Día 2: Crossover.
"La vida secreta de los Tomioka"
Historia participante de la GiyuuShino Week 2020 en el grupo de Facebook "GiyuShino – is love, is live".
Advertencia: La siguiente historia se desarrolla dentro del universo de "SPY x FAMILY", manga creado por Endo Tatsuya y serializado por la Shonen Jump desde marzo del 2019 y, que se encuentra en emisión, contando con apenas 3 volúmenes publicados.
Giyuu como Tasogare.
Shinobu como Jor; y
Tanjiro y Nezuko como Anya.
Descargo de responsabilidad. Kimetsu no Yaiba ni ninguno de sus personajes me pertenecen. La historia fue hecha sin fines lucrativos pero si de distracción para las personas que la lean y para mí misma. Ignoro si hay una historia parecida en la extensa cantidad de relatos con la que cuenta Fanfiction, Wattpad o cualquier otra plataforma similar.
Summary:
Los Tomioka eran vistos por sus vecinos como la familia ideal y perfecta. Nadie sabe que todo era una farsa.
Los Tomioka eran vistos por sus vecinos como la familia ideal y perfecta. El esposo, Giyuu Tomioka, era un hombre guapo que desprendía un cierto halo de misterio a su alrededor gracias a su semblante serio y tranquilo, tenía un buen trabajo como psiquiatra y había demostrado ser alguien amoroso tanto con sus dos hijos como con su cónyuge. Su esposa, Shinobu Kochou, era una belleza de mujer, tenía una dulce sonrisa y siempre parecía transmitir optimismo y amabilidad para con la gente, era alguien trabajadora al servicio del país y correspondía al amor de su esposo e hijos. Por otro lado, los dos pequeños, Tanjiro y Nezuko, eran un par de criaturitas adorables que podían ganarse el corazón de cualquiera, eran obedientes y serviciales.
Lo que nadie sabe es la realidad que está siendo oculta tras el telón con tanto recelo.
No había matrimonio feliz celebrado por amor, era mera y puramente uno realizado de acuerdo a las conveniencias del otro: él necesitaba una mujer para presentar en una entrevista escolar como su esposa y madre de sus hijos, niños a los que se vio obligado a adoptar para poder llegar al objetivo de su misión; y ella necesitaba un hombre que se hiciese pasar por su novio para dejar de preocupar a su hermana mayor y que sirviera para tapar su vida secreta y truculenta.
Todo, absolutamente todo era una farsa.
"Giyuu Tomioka" ni siquiera existía, era una identidad falsa como todas las demás que se había obligado a seguir para lograr que la paz prevaleciera, no era ningún psiquiatra, no era padre ni esposo de nadie. Él era un espía, alguien quien había tenido que matar a su verdadera identidad hace muchos años y que vivía sus días bajo el nombre de "Water", siendo esta su clave de identificación frente a sus superiores. Nunca quiso ni buscó formar una familia. Él era un simple peón más en la organización secreta en la que trabajaba.
Shinobu Kochou no era la distraída, dulce y frágil mujer que aparentaba ser, por las mañanas fingía ser una diligente servidora pública pero una vez llegada la noche era una asesina a sueldo. Ella era la temible "Butterfly", aquella mujer a quien no le importaba en absoluto cuántas vidas había tomado en cada uno de sus encargos. No era ninguna madre ni ninguna esposa.
Los mellizos, Tanjiro y Nezuko, eran solo un par de experimentos fallidos que, con un poco de suerte, habían logrado llegar a un orfanato de mala muerte tras escapar del laboratorio en donde habían pasado casi la mayor parte de los pocos años que tienen de vida. No eran niños normales, Tanjiro tenía un olfato súper desarrollado con el que podía identificar fácilmente a las personas y sus emociones, por otra lado, Nezuko era todavía más especial que él, ella podía leer la mente de los demás si así lo quisiese. No sabían quiénes eran sus padres o si tenían más familia, solo eran ellos dos, juntos contra el mundo, cargando en sus pequeñas espaldas el secreto de sus habilidades, pues nadie debía saber que las tenían. Ambos sabían la realidad tras toda la farsa que sus "padres" habían montado.
