Enemigo.

Los pájaros cantaban, el sol brillaba en todo su esplendor, Marjorine canturreaba una canción con total alegría. La vida era hermosa, llena de colores y felicidad para ella.

A su lado, sus amigos caminaban con dificultad, había nevado por la noche, era difícil caminar con tanta nieve, las pobres avecillas tiritaban de frío, el sol era cubierto por nubarrones, la mayoría de alumnos que iba a la escuela maldecía entre dientes el tener que ir a clases con un clima tan de la mierda.

La rubia, en su mundo, no veía ninguna adversidad, simplemente caminaba con gracilidad, asombrando a todo el que la veía pasar.

Incluso sus amigos estaban sorprendidos, Marjorine era muy friolenta, pero ahora mismo parecía que ni siquiera notaba el horroroso frío que hacía.

Entrar a la escuela no menguó su espíritu, sino que parecía haberlo enaltecido.

De modo melifluo saludo a todos sus conocidos.

—Hola, Scott, hola, Kevin, ¿lindo día no?

Los amigos, que estaban excesivamente cubiertos por el frío, la miraron cómo si le hubiera crecido otra cabeza, ella no espero respuesta, solo siguió caminando feliz, envuelta en un aura rosa de felicidad.

—Hola Red, Rebecca, Lexus, Porsche, Mercedes, tengan un bonito día —deseo de modo amable.

—Huh, gracias —respondieron extrañadas ante el afable trato.

La muchacha solamente sonrió, y siguió su camino, las chicas miraron con interrogación a los dos rubios amigos de ella, pero ellos nada más se encogieron de hombros, pues tampoco sabían qué le pasaba.

Solamente se dedicaron a seguirla, parándose detrás de ella cuando saludaba a alguien, cuando se cruzó con Stan y Kenny, la rubia saludo con la misma amabilidad y dulzura con que había hecho con todos.

—Hola Stan, Kenny, espero que hayan tenido un buen fin de semana, felicidades por su victoria en el partido del viernes —halaga.

—Gracias Marjorine, te notas muy animada, parece que te paso algo bueno —señala.

—Sí, supongo, fue un buen fin de semana.

—Me alegro, quisiera decir lo mismo, pero Kenny ha estado con un humor de perros —se queja.

—Cierto, te quedaste todo el fin de semana con Stan, pensé que estarías feliz de pasar más tiempo con un amigo —murmura.

—Stanley exagera, yo estuve de maravilla todo el fin de semana, más bien quien está en su periodo es él —menciona entre dientes.

Stotch va a decir algo, más al ver a Clyde caminando cerca sonríe nerviosa.

—Bueno, espero que a ambos se les pase el mal humor, nos vemos en clases —musita mientras se despide y se marcha rápido.

Para McCormick no pasa desapercibido su nerviosismo, tampoco es tonto, él vio al castaño mucho antes que ella.

Ellos hablan, ante cada palabra ella parece más nerviosa, ríe y enreda su cabello en su dedo. Claramente, es una forma de coqueteo, algo muy estúpido a su parecer, Clyde aleja a cualquier chica que no sea Bebe, quiere ver el rechazo que él le hará, necesita verlo para dejar de sentir esa pesada y molesta sensación en su estómago.

Para su sorpresa, él no la detiene, más bien le sonríe, incluso cree que los ojos cafés lo miran antes de pasarle una mano por los hombros y caminar junto a ella rumbo a su salón.

El sabor amargo de la hiel se hace presente en su boca, no puede evitar recordar a Eric de niño.

—Acéptalo Kenny, ella solo siente lástima por ti, tú no le gustas, quien le gusta es Clyde.

Rememorar eso solamente hace que su frustración crezca, por lo que sin decir nada se aleja de ahí, la verdad es que Stan ni le hace caso, pues al igual que el rubio se siente extraño de ver aquello.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

Han pasado dos semanas, el día de San Valentín está casi a la vuelta de la esquina, el amor se puede oler en el aire, o bueno, por lo menos eso cree Stan.

Kyle pasa cada vez más tiempo con Rebecca, Kenny también ha estado más pegado a Tammy, Cartman ha estado bastante tranquilo, lo que solo le hace pensar que en verdad hay algo especial en ese mes.

Suspira al pensar que es la primera vez en mucho tiempo que pasará esa fecha solo, comúnmente ese día lo pasaba junto a Wendy, pero ahora que ya no son nada no le queda más que pasarlo como un día cualquiera.

