Hoy no estás.

Cartman nunca creyó encontrarse en una situación como aquella en la que debía de dar respuestas, todo eso a causa de su rencor y curiosidad.

Se había dado cuenta de que no podía hacer nada por Butters, de hecho nadie podía, se había cerrado a todas las posibilidades de ayuda y se había dejado consumir por un enojo que venía guardando desde hace varios años.

Cuando se dio cuenta de lo imposible que era ayudarla prefirió evitar la realidad y refugiarse en su casa, por largos días se la paso hablando con su mamá y preguntándole por qué una simple niña tenía que sufrir eso.

Liane no sabía que contestar antes eso, pues aun siendo una adulta ni ella comprendía por qué la chica tuvo que sufrir todo aquello, lo único que la mujer pudo hacer fue consolar a su hijo, quien tenía un gran sentimiento de culpa.

Los días pasaron, tuvo que regresar a la escuela, no prestaba real atención a nada, no fue hasta que vio que Craig molestaba a Clyde como un vil abusador que supo que algo raro andaba pasando, a eso se le sumó una Nelly haciendo lo mismo contra Bebe, para hacer todo más raro Kenny también andaba extraño con él, pues evitaba hablarle y estar a su alrededor, no fue hasta dos semanas después de su regreso que todo comenzó a tener sentido cuando el rubio lo citó para hablar.

Al llegar al lugar acordado la cosa se torció cuando el siempre relajado McCormick lo tomo con violencia y lo estampó contra la pared, antes de que pudiera quejarse de qué demonios había sido eso, el de orbes amatistas hablo.

-Tú sabes que siempre te he considerado mi amigo, de hecho sentía que éramos algo así como Kyle y Stan, buenos amigos que comparten un lazo estrecho -murmura en voz baja.

El castaño rueda los ojos, aun con su desanimado estado se atreve a bromear.

-Kenny si me vas a confesar tu amor, temo decirte que yo no soy gay, aun así que buen gusto tienes -escupe con sorna.

Una mueca de disgusto se dibuja en la cara del rubio, aprieta más su agarre.

-Es curioso, justo vamos a hablar de amor, entonces dime, ¿por qué me inventaste que a Marjorine le gustaba Clyde? -cuestiona con enojo.

La actitud de Eric se desmorona, entre todas las cosas no tiene cabeza para lidiar con Kenny y su evidente enojo, así que trata de cambiar de tema.

-No sé dé qué hablas, estás todo raro últimamente, creo que solo imaginas cosas.

Más aquello no funciona, el chico lo suelta y lo apunta con el dedo.

-Hable con Marjorine el día que volvió, ella me confesó que me quería, que lo había hecho desde que era una niña, entonces quiso saber por qué yo le hice esa estúpida broma, la respuesta fueron mis celos, celos que fueron provocados por tus mal intencionadas palabras, además de eso me dijiste que ella te había confesado su amor por él, ¿por qué mentirme Cartman? ¿Tanto te divierte el sufrimiento ajeno? -pregunta.

-Kenny, basta, solo fue una broma de niños -dice intentando restarle importancia, no quiere dar explicaciones, en verdad no desea hacerlo.

Nada sale como él quiere, pues el puño del rubio se estrella contra su mejilla y lo ve con ira.

-Tu estúpida broma casi le cuesta la vida a Marjorine, eres despreciable, yo no sé cómo es que...

Las palabras mueren en su boca al ver como Eric lo mira, es una especie entre miedo y asombro.

-¿Quién te lo dijo? -interroga en un susurro.

-... Tú también lo sabes...

-Sí, ¿cómo te enteraste tú?

-Ella me lo dijo, me contó todo lo que paso ese día, me culpo, dijo, dijo que preferiría no haberse defendido para terminar con su miserable existencia, tú... ¿Te das cuentas? Tus mentiras terminaron causándole toda esta mierda -acusa.

