su mala suerte su madre le avisa que Karen no le podrá llamar ese día ya que salió a una fiesta de cumpleaños de una de sus amiguitas. Eso decepciona un poco a Kenny, más no hace un drama innecesario, se toma el resto del día para ver tele y dormir.

Y por fin, el esperado lunes se hace presente, la mañana es como siempre, una mierda, pero en especial ese día le parece nefasto al rubio, lleva a cabo su rutina con el más puro desinterés, rogándole al cielo ayuda para no tener que ir a la escuela. Como siempre, eso no funciona, al final su padre termina contribuyendo a su mal día, pues le hace el favor de llevarlo más temprano de lo común. 

Para hacer su día más miserable, la primera clase es la de historia, por lo que su estupido informe con Marjorine debe ser entregado. El solo le ayudó a la muchacha con poco menos de la mitad, por lo que sabe, ella se quejara con su maestro por su falta de cooperación.

En su defensa, trató de contribuir en el trabajo, pero el que ella lo tratara con desinterés y fingiendo no conocerlo lo incómodo demasiado. Es decir, sabía que seguía molesta por la broma que le habían hecho, pero eso había pasado hace casi 6 años. ¡Debía de madurar! 

Por eso, al notar que ella no cambiaba esa actitud, decidió mandar a la mierda el dichoso trabajo y no ir a la biblioteca como habían quedado.

El resultado iba a ser, una queja con su dulce y fingida voz, porque la verdad era, que Marjorine Stotch era una farsante. Siempre fingiéndose buena y amable con los profesores, mientras que con los alumnos su amabilidad era selectiva. En lo que iba del mes, la gran mayoría de personas de su grupo habían aprendido que, no podían dirigirse a ella, pues tendía a ignorar a quien ella no creía digno de su atención.

Al final, todos se habían terminado por molestar de esa actitud, por lo que nadie trataba de socializar con ella.

En medio de sus pensamientos llegó a su salón, faltaban 20 minutos para que empezaran las clases por lo que se sentó en su pupitre y se recargó en él cerrando los ojos esperando lo inevitable.

A pocos minutos de que sonara la campana Kenny escuchó la inconfundible voz de Tweek, por lo que levantó la vista, iba entrando al salón haciendo aspavientos con los brazos, detrás de él Pip reía con gracia. Le sorprendió no ver a Marjorine con ellos, pero eso le hizo soltar un suspiro de alivio, pues tal vez la muchacha no iría a clases, al no verla se atrevió a saludar.

—¡Hey, Tweek! —saludo amable.

Pero para su disgusto, noto como el de ojos bicolores solo lo miro y no respondió, el rubio a su lado viendo eso llamó la atención de su compañero para decirle algo, lo que hizo que este volviera a su actitud exagerada de antes.

—Marjorine si que es una persona horrible —susurro para sus adentros.

Pues desde que la muchacha había llegado el rubio cafeinomano había cambiado, la verdad le daba igual si le hablaba a él o no, por quien realmente sentía pena era por Craig, ya que al parecer no solo Tweek  había terminado su relación ,sino que ahora evitaba hablar con él. Sabía que eso solo logro que ella le desagradara más a la gente, puesto que se notaba tenía algo que ver con eso, ya que a leguas se veía como influenciaba su presencia al nervioso muchacho, lo peor de todo es que estaban seguros de que solo lo hacía por no superar la jodida broma que de niños le hicieron. Sus amigos a excepción de Kyle creía eso, el más firme en esa creencia era Cartman, quien no se cansaba de quejarse de forma continua de “la puta manipuladora de Butters”

Pensar en sus amigos era invocarlos, pues pronto escuchó las comunes peleas del pelirrojo y el castaño.

—Te digo que el trabajo quedó bien, no se por que te quejas.

—¡El trabajo no quedó como yo quería, gordo! Y todo por que tu maldito estomago no te dejaba quedarte quieto por más de cinco minutos —exclamó con enfado.