Come aburrido su cena, para su suerte las cosas en su casa han estado tranquilas, agradece que sea así, pues no tiene cabeza para aguantar las peleas de sus padres ahora.

Cuando está acabando con su comida, su madre lo llama con dulzura.

—Stan, ¿podrías hacerme un favor? —pregunta.

—Claro mamá, ¿qué necesitas?

—Necesito que vayas al pueblo por algunas cosas, quiero hornear algunas galletas para mañana, Sheila nos invitó a cenar, no quiero ir con las manos vacías —menciona.

—Está bien, dime qué necesitas e iré por ello.

—Gracias cariño, ten, aquí está la lista y el dinero, puedes ir en el auto de tu padre, ten cuidado, ¿si?

—No te preocupes, ahora vuelvo, no tardo nada —asegura, toma su chaqueta del perchero, las llaves del auto de la mesita de entrada y sale de su casa.

Conduce con calma, tarareando la canción que suena en la radio, cuando llega al supermercado toma un carrito y se adentra al establecimiento.

Recorre los interminables pasillos buscando todo lo que contiene la lista, cuando casi acaba distingue a su judío amigo caminando junto a Marjorine, ellos llevan muchos dulces y algunos animales de peluche, aunque parece que todavía les falta algo, pues miran por los pasillos insistentemente.

Se acerca a ellos para saludarlos.

—¡Hey Kyle, Marjorine!

La muchacha se gira asustada, al ver a Stan su rostro se relaja, aun con eso lo jala y lo lleva con ellos, haciendo que el de cabello negro deje sus compras atrás.

—Oye, que demonios, ¡tengo que llevar eso a casa! —exclama.

Pero la rubia no le hace caso, solo camina nerviosa, Marsh mira al pelirrojo con interrogación, él le sonríe y niega.

—Estaba de chismosa, ahora tiene miedo de que Gregory se enoje con ella —explica.

—También debería de estar molesto contigo si estabas con ella, ¿no? —cuestiona.

—Yo me la encontré hace unos momentos, soy su excusa, creo que ahora tú también lo serás —se burla.

Quiere preguntar a qué se refiere, más no alcanza a externar lo que piensa, pues una nueva persona se les une.

—Eres muy escurridiza, tanto como un ratón, ¿qué haces aquí? —pregunta el rubio inglés.

—No sé dé que hablas, yo solo vine a comprar cosas con mis amigos Kyle y Stan —responde sin mirarlo.

El muchacho entrecierra los ojos y la mira con suspicacia.

—No me digas, es curioso, ¿sabes? Vi a Marsh entrar solo, en cuanto a Kyle, no hace falta decir que lo salude cuando estaba con Millie, ¿pero eso ya tú lo sabes, no?

—... Está bien, lo admito, yo te seguí, pero solamente porque estaba preocupada, no porque dude de tus decisiones —menciona avergonzada.

—Pues yo también estoy preocupado por ti, pero yo te lo hago saber, no te voy y te sigo cada que estás con Clyde —murmura con enfado.

—Yo, yo no quiero sonar como una paranoica, además no sé cómo expresar mis ideas y ser objetiva con el tema, eres mi amigo, estoy feliz de que quieras salir con alguien, pero no puedo evitar pensar que todas las chicas a las que conocí antes son malas para ti —declara honesta.

El rubio suspira cansado.

—Hablemos mañana, todavía tengo que llevar a Millie a su casa —sugiere y se marcha.

Stotch resopla con frustración.

—Lo siento, los involucré en algo que no debía —se disculpa.

—No pasa nada, solo creo que deberías ser más comprensiva —dice Kyle.

—¿Qué quieres decir? —pregunta.

—Bueno, esto es solo mi percepción, pero creo que eres muy posesiva con tus amigos, entiendo que puedas tener miedo de que lastimen a Gregory, pero eso no quiere decir que tengas el derecho a cuidarlo de modo compulsivo, lo mismo pasa con Tweek, tú necesitas apoyarlos, hablar con ellos sobre lo que piensas que les puede hacer mal, pero no sobre protegerlos. Todos tenemos derecho a decidir por nosotros mismos y cometer nuestros propios errores —indica el pelirrojo.

Ella se queda callada, se da cuenta de que es cierto, últimamente está siendo muy egoísta, por eso se pone roja de vergüenza al pensar en lo mala que ha sido con sus amigos.