-No Kenny, no te equivoques, yo no tengo la culpa de que su padre sea un maldito abusador, si tengo la culpa en algo es en sentir desprecio por ti.

-¿Qué?

-Si Kenny, yo te odie y la odie a ella, no entendía como es que ella prefiriera al estúpido niño pobre y sucio en vez de a mí, no podía soportar todas las miradas de admiración o la tranquilidad que le parecías proporcionar, lo que fue peor es que incluso cuando tu etapa de mocoso precoz comenzó y empezaste a hacer cosas inapropiadas ni eso mato su adoración. Los odiaba tanto, por eso hice lo que hice, estuve mal, claro que lo admito, ¿pero sabes qué? Yo no te obligue a creerme, tú y tu inseguridad te llevaron a hacer lo que ambos sabemos -señala.

La boca de McCormick se curva en una mueca de furia, está tentado a golpearlo un poco más por lo idiota que es, más ahora es detenido por la voz de Craig quien los mira de una forma indescriptible.

-Parece que ustedes tienen las respuestas que deseamos, no debería de asombrarme -opina.

-¿De qué mierda hablas Tucker? -cuestiona el castaño.

-Hablo de Marjorine.

Cartman rechina los dientes.

-No entiendo que esté planeando Butters al contarle a todos, pero yo no quiero ser parte de esto, así que me voy a mi casa -dice.

Aunque antes de dar cualquier paso es detenido con brusquedad por el de cabello negro.

-Dudo que planee algo, más bien lo que pasa aquí es que ya no tiene control de lo que hace, nos enteramos por casualidad, porque estaba borracha y no soporto que Nelly la sermoneara -cuenta.

-Carajo... Espera -murmura el rubio -. ¿Cuántas personas se terminaron enterando?

-Varias.

-¿Quiénes son? -pregunta de nueva cuenta.

-Heidi, Nelly, Kevin, Scott, Mark y yo -responde.

-Demonios -masculla molesto.

El de ojos verdes solo rueda los ojos y se cruza de brazos.

-Nosotros no vamos a decir nada McCormick, de hecho, Mark tiene la teoría de que también lo saben Tweek, Philip y Gregory -cuenta.

-Eso no es una teoría, es más que obvio que lo saben -opina Cartman.

-Como sea, el caso es que ahora que lo sabemos necesitamos respuestas, unas que parecen nos pueden dar ustedes -señala.

Al escuchar eso, el castaño se niega.

-Yo no voy a decir nada, es algo que a mí no me corresponde -proclama seguro.

-El gordo traidor tiene razón, nada de esto nos corresponde decirlo a nosotros -murmura.

Tucker los mira fijamente, se nota serio.

-Creo que no me están entendiendo, no se los estaba pidiendo, esto es algo que van a hacer si o si -declara.

-Tú no nos mandas Craig, es más, ¿Por qué tanto interés? -increpa Eric.

-El interés es porque nosotros no vamos a permanecer pasivos en esta situación, no vamos a cometer el mismo error dos veces, antes fue por ignorancia, pero ahora que lo sabemos queremos hacer lo correcto -indica.

-Ella está mal, no se va a dejar ayudar por nadie, está enojada y resentida -expresa Cartman.

-Lógicamente lo está, pero eso no nos va a detener, ¿en serio tú te vas a dar por vencido tan rápido? -pregunta mientras lo mira.

El muchacho se queda callado, tiene razón, él nunca se ha dado por vencido, ¿por qué debería de hacerlo ahora? Con eso en mente es que acepta.

-Bien Craig, les contaré lo que sé, solo espero que cumplas eso de ayudar a Butters o me las pagaras muy caro -amenaza.

-Eso no hace falta Cartman, esta vez vamos a hacer la diferencia, ¿qué dices tú McCormick? -cuestiona.

-Bien, ayudaré por ella, espero que lo que sea que planeen funcione -murmura inseguro.

-Lo hará, ya lo verás.