—¡Ya te dije que no estoy gordo, judío de mierda! ¡Y si me levantaba de mi lugar es porque me sentía mal, no porque quisiera comer tu asquerosa comida judía! —replica el contrario.

—Pues ni tan asquerosa, porque te acabaste la despensa de una semana —gruñó irritado al recordar el regaño de su madre.

El castaño iba a replicar algo, más fue callado por la voz molesta de Stan.

—¿Pueden callarse los dos? Ya me tienen harto con su estupida discusión —se quejo el de cabello negro con una mano en la cabeza, cosa que no paso desapercibida para ninguno.

—Oh no, Stan bebió demasiado de nuevo, no me digas, ¿de nuevo Wendy te dejo? —recalco con malicia el de ojos cafés.

Aquello pareció prender toda la ira de Marsh, pues tomó al muchacho por el cuello de su abrigo.

—Cállate, no quiero escuchar burlas de un gordo de mierda como tú, que no puede mantener una relación con alguien sin arruinarle la vida —soltó con desprecio.

Eso no se veía nada bien, por lo que Kenny optó por intervenir antes de que todo llegara a peores.

—¡Amigos! Que bueno es verlos, adivinen, voy a comprar el nuevo videojuego Cyberpunk 2077, ¿me acompañarán al centro comercial al salir de aquí? —cuestiona algo nervioso.

—¿Cyberpunk? Por Dios Kenny, ese juego ya lo tiene Kyle.

—Si, tú quedaste de comprar el nuevo Resident Evil, ¿no me digas que ya se te olvido?

—Tal vez su época de pobre le jodio la memoria.

—¡Callate, culo gordo!

Gracias a Dios el bendito timbre sonó, por lo que tuvieron que irse a sus asientos, McCormick suspiro aliviado al evitar una fea pelea entre sus amigos, el maestro pronto hizo acto de presencia saludando a sus alumnos y de su compañera de trabajo ni sus luces. Eso sin duda hizo sentir afortunado al muchacho, más todo se fue a la borda cuando la puerta se abrió y frente a ella un castaño y una rubia se veían agitados.

—Buenos días maestro, perdone la tardanza —susurró el muchacho. 

Kenny arqueo la ceja con duda, ¿en que momento Scott había dejado su seseo?

—No se preocupe, su compañera me avisó, así que pasen rápido, necesito revisar sus trabajos —sentenció. 

El par de alumnos ingresaron y se fueron a sus asientos, pronto el maestro comenzó a llamar a las parejas para que entregarán sus informes, Marjorine fue la encargada de entregar el suyo, al tener todo los trabajos el maestro les comenzó a pasar una hoja, pues se le había ocurrido la maravillosa idea de hacerles un examen sorpresa.

Casi todos protestaron ante tal injusticia, pero el mayor ni se inmuto, les dijo que tenían el resto de la clase para responder mientras el revisaba sus trabajos, luego de eso todo quedó en silencio. Los alumnos trataban de concentrarse en responder lo mejor posible, mientras que por un lado algunos como Kenny solo tonteaba mirando la hoja.

No fue una sorpresa para el rubio ver a Kyle levantarse de su asiento solo 20 minutos después de comenzado el examen, tampoco fue sorprendente ver a Marjorine ser la segunda en pararse, luego de ellos poco a poco sus compañeros fueron entregando sus respuestas. Poco a poco el salón se llenó de murmullos, mismos que fueron callados por el profesor.

—Stotch, McCormick, ¿podrían venir un momento? 

Hay estaba, iba a suceder, no se sentía realmente nervioso, aunque hubiera preferido ser delatado por su falta de ayuda en privado, no enfrente de todo su grupo. Se levantó con la hoja del examen en sus manos, pensando el la escenita que se vendría, casi podía verlo, estaba seguro de que la rubia haría una actuación digna de lastima.

—Solo espero que el entrenador del equipo no se entere —rogó internamente.

Cuando ambos estuvieron frente al maestro él les sonrió satisfecho.

—Este trabajo es muy bueno, la presentación, el contenido, la ficha bibliográfica, todo está impecable, díganme, ¿qué tal fue trabajar juntos? —cuestiono con interés.