Lo curiosos del caso es que ni "Giyuu" sabía que su esposa era una asesina y Shinobu desconocía el hecho de que su esposo fuese un espía.
Ninguno de los integrantes de esta peculiar familia se quejaba, todos contribuían a su manera para mantener el equilibrio entre las partes. No obstante de ello, Tanjiro y Nezuko se sentían felices y bendecidos por experimentar tener una familia y les emocionaba tener un papá y una mamá con trabajos tan asombrosos y peculiares. Les hacía pensar que eran como los personajes de uno de esos animes que veían en las tardes mientras hacían sus tareas y estudiaban para no defraudar a su padre y hacer que alcanzara su objetivo rápidamente a pesar de que temían lo que pudiese pasar con ellos cuando todo terminase. Si les preguntaran, ellos serían felices de que su familia falsa se volviera real. Darían lo poco que tenían para que eso sucediera aún si eso significaba deshacerse de sus atributos especiales.
Todas las cuestiones relativas a cómo se formó la familia Tomioka eran desconocidas y debían de seguir siéndolo tanto para cualquier persona ajena como para los mismos integrantes. Ninguno debía desarrollar sentimientos por otro de los miembros. Ese era el plan.
Pero los planes nunca salen completamente como uno quiere.
—¡Maldita mujer!
Ella se movía con rapidez y derrochando gracia cual mariposa, haciéndole honor a su sobrenombre de asesina "Butterfly". Corría entre los pilares y paredes agujereadas por las balas, lanzando a su vez sus cuchillos envenenados hacía sus objetivos, siendo monstruosamente certera y matando a quien osase cruzarse frente a ella.
Poco a poco las fuerzas enemigas a las que se enfrentaba fueron diezmando hasta el punto que solo quedaba un hombre, quien retrocedía titiritando en el suelo con terror y desesperadamente intentaba encontrar un arma con munición que pudiese usar.
—¡Po-por favor, ten piedad! —decía el sujeto tras comprender que su inminente muerte se acercaba en forma de una menuda mujer en vestido negro y tacones altos.
Ella se acercó con toda la calma del mundo, tenía su sonrisa característica que en cualquier situación cotidiana hubiese parecido linda para cualquiera pero que ahora le aportaba un aire de sadismo en su máximo esplendor. Desenfundó la extraña espada que portaba, aquella que le habían forjado de acuerdo a sus especificaciones y que se asemejaba en la punta al aguijón de una abeja. Su arma no servía para cercenar cuerpos pero estaba impregnada con un veneno mortífero que al entrar en contacto con cualquier herida abierta sin importar su profundidad, causaría una muerte agonizante y dolorosa.
Pisoteó al hombre debajo de ella, enterrándole la punta de sus tacones y se agachó ligeramente, a forma de que el aterrorizado hombre tuviese que mirar hacia arriba para poder verla. Ella finalmente lo sujeto bruscamente del cuello de su camisa, provocando que el pobre bastardo chillase al ver como ella estaba lista para atravesar cualquier parte de su cuerpo que se le antojara.
—Lo siento, no es nada personal, solo estoy cumpliendo con mi trabajo— estaba a punto de matarlo cuando de repente su teléfono celular sonó con aquel tono especifico que conocía tan bien.
Ella antes de contestar le puso entre ceja y ceja la punta de su espada al hombre.
—Guarda silencio, ¿de acuerdo?
El tipo únicamente movió con frenesí su cabeza de forma afirmativa. Satisfecha con esa respuesta contestó su teléfono.
—¿Qué sucede, cariño? —inconscientemente su tono de voz se había dulcificado de tal forma que era poco creíble que estaba por asesinar fríamente a alguien. Sonaba como una mujer enamorada.
—¿Estás ocupada? —los ruidos de un programa de televisión y risas infantiles se escuchaban en el fondo.
—No, para nada, ya casi acabo, ¿necesitabas algo?