-Eso espero, por cierto, ¿cuál es su grandioso plan? -interroga el castaño

-Primero sacarla de su encierro, luego de eso hablamos con ella.

-¿Y como planean sacarla? -pregunta de nueva cuenta.

-Cotswolds trabaja en eso -dice sin más.

-¿En serio? No te ofendas, pero ese es un terrible plan -se queja.

-El gordo tiene razón, ¿qué podría hacer Cotswolds para hacerla salir de su encierro? -cuestiona Kenny incrédulo.

El de ojos verdes los mira aburrido.

-Lo que Marsh no pudo, ser valiente y no darse por vencido -escupe.

Ambos amigos se miran, duda que aquello sirva siquiera para algo.

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Octubre está a nada de comenzar, es viernes, aquel día hay un evento para promover el deporte en su escuela, Mark no es muy afecto a esto, así que decidió faltar, no hubo problema, sus profesores solo tienen excelentes referencias de él, por lo que una falta no le afecta.

Al llegar a su destino el muchacho suspira y toca el timbre, en cosa de nada su profesora de ballet abre y lo mira confusa.

-Mark, pensé que estarías en clases.

-No me gustan los eventos deportivos, no soy muy bueno, así que preferí no ir, ¿puedo pasar? Me gustaría pasar el rato con Marjorine -murmura.

-Umm, claro, no hay problema, es una lástima, justo hoy ella no está fuera de su habitación, ya que tengo que ir a resolver unos pendientes, así que te la encargo, ¿sí? Espero no tardar mucho -comenta.

-No se preocupe, no me iré pronto, esta vez tengo mucho tiempo, así que quiero aprovecharlo -cuenta.

-Eso es bueno, entonces sube, si no me escuchas es porque ya me marche -dice.

El castaño asiente, sube las escaleras y se para frente a la puerta de la habitación de la chica, baja la guitarra que está cargando y toma asiento.

-Hola Marjorine, esta vez llegué temprano, hay un evento deportivo en la secundaria, soy muy malo en los deportes, así que preferí faltar -relata, nadie contesta, por lo que el chico sigue hablando -. Te seguiré leyendo los poemas del libro de pablo Neruda, nos quedamos en el 15, seguro que hoy lo acabamos -opina.

Entonces se pone a leer, su manera de pronunciar las palabras es suave y gentil, cuando ha terminado con el último poema suspira y mira la puerta.

-La canción desesperada no la leeré, en cambio, quiero cantarte de nuevo la misma canción que llevas oyendo desde hace una semana y media, espero que si te guste, porque si no vas a terminar detestándome -bromea, suspira y comienza a tocar.

Bajo una lluvia de dolor

Y un cielo gris que apaga el corazón

Que fue regando mil historias de hojas rotas

Haciendo vivo este dolor

Y hoy no estas

Y ayer brillabas como el sol

Que se escondió una tarde

Y se hizo tarde y no volvió

Y en mi ventana vi el dolor

Tu rostro en cada gota

Se hizo de noche y no brillo

La luna que ayer nos iluminó

Y fui esperando la mañana cada noche

Y el día que nunca llego

Y hoy no estas

Y ayer brillabas como el sol

Que se escondió una tarde

Y se hizo tarde y no volvió

Y en mi ventana vi el dolor

Tu rostro en cada gota

Quizás mañana volverás

Y al anochecer la luna brillara

Como lo hizo ayer

Y aunque ya no vuelvas más

Siempre estaré

Jamás te olvidaré...

Finaliza la canción, deja de tocar, va a decir algo, más por fin, luego de mucho tiempo la voz detrás de la puerta se deja escuchar.

Y hoy no estas

Y ayer brillabas como el sol

Que se escondió una tarde

Y se hizo tarde y no volvió

Y en mi ventana vi el dolor

Tu rostro en cada gota

Tu rostro en cada gota

Al terminar de cantar la puerta se abre, el chico se levanta con rapidez, cuando ve a la rubia ella lo mira sin mucho ánimo.