La muchacha frunció las cejas, eso le hizo saber al chico que el momento que tanto pensó iba a llegar, más para su sorpresa todo fue muy diferente a lo que imagino.  

—Kenneth es bastante amable, comprendió que no podía trabajar en la tarea el fin de semana, acepto hacer el trabajo en la biblioteca de la escuela, me ayudó mucho y gracias a eso hicimos una tarea tal y como la solicito —declara con una sonrisa, aunque pronto la sonrisa es sustituida por un quejido de la muchacha, quien se agarra del escritorio.

—Stotch, ¿aún se siente mal? —cuestiona el profesor con un deje de preocupación, ya que la cara de su alumna parece abrumada y repentinamente se puso roja.

—Umm, si, no se preocupe —susurra en un hilo de voz.

—Bueno, si se siente mal solo dígalo y le daré el permiso de ir a la enfermería, ¿entendido?

—Si, muchas gracias.

—Ahora, como les decía, me alegro de ver un trabajo tan detallado, también estoy orgulloso de usted, McCormick. Espero que en el futuro siga demostrando este nivel de dedicación en sus tareas —felicita con una sonrisa.

—Si claro profesor—responde sin saber cómo sentirse, pues para eso sí que no estaba preparado.

—Vuelvan a sus lugares, queda poco tiempo para que termine la clase y necesito su examen —dice mientras señala al rubio.

Él asiente y se da la vuelta, cuando está en su lugar mira de reojo a Marjorine, ella a decir verdad no sé ve muy bien, pues parece consternada por algo. Se siente un poco en deuda, pues en lugar de entregarlo al profesor mintió y lo hizo quedar bien, él sabe que aquello no lo hizo por hacerle un favor, sino más bien para mantener su buena calificación, pues su padre la castigaría si baja sus notas.

Aún sabiendo eso planea agradecerle, pues no quiere quedar como un desconsiderado, así que en su primer receso hablara con ella, tal vez lo ignore o no le preste atención, más quiere hacerlo para no sentir que le debe algo a la rubia.

Cuando ese pensamiento termina el timbre suena anunciando el cambio de clase, la maestra de ética tarda un poco en llegar, aún solo hacerlo comienza a parlar sin parar sobre un tema que la verdad no le importa mucho a Kenny. Luego de esa clase tienen dos horas seguidas de matemáticas con la señorita Diane, McCormick odia las matemáticas por lo que para él es un martirio ese día en especial, el tiempo pasa demasiado lento para disgusto del rubio, quien trata de resolver unas ecuaciones integrales.

Todo el grupo está en silencio, pues sienten que cualquier ruido los puede privar de obtener las respuestas a los ejercicios, luego de hora y media una voz se deja oír.

—Disculpe maestra, ¿cree que pueda ir a la enfermería? —susurra la nueva alumna con la voz distorsionada.

La castaña mira a la muchacha, quien está toda roja y tiene un mal semblante, no se nota que esté bien, por lo que suspira y asiente.

—Bien, puedes ir —responde.

—Gracias, umm, maestra, ¿cree que alguien pueda acompañarme? —pregunta con vergüenza.

La mayor se va a negar, pero dándole un vistazo de nuevo opta por acceder, comienza a mirar a los alumnos para ver a quien mandar, para su suerte uno de ellos se levanta con su libreta.

—Termine los ejercicios, ¿podría revisarlos para ver si están bien o tengo que corregir? —pide amable.

—Claro, mientras reviso esto lleve a su compañera a la enfermería —ordena la castaña.

—Como usted diga, vamos Mar —dice el muchacho, que no es otro que Scott.

La rubia asiente y toma su brazo para caminar, antes de que salgan del salón la voz de su maestra los detiene, pues acaba de recordar algo.

—Malkinson, es probable que la enfermera no esté, así que quédese con su compañera hasta que ella llegué, ¿entendido?

—Por supuesto maestra, no se preocupe —sonrió el muchacho.