Kyle pasa una mano por su hombro y la reconforta.

—Todos nos preocupamos por nuestros amigos, así que es normal que se nos pase un poco la mano, si te disculpas con honestidad todo quedara solucionado, ¿no Stan?

—Ah, si, si, claro —responde mirando absorto la familiaridad con que trata su amigo a Marjorine, sin poder evitarlo se siente raro, el sentimiento es igual al que experimenta cada que ve a la rubia junto a Clyde, así que hace lo que ha estado haciendo cada que lo ataca esa extraña sensación—. Tengo que irme, mamá necesita con urgencia lo que me mando a comprar —susurra y se aleja sin esperar a que se despidan de él.

Entonces huye como lo ha estado haciendo en aquellas dos semanas.

.

.

.

▬♥▬

.

.

El fin de semana llego y con el, la ausencia de su padre y su esposa, si lo pensaba bien, ellos solían perderse mucho los fines de semana, suponía que ahora mismo estaban en una fase en que no podían controlar sus manos, algo así como un par de adolescentes.

Honestamente, no le molestaba, de hecho le alegraba que su progenitor estuviera tan feliz, lo que no le gustaba era quedarse solo con su hermanastra.

Ya casi eran tres semanas en que la rubia se había hecho más cercana a Donovan, para su disgusto y posiblemente también el de Craig, ahora, era normal verlos charlando o almorzando juntos en la escuela, eso no hacía más que irritarlo, pero no tenía valor de decirle algo a Clyde, por el hecho de que en parte, se culpaba a sí mismo de su alejamiento con Bebe.

En aquellos momentos, más que nunca se maldecía por haber aceptado pasar el rato con aquella muchacha, sus pensamientos son cortados de tajo al escuchar el timbre sonar, baja las escaleras con rapidez para recibir a sus invitados.

—Pasen, amigos —dice a modo de saludo.

Stan, Kyle e Ike, el hermano pequeño del último, entran a la casa del rubio.

—Vaya, tu casa es muy bonita —halaga el menor.

—Gracias, pueden dejar sus cosas arriba—menciona mientras los encamina a su habitación.

Si, Kenny no encontró mejor idea que invitar a más gente para no estar él solo con Stotch, una maravillosa idea a su parecer.

Cuando entraron al cuarto del chico, una expresión de asombro se dejó oír.

—Vaya Kenny, que paciencia la tuya para decorar —alaba Kyle.

—Hombre, quien pensaría que eras tan artístico —susurra Stan.

—Creí que habría pósters de chicas en paños menores —señala Ike como si nada.

El rubio ríe ante eso último.

—Sí, quería hacer eso, pero cuando venga Karen tendría que quitarlos, así que preferí no arriesgarme a ponerlos —dice mientras se encoge de hombros.

—La única chica que te hace ser un ser sano —se burla el pelirrojo.

—Todo por mi hermanita —asegura con una sonrisa—, por cierto, ¿quieren desayunar? Podríamos preparar algo o tal vez podemos ir a algún lugar.

—Hagamos algo, mejor en la noche encargamos pizza o algo así —opina Kyle.

—Gran idea, ¿pero quién cocinará? —pregunta Stan.

—Pues todos, así si sale mal será culpa de todos —indica el judío.

Los chicos asienten, bajan a la cocina y comienzan con su labor, al terminar el único que no quiere probar la comida es el menor.

—Aguantaré hasta la noche, su comida no se ve muy segura —opina.

—¡Oh, vamos! No tiene la mejor pinta, pero sabe bien —objeta su hermano.

—No gracias, aprecio mi salud lo suficiente como para aguantar un poco el hambre —replica el niño.

—Como quieras.

Los mayores comen su almuerzo con calma, conversan sobre algunos temas de la escuela, cuando ya casi acaban con su comida una voz femenina los saluda con pereza.

—Oh, hola chicos, olvide que mama dijo que iban a venir —murmura.

—Si, nuestros padres se fueron y nos dejaron juntos para más seguridad, ¿irónico, no? —externa Kyle.

—No, creo que está bien, ellos necesitan tiempo rodeados de amigos, ah, ¿ya desayunaron?

—Vamos acabando —responde Kenny.

—Huh, bien, entonces haré algo ligero para mí.

—Ah, puedes hacer algo para mí también, yo no he comido nada —murmura el niño.

—Ike, tú no querías comer.