-¿Qué quieres de mi Mark? ¿Por qué no te alejas? -pregunta.

-Porque eres mi amiga, además me gustas -revela -, me gusta mucho -dice un poco más tímido.

-Tú no me gustas, es probable que nunca lo hagas, además yo solo te haré daño, ¿eres tonto o qué? -externa hostil.

El contrario le sonríe, lo que descoloca a la chica un poco.

-Sé que no te gusto, también comprendo que nunca te gustaré, no me molesta y no me arrepiento, en cuanto a lo de ser tonto no creo serlo, solo quiero ayudarte, dejando de lado que me gustes y todo eso, siento por ti un profundo cariño, eres mi primera amiga, la mejor, lo único que quiero es ser útil y hacer más llevaderos tus días -declara.

-Mark, la persona que conociste ya no está, es como tu canción, hoy no está, dudo que vuelva a existir siquiera, todo lo que creas de mí no es más que un mero recuerdo, ahora mismo soy muy egoísta y rencorosa, si pudiera haría miserable la existencia de todos solo para sentirme satisfecha -externa sombría.

Más el chico niega y toma por los hombros a la contraria.

-No me vas a asustar, además a mí no me importa si has cambiado, eres mi amiga, te apoyaré en este duro momento, no te voy a dejar sola -asegura.

-... ¿Y si te uso y te pido que hagas algo malo? -cuestiona.

-Yo no haré nada malo, soy tu amigo, si sé que algo está mal te lo diré, además de que no participaré en algo que no es beneficioso para ti -explica.

-¿Y si yo hago algo malo? ¿Así si te alejaras de mí? -pregunta en un susurro.

-No, yo te dejaré sacar tu frustración del modo que desees, y lo haré solo para que veas que eso no te dará satisfacción -menciona y pone su mano en su cabeza -. Y cuando te des cuenta de que lo que necesitas es ayuda profesional, yo estaré contigo, te acompañaré a tus citas, te sostendré en el duro proceso, no te voy a dejar caer, eso te lo prometo por mi vida -murmura mientras besa sus manos.

Sus orbes celestes miran la seguridad con que ha dicho aquello, así que suspira aliviada, su idea era alejarlo y asustarlo, más al ver que no lo logro se siente feliz, pues sabe que es honesto con sus intenciones.

-Bien Mark, espero que estés listo para cargar con el lastre que soy ahora mismo.

-¿Eso qué quiere decir?

-Volveré a la escuela, tendrás que encargarte de mí -dice con ironía.

-Lo haré con gusto -garantiza, luego carraspea y ladea la cabeza -, por cierto, hay más personas que quieren verte, pero no sé si tú quieras verlas a ellas -menciona.

Stotch resopla cansada.

-Déjame adivinar, todos los que escucharon mi sucio secreto quieren verme -intuye.

-Sí.

-... Como sea, igual solo adviérteles que no tendré consideración con ninguno, lo dejo en claro porque no quiero reclamos.

-No te preocupes, hablaré con ellos, veré si pueden venir saliendo de la escuela -pronuncia pensativo.

La muchacha solo asiente y espera lo que sea que vaya a suceder

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A las cuatro Christophe llega a su casa, bosteza con total pereza y sube las escaleras, al estar arriba mira con verdadero asombro que la habitación de la rubia está abierta, curioso se asoma para ver si es que está ahí, o ya se marchó a otro lado.

Al estar en el umbral sus cejas se fruncen con sorpresa al verla ahí adentro sentada en su cama, lo que hace todo más risible es ver que Cotswolds logro su cometido, pues esta a su lado mostrándole algo, entonces solo se da la vuelta y entra en su habitación.

Realmente no entiende que situación vive Marjorine, de hecho si es sincero, entre menos se entrometa es mejor, pues no desea complicar su estadía en aquel pueblo, ya que si lo hace, hay posibilidades de que su madre nunca le levante el estúpido castigo.