Luego de eso ambos se marchan, la mayoría ni siquiera hizo caso a la conversación, aunque para Kenny quien prestó atención todo eso le parece raro, pues su compañero castaño parecía estar satisfecho con la orden.

—De seguro es porque no tendrá que estar quebrándose la cabeza como nosotros —pensó para sí mismo.

Pronto olvida eso al batallar con sus ejercicios, cuando ve que casi se acaba el tiempo trata de copiar algo de lo que lleva Kyle, pero este al verlo frunce el ceño y tapa con sus brazos su hoja.

—Vamos Kyle, no llevo ni la mitad —murmura entre dientes.

—No es mi culpa que no estudies —responde el contrario sin mirarlo.

El rubio lo maldice entre dientes, para su mala suerte el timbre suena, por lo que no le queda más que entregar su trabajo incompleto, al recibirlo la maestra lo mira inconforme.

—McCormick, si sigues así vas a reprobar, sabes lo que puede pasar si bajas tu promedio, ¿no?

—Si.

—Entonces estudia más y busca asesorías, mira, ten esto, es una lista de alumnos que dan asesorías después de la escuela —dice mientras le entrega una hoja.

—Gracias, profesora.

—No hay porque agradecer, tienes potencial McCormick, solo te hace falta centrarte —opina ella mientras se retira.

El muchacho resopló con fastidio, sus amigos quien lo han esperado llaman su atención.

—Apurate Kenny, vamos a comer —ordena Kyle.

—Ya voy —respondió el rubio. 

Guarda sus cosas y le da un vistazo rápido a la hoja, al verla ve un nombre que le hace recordar algo.

—Adelantense, tengo algo que hacer —menciona.

—¿Qué tienes que hacer, Kenny? —cuestiona Stan.

—Es algo sin importancia, solo adelantese.

—Bueno, pero no tardes mucho, ¿quieres que pidamos tu comida? —pregunta Kyle.

—Si por favor, en un momento voy.

Los muchachos se dan la vuelta y se van, Kenny escucha como Cartman sugiere que el irá a tener sexo con una de sus putas, al escuchar eso el rubio rueda los ojos.

—Gordo idiota —masculla irritado, mientras comienza a caminar en dirección a la enfermería.

Honestamente no le anima mucho ver a su "ex amiga" y darle las gracias, pero el no querer deberle nada lo hace ir para acabar con eso cuánto antes, además ella está enferma, por lo que será más tolerable hablarle.

En el camino repite una y otra vez lo que le dirá a la rubia, cuando ve el letrero de la enfermería resopla sin ganas.

—Al mal tiempo darle prisa —murmura.

Ni siquiera se toma la molestia de tocar la puerta, él solo la abre para acabar con eso cuánto antes, pronto se arrepiente de su decisión.

Sus ojos se abren de la incredulidad ante lo que ve, su único reflejo es cerrar la puerta y darse la vuelta para marcharse rápidamente.

En su camino a la cafetería su mente solo puede repetir lo que vio una y otra vez, antes de llegar a su destino para abruptamente y pasa una mano por sus cabellos.

—Mi mente me jugó una muy mala pasada, definitivamente me hizo falta dormir, o la pizza de anoche me hizo daño —opina para sí mismo

Eso debía ser. ¡Tenía que serlo! Porque por supuesto que él no había visto a su estúpido compañero Scott Malkinson, cogiendo con Marjorine Stotch como si la vida se le fuera en eso. 

¡Simplemente aquello no tenía lógica!

Es decir, el padre de la chica la castigaría eternamente si ella se atrevía a hacer algo así, ¡era obvio que su mente estaba jodida! 

—Ademas ni yo me atrevería a tanto—se burló con gracia, pues hacer eso en la escuela no solo era arriesgado, si no que era muy estúpido, tal pensamiento lo hizo reír —mejor me voy a comer algo antes de que imaginé más locuras —piensa y retoma su camino.

Sin duda Kenny no volverá a comer pizza como desayunó, comida y cena, pues lo hace imaginar cosas loquisimas. 










Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top