—Los niños quieren cenar unos panqueques, ¿podrías traer leche?
—¡Por supuesto, estaré en casa antes de lo que piensas! — ella colgó y guardó su teléfono en uno de los ligueros que llevaba puestos. Su humor alegre y sincero cambió en un abrir y cerrar de ojos por el sádico que tenía anteriormente.
—Bueno, debo darme prisa, mi esposo y mis hijos me esperan para la cena
Afortunadamente alcanzó a llegar lo suficientemente temprano para cenar con su familia sin ningún problema y ayudó a su esposo a arropar y dormir a los niños en medio de risas y jugueteos.
Quién podría pensar que hace solo unas pocas horas había masacrado a un gran grupo de hombres ella sola.
Eran las tres de la mañana ¡las malditas tres de la mañana!, ¿qué acaso la agencia no recordaba que ahora era padre de dos niños de seis años y que tenía que levantarse temprano para prepararles el desayuno, vestirlos y llevarlos la escuela en la mañana?, al parecer no.
Maldita falta de personal.
Giyuu había tenido que infiltrarse en una fábrica abandonada a las afueras de la ciudad tras haber recibido una alerta de su distribuidor de equipo e informante personal. El reporte decía que recientemente habían sucedido varias desapariciones de jóvenes adolescentes y que, gracias a los esfuerzos de varios informantes en conjunto, se había logrado encontrar indicios del paradero de las chicas. Lo que los llevaría a encontrar al hombre que llevaban persiguiendo desde hace unos meses.
Ahora se encontraba recorriendo el destartalado lugar con rapidez, disparando dardos tranquilizantes a los delincuentes que custodiaban el lugar con diversas armas de fuego y ocultando sus cuerpos lo mejor que pudo para no ser descubierto.
—Cuando dobles a la izquierda vas a ver dos puertas, entra a la de la derecha, ahí deben de estar las chicas y asegúrate de que estén allí pero ten cuidado, aún hay algunos sujetos patrullando cerca.
—Entendido— él seguía las instrucciones de su informante que estaba en el techo del edificio.
—Mira que mandarme contigo a estas horas de la madrugada —Sabito, o mejor conocido en la agencia como "Fox", se quejaba por el intercomunicador mientras bostezaba— yo solo soy tu dealer personal, no soy otro agente, ¿por qué la agencia no ha contratado más agentes?
—Lo mismo quisiera saber yo—él acaba de llegar a la puerta indicada y sacó su ganzúa para abrir la cerradura.
—Water, muévete de ahí, se acerca alguien.
Mierda
Se metió rápidamente a la puerta de enfrente sin pensarlo mucho, tratando de ser lo más silencioso posible. Para su fortuna, había un par de hombres adentro que dormían profundamente en unos sillones maltrechos, por lo que no se percataron de su presencia. Le disparó con los dardos a cada uno para evitar posibles confrontaciones.
—Water, acaba de llegar un camión frigorífico y están bajando más tipos, prepárate para una posible confrontación directa, encontraron uno de los cuerpos inconscientes.
Él no pudo evitar poner los ojos en blanco con exasperación, parece que nuevamente no iba a dormir nada. Respiró hondo y se mentalizó para lo que venía, empezando por el tipo que lo había interrumpido en el pasillo.
—Buen trabajo Water y Fox, estamos un paso más cerca de la paz mundial, gracias por su desempeño esta noche. — decía su jefe, el señor Kagaya Ubuyashiki por la pantalla de la tableta electrónica de Fox.
—Gracias, señor Ubuyashiki—dijeron ambos al unísono.
—Cuanto con ustedes para la siguiente misión.
—Por supuesto, nos haremos cargo—volvieron a hablar en sincronía y tras eso, el jefe de la organización finalizó la videollamada.
Los dos se desplomaron con cansancio en el suelo, estaban en la azotea de un edificio no muy lejos de la fábrica abandonada, desde donde era posible escuchar las sirenas de las patrullas de la policía, quienes hace varios minutos llegaron al inmueble y arrestaban al resto de la pandilla de secuestradores.