—No es cierto, no es cierto, yo tengo hambre —se queja.

—Ah, no te preocupes Kyle, yo puedo hacer comida para los dos —indica.

—No, Ike no quiso comer nada porque nuestra comida no le agrado, ahora que se aguante.

Los ojos del niño de cabello negro se ponen acuosos, suelta algunas lágrimas que ponen nerviosos a los otros dos amigos.

—Amigo, mejor déjalo desayunar con Marjorine, si no lo haces va a llorar —dice entre dientes Stan.

El pelirrojo frunce los labios con molestia.

—Como sea —musita y se va de ahí.

Marsh se marcha detrás de él, mientras que Kenny sonríe tensamente.

—Sí, subiré con ellos, en un rato bajo a lavar lo que ensuciamos —declara de forma rápida y también se va.

La muchacha solo puede mirarlos irse con decepción, no sabe que le hizo a él y Stan, pues parece que ambos huyen de ella solo verla, deja eso de lado para mirar al niño y sonreírle amable.

—Y bien, Ike, ¿qué quieres desayunar?

—Lo que sea esta bien, aunque a mí me gustan mucho los panqueques.

—Pues eso será entonces —exclama con emoción.

.

.

.

▬♥▬

.

.

.

La tarde llega pronto, los amigos juegan y ríen, Kyle incluso se olvidó de su hermano, pues está tan entretenido que ni siquiera se preocupa por saber si está bien, solo parece recordarlo cuando su estómago siente hambre.

Así que deja unos momentos el videojuego en el que están tan concentrados y sale del cuarto de Kenny para buscar al menor.

Ni siquiera tiene que bajar a la planta baja, pues la música en el cuarto de la chica le hacen saber que ahí está su hermano, al asomarse lo encuentra solo, leyendo un libro totalmente absorto, nota que en uno de los muebles hay un plato con galletas, un vaso de jugo y varía fruta en un bol.

Carraspea irritado.

—Te sigue funcionando el hacerte pasar por un niño ingenuo —reclama.

El menor se encoge de hombros y sonríe.

—Soy un niño ingenuo, es inevitable no quererme.

—Si, como sea, ¿dónde está Mar?

—Ah, ella dijo que iría a una clase de música, llega como a las nueve, prometió traerme algo de comer.

El de ojos verdes recuerda que ese día toca con sus amigos, así que no pregunta más, en cambio, solamente recrimina a su hermano.

—Ike, no puedes hacerme quedar mal siempre, ¿qué pasaría si la gente en verdad cree que soy un mal hermano contigo? —pregunta.

—Es que si eres malito Kyle, querer hacerme comer esa cosa rara es injusto, ¿consideras que tu amigo Kenny me cambie a su hermana por ti? —cuestiona.

—Dudo que acepte, parece haberle tomado cariño.

—Mmm, no lo creo, parece que ella le desagrada, lo mismo pasa con Stan, la tratan como si fuera una plaga —menciona.

—¿Por qué dices eso?

—Pues dos veces fue a tocarles para preguntarles si no necesitaban algo, la primera vez abrió Marsh, le respondió con un rotundo no y le cerró la puerta en la cara, luego toco el turno del rubio, él fue cortante, básicamente le dio a entender que dejara de joder —explica.

—¿En serio hicieron eso? —pregunta sin creerlo, pues él ni cuenta se dio.

—Si, lo hicieron, me asombra la paciencia que esa chica tiene, es buena, además es genial hablar con ella, si te cambiaba hermano —dice honesto.

El pelirrojo frunce las cejas con extrañes.

—Que raro, ¿estás seguro de lo que dices Ike?

—Por supuesto, yo mismo lo vi —asegura.

—Bien, regresaré con los chicos, es probable que pidamos pizza, si escuchas el timbre avísame, ¿si?

—Claro Kyle.

El mayor se retira de nueva cuenta a la habitación de McCormick, al estar ahí mira a los chicos fijamente, no se ven de mal humor, por lo que no entiende por qué han sido groseros con la rubia.

A decir verdad, si se ponía a pensar en las últimas semanas todo estaba raro con sus amigos, Kenny pegado a Tammy, Cartman demasiado tranquilo sin joder a nadie, Stan absorto e indiferente.

Aun con eso nada tenía sentido, así que se encogió de hombros y resopló.

Tal vez solo estaban siendo idiotas, tal y como en los viejos tiempos.