Pasa la mayor parte de la tarde en su habitación, casi cuando está a nada de dormirse tocan su puerta, pensando que es Emma da permiso de que entren, entretenido en su celular, no presta atención a la persona hasta que escucha el ruido del seguro siendo puesto, entonces eleva su cabeza y ve que quien entro es Marjorine.

-¿Y tú qué quieres? -pregunta.

-Usarte, tal y como tú lo hiciste conmigo -responde.

El castaño rueda los ojos con fastidio.

-No entiendo a qué te refieres y ni quiero entenderte, lo que necesites no es mi problema, ve y busca otro tonto, a mí no me estés molestando -espeta.

-No quiero a otro tonto, te necesito específicamente a ti, de hecho creo que te conviene, tú quieres a tu Abigail, ¿no?

-Tú no eres ella.

-Lo sé, pero soy lo más parecido a lo que tendrás, vi fotos de ella, ya sé por qué te gusta tanto, es tan bonita, esa cintura pequeñita y senos grandes son muy llamativos -murmura.

Aquellas palabras no le caen muy bien al francés, quien empuja a la chica y la mira con enojo.

-No sé a qué estás jugando, ni me interesa, no vuelvas a hablar así de ella, es más, no vuelvas a nombrarla siquiera, ¡tú no mereces hablar de ella con tu sucia boca! -exclama con furia.

-¡Ay, Chris! Qué malo eres, yo solo quería que tú y yo nos divirtiéramos como en los viejos tiempos, pensé que ahora que tengo un cuerpo más similar al que buscabas estarías feliz de poder probarlo e imaginarte a esa MUJER -musita con falsa tristeza.

D'Lorne se queda quieto y la mira, aquello sí que llama su atención.

-¿Qué quieres? -pregunta.

-No mucho, de hecho solo quiero ser tu Abigaíl por unos días.

-¿Por qué?

-Porque le gustas a Bárbara.

-¿Y eso qué?

-Chris, ¿Qué haría sufrir a una chica enamorada? -cuestiona, él se queda callado, por lo que la contraria rueda los ojos -Bárbara sufrirá porque te verá actuar de un modo en el que no lo hiciste con ella, entonces se molestara, pero más que molestarse le va a doler. Eso es lo que quiero yo, que le duela, quiero verla retorciéndose en su miseria -pronuncia con rencor.

-... ¿Si lo hago te vestirás como yo quiera?

-Si.

-... Es tentador, si te cortaras el cabello sería una oferta irresistible -ironiza.

-Eso lo puedo hacer luego de la presentación con tu madre, adiós cabello largo para siempre, por ahora te puedo ofrecer no traerlo suelto -sugiere.

-¿Por qué no solo dejar esa estúpida presentación y hacerlo ahora? -cuestiona.

-Fácil, porque quiero largarme de este maldito pueblo, hable con Emma, amigos de la compañía en que antes trabajaba tu madre irán a vernos, deseo dar mi mejor presentación para que me ofrezcan una oportunidad e irme de aquí -revela.

-Dudo que con lo que vamos a bailar se asombren -opina.

-Sí, lo sé, por eso no te preocupes, ya tengo a alguien que me ayudara, tú solo dime, ¿me ayudas con lo de Bárbara o no?

-Está bien, te ayudaré solo porque estoy muy aburrido.

-¡Excelente! Escoge mi ropa el domingo y la usaré con mucho orgullo -dice con burla.

Se da la vuelta para irse, más es detenida por la mano del chico.

-Sé que lo harás, ahora, agradece de forma correcta y arrodíllate ante mí, necesito que me ayudes con un problema que me acabas de causar -ordena.

La rubia se gira y hace caso, en cosa de nada tiene el pene del chico hasta la garganta, quisiera decir que le disgusta, pero no es así, le encanta la rudeza con la que Christophe la trata.

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Cambie de trabajo, la vida es más dura, pero soy feliz. 🥺💖

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