La participación de la agencia únicamente fue para capturar al líder del grupo delictivo, los demás sujetos eran irrelevantes y preferían que los policías lidiaran con eso, ya les habían facilitado muchísimo el trabajo.
Eran casi las cinco de la mañana cuando al fin habían terminado con la operación pero todavía tenía que llegar a casa y escribir el reporte de la misión, definitivamente no iba a poder dormir ni siquiera unos minutos.
—Fox, levántate y vamos a la furgoneta.
—Si,si, ya voy. — dijo mientras se levantaba y estiraba lo más que podía su cansado cuerpo.
Ambos bajaron del edificio departamental con sigilo por las escaleras de servicio y una vez estando en la calle se dispusieron a correr hasta la furgoneta que los esperaba a unas cuantas cuadras. Cuando subieron al vehículo y se supieron seguros dentro, ambos soltaron un alto quejido cansino.
—¿Directo a tu casa, cierto?
—Si— él ya se estaba desparramando en el asiento del copiloto pero se enderezó inmediatamente en cuanto escucho el motor encendiéndose. —No, espera, tenemos que pasar antes a alguna tienda.
Fox se volteó a verlo con confusión.
—¿Qué es tan importante como para que no puedas esperar a que un supermercado abra en unas pocas horas?
—Tengo que hacer el desayuno y no hay huevos, Shinobu y los niños quieren desayunar huevos con tocino. — él se agarraba la barbilla pensando en sí era lo único debía comprar.
Su compañero lo miraba con una mezcla de incredulidad y confusión en su rostro.
—¡Ah!, también tengo que comprar unos jugos para los almuerzos de Tanjiro y Nezuko, ya se acabaron el paquete. — él dijo eso con mucha seriedad pero una leve sonrisa apareció en su rostro —¿o quizá debería ponerles esta vez leche saborizada en vez de jugo?, ¿debería también llevar algo para Shinobu?
Fox estalló en una sonora carcajada, sujetándose el estómago y apoyando su cabeza contra su mano en el volante en un intento por calmar su risa. La pequeña sonrisa de Giyuu había desaparecido y volteó a ver a su compañero con una mirada interrogante.
—No entiendo de qué te ríes.
El hombre a su lado se tranquilizó y después habló.
—¿En serio eres Water?, el Water que conozco jamás diría esas cosas, hasta donde yo recuerdo, los temas relacionados con formar una familia los repelías como si fuesen una plaga y mírate ahora, todo un señor de familia. — Fox había empezado a poner la furgoneta en marcha y centro su vista en el camino.
Él no se esperaba que su compañero dijese aquello, lo había agarrado desprevenido.
—Que mi familia sea feliz eleva el porcentaje de éxito de la misión. —Fue la mejor respuesta que pudo formular para salir bien librado.
—Claro, como digas Gi-yuu~ — su compañero canturreo su última respuesta antes de dirigirse a la primera tienda de conveniencia que encontraran.
Él logró llegar con el suficiente tiempo para preparar el desayuno de todos y pasar a dejar tanto a sus hijos al colegio como a su esposa al trabajo.
—¡Tú y tu hermana son unos vulgares!
—¿Qué dijiste de Nezuko? — Tanjiro podía tolerar cualquier insulto que hicieran respecto a su persona pero lo que nunca iba a permitir es que alguien se metiera o hablase mal de su hermana.
El resto de los niños del salón veían asustados la escena. Él defendía a su hermana de un grupo de niños abusivos que la habían empujado, tirando en el proceso el desayuno que su padre había hecho con tanto esmero para ellos en la mañana.
—Dije...— el niño que parecía ser el líder del pequeño grupo infantil de brabucones se había acercado peligrosamente hasta estar cara a cara con él—que son unos vulgares.
Tanjiro se cegó por sus emociones y en un arrebato de ira atacó al niño con un fuerte cabezazo, dejándolo inconsciente en el acto.
Los gritos de sus compañeritos asustados pronto fueron audibles, provocando que un profesor viniera a ver qué sucedía.