Pronto dejó de lado sus pensamientos cuando su estómago gruñó de nueva cuenta, sin preguntar siquiera, ordenó un par de pizzas, pues ya era bastante tarde.

Después de un par de minutos Ike fue a avisarle que ya había llegado lo que pidió, bajo y pago, dejo la comida en la cocina y fue por sus amigos para qué bajarán a comer.

Pronto se encontraron devorando la pizza con hambre absoluta, su hermanito había declinado comer con ellos, parecía confiar en que lo que le traería la rubia sería mejor.

Un par de minutos después de iniciada su comida llegó Marjorine, aunque no venía sola, Tweek y Mark la acompañaban, los tres llevaban algunas bolsas con el logo de bennigan's.

Al verlos solamente los saludaron con simpleza y subieron las escaleras.

Kyle sigue comiendo, aunque se detiene cuando nota que sus dos amigos se han quedado quietos, mirando a la nada, eso ya es muy extraño, por lo que resopla.

—¿Y ahora ustedes dos que tienen? —cuestiona.

—Ah, nada, creo que ya estoy satisfecho, ¿no quieres que vaya por tu hermano para que cene? —cuestiona Stan.

—No es necesario, Marjorine le prometió traerle comida, así que ahora mismo debe de estar comiendo con ella, Mark y Tweek, ah si, Ike está pensando seriamente en hacer un cambio de hermano —señala el pelirrojo.

—¿Un cambio de hermano? Por quien te quiere cambiar —pregunta Kenny.

—Por tu hermanastra, opino que le agrado mucho —dice tratando de aparentar indiferencia, de reojo observa al rubio para ver su reacción, al ver que aprieta los dientes, una muy mala idea se le cruza por la cabeza, por lo que se aventura a decir algo para comprobar si lo que imagina es real —. He escuchado decir que hay un chico de último grado interesado en Mar, se rumora que le pedirá salir el lunes, ya saben, para hacerlo más interesante porque será San Valentín —insinúa.

Un fuerte golpe en la mesa suena, Broflovsky cierra los ojos consternado.

—Dudo que tenga suerte, ya sabes, ella está saliendo con Clyde —escupe el rubio.

Stan se remueve incómodo.

—Kenny tiene razón, si ella sale con Clyde no puede salir con otra persona —murmura.

—Marjorine no sale con Clyde.

—¿Qué no los has visto? —cuestionan ambos.

—Claro que los he visto, y no hace falta ser muy inteligente para saber que lo que pretende Clyde es darle celos a Bebe —comenta mientras rueda los ojos.

El pelinegro y el rubio se quedan callados, parece que por fin cada uno comprende algo que estaban negándose a aceptar, así que solo sonríen con vergüenza.

—Ah, si claro, obvio, que tonto soy de no darme cuenta —ríe Kenny con gracia—, ya acabe de comer, regresaré arriba —declara y se marcha con rapidez.

El de ojos verdes quiere detenerlo, más Stan llama su atención con la vista baja.

—Creo que tienes razón.

—¿En qué?

—Es posible que si me guste Marjorine —revela con pesar.

Kyle suspira cansado, su mente hila una idea tras otra, al final se levanta y pone una mano en el hombro de su mejor amigo.

—¿Y harás algo?

—No sé, todavía es muy confuso para mí, es decir, no comprendo porque me pudo llegar a gustar —reflexiona.

—El amor es una cosa rara, no esperes que todo sea igual a como cuando Wendy te empezó a gustar.

—... Es abrumador, sabes, es tan irritante en momentos, no mide sus palabras, suele ser grosera si algo le disgusta, aun con eso, cuando hablo con ella me siento en paz —explica y lleva una mano a su cabeza —Todo es tan confuso, me parece que no tiene lógica, no sé cómo aclarar mis pensamientos y saber que es lo que siento.

—Amigo, solo puedo sugerirte que pienses bien en lo que sientes, me gustaría decirte que te tomes tu tiempo, pero no creo que sea lo más sabio.

—¿Por qué?

—Tú solamente hazme caso, aclara tus ideas pronto —insta.

Stan asiente, opina que su amigo lo dice por el chico del que les hablo hace unos momentos, aunque más equivocado no puede estar, pues ese chico no existe, únicamente lo invento para ver la reacción de Kenny.

A Kyle le ha quedado claro que él no es un hermano celoso, más bien es un chico cualquiera que cela a quien le gusta.

.

.

.

.

.

.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top