—¡Tanjiro y Nezuko Tomioka, a la oficina del director, ahora! — había gritado el profesor.
Cuando recobró su sentido, Nezuko lo miraba con pequeñas lágrimas en sus ojos rosas. Fue capaz de captar el aroma de miedo que destilaba y comprendió de inmediato lo que ella pensaba sin la necesidad de saber leer las mentes como ella.
Él oró internamente porque su padre no los devolviera al orfanato por su error, tal y como habían hecho las tres anteriores parejas que los habían adoptado.
Ambos padres habían sido contactados por el colegio de sus hijos. Giyuu tuvo que terminar la misión en la que estaba lo más rápido que pudo, obteniendo una buena cantidad de golpes y moretones por dejar de ser cuidadoso; Shinobu tuvo que pedir permiso al ayuntamiento de la ciudad para salir temprano.
Tras el recorrido de regreso a casa, la atmósfera en el auto era silenciosa e incómoda. Fue hasta que llegaron a su hogar cuando ambos niños no pudieron resistir más y empezaron a llorar.
—¡Lo siento, no quise hacerlo!- Tanjiro hablaba con dificultad en medio de su llanto—¡ellos empujaron y ofendieron a Nezuko, no podía dejar que hiciesen eso!
—¡Es cierto!,¡Tanjiro solo me defendió, no se enojen con él, todo es mi culpa! — ella buscó la manita de su hermano y la apretó con fuerza, Tanjiro regresó el gesto. Ninguno de los dos pequeños se atrevía a levantar la mirada del suelo.
La acción de los hermanos enterneció a ambos y removió algunas memorias. Giyuu había tenido una hermana mayor que durante el tiempo que estuvo viva lo defendió a capa y espada de los abusos de otras personas; Shinobu tiene una hermana mayor que al igual que Tanjiro, la había defendido de niños buscapleitos que quisieron meterse con ella en el pasado.
Los dos se miraron en silencio. Shinobu le hacía señas a su esposo para que llevaran a los niños a otro lado de la casa. Giyuu entendió y se agachó para cargar a ambos, cada uno en un brazo y caminó con ellos hasta el sofá de la sala. Los sentó en medio de los cojines y él y Shinobu se sentaron en los extremos del mueble.
—¿No están enojados? — Tanjiro preguntó con voz temblorosa mientras se tallaba sus ojos hinchados. No podía usar bien su olfato ahora para adivinar lo que sentían sus padres porque tenía la nariz tapada por haber llorado.
Esta vez Shinobu habló.
—Defendiste a tu hermana, Tanjiro, eso es lo que los hermanos deben de hacer, lo hiciste bien. — ella les habló con calma y ternura, sacando un pañuelo de su gabardina para sacudirle la nariz.
—Entonces, ¿no nos odian? — Nezuko preguntó mientras sorbía por la nariz. Ella desesperadamente usó su poder para buscar la respuesta en la mente de su padre sobre si los devolvería al orfanato, sin embargo, no pudo encontrarla. No podía preguntarlo directamente porque Shinobu no sabía que eran adoptados y en parte porque tenía miedo de que la respuesta fuera un rotundo "si".
Fue el turno de Giyuu para contestar.
—No, ¿Por qué haríamos eso? — él les respondió confundido.
—¡Porque me dieron un demérito*! — Tanjiro interrumpió angustiado.
—Al otro niño también le dieron uno, Tanjiro— fue la respuesta corta que le dio su padre.
Sus palabras parecían tener un efecto positivo en ambos niños porque se habían tranquilizado un poco.
—Además—Shinobu añadió— que tengan un demérito no los hace malos niños. La prueba de ello es que ya tienen stellas*, ¿no?
Ambos niños asintieron la cabeza con calma.
—¿Ven? — ella rió levemente y se levantó del sofá. —¿Quieren helado?
Los niños asintieron fervientemente a la pregunta. Aprovecharon que Shinobu se había ido por unos momentos para preguntar la duda que les carcomía el alma.
—¿Papá?
—¿Hmm?
—¿Nos vas a regresar al orfanato?
Giyuu los miro con sorpresa.
—Por supuesto que no, ¿cómo llegaron a esa conclusión?
Los hermanos chillaron de alegría a pesar de seguir moqueando y se abrazaron primero entre ellos para después saltarle al cuello a su padre. Él les devolvió el abrazo aunque todavía le preocupaba que ellos hubiesen pensado en la posibilidad de que los devolviera al orfanato, quizá no estaba siendo un buen padre, quizá se había centrado mucho en su plan de hacer que los niños consiguiesen las stellas lo más rápido posible para que él en algún momento pudiese tener contacto con Kibutsuji Muzan, el director del prestigiado colegio, y acabar con esta misión. No importa lo que sea que fuese que hiciera a Tanjiro y a Nezuko pensar eso pero tenía que arreglarlo lo más pronto posible.
Shinobu no sabía exactamente qué había pasado. Cuando se asomó por la puerta de la cocina con varios vasos llenos de helado y vio la escena no pudo evitar sentir mucha ternura. Prefirió esperar unos momentos más detrás de la pared para no interrumpir.
Cerraron con cuidado la puerta de la habitación de los niños una vez que se habían dormido. En cuanto escucharon el click de cerradura se permitieron suspirar con alivio.
—Gracias por lo hace rato, no creo que hubiese podido lidiar con esto solo.
—No fue nada, las esposas deben ayudar a sus esposos, ¿no es cierto? — ella le guiñó un ojo.
Ambos fueron a la cocina a dejar las tazas que usaron para comer el helado.
—Shinobu— él pregunto con la vista fija en el fregadero.
—¿Mande?
—¿Crees que soy un buen padre?
—No creo que seas uno excelente pero tampoco uno malo— decía ella mientras secaba y acomodaba las tazas en su lugar. —solo eres un hombre haciendo su mejor esfuerzo para ser padre y eso está bien. Creo que lo mejor sería que le preguntaras a ellos. —Shinobu le sonrió con honestidad.
De acuerdo, no se esperaba algo como eso de respuesta, y que ella se lo haya dicho lo hacía sentir extrañamente mejor de lo que hubiese imaginado. Se permitió sonreír levemente por ello sin percatarse del leve carmín que había subido a sus mejillas.
Shinobu lo notó y también se sonrojo un poco por ello.
—¿Te gustaría salir el domingo?
—¿eh?, ¿contigo? —preguntó ella con un sonrojo que se acrecentaba.
Giyuu cayó en cuenta de la forma en que preguntó lo anterior y al igual que ella, se había sonrojado más fuerte. Se apresuró a hablar de nuevo.
—¡No, es decir, no solos! —tuvo que toser un poco para aclarar la voz. —En familia, con los niños.
—Ah...—ella se rascó con nerviosismo la mejilla y evitaba verlo directamente a los ojos. —si, supongo, solo avísame con un poco de anticipación para organizarme —dejó escapar una leve risa nerviosa.
Ambos evitaron mirarse y al culminar con lo que estaban haciendo. No pasao mucho rato para ello y posteriormente ambos se fueron a sus respectivos cuartos a dormir, dándose las buenas noches desde lejos.
—Nezuko, huelo algo dulce en la cocina. —decía Tanjiro mientras olfateaba sonoramente. Olía como a flores silvestres y miel.
Su hermana se concentró para escuchar los pensamientos de sus padres que estaban afuera y de un momento a otro ahogó un chillido con su almohada y pataleo feliz.
—¡Papá y mamá están coqueteando en la cocina! —ella subió las escaleras de la litera para llegar a la cama de arriba donde estaba su hermano y lo abrazó con fuerza.
Se tomaron de la mano e hicieron una pequeña oración, la más honesta que pudiesen recordar haber hecho en su corta vida.
—Que papá y mamá se casen de verdad y ya no seamos familia de mentiras.
Notas de la autora. (PUBLICACIÓN EN FANFICTION) .
Segundo aporte, maifriens!
Dioooosss!, al fin pude terminar esto, no tienen idea de cuánto batallé para escribirlo. Es que, fui escribiéndolo por partes separadas y al final no tenía idea de cómo las iba a juntar, no me gustaba para nada cómo quedaban las partes unidas pero individualmente las adoraba al punto de que me obligué a mí misma a conectarlas sin cambiarles prácticamente nada.
Ahora bien, respecto a lo que acaban de leer...
¿De qué trata SPYxFAMILY?, según la web oficial de MangaPlus:
"El habíl espía Tasogare se dedicaba diariamente a cumplir misiones especiales por un mundo mejor. Un día recibe un complicado desafio... Su deber es crear una familia falsa y comenzar una nueva vida para poder cumplir la misión, ¿¡pero...!? ¡Un Espía × Acción × Comedia de una familia peculiarl!"
Les adjunte la sinopsis para que puedan meterse más en contexto. También les recomiendo que la lean, es muy divertida, lo juro :3!
Quizá me quedó un poco OoC pero lo hice adrede para que encajar un poco más a los personajes con la temática. Espero no se haga incomodo de leer.
Al principio, pensé que por la personalidad de Tasogare, realmente quién debía ocupar su papel era Shinobu, ya que es un personaje con muchas habilidades sociales de las que Giyuu carece pero al final decidí no hacerlo, porque imaginarme a Giyuu como un espía y un padre soltero que no tenía ni idea de qué estaba haciendo me gustaba más xd. La verdad es que la única justificación que puedo dar es porque pienso que adquirió esas habilidades tras verse obligado a hacerlo constantemente y que también, el fingir ser alguien que no es le daba más seguridad al actuar porque realmente no se estaba exponiendo a él mismo.
Shinobu encaja bastante bien con Yor, según mi perspectiva xd. La verdad es que no imaginaba a Giyuu como Yor, siento que le quitaría su encanto al personaje. Eso fue otro determinante para que el fic quedara como lo hizo.
Respecto a Tanjiro y Nezuko. La verdad es que únicamente planeaba meter a uno de los dos en la historia pero...no me los pude imaginar separados. De los "poderes" que les di, en realidad solo uno existe, que sería la habilidad de Nezuko de poder leer las mentes. En el manga de SPYxFAMILY está habilidad está presente y fue resultado de un experimento en laboratorio que hicieron con Anya que tenía la finalidad de alcanzar "la paz", fue algo que quise respetar para la historia.
El personaje en el que puse a Sabito también existe, en el manga, Anya le llama "Risos" xd, me tomé mis respectivas libertades para adaptarlo.
Los nombres claves de cada uno no los pensé mucho realmente, trate de asociarlos con algo característico y por eso salió "Water" para Giyuu, "Fox" para Sabito, y "Butterfly" para Shinobu (no es un nombre clave sino su nombre de asesina).
¿Qué son los deméritos y las stellas?
En el manga, la escuela a la que ingresan a Anya es sumamente elitista, es lo mejor de lo mejor en educación y es sumamente difícil entrar ahí. En ella existen un grupo de estudiantes que son los mejores en algo y destacan de los demás, juntos forman una especie de élite estudiantil a la que solo se puede ingresar si se consiguen una determinada cantidad de "stellas", que básicamente son pequeñas insignias por hacer algo sobresaliente.
Los deméritos son lo contrario, si haces algo mal te lo dan, juntar una cantidad específica amerita la expulsión del alumno del colegio.
En la historia hice que Tanjiro y Nezuko tuvieran una estella cada uno.
Bueno, creo que eso sería todo respecto a la trama y perdón por las notas tan largas.
Por otro lado, esto como tal lo considero más un AU que con Crossover pero pues...se hizo lo que se pudo maifriens.
Agradezco a quienes comentaron mi primer aporte a la week, en especial a Sonye-San, quien me hizo una pequeña observación en mi escrito anterior que decidí seguir, gracias de verdad :D!
Espero les haya gustado. Sin más que agregar me despido.
¡Hasta la próxima lectura